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Un Resumen de la Teología de la Liberación

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Un Resumen de la Teología de la Liberación por Nolan McFadden Α “y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme…Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.” - el apóstol Pedro (2 Pedro 2:3,19) Hace años, un amigo misionero que sirvió en El Salvador durante las décadas de 1970 y 1980 compartió con nosotros acerca de sus experiencias. Una guerra civil estalló en El Salvador en 1979. Durante este tiempo, él estaba viviendo y sirviendo en un pequeño pueblo rural en El Salvador para ayudar a fundar una iglesia bíblica nueva. Dijo que en su pueblo observó católicos pobres de la localidad siendo enseñados cómo utilizar las armas de fuego y ser animados para unirse al esfuerzo guerrillero marxista para ayudar a derrocar el gobierno de El Salvador. Esto ocurría en las noches en el templo católico bajo la supervisión de un sacerdote católico. Recuerdo cuán asombrados estábamos al escuchar su relato. Más tarde, una noche su pueblo fue atacado e invadido brevemente por estas fuerzas rebeldes. Las fuerzas de la guerrilla marxista dispararon por las ventanas y dañaron el edificio de su iglesia, mientras estaban en el interior. Ellos se tendieron en el suelo en la oscuridad, habiendo sido lesionados por los pedazos de vidrio roto. Ellos estuvieron allí, en el suelo de la iglesia, casi toda la noche, en medio de vidrios rotos y escombros, orando por el pueblo y por ellos mismos, hasta que los soldados de la guerrilla se fueron. Afortunadamente, sobrevivieron al ataque. Otros no fueron tan afortunados. Yo pregunté ¿Cómo y por qué estas cosas ocurrieron en El Salvador? A medida que estudiaba sobre el movimiento teología de la liberación que estaba creciendo en América Latina en las décadas de 1970 y 1980, encontré las respuestas. El autor católico Piers Compton, en su libro la Cruz Partida la Mano Oculta en el Vaticano, presenta pruebas convincentes que demuestran la infiltración marxista / comunista del Vaticano en el siglo XX. (1) Compton también explica la fuerte influencia izquierdista, y en ocasiones la letal influencia, de al menos cuatro papas (Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) junto con una larga lista de cardenales (incluidos Casaroli, Villot, Suenens, Lienart y Poletti), arzobispos (Bugnini, Benelli, Brini), los monseñores y obispos que fueron miembros de sociedades secretas masónicas (incluida la P2), según está revelado en el Registro Italiano de Sociedades Secretas. Como resultado de estas infiltraciones, algunos de los nuevos “cambios revolucionarios” que se propagaron en la iglesia católica romana durante y después del Concilio Vaticano II fueron las enseñanzas izquierdistas de “liberación” (del capitalismo) y “fraternidad universal” (universalismo masónico). (2) Vea Apéndice A: Una Sinopsis de POPULORUM PROGRESSIO del Papa Pablo VI y Apéndice B: Una Sinopsis de PACEM IN TERRIS del Papa Juan XXIII.


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Consecuentemente, durante los primeros años de la Guerra Fría, los izquierdistas en el Vaticano anticiparon una toma de control global por la ideología marxista del progresismo / socialismo / comunismo, financiada por sociedades secretas. Con la ayuda de la orden de los jesuitas (Sociedad de Jesús), el Vaticano comenzó a “formular una estrategia a largo plazo” que implicara una doctrina ecléctica de las enseñanzas sociales católicas con el marxismo. Esta nueva doctrina se conoce como teología de la liberación. La teología de la liberación es el marxismo/socialismo católico. Como consecuencia de la propagación del marxismo católico en las escuelas católicas, universidades y seminarios durante la última mitad del siglo XX, el resultado fueron disturbios civiles, violencia y guerras civiles en América Latina. La difusión del marxismo católico ayudó a derrocar gobiernos capitalistas y establecer regímenes marxistas / comunistas en varios países de América Latina (Cuba, El Salvador, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, etc.) Muchos otros países también se han visto afectados por esta nueva ideología. De hecho, con precisión se puede afirmar que el marxismo católico ha influido en las perspectivas de al menos dos generaciones de católicos desde su concepción. En el libro THE VATICAN MOSCOW WASHINGTON ALLIANCE, su autor Avro Manhattan explicó: “La obvia ambigüedad de la Alianza Vaticano-Moscú-Washington, por lo tanto, aunque era una contradicción política, sin embargo era una realidad política, con la capacidad de promover los intereses de la iglesia católica, dentro y fuera de las dos superpotencias. En consecuencia, cuando se ve desde este punto de vista la alianza de ayer del Vaticano-Moscú, y la alianza del Vaticano con Washington hoy en día, puede evaluarse por lo que realmente son: patronatos destinados a beneficiar no a Moscú o Washington, sino a la iglesia católica. Hoy en día, esta última [la iglesia católica] está manipulando las ideologías izquierdistas tan hábilmente como lo hizo con los movimientos derechistas antes y durante la Segunda Guerra Mundial... ...Para enfrentar el desafío de la próxima toma de control comunista antes y después de la Tercera Guerra Mundial, ella [la iglesia católica] ya ha formulado una estrategia a largo plazo propia: la creación de una nueva y peculiar marca de comunismo catolicizado. Su lanzamiento se realizó bajo las alas protectoras de la alianza Vaticano-Washington. Desde entonces, se ha identificado principalmente con la implantación a gran escala del marxismo católico en el patio trasero de los Estados Unidos, concretamente en América Latina. La teología de la liberación no es una abstracción. Es la insólita doctrina más devastadora. Actualmente, [desde 1982] está subvirtiendo la mayor parte del continente sudamericano con el experimento más exitoso jamás realizado por la nueva revolución marxista católica. Su potencial para la desintegración socio-económica total [en América] es comparable con el cataclismo bolchevique de 1917 en Rusia...” (3) Al estudiar el surgimiento y desarrollo del movimiento de la teología de la liberación y revueltas posteriores en América Latina durante el siglo XX, nos encontramos con la implicación directa de los jesuitas. Después de haber abrazado las filosofías falsad del jesuita Teilhard de Chardin, S. J. (1881-1955) y el sacerdote jesuita George Tyrrell, S. J.


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(1861-1909), muchos jesuitas abrazaron con entusiasmo y propagaron las nuevas enseñanzas de la teología de la liberación en América Latina. Es importante que aclaremos el hecho de que no todos los jesuitas abrazan la teología de la liberación. No obstante, muchos jesuitas le han dado la bienvenida y otros han sido muy influenciados por esta teología. En 1973, el sacerdote jesuita peruano Gustavo Gutiérrez, S. J. publicó su libro titulado Teología de la Liberación Historia, Política y Salvación, en el que abogaba por la teología de la liberación como una respuesta a las injusticias sociales, económicas y políticas de América Latina. Su libro publicado en 1973 fue dado a conocer originalmente como Teología de la Liberación, Perspectivas por el CEP en Lima, Perú, en 1971. (4) También hay que señalar que su libro de 1973 “...se basa en una ponencia presentada en el Encuentro Nacional del Movimiento Sacerdotal ONIS, en julio de 1968, en Chimbote, Perú, publicado por el Servicio de Documentación en Montevideo MIEC (1969) con el título “Hacia una Teología de la Liberación”. La conferencia original fue actualizada para una presentación en la Consulta sobre Teología y Desarrollo organizado por SODEPAX, en noviembre de 1969, en Cartigny, Suiza, y publicado como “Notas sobre una Teología de Liberación”, en En busca de una Teología del Desarrollo: Un SODEPAX informe (Lausanne, 1970).” (5) Expositores prominentes de la teología de la liberación en América Latina incluye a los jesuitas Juan Luis Segundo y Jon Sobrino. En Nicaragua, el jesuita Fernando Cardenal sirvió como miembro de la junta marxista, inspirado por la nueva teología de liberación. (6) Por otra parte, se debe entender claramente que la teología de la liberación no es una verdadera enseñanza cristiana bíblica. Se trata de una falsa teología creada por los hombres engañados por Satanás. Los sacerdotes jesuitas comenzaron a formular una teología de la liberación durante las décadas de 1950 y 1960. La Teología de la Liberación fue introducida por sacerdotes católicos romanos jesuitas en América Latina durante las décadas de 1960 y 1970. La teología de la liberación se basa en las enseñanzas de varios maestros católicos, incluyendo el cardenal Alfonso López Trujillo; el teólogo brasileño de Princeton, Ruben Alves; y el peruano jesuita Gustavo Gutiérrez, S. J. En 1 Juan 4:1 somos instruidos para “probad los espíritus” para determinar si son, o no, de Dios. Nosotros probamos los espíritus comparándolos con la verdad bíblica para saber si están de acuerdo con “el Espíritu de verdad” o con “el espíritu de error” (1 Juan 4:1-6). Cuando probamos el espíritu de teología de la liberación, encontramos que tiene al menos doce características que lo distinguen; éstas son: 1) La teología de la liberación es una síntesis del marxismo y el universalismo político masónico con las enseñanzas sociales católicas romanas. 2) La teología de la liberación pretende “cristianizar” las ideologías marxistas. 3).La teología de la liberación incluye el modelo marxista de “la lucha de clases” del enfoque de las cuestiones sociales y económicas. 4) La teología de la liberación distorsiona la doctrina de Cristo. En lugar de un Redentor espiritual de almas (Mateo 1:21), Cristo es presentado como un


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revolucionado, como un libertador social. Así, ésta presenta un Jesús diferente al Jesús de la Santa Biblia. 5) La teología de la liberación introduce un mensaje de salvación diferente al encontrado en las Santas Escrituras. La salvación es considerada como una liberación del pecado y una liberación de la opresión social política y capitalista. Este es más un evangelio social, diferente al evangelio verdadero definido por Pablo en 1 Corintios 15:1-4. 6) La teología de la liberación redefine el pecado con un énfasis en lo “institucional”, “colectivo” y pecado “social”. 7) En lugar de tener un enfoque Cristo céntrico de los problemas y basado en la Biblia, la teología de la liberación es un enfoque basado en el marxismo centrado en las personas para resolver las injusticias sociales, económicos y políticos de la humanidad. 8) La teología de la liberación busca unir a la gente de todas las religiones con la iglesia católica romana y considera aliadas a todas las religiones como “el pueblo de Dios.” (universalismo) 9) La teología de la liberación busca unir a toda la humanidad en una “sociedad nueva” “liberada” del capitalismo. 10) La teología de la liberación es presentada como la “nueva teología política”. 11) La teología de la liberación aboga por un modelo marxista de “transformación” de toda la sociedad que resulte supuestamente en una nueva “utopía” para la humanidad. 12) La teología de la liberación llama a laicos, católicos, sacerdotes y obispos a una acción política contra la pobreza y a apoyar una “opción preferencial para el pobre”. Hay problema gravísimo cuando los términos bíblicos como “Cristo”, “salvación” y “pecado” se redefinen con el fin de crear una teología nueva, falsa, política. En lugar de estar centrada en Cristo y basada en la Biblia (Efesios 1:11-12, Colosenses 1:13-18; 3:1-3, 23-24), la teología de la liberación está centrada en las personas y basada en el marxismo. Como consecuencia de esto, nos encontramos con que la teología de la liberación y el cristianismo del Nuevo Testamento son muy diferentes. Ambos son incompatibles e irreconciliables. La teología de la liberación es una síntesis del marxismo con las enseñanzas sociales de la iglesia católica romana. ¿Cómo tenemos la certeza de esto? Hay al menos siete razones: 1) El sacerdote jesuita católico romano Gustavo Gutiérrez, S. J. revela su estrategia para introducir el marxismo en el marco de las enseñanzas cristianas en la página 35 de su libro. Gutiérrez explicó: “El producto de un profundo movimiento histórico, esta aspiración a la liberación empieza a ser aceptada por la comunidad cristiana como un signo de los tiempos, como un llamado al compromiso y a la interpretación. El mensaje bíblico, que presenta la obra de Cristo como una liberación, proporciona el marco para esta interpretación. La teología parece haber evitado reflexionar durante mucho tiempo


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acerca del carácter conflictivo de la historia humana, los enfrentamientos entre los hombres, las clases sociales y países [es decir, la dialéctica del marxismo].” (7) 2) La teología de la liberación incluye lenguaje (palabras y conceptos) del marxismo. 3) La teología de la liberación presenta un panorama de la historia consistente con el marxismo. 4) La teología de la liberación llama a “una revolución cultural”, tal como encontramos en las enseñanzas del marxismo – marxismo cultural. 5) Al igual que el marxismo, la teología de la liberación incluye el modelo de “la lucha de clases” enfocada a abordar los problemas sociales y económicos. 6) La teología de la liberación, igual que el marxismo, llama a una “sociedad nueva” “liberada” del capitalismo 7) Igual que el marxismo ha postulado, la teología de la liberación afirma que una “utopía” creada por el hombre será el resultado de la aplicación de sus enseñanzas. Consideremos cuidadosamente uno de los componentes incluidos en la síntesis de la teología de la liberación. Se le conoce como el marxismo. El marxismo es “el sistema de pensamiento desarrollado por Carlos Marx, su compañero de trabajo Federico Engels y sus seguidores:...” (8) La cosmovisión cristiana afirma la unidad familiar bíblica, establecida por y bajo la autoridad de, nuestro Creador; consta de padre, madre, y el hijo(a)(s), mientras que en el pensamiento marxista y / o comunista es que el estado es la principal autoridad, proveedora y cuidadora de niños. En su libro Understanding the Times [Comprendiendo los Tiempos] el autor David Noebel explicó: “La familia es el pegamento que mantiene unida a la sociedad. Así como camina la familia, así camina la sociedad...Sorprendentemente, sin embargo, los marxistas y humanistas, ciegos a la locura de sus formas, impulsan fervientemente hacia la utopía. En su búsqueda de la sociedad esencial, los marxistas creen que la economía y las fuerzas de producción desempeñan el papel principal, mientras que los humanistas confían en el gobierno mundial para conducirnos a la tierra prometida. Ambas visiones del mundo creen que la civilización está evolucionando de la imperfección a la perfección, del desorden al orden (en contradicción directa con el principio de la segunda ley de la termodinámica)…” “...El marxista cree que la dialéctica ha trabajado a lo largo de la historia para llevar a la sociedad a través de una sucesión de síntesis, desde el comunismo primitivo a la esclavitud al feudalismo al capitalismo y, recientemente, al socialismo. El socialismo es, en sí, una transición entre el capitalismo y el comunismo. La teoría marxista cree que el trabajador (la antítesis) se enfrentará al capitalista (la tesis), creando una revolución que lleva al socialismo mundial y, finalmente, al comunismo. Inicialmente será necesaria una dictadura del proletariado (bajo la dirección del partido marxista / leninista) para hacer cumplir una orden mundial, pero se marchitará con el advenimiento del comunismo. Del mismo modo, el derecho es ahora necesario para mover a los hombres hacia el comunismo, pero con el tiempo la necesidad de la ley va a desaparecer.” (9) Tal es la ideología de los marxistas y comunistas en China y en otros lugares. El marxismo y el comunismo nutren nada más que desesperanza, la muerte y la destrucción sin fin, con asesinos y “revoluciones” sangrientas. Es una trampa mortal.


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No hay que abrazar el marxismo y el comunismo con un entendimiento falso. Ellos son realmente asesinos con sus “doctrinas de demonios.” (1 Timoteo 4:1). Le recomendamos que obtenga una copia del libro de Marx and Satan (Marx y Satanás) por Richard Wurmbrand (10). El Sr. Wurmbrand fue encarcelado y torturado por los comunistas. No quiso renunciar a su fe. Con los años, el ministerio cristiano Voz de los Mártires en Bartlesville, Oklahoma ha informado testimonios de las atrocidades hechas contra los cristianos por los comunistas. Podemos estar seguros con base en “las Escrituras de la verdad” que nuestro Señor viviente y sus ángeles vengarán por completo lo que se ha hecho a su pueblo por manos de los carniceros comunistas lo largo de los años (Romanos 2:4-11; 12:19). Ahora, vamos a considerar uno de los muchos ejemplos de la síntesis con el marxismo que se encuentra en Teología de la Liberación. En la página 32 del libro del jesuita católico Gustavo Gutiérrez, este proclamó: “Concebir la historia como un proceso de la liberación del hombre es considerar la libertad como una conquista histórica; es entender este paso desde una abstracción hasta una libertad real no se toma sin una lucha contra todas las fuerzas que oprimen hombre, una lucha llena de trampas, desvíos, y tentaciones de huir. El objetivo es no sólo mejores condiciones de vida, un cambio radical de las estructuras; una revolución social; es mucho más: la creación continua, sin fin, de un camino nuevo para ser un hombre, una revolución cultural permanente.” (11) Note que la frase “una lucha” es utilizada dos veces por Gutiérrez en este párrafo. Del mismo modo, el autor habla de “un cambio radical de estructuras”; “una revolución social” y “una revolución cultural permanente”. Estas son las mismas palabras y conceptos usados por los marxistas, socialistas y comunistas. En este texto el autor mezcla palabras y conceptos del marxismo con las enseñanzas sociales católicas romanas. Sin embargo, en ninguna parte de las Escrituras encontramos que Dios llame a los cristianos a iniciar “una revolución social” o “revolución cultural”. En lugar de ellos, los cristianos somos llamados a: 1) Proclamar el evangelio;2) Ser discípulos de Jesucristo; 3) Hacer discípulos de Cristo, enseñándoles a seguir a Cristo, de acuerdo al Nuevo Testamento de las Escrituras (Mateo 4:19; 28:19-20, Marcos 16:15, Juan 10:27). Somos llamados a honrar, servir y glorificar a nuestro SEÑOR JESUCRISTO mediante una vida de obediencia a sus mandamientos dados a conocer en el Nuevo Testamento de las Escrituras (Juan 8:31-32; 14:15-23; 17:6-8), De hecho, obedecer a Jesucristo y Su Palabra es exactamente lo opuesto al marxismo que niega a Dios, Su autoridad y la Santa Biblia. La Teología de la Liberación intenta “cristianizar” ideologías marxistas. Por ejemplo, en la página 237, el sacerdote jesuita Gustavo Gutiérrez utiliza terminología cristiana para exponer “la utopía de la liberación”. El explica: “El plan histórico, la utopía de la liberación como la creación de una nueva conciencia social y como una apropiación social no sólo de los medios de producción, sino también del proceso político, y, en definitiva, de la libertad, es el ámbito adecuado para la revolución cultural. Es decir, es


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el campo de la creación permanente de un hombre nuevo en una sociedad diferente caracterizada por la solidaridad. Por lo tanto, que la creación es el lugar de encuentro entre la liberación y la comunión de los hombres con Dios”. (12) Del mismo modo, en las páginas 112-113 Gutiérrez comenta: “Un grupo de sacerdotes vinculados a la parroquia universitaria en Santiago escribe: “El sistema capitalista presenta una serie de elementos que son contra el hombre....el socialismo, aunque no libra al hombre de injusticias causadas por las actitudes personales ni de la ambigüedad inherente a todos los sistemas, sí ofrece una igualdad fundamental de oportunidades. A través de un cambio en las relaciones de producción, dignifica el trabajo de modo que el trabajador, mientras una naturaleza humana, se convierte en más de una persona. Ofrece una posibilidad para nivelar el desarrollo de un país para el beneficio de todos, especialmente los más desatendidos. Afirma que la motivación de la moral y la solidaridad social es de un valor más alto que el de los intereses individuales [es decir la “colectivización”, etc.] la transformación del hombre surge como una tarea simultánea: “Todo esto se puede implementar si junto con la transformación de la estructura económica, la transformación del hombre se lleva a cabo con el mismo entusiasmo. No creemos que el hombre se convertirá automáticamente en menos egoísta, pero nosotros sostenemos que, cuando se ha establecido una base socioeconómica para la igualdad, es más posible trabajar de manera realista hacia la solidaridad humana que en una sociedad desgarrada por la desigualdad”. La actitud de los cristianos se basa en el entendimiento de que la llegada del Reino implica la construcción de una sociedad justa. “Si nuestro país se involucra en una lucha frontal contra la miseria, los cristianos, deberán participar plenamente en ella, interpretarán cualquier progreso que se logra como una primera implementación del Reino anunciado por Jesús. En otras palabras, hoy el Evangelio de Cristo implica (y está encarnado en) múltiples esfuerzos del hombre para obtener justicia” 60 El MOAC (Worker´s Catholic Action Movement [Movimiento de Acción Católica de Trabajadores]) tiene que decir esto con respecto a la victoria del régimen nuevo chileno: “Este hecho encarna una gran esperanza y una gran responsabilidad para todos los trabajadores y sus organizaciones: la colaboración activa y vigilante para lograr una sociedad más justa que permita la liberación integral de los oprimidos por un sistema inhumano y anticristiano como el capitalismo” 61...” “...Más recientemente, un gran grupo de sacerdotes ha adoptado una posición clara a favor del proceso socialista que ocurre en Chile: “El socialismo, que se caracteriza por la apropiación social de los medios de producción, abre el camino a una nueva economía. Esta economía hace posible un desarrollo autónomo y más rápido, así como una superación de las clases antagónicas que dividen a la sociedad en clases antagónicas. Sin embargo el socialismo no es solamente una nueva economía. También deberá generar nuevos valores que hagan posible el surgimiento de una sociedad más solidaria y una hermandad en la que el trabajador asume con dignidad el papel que le corresponde. Nos sentimos comprometidos con este proceso ya está en marcha, y deseamos contribuir a su éxito.” También afirman ellos que, “La razón profunda de este compromiso es nuestra fe en


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Jesucristo, que se profundizó, renovado, y se encarna de acuerdo con las circunstancias históricas. Ser cristiano es ser solidario.” (13) La teología de la liberación incluye el modelo marxista de la “lucha de clases,” enfocado a las cuestiones sociales y económicas. En la página 87, Gutiérrez habla de “la lucha de clases en todo el mundo.” (14) Utilizando el marco marxista de la “lucha de clases” aborda los problemas sociales y económicos en la página 36, Gustavo Gutiérrez manifiesta: “En el primer lugar, la liberación expresa las aspiraciones de los pueblos oprimidos y las clases sociales, haciendo hincapié en el aspecto conflictivo del proceso económico, social y político que les pone en contradicción con las naciones ricas y las clases opresoras. Por el contrario, la palabra desarrollo, y sobre todo las políticas caracterizadas como desarrollistas, aparecerá un tanto excéptica, dando una imagen falsa de una realidad trágica y conflictiva. La cuestión del desarrollo, de hecho, encuentra su verdadero lugar en la perspectiva más universal, profunda y radical de la liberación.” (15) De manera similar, Gutiérrez dice en la página 301: “El pobre hoy en día es el oprimido, el marginado de la sociedad, el miembro del proletariado luchando por sus derechos más básicos; porque es el explotado y saqueado de la clase social, el rural luchando por su liberación. Estar con los oprimidos es estar en contra del opresor. En nuestros tiempos y en nuestro continente estar en solidaridad con los “pobres”, entendido en este sentido, significa correr riesgos personales - incluso poner la vida en peligro. Muchos cristianos - y no cristianos que están comprometidos con el proceso revolucionario en América Latina están corriendo estos riesgos. Y así están surgiendo nuevas formas de vivir la pobreza que son diferentes de la clásica “renuncia a los bienes de este mundo.” (16) De nuevo, en este párrafo Gutierrez repite las palabras y conceptos del marxismo mezclado con las enseñanzas cristianas. “El proletariado” está luchando “contra el opresor” por “su liberación”. Esta oración “Estar con el oprimido es estar contra el opresor.” Es el típico enfoque de la “lucha de clases” marxista a los asuntos sociales y económicos. Esto es llamar a la revolución marxista cultural. Más aún, la teología de la liberación distorsiona la doctrina de Cristo. En lugar de ser presentado como un Redentor espiritual de almas (Mateo 1:21), Jesucristo es presentado como un revolucionario, un libertador social y político. Así aquélla presenta un Jesucristo diferente al Jesucristo de la Santa Biblia. Por ejemplo, en las páginas 175-176 de la sección acerca de “Cristo el Libertador”, Gutiérrez intenta imponer su concepto de “liberación política” en el texto bíblico de Gálatas 4:4-5. El lector es inducido al error por la referencia del autor al texto que tiene palabras añadidas que no se encuentran en esta porción de la Escritura. En este proceso, no sólo el texto bíblico está mal representado, sino que la doctrina de Cristo y la doctrina de la redención son presentadas con una gran distorsión. Su tergiversación de este texto conduce al “pueblo” a un entendimiento falso de la Escritura. En Gálatas 4:4-5 el apóstol Pablo dijo: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” Ahora observe


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cómo este texto de la Biblia fue distorsionado en la Teología de la Liberación. He escrito con mayúsculas las palabras que fueron añadidas al final de la Escritura citada. Gutiérrez escribió: “El pecado exige una liberación radical, que a su vez implica necesariamente una política liberation.98 Sólo mediante la participación en el proceso histórico de liberación será posible mostrar la alienación fundamental presente en cada alienación parcial. Esta liberación radical es el don que Cristo nos ofrece. Con su muerte y resurrección redime al hombre del pecado y todas sus consecuencias, como bien se ha dicho en un texto citamos que de nuevo: “Es el mismo Dios quien, en la plenitud del tiempo, envió a su Hijo en carne, para que Él pudiera venir a liberar a TODOS LOS HOMBRE DE LA ESCLAVITUD DEL PECADO LA CUAL LO HA SUJETADO: HAMBRE, MISERIA, OPRESIÓN E IGNORANCIA, EN UNA PALABRA, QUE LA INJUSTICIA Y EL ODIO TIENEN SU ORIGEN EN EL EGOÍSMO HUMANO” 99 (17) Una vez más, note cuánto fue añadido Escritura citada que no tiene nada que ver con lo que Pablo estaba enseñando. Además, la teología de la liberación introduce un mensaje diferente de la salvación del que se encuentra en las Sagradas Escrituras. La salvación es considerada como la liberación del pecado y la liberación de la opresión social política y capitalista. Este teología extiende la doctrina bíblica de la salvación para incluir la liberación política. Este es un evangelio social, va más allá del verdadero evangelio que el apóstol Pablo define en 1 Corintios 15:1-4. Los ejemplos son numerosos. En las páginas 177-178 Gutiérrez enseñó: “La misma radicalidad y totalidad del proceso salvífico requieren esta relación. Nada escapa a este proceso, nada está fuera de los límites de la acción de Cristo y el don del Espíritu. Esto da a la historia humana su unidad profunda. Las personas que reducen la obra de salvación son en realidad los que la limitan estrictamente a la “esfera religiosa” y no son conscientes de la universalidad del proceso. Son aquellos que piensan que la obra de Cristo toca el orden social en el que vivimos sólo de manera indirecta o tangencialmente, y no en sus raíces y estructura básica. Son los que con el fin de proteger a la salvación [Judas 3?] (o proteger sus intereses) de levantan la salvación de en medio de la historia, donde los hombres y las clases sociales luchan para liberarse a sí mismos de la esclavitud y la opresión a la que otros hombres y clases sociales los han sometido. Son aquellos que se niegan a ver que la salvación de Cristo es una liberación radical con toda la miseria, de toda explotación, de toda alienación.” (18) En la página 158 de su libro Gutiérrez explicó su creencia de la teología de la liberación con estas palabras: “La obra de Cristo es una nueva creación. En este sentido, Pablo habla de una “nueva creación” en Cristo (Gal. 6:15; 2 Cor. 5:17). Por otra parte, es a través de esta “nueva creación”, es decir, a través de la salvación que Cristo ofrece, que la creación adquiere su pleno significado (cf. Rom. 8). Pero la obra de Cristo es presentada al mismo tiempo como una liberación del pecado y de todas sus consecuencias; explotación, injusticia, odio. Esta liberación cumple de una manera inesperada las promesas de los profetas y crea un nuevo PUEBLO ELEGIDO, que en esta ocasión INCLUYE TODA LA HUMANIDAD [es decir UNIVERSALISMO]. La


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creación y de la salvación, por tanto, tienen, en primer lugar, un sentido cristológico: todas las cosas han sido creadas en Cristo, todas las cosas han sido salvadas en él (cf. Col. 1:15- 20).32” (19) También, la teología de la liberación re-define el “pecado” con un énfasis en el pecado “institucional”, “colectiva” y “social”. En la página 35 de la Teología de la Liberación, preconizada por el sacerdote jesuita Gustavo Gutiérrez, es encontrado el concepto “pecado colectivo”. Él dijo: “Pero en el enfoque de la liberación el pecado no es considerado como algo individual, privado, o simplemente una realidad interior hecha valer lo suficiente como para hacer necesaria una "redención espiritual", que no desafía el orden en el que vivimos. El pecado es considerado como un hecho social, histórico, la ausencia de hermandad y amor en las relaciones entre los hombres, el aliento de la amistad con Dios y con los demás hombres, y, por lo tanto, un interior, una fractura personal; cuando se considera de esta manera, las dimensiones colectivas del pecado se vuelven a descubrir...” (20) Considerando que el pecado se define en las Escrituras como la desobediencia de una persona a las leyes de Dios. Las leyes eternas de Dios están escritas en la Biblia (Mateo 22:36-40, Juan 17:6-8; 17:17, Romanos 13:8-10). El Señor nos manda a obedecer sus leyes eternas que se encuentran en el Nuevo Testamento de las Escrituras (El Nuevo Pacto - Hebreos capítulos 8-10, Juan 14:15-23). El apóstol Juan enseñó en 1 Juan 3:4, “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.”. En lugar de ser un enfoque centrado en Cristo y enfocar los problemas en la Biblia, la teología de la liberación es un enfoque basado en el marxismo centrado en las personas para resolver las injusticias sociales, económicas y políticas de la humanidad. En las páginas 237-238 Gutiérrez escribió: “La fe nos revela el sentido profundo de la historia, que nos creamos con nuestras manos: nos enseña que cada acto humano que está orientado hacia la construcción de una sociedad más justa tiene valor en términos de la comunión con Dios, en términos de la salvación; inversamente enseña que toda injusticia es una violación con él...El Evangelio no proporciona una utopía para nosotros; esta es una obra humana...” (21) La teología de la liberación busca unir a las personas de todas las creencias y considera aliados a todos los creyentes como “el pueblo de Dios.” En la página 278, Gutiérrez declaró: “La unidad de la Iglesia no se logra verdaderamente sin la unidad del mundo. En un mundo radicalmente dividido, la función de la comunidad eclesial es luchar contra las causas profundas de la división entre los hombres. Este compromiso es lo que solamente puede hacer de ella un signo auténtico de unidad...” (22) Observamos la visión “colectivista” universalista en la página 50 – “El pueblo de Dios en marcha para “dar cuenta de su esperanza” hacia “un cielo nuevo y una tierra nueva”. (23) La teología de la liberación busca unir a toda la humanidad en una “Nueva Sociedad” [socialista] “libertada” del capitalismo. Una vez más, note como Gutiérrez explicó este llamado a la “revolución cultural”. Sorprendentemente, esto suena similar a lo que podría


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haber sido recomendado por los líderes marxistas/comunistas asesinos de siglo XX como José Stalin, Mao-Tse-tung o Pol Pot. Gutiérrez escribió: “Ellos creen que no puede haber auténtico desarrollo para América Latina sólo si hay liberación de la dominación ejercida por los grandes países capitalistas, y en especial por el más poderoso, los Estados Unidos de América. Esta liberación también implica una confrontación con los aliados naturales de estos grupos, sus compatriotas que controlan la estructura de poder nacional. Cada vez es más evidente que los pueblos de América Latina no se desprenderán de su estado actual, salvo mediante una profunda transformación, una revolución social, que hará cambiar radical y cualitativamente las condiciones en las que viven ahora. Los sectores oprimidos dentro de cada país se están dando cuenta - es cierto que lentamente - de sus intereses de clase y del camino doloroso que debe seguirse para llevar a cabo la ruptura del status quo. Están tomando conciencia, aún más lentamente, de todo lo que la construcción de la nueva sociedad [socialista] implica...En América Latina estamos en medio de un proceso de fermento revolucionario en toda regla...” (24) Pero hay que tener en cuenta que la propagación de estas “revolución cultural” (página 237) y “revolución cultural permanente” (página 32) basadas en el marxismo enseñadas a la gente del Perú durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 ayudaron al levantamiento del famoso Sendero Luminoso (Sendero Luminoso) Partido Comunista del Perú junto con otros partidos socialistas y comunistas de allí. Los miembros de Sendero Luminoso también creen en la “revolución cultural” y la “revolución mundial” marxistas. ¿Es sólo una coincidencia que muchos jesuitas, sacerdotes y obispos católicos romanos, estaban predicando la teología de la liberación “revolución cultural” en América Latina al mismo tiempo? Muchas personas han muerto como resultado de estas “doctrinas de demonios” que se propagan por el Perú y en otros países de América Latina. Muchos de los que fueron asesinados por estos defensores marxistas de la “revolución cultural” eran cristianos muy pobres, cristianos bíblicos que vivían en aldeas rurales y se negaron a renunciar a su fe en Jesucristo. Sendero Luminoso, conocido por sus juicios simulados, asesinatos brutales y horribles masacres, fue fundado en la década de 1960 por un ex profesor universitario de filosofía llamado Abimael Guzmán. Este Grupo continúa operando en Perú. (25) La teología de la liberación se expone como la “Nueva Teología Política” en la sección titulada con este nombre y que se encuentra en las páginas 220-224. (26) No hay duda de que la teología de la liberación es una teología política en lugar de una teología bíblica. La teología de la liberación, que fue dada a luz entre los jesuitas originalmente, parece ser una síntesis de las enseñanzas del jesuita Teilhard de Chardin (universalismo oculto) y Carlos Marx (marxismo). Las enseñanzas de los dos hombres se identifican con facilidad en Teología de la Liberación Historia, Política y Salvación. La teología de la liberación aboga por un modelo marxista de “transformación” de toda la sociedad, resultante supuestamente en una nueva “utopía” para la


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humanidad. Al ver la necesidad de apoyar y participar en una “lucha de clases en todo el mundo” Gutiérrez, postuló: “Por otra parte, cada vez es más evidente que el proceso revolucionario debe abarcar todo el continente. Hay pocas posibilidades de éxito con intentos limitados a un ámbito nacional...” (27) Refiriéndose al plan de construir “una nueva sociedad,” el jesuita Gutiérrez señaló, “Pero las cosas se están moviendo en esta dirección. Una aspiración profunda para la creación de un nuevo hombre es la verdadera razón en el proceso de liberación que el continente está experimentanto.3 Se trata de una creación difícil que tendrá que superará los conflictos y antagonismos. Medellín comenta correctamente que “estamos en el umbral de una nueva época en la historia de nuestro continente. Parece ser un tiempo lleno de celo por la emancipación total, de liberación de toda forma de servidumbre, de maduración personal y de la integración colectiva. En estos signos que percibimos son los primeros indicios del doloroso nacimiento de una civilización [global] nueva.” (28) Gutiérrez señaló, “Si creemos que el Reino de Dios es un don que es recibido en la historia, y si creemos, como las promesas escatológicas - tan llenas de contenido humano e histórico - nos indican, que el Reino de Dios necesariamente implica el restablecimiento de la justicia en el mundo, 43 entonces debemos creer lo que Cristo dice que pobres son bienaventurados porque el Reino de Dios ha comenzado: “El tiempo ha llegado; el Reino de Dios está cerca” (Marcos 1:15). En otras palabras, ha comenzado la eliminación de la explotación y la pobreza que impiden a los pobres de ser humanos plenamente; ha comenzado un reino de justicia, que va más allá de lo que ellos podrían haber esperado. Ellos son bienaventurados porque la venida del Reino pondrá fin a su pobreza PARA CREAR UN MUNDO DE HERMANDAS. ELLOS SON BENDECIDOS POR CAUSA DEL MESÍAS [¿CUÁL MESÍAS? ¿JESUCRISTO O EL ANTICRISTO?] QUE ABRIRÁ LOS OJOS DE LOS CIEGOS Y DARÁ PAN AL HAMBRIENTO.” [Mayúsculas en el original] (29) Esto se refiere al establecimiento de un “Reino” artificial, global creada por la humanidad. Esto es precisamente lo que “el anticristo” futuro tiene en mente (Daniel 7:3-24, Apocalipsis 13:7). La teología de la liberación llama a católicos laicos, sacerdotes y obispos a la acción política contra la pobreza y a apoyar una “opción preferencial por los pobres”. Gutiérrez llamó a la pobreza “una condición escandalosa contraria a la dignidad humana y, por tanto, en contra de la voluntad de Dios.” (30) En las páginas 101-106 observamos la llamada a los laicos, sacerdotes, religiosos y obispos para participar en el proceso de liberación a través de la acción política en favor de los pobres. En la página 56 Gutiérrez insta: “Por lo tanto, la tarea especial de los laicos será la creación de esta nueva cristiandad en la esfera temporal. Para este fin les resultará útil unirse a las organizaciones basadas en los principios cristianos - y que lleva un nombre cristiano.11” (31) Gutiérrez también escribió acerca de “la opción preferencial por los pobres” observada en el ministerio de Jesucristo. Vea las enseñanzas similares del papa Francisco relativas a “la opción preferencial por los pobres” y EL DOCUMENTO DE APARECIDA V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICA Y DEL CARIBE en


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Aparecida, Brasil del 13 al 31 de mayo 2007. (32) Reconocemos que nuestro Salvador demostró un amor especial por la gente en la pobreza y la salvación y esperanza ofrecidas a ellos (Lucas 6). Si bien es cierto que hay que seguir el ejemplo de amar de Cristo, enseñar la verdad bíblica y ayudar a los pobres, la teología de la liberación no hace nada de lo anterior. ¿Por qué? Porque: 1) El marxismo no se basa en acciones de amor cristiano. 2) El marxismo no sigue la verdad bíblica. 3) El marxismo no ayuda a proporcionar a largo plazo, soluciones tangibles a los problemas encontrados por los pobres. El marxismo crea más problemas que soluciones. Mientras que, las soluciones de Dios son soluciones tangibles que se encuentran en las Escrituras de la verdad que ayudarán a los de la desesperación de la pobreza en el largo plazo. Afortunadamente, encontramos en la Santa Biblia que nuestro Dios ama a los pobres y es plenamente consciente de sus necesidades, dolores y opresiones. Nuestro Señor Jesús dio una promesa para todos los que lo buscan y lo siguen. Esta promesa es tan relevante en el siglo XXI como lo fue cuando la dijo nuestro Salvador en el primer siglo. En cuanto a nuestras necesidades básicas de alimentos y ropa, Jesús enseñó: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33) La pregunta es: ¿Tenemos fe para creer que nuestro Señor está dispuesto a mantener su promesa a nosotros en el siglo XXI? Además, estamos siguiendo el ejemplo de nuestro Señor cuando ministramos a aquellos en pobreza (Lucas 6). Las Escrituras tienen mucho que decir sobre los pobres y revelar la compasión del Señor hacia ellos. En el Salmo 9:18 Rey David proclamó: “Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.” Del mismo modo, David declaró, “Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.” (Salmo 41:1) En Proverbios 19:17 leemos: “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” Por lo tanto, nos encontramos con que es agradable a nuestro Dios ayudar a los pobres. Seremos bendecidos de Jehová si ministramos a aquellos en la pobreza. Reconocemos la importancia de servir a los pobres en nombre de Jesucristo (Mateo 25:40). La pregunta central es: ¿Cómo podemos ayudar a los pobres? 1) No es un pecado ser pobre. 2) No tenemos que vender nuestro alma al marxismo para ayudar los pobres. 3) El marxismo trae más problemas y condiciones peores. 4) Hay una mejor manera: Seguir el ejemplo de nuestro Salvador. Cristo no dijo que buscaramos soluciones a los problemas de la gente, siguiendo los conceptos del marxismo que es la fuente en que se inspiró Gutiérrez para escribir la Teología de la Liberación. No encontramos mejor ejemplo a seguir que el de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¿Cómo sirvió Cristo a los pobres en el primer siglo? Durante su ministerio en la tierra, nuestro Señor Jesús ministró a los pobres en cinco formas primarias. Estas son: 1) Cristo proveyó la salvación de sus almas. 2) Jesús oró por ellos. 3) Nuestro Señor les enseñó. 4) Cristo los console. 5) Nuestro Salvador compartió alimentos con ellos.


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Sin embargo, no necesitamos robar a los ricos para alimentar a los pobres. El Presidente Abraham Lincoln enseñó: “No enriquezcamos a los pobres mediante el empobrecimiento de los ricos.” Pongamos las cosas en claro. El marxismo (también llamado progresismo - fuente de inspiración para la Teología de la Liberación) es un sistema impío que no se basa en el amor cristiano. El marxismo / progresismo niega a Dios, Su Santa Biblia, Su autoridad y Su moralidad. Trágicamente, la teología de la liberación se convirtió en una síntesis con el marxismo, asesina y destructiva, que se extendió por América Latina (Juan 8:43-44; 10:10). Teología de la liberación se convirtió en una de las principales causas de los diversos movimientos de guerrilla y las guerras civiles que desgarraron países en América Latina durante las décadas de 1960, 1970 y 1980. Los resultados de la propagación y acciones de la teología de la liberación fueron evidentes en países como: Cuba, Perú, El Salvador, Nicaragua, Chile, Bolivia, Venezuela y en México (en el estado de Chiapas). La teología de la liberación ha inspirado ataques violentos, disturbios, asesinatos, masacres, guerras civiles, robo de propiedad, redistribución de la tierra, y un sufrimiento humano incalculable. Esta teología inspira odio, desconfianza y conflicto entre las clases sociales. Es lo opuesto a las enseñanzas de amor cristiano y los mandamientos de Cristo Jesús que se encuentran en el Nuevo Testamento de la Escrituras (Juan 13:35; 14:15-23; 15:12). ¿Cuántas personas han muerto en la violencia sin sentido, como resultado de la propagación de la teología de la liberación y el marxismo? El fruto de esta teología falsa revela su fuente espiritual (Juan 8:43-44, 1 Juan 3:10-15). No se equivoque, la teología de la liberación es una de las “doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1-3; 2 Timoteo 3:13). Por otra parte, es notable que el autor Malachi Martin escribió acerca de la “nueva misión jesuita” expuesta en el documento de trabajo del “Proyecto de Liderazgo Nacional de los Jesuitas” de la década de 1960. Incluye “su propósito de cambiar la estructura fundamental de América a partir de una democracia capitalista” a un “nuevo tipo de sociedad que no puede ser el “capitalismo democrático como lo conocemos.” Este movimiento de “transformación de la cara sociopolítica de Occidente” fue el resultado de “la extraña alianza entre jesuitas y marxistas” [es decir, la teología de la liberación] nacida en América Latina.] (33) La teología de la liberación no sólo ha tenido un impacto de largo alcance en América Latina, también muchos en los Estados Unidos la han abrazado o han sido influenciados en gran medida por ésta. ¿Qué tan peligrosas y diabólicas son las enseñanzas de la teología de la liberación y la propagación de ésta por los jesuitas a los líderes del gobierno, líderes religiosos, estudiantes y los que tienen la riqueza? Martin observó, “...Arthur F. McGovern, S. J., es un apologista excepcional y convencido para el nuevo anti-capitalismo jesuita. En 1980, publicó un libro sobre el tema - Marxismo: Una Perspectiva Cristiana Americana... Rápidamente, muchos jesuitas comenzaron a trabajar con la pasión y el celo que siempre ha sido tan típico de ellos, para el éxito de los sandinocomunistas en Nicaragua; y, cuando los sandinistas tomaron el poder, esos mismos jesuitas entraron en puestos cruciales en el gobierno


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central, y atrajeron a otros a unirse a diversos niveles regionales. En otros países de América Central, por su parte, los jesuitas no sólo participaron en la formación de escuadrones de guerrillas marxistas, también algunos se convirtieron en guerrilleros...” (34) Por otra parte, un hecho aún más escalofriante surge cuando reunimos datos sobre los jesuitas. Martin señaló, “el pensamiento de Teilhard [es decir, punto omega] se había convertido en parte del pensamiento de la dirección intelectual de la Compañía de Jesús...Como Teilhard había llenado el vacío de fundamentos científicos para la nueva teología de George Tyrrell, S. J., por lo que la teología de la liberación - defendida en gran parte por jesuitas latinoamericanos - proveyó un objetivo tangible para las nuevas teorías de Teilhard de Chardin, S. J..,: la liquidación del imperialismo económico capitalista y transnacional [es decir, de EEUU]. Y esos mismos jesuitas proporcionan así un espacio real en el cual experimentar para la instalación y el sustento de la “nueva humanidad”: Todos los países de América Latina y el Tercer Mundo.” (35) Además, la teología de la liberación nacida entre los jesuitas católicos de América Latina se ha extendido a otras comunidades de fe que resulta en las mismas doctrinas falsas que están siendo aplicadas en el contexto de otras culturas. Ha influido en el corazón y la mente de muchas personas. Por ejemplo, considere el origen, crecimiento e impacto de la teología negra de la liberación del profesor y autor James Hal Cono. Con la publicación del libro titulado Black Theology and Black Power (Teología Negra y Poder Negro) por James Hal Cono en 1969, teología negra de la liberación empezó a ser difunda a los seminarios, escuelas de teología, denominaciones e iglesias entre muchos grupos afroamericanos en los Estados Unidos y en otros lugares. En esencia, la teología negra de la liberación es una mezcla de marxismo, el etnocentrismo y el racismo negro con las enseñanzas del cristianismo. Está lejos de ser Cristocéntrica, cristianidad basada en la Biblia. Es cristianismo politizado. Es una distorsión venenosa tremenda de “la fe que ha sido una vez dada a los santos” en el primer siglo como se revela en el Nuevo Testamento (Judas 3). Es exactamente lo contrario del amor cristiano para todas las personas y todas las razas (Juan 13:35; Romanos 13:10). Es una teología de la muerte espiritual. Las declaraciones militantes que alimentan el racismo negro y la violencia en el libro titulado BLACK THEOLOGY AND BLACK POWER [TEOLOGIA NEGRA Y PODER NEGRO] de James Hal Cone revelan cuán potencialmente destructiva puede ser esta teología falsa del hombre. En la página 143, leemos: “Si el sistema americano está más allá de la redención tendremos que esperar y ver. Pero podemos estar seguros de que la paciencia negra se ha agotado, ya menos norteamericanos blancos responden positivamente a la teoría y la actividad del poder negro, entonces una guerra civil sangrienta, prolongada es inevitable.” [Es decir, ¿similar a una revolución marxista?] (36) Considerando que, en Lucas 9:53-56 leemos acerca de un incidente ocurrido un día, cuando dos de los discípulos de Cristo Jesús se molestaron debido a que su


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Señor no fue recibido en “un aldea de los samaritanos”. Ellos pidieron a nuestro Señor Jesús si deberían “mandar que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma.” Jesús les reprendió inmediatamente y dijo: “Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”. Por lo tanto, el verdadero Cristo, Mesías y Salvador del mundo - Jesucristo no vino con un deseo malicioso para destruir o matar gente de otras clases o culturas. EL VERDADERO CRISTO vino a salvar a la gente de sus pecados (Mateo 1:21). Como los cristianos verdaderos de la misma raíz (singular) - la raíz humana (Hechos 17:26), Jesús es nuestro ejemplo a seguir (Juan 13:15). Del mismo modo, en Hebreos 12:14-16 la Palabra de Dios instruye a los creyentes para “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracias de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.” Del mismo modo, Cristo proclamó, “El ladrón [falso maestro] no viene sino para hurtar y matar, y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:10) Por el contrario, ¿Cuál ha sido el fruto de la teología negra de la liberación? ¿Promovió la paz racial y el amor cristiano entre los negros y los blancos? ¡No! Hizo todo lo contrario. La teología negra de la liberación se ha traducido en un aumento de la violencia por motivos raciales, la hostilidad, la malicia y el odio entre los negros dirigidos contra los blancos durante décadas. Y el impacto de esta falsa teología ha sido traído al siglo XXI. Durante la elección presidencial de 2008, se reveló que el pastor del senador Barack Obama, Jeremiah Wright, consideró a James Hal Cone como su mentor. Además, la iglesia de Cristo Trinidad unida en Chicago, “...es la iglesia más frecuentemente citado por los informes de la prensa, y por Cone como el mejor ejemplo de una iglesia fundada formalmente en la visión de la teología negra de liberación.9 En 2008 la controversia de Jeremías Wright sobre el racismo y el anti-americanismo en sermones de Wright y declaraciones, causaron que el entonces senador Barack Obama se distanciara de su anterior pastor.9, 17” (37) Hasta principios de 2008, la página web de la iglesia de Cristo Trinidad unida presentaba enseñanzas consistentes con la teología negra de la liberación. Sin embargo, estas enseñanzas fueron eliminadas cómodamente desde el sitio web de la iglesia a principios de 2008. Por otra parte, sabemos que Obama fue adoctrinado en justicia social[ista] y organización comunitaria por Gregory Gelluzzo, un ex sacerdote jesuita. Gelluzo dirigió la Fundación Gamaliel en Chicago creada por el socialista Saúl Alinsky. Pues bien, la solución que honra a Cristo Jesús a todo esto está clara. En todas las culturas los cristianos obedientes deben descartar las teologías falsas de la teología de la liberación, teología negra de liberación y justicia social[ista] (Juan 13:35; 15:12). En lugar de seguir las enseñanzas falsas creadas por hombres engañados, volvamos a seguir y servir a nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las enseñanzas fieles y


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verdaderas del Nuevo Testamento (Mateo 28:18-20, Juan 8:31-32; 13:15; 13:35; 17:6-8, Hechos 2:40-42; 17:10-11, 2 Timoteo 3:14-17; 4:1-7). No despreciemos a los que son engañados por estas doctrinas falsas de hombres. En cambio, oremos por su salvación y busquémosles para testificarles desde las Escrituras de la verdad. Es nuestra esperanza de que puedan ser ganados al “amor de la verdad” y “la sana doctrina”. El apóstol Pedro dijo al cojo, “No tengo de plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda...y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.” (Hechos 3:6-8) Tales son las obras de nuestro Señor, Salvador y Rey Jesucristo! Dios puede y suplirá nuestras necesidades. PORQUE PARA CON NUESTRO DIOS TODO ES POSIBLE! (Mateo 6:33; 19:26, Marcos 4:38-41; 9:23; 10:27, Juan 3:2; 20:30-31) Ω © 2014, revisión 2018, Nolan McFadden copias permitidas


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Apéndice A Una Sinopsis de Populorum Progressio del Papa Pablo VI por Nolan McFadden Α La carta conocida como Populorum Progressio es una encíclica social católica dada en Roma el 26 de marzo de 1967. Las palabras latinas Populorum Progressio se traducen literalmente al español como Progreso de los Pueblos. Este escrito ha tenido un gran impacto en ayudar a avanzar el socialismo / progresismo global en la era global. Durante más de cinco décadas, Populorum Progressio ha inspirado el activismo de izquierda en todo el mundo. El Populorum Progressio es una carta que presenta una síntesis de las perspectivas izquierdistas que incluye elementos del socialismo / progresismo, humanismo, universalismo religioso y político, globalismo oculto y anticapitalismo expresada en el lenguaje religioso del catolicismo. Frases comunes del marxismo / comunismo tales como “el bien común”, “viviendo en común”, “la labor común”, “obra común”, “acción común”, “la utilidad común”, “la justicia social[ista] entre las naciones” e “integración” (social) son utilizadas a través de la carta. El Papa Paulo VI compartió el motivo de su encíclica en el preámbulo: “El desarrollo de los pueblos…es observado por la Iglesia [católica romana] con atención.” El alcance de la carta incluye a todo el mundo; así se desprende del texto latino de Nuestros viajes 4. Paulo VI comentó “Antes de nuestra elevación al Sumo Pontificado, [nota: las próximas palabras en el texto latín son “omnium Patris locum” significa en español “el lugar del Padre de todos” y no están incluídas en la traducción al español.] En Hecho Importante 3. Paulo VI escribió “Hoy el hecho más importante del que todos deben tomar conciencia es el de que la cuestión social ha tomado una dimensión mundial. Además, en Justicia Paz 5. Paulo VI dijo, “Por esto hoy dirigimos a todos este solemne llamamiento para una acción concreta [nota: en el texto latín las palabras - “coniunctio communiter progrediatur” están traducidas al español corectamente como “una combinacion de sentido comun” en lugar de “una acción concreta”] en favor del desarrollo integral del hombre y del desarrollo solidario de la humanidad.” [es decir universalismo político] Del mismo modo, las opiniones de Paulo VI con respecto a la propiedad privada se explican en la sección La propiedad 23. Él cree que “…la propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto. No hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario.” En Fraternidad de los pueblos 44, el Papa Paulo VI propone la redistribución de la riqueza “…en la ayuda que las naciones ricas deben aportar a los países en vías de desarrollo; " En Lo superfluo 49. Paulo VI escribió “Hay que decirlo una vez más: lo superfluo de los países ricos debe servir a los países pobres.” Populorum Progressio minimiza el derecho a la propiedad privada. En III. ACCIÓN QUE SE DEBE EMPRENDER Papa Paulo VI proclamó “…los bienes creados deben llegar a todos en forma justa, según la regla de la justicia, inseparable de la caridad [16] Todos los demás derechos, sean los que sean, comprendidos en ellos los de propiedad y


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comercio libre, a ello están subordinados: no deben estorbar, antes al contrario, facilitar su realización, y es un deber social grave y urgente hacerlos volver a su finalidad primaria…En una palabra: el derecho de propiedad no debe jamás ejercitarse con detrimento de la utilidad común [la colectiva],…” [esto es socialismo católico] En la sección Hacia una condición más humana 20. El Papa Pablo (Paulo) VI llamó a “un humanismo nuevo”. Esto está referido a “un humanismo trascendental” en Deber personal 16. En Visión cristiana del desarrollo 14. Paulo VI declaró “El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre…Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera.” En Su ambivalencia 28 Paulo VI dijo “Pero el trabajo de los hombres, mucho más para el cristiano, tiene todavía la misión de colaborar en la creación del mundo sobrenatural [26], no terminado hasta que lleguemos todos juntos a constituir aquel hombre perfecto…” En Justicia de los contractos a escala de los pueblos 59 Paulo VI comenta “El libre intercambio sólo es equitativo si está sometido a las exigencias de la justicia social.” En Demografía 37, acerca del “crecimiento demográfico” Paulo VI dijo “Es cierto que los poderes públicos, dentro de los límites de su competencia, pueden intervenir, llevando a cabo una información apropiada y adoptando las medidas convenientes, con tal de que estén de acuerdo con las exigencias de la ley moral y respeten la justa libertad de los esposos.” Además, en la sección Hacia una autoridad mundial eficaz 78, el Papa Paulo VI brinda un "apoyo incondicional" a la Asamblea General de las Naciones Unidas declarando: “Vuestra vocación —dijimos a los representantes de la Naciones Unidas en Nueva York— es la de hacer fraternizar no solamente a algunos pueblos, sino a todos los pueblos (…) [es decir, Universalismo] ¿Quién no ve la necesidad de llegar así progresivamente a instaurar una autoridad mundial [es decir, un gobierno mundial] que pueda actuar eficazmente en el terreno jurídico y en el de la política? Posteriormente, en Hombres de buena voluntad 83, Paulo VI proclama: "Delegados en las instituciones internacionales, hombres de Estado, publicistas, educadores, todos, cada uno en vuestro sitio, vosotros sois los conductores de un mundo nuevo [en latín: novo rerum ordini – el nuevo orden de cosas].” En consecuencia, en Populorum Progressio vemos la influencia del Vaticano en acción promoviendo activamente las ideologías izquierdistas de socialismo / progresismo global, humanismo, universalismo religioso y político, globalismo oculto y anticapitalismo en la nueva era. Pero, desde Su perspectiva verdadera y justa, nuestro SEÑOR declaró: “y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.” (Apocalipsis 9:21, RVR 1960) “El Señor viene.” (1 Corintios 16:22) Fuente: w2.vatican.va/content/paul-vi/en/encyclicals/documents/hf-pvi_enc_26031967_populorum.html Ω © 2018, Nolan McFadden copias permitidas por el autor


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Apéndice B Una Sinopsis de PACEM IN TERRIS del Papa Juan XXIII por Nolan McFadden Α La carta conocida como PACEM IN TERRIS es una encíclica social católica dada en Roma el 11 de abril, 1963 a “los venerables hermanos Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos y otros Ordinarios en paz y comunión con la Sede Apostólica, al clero y fieles de todo el mundo y a todos los hombres de buena voluntad.” Esta es la primera encíclica católica dirigida a los católicos y “a todos los hombres de buena voluntad” fuera de la iglesia católica. Fue escrito con el propósito de promover la universalidad de la paz, la verdad, la justicia, la caridad y la libertad. Asimismo, se defienden los derechos humanos universales. En esta encíclica encontramos elementos de las filosofías falsas del mundo, incluyendo el humanismo, el progresismo, el globalismo oculto, el evangelio social, el universalismo político y religioso mezclados con las enseñanzas sociales católicas romanas. Observamos las palabras “el bien común (universal)” que se usan con frecuencia en esta carta. En la sección El orden en la humanidad 7. Papa Juan XXIII escribió “Son, en efecto, estas leyes las que enseñan claramente a los hombres,… finalmente, cómo deben coordinarse, de una parte, los individuos y los Estados, y de otra, la comunidad mundial de todos los pueblos, cuya constitución es una exigencia urgente del bien común universal.” En Los derechos del hombre Derecho a la existencia y a un decoroso nivel de vida 11. Juan XXIII declaró “Puestos a desarrollar, en primer término, el tema de los derechos del hombre, observamos que éste tiene un derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios necesarios para un decoroso nivel de vida, cuales son, principalmente, el alimento, el vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia médica y, finalmente, los servicios indispensables que a cada uno debe prestar el Estado. De lo cual se sigue que el hombre posee también el derecho a la seguridad personal en caso de enfermedad, invalidez, viudedad, vejez, paro y, por último, cualquier otra eventualidad que le prive, sin culpa suya, de los medios necesarios para su sustento [8].” En la sección Derechos económicos 18. leemos “En lo relativo al campo de la economía, es evidente que el hombre tiene derecho natural a que se le facilite la posibilidad de trabajar y a la libre iniciativa en el desempeño del trabajo [14].” En Derecho de residencia y emigración 25. Juan XXIII proclamó “Ha de respetarse íntegramente también el derecho de cada hombre a conservar o cambiar su residencia dentro de los límites geográficos del país; más aún, es necesario que le sea lícito, cuando lo aconsejen justos motivos, emigrar a otros países y fijar allí su domicilio [22]. El hecho de pertenecer como ciudadano a una determinada comunidad política no impide en modo alguno ser miembro de la familia humana y ciudadano de la sociedad y convivencia universal, común a todos los hombres.” [es decir, ciudadanía global]


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En El deber de actuar con sentido de responsabilidad 34. Juan XXIII afirmó “La dignidad de la persona humana requiere, además, que el hombre, en sus actividades, proceda por propia iniciativa y libremente…De esta manera, cada cual ha de actuar por su propia decisión, convencimiento y responsabilidad, y no movido por la coacción o por presiones que la mayoría de las veces provienen de fuera. Porque una sociedad que se apoye sólo en la razón de la fuerza ha de calificarse de inhumana. En ella, efectivamente, los hombres se ven privados de su libertad, en vez de sentirse estimulados, por el contrario, al progreso de la vida y al propio perfeccionamiento.” En La convivencia civil Verdad, justicia, amor y libertad, fundamentos de la convivencia humana 35. Juan XXIII dijo, “Más todavía: una comunidad humana será cual la hemos descrito cuando los ciudadanos, bajo la guía de la justicia, respeten los derechos ajenos y cumplan sus propias obligaciones; cuando estén movidos por el amor de tal manera, que sientan como suyas las necesidades del prójimo y hagan a los demás partícipes de sus bienes, y procuren que en todo el mundo haya un intercambio universal de los valores más excelentes del espíritu humano.” En La emancipación de los pueblos 42.-44. Papa Juan XXIII escribió “Observamos, por último, que, en la actualidad, la convivencia humana ha sufrido una total transformación en lo social y en lo político. Todos los pueblos, en efecto, han adquirido ya su libertad o están a punto de adquirirla. Por ello, en breve plazo no habrá pueblos dominadores ni pueblos dominados. Los hombres de todos los países o son ya ciudadanos de un Estado independiente, o están a punto de serlo. No hay ya comunidad nacional alguna que quiera estar sometida al dominio de otra. Porque en nuestro tiempo resultan anacrónicas las teorías, que duraron tantos siglos, por virtud de las cuales ciertas clases recibían un trato de inferioridad, mientras otras exigían posiciones privilegiadas, a causa de la situación económica y social, del sexo o de la categoría política. Hoy, por el contrario, se ha extendido y consolidado por doquiera la convicción de que todos los hombres son, por dignidad natural, iguales entre sí. Por lo cual, las discriminaciones raciales no encuentran ya justificación alguna, a lo menos en el plano de la razón y de la doctrina.” En Obliga al ciudadano 53. Juan XXIII dijo “Todos los individuos y grupos intermedios tienen el deber de prestar su colaboración personal al bien común.” En Obliga también al gobernante 54. Juan XXIII comentó “La razón de ser de cuantos gobiernan radica por completo en el bien común. De donde se deduce claramente que todo gobernante debe buscarlo, respetando la naturaleza del propio bien común y ajustando al mismo tiempo sus normas jurídicas a la situación real de las circunstancias. [37]” Además, en Está ligado a la naturaleza humana 55. Juan XXIII explicó “Sin duda han de considerarse elementos intrínsecos del bien común las propiedades características de cada nación [38]; pero estas propiedades no definen en absoluto de manera completa el bien común. El bien común, en efecto, está íntimamente ligado a la naturaleza humana. Por ello no se puede mantener su total integridad más que en el supuesto de que, atendiendo a la íntima naturaleza y efectividad del mismo, se tenga siempre en cuenta el concepto de la persona humana [39].” En Debe redundar en provecho de todos 56. Juan XXIII escribió “Añádase a esto que todos los miembros de la comunidad deben participar en el bien común por razón de su propia


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naturaleza, aunque en grados diversos, según las categorías, méritos y condiciones de cada ciudadano. Por este motivo, los gobernantes han de orientar sus esfuerzos a que el bien común redunde en provecho de todos, sin preferencia alguna por persona o grupo social determinado, como lo establece ya nuestro predecesor, de inmortal memoria, León XIII: No se puede permitir en modo alguno que la autoridad civil sirva el interés de uno o de pocos, porque está constituida para el bien común de todos [40]. Sin embargo, razones de justicia y de equidad pueden exigir, a veces, que los hombres de gobierno tengan especial cuidado de los ciudadanos más débiles, que puedan hallarse en condiciones de inferioridad, para defender sus propios derechos y asegurar sus legítimos intereses [41].” En Deberes de los gobernantes en orden al bien común 1. Defender los derechos y deberes del hombre 60.-61. Juan XXIII dijo “En 1a época actual se considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de 1a persona humana. De aquí que la misión principal de los hombres de gobierno deba tender a dos cosas: de un lado, reconocer, respetar, armonizar, tutelar y promover tales derechos; de otro, facilitar a cada ciudadano el cumplimiento de sus respectivos deberes. Tutelar el campo intangible de los derechos de 1a persona humana y hacerle llevadero el cumplimiento de sus deberes debe ser oficio esencial de todo poder público [45]. 61. Por eso, los gobernantes que no reconozcan los derechos del hombre o los violen faltan a su propio deber y carecen, además, de toda obligatoriedad las disposiciones que dicten [46].” En Acceso del ciudadano a la vida pública 74. Juan XXIII habló del “progreso de la sociedad humana.” En Las relaciones internacionales deben regirse por el principio de la solidaridad active Asociaciones, colaboración e intercambios 98. Juan XXIII dijo “En este punto es necesario tener a la vista que la autoridad pública, por su propia naturaleza, no se ha establecido para recluir forzosamente al ciudadano dentro de los límites geográficos de la propia nación, sino para asegurar ante todo el bien común, el cual no puede ciertamente separarse del bien propio de toda la familia humana.” En La carrera de armamentos y el desarme 112. Juan XXIII mandó la prohibición de las armas atómicas. El dijo “Por lo cual la justicia, la recta razón y el sentido de la dignidad humana exigen urgentemente que cese ya la carrera de armamentos; que, de un lado y de otro, las naciones que los poseen los reduzcan simultáneamente; que se prohíban las armas atómicas; que, por último, todos los pueblos, en virtud de un acuerdo, lleguen a un desarme simultáneo, controlado por mutuas y eficaces garantías.” En IV. ORDENACIÓN DE LAS RELACIONES MUNDIALES La interdependencia de los Estados en lo social, político y económico 130.-131. Juan XXIII escribió “Los recientes progresos de la ciencia y de la técnica, que han logrado repercusión tan profunda en la vida humana, estimulan a los hombres, en todo el mundo, a unir cada vez más sus actividades y asociarse entre sí. Hoy día ha experimentado extraordinario aumento el intercambio de productos, ideas y poblaciones. Por esto se han multiplicado sobremanera las relaciones entre los individuos, las familias y las asociaciones intermedias de las distintas naciones, y se han aumentado también los contactos entre los gobernantes de los diversos países. Al mismo tiempo se ha acentuado la interdependencia entre las múltiples economías nacionales; los sistemas económicos de los pueblos se van cohesionando gradualmente entre sí,


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hasta el punto de quede todos ellos resulta una especie de economía universal; en fin, el progreso social, el orden, la seguridad y la tranquilidad de cualquier Estado guardan necesariamente estrecha relación con los de los demás.” 131. En tales circunstancias es evidente que ningún país puede, separado de los otros, atender como es debido a su provecho y alcanzar de manera completa su perfeccionamiento. Porque la prosperidad o el progreso de cada país son en parte efecto y en parte causa de la prosperidad y del progreso de los demás pueblos.” [es decir, globalismo] Posteriormente, el Papa Juan XXIII presentó razones para la creación de las Naciones Unidas como “la autoridad pública mundial” necesaria en El principio de subsidiariedad en el plano mundial 140. El dijo “Además, así como en cada Estado es preciso que las relaciones que median entre la autoridad pública y los ciudadanos, las familias y los grupos intermedios, se regulen y gobiernen por el principio de la acción subsidiaria, es justo que las relaciones entre la autoridad pública mundial y las autoridades públicas de cada nación se regulen y rijan por el mismo principio. Esto significa que la misión propia de esta autoridad mundial es examinar y resolver los problemas relacionados con el bien común universal en el orden económico, social, político o cultural, ya que estos problemas, por su extrema gravedad, amplitud extraordinaria y urgencia inmediata, presentan dificultades superiores a las que pueden resolver satisfactoriamente los gobernantes de cada nación.” En La organización de las Naciones Unidas 142.-145., el Papa Juan XXIII dio su aprobación a la ONU comentando “Sin embargo, el objetivo fundamental que se confió a la Organización de las Naciones Unidas es asegurar y consolidar la paz internacional, favorecer y desarrollar las relaciones de amistad entre los pueblos, basadas en los principios de igualdad, mutuo respeto y múltiple colaboración en todos los sectores de la actividad humana. 143. Argumento decisivo de la misión de la ONU es la Declaración universal de los derechos del hombre, que la Asamblea general ratificó el 10 de diciembre de 1948. En el preámbulo de esta Declaración se proclama como objetivo básico, que deben proponerse todos los pueblos y naciones, el reconocimiento y el respeto efectivo de todos los derechos y todas las formas de la libertad recogidas en tal Declaración. 144. No se nos oculta que ciertos capítulos de esta Declaración han suscitado algunas objeciones fundadas. juzgamos, sin embargo, que esta Declaración debe considerarse un primer paso introductorio para el establecimiento de una constitución jurídica y política de todos los pueblos del mundo… 145. Deseamos, pues, vehementemente que la Organización de las Naciones Unidas pueda ir acomodando cada vez mejor sus estructuras y medios a la amplitud y nobleza de sus objetivos. ¡Ojalá llegue pronto el tiempo en que esta Organización pueda garantizar con eficacia los derechos del hombre! derechos que, por brotar inmediatamente de la dignidad de la persona humana, son universales, inviolables e inmutables. Tanto mas cuanto que hoy los hombres, por participar cada vez más activamente en los asuntos públicos de sus respectivas naciones, siguen con creciente interés la vida de los demás pueblos y tienen una conciencia cada día más honda de pertenecer como miembros vivos a la gran comunidad mundial.” [es decir, el


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universalismo político / la fraternidad de toda la humanidad como concepto de masonería] Entonces, en Utilidad de estos contactos 160. Juan XXIII recordó a los católicos romanos que “Por lo cual, cuando se trata de los católicos, la decisión en estas materias corresponde principalmente a aquellas personas que ocupan puestos de mayor influencia en el plano político y en el dominio específico en que se plantean estas cuestiones. Sólo se les impone una condición: la de que respeten los principios del derecho natural, observen la doctrina social que la Iglesia [Católica Romana] enseña y obedezcan las directrices de las autoridades eclesiásticas. Porque nadie debe olvidar que la Iglesia [Católica Romana] tiene el derecho y al mismo tiempo el deber de tutelarlos principios de la fe y de la moral, y también el de interponer su autoridad cerca de los suyos, aun en la esfera del orden temporal, cuando es necesario juzgar cómo deben aplicarse dichos principios a los casos concretos [67].” El apóstol Pablo nos advirtió “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías [como el humanismo, el progresismo, el globalismo oculto, el universalismo político, el romanismo y el evangelio social] y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él [Jesucristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza [singular] de todo principado y potestad.” (Colosenses 2:8-10); también Pablo dijo “Y nosotros [cristianos auténticos] no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” (1 Corintios 2:12-13) “El Señor viene.” (1 Corintios 16:22) “sí, ven, Señor Jesús.” Fuente: http://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/encyclicals/documents/hf_jxxiii_enc_11041963_pacem.html

Ω © 2018 Nolan McFadden copias permitidas por el autor


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Bibliografía 1. Piers Compton, The Broken Cross The Hidden Hand in the Vatican, (Australia, Veritas Publishing, 1984), Parts 1-4 2. Ibid., The Broken Cross The Hidden Hand in the Vatican, Parts 5-14 3. Avro Manhattan, THE VATICAN MOSCOW WASHINGTON ALLIANCE, (Chino, CA, Chick Publications, 1982), Preface 4. Gustavo Gutierrez, A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, (Maryknoll, New York, ORBIS BOOKS, 1973), p. xi 5. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. xi 6. Malachi Martin, THE JESUITS The Society of Jesus and the Betrayal of the Roman Catholic Church, (New York, NY, Simon & Schuster, Inc., 1987), pp. 303-317 7. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 35 8. Ibid., WEBSTER’S NEW WORLD DICTIONARY OF THE AMERICAN LANGUAGE (COLLEGE EDITION), p. 902 9. David Noebel, Understanding the Times, (Eugene, OR, Harvest House Publishers, 1991), pp. 800, 817 10. Richard Wurmbrand, Marx and Satan, (Bartlesville, OK, Living Sacrifice Book Company, 1986) 11. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 32 12. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 237 13. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 112-113 14. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 87 15. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 36 16. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 301 17. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 175-176 18. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 177-178 19. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 158 20. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 35 21. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 237-238 22. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 278 23. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 50 24. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 88-89 25. http://en.wikipedia.org/wiki/Shining_Path 26. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 220-224 27. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 89 28. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 214 29. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, pp. 298-299 30. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 291 31. Ibid., A THEOLOGY OF LIBERATION History, Politics and Salvation, p. 56 32. http://www.caritas.org.pe/documentos/documento_conclusivo_aparecida. pdf


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33. Ibid., THE JESUITS The Society of Jesus and the Betrayal of the Roman Catholic Church, pp. 15-17 34. Ibid., THE JESUITS The Society of Jesus and the Betrayal of the Roman Catholic Church, pp. 16-17 35. Ibid., THE JESUITS The Society of Jesus and the Betrayal of the Roman Catholic Church, p. 302 36. James H. Cone, BLACK THEOLOGY AND BLACK POWER, (New York, NY, The Seabury Press, 1969), p. 143 37. “Black liberation theology” https://en.wikipedia.org/wiki/Black_theology


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