No existe una sola forma en que el TDAH afecte las relaciones románticas, y la condición a menudo tiene aspectos positivos y negativos. Muchas parejas, por ejemplo, descubren que el TDAH de uno de ellos (o ambos, en algunos casos) mejora la relación haciéndola más espontánea o sexualmente satisfactoria. Otros, sin embargo, encuentran que los síntomas de distracción, desorganización o impulsividad pueden conducir a problemas de comunicación frustrantes entre los socios o desencadenar discusiones.
Ambos miembros de la pareja, independientemente de su propio estado de TDAH, deben ser honestos acerca de los desafíos que el TDAH trae a la relación, al mismo tiempo que se esfuerzan por apreciar sus ventajas siempre que sea posible. Tener compasión por la pareja es fundamental para que cualquier relación con TDAH funcione.