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Sevir nr. 65 Agosto 2020

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O diácono, “ guardião do serviço na Igreja”


Editorial A vueltas con las diaconías Diác. Gonzalo Eguía Coordinador de Servir en periferias Bilbao, España, 1 de agosto de 2020

A vueltas con las diaconías Diác. Gonzalo Eguía Coordinador de Servir en las periferias Bilbao, España, 1 de agosto de 2020 Este mes recién terminado de julio nos ha traído la Instrucción de la Congregación para el Clero “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”. El Informativo presenta la reflexión que sobre la Instrucción hace el diácono italiano Enzo Petrolino. La referencia directa al ministerio diaconal la podemos encontrar en el capítulo octavo que se dedicada a las "Formas ordinarias y extraordinarias de encomienda de la cura pastoral de la comunidad parroquial", concretamente los artículos 79 a 82 del apartado quinto. En estos artículos se presenta a los diáconos como ministros ordenados, colaboradores del Obispo y de los presbíteros en la misión evangelizadora desde la triple diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Con el objetivo de garantizar la identidad diaconal se recuerdan algunas referencias del Concilio Vaticano II, del Papa Pablo VI. Destacan las declaraciones del Papa Francisco, ya comentadas en otras editoriales, en las que se reclama la identidad propia, no “como medio Informativo servir en las periferias

sacerdotes y medio laicos”, evitando todo clericalismo y funcionalismo, y se reivindica el ministerio del diácono al que asigna la custodia del servicio en la Iglesia: “el servicio de la Palabra, el servicio del altar, el servicio a los pobres”. La Instrucción recuerda diversos documentos magisteriales que tratan y desarrollan este temática. Bajando al terreno concreto de las diaconías que se pueden encomendar a los diáconos, la Instrucción afirma: “Por tanto, son muchos los encargos eclesiales que pueden encomendarse a un diácono: todos aquellos que no implican la plena cura de almas. El Código de Derecho Canónico, con todo, determina qué oficios están reservados al presbítero y cuáles pueden confiarse a los fieles laicos; mientras que no hay indicación de algún oficio particular en el que el ministerio diaconal pueda expresar su especificidad” -nº 81-. El número 82 completa este “vacío legal” sobre oficios particulares diaconales de esta forma: “En todo caso, la historia del diaconado recuerda que fue establecido en el ámbito de una visión ministerial de la Iglesia, como ministerio ordenado al servicio de la Palabra y de la caridad; este último ámbito comprende también la administración de los bienes. Esta doble misión del diácono se expresa en el ámbito litúrgico, en el que está llamado a proclamar el Evangelio y a servir la mesa eucarística. Precisamente, estas referencias podrían ayudar a identificar tareas específicas para el diácono,

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valorando los aspectos propios de su vocación en orden a la promoción del ministerio diaconal. Hemos podido escuchar primeros comentarios sobre la Instrucción, también de forma explícita sobre las referencias diaconales del mismo. Algunos de estos comentarios tienen que ver, por un lado, sobre la recuperación de la Iglesia de Comunión y toda ella Ministerial que desarrolló el Concilio Vaticano II, y por otro, lo poco profética que se muestra la Instrucción al proponer servicios y ministerios propios para los diáconos, para el laicado y la vida consagrada. Pareciera como si el marco teológico en el que se asienta la Instrucción, teniendo en cuanta la realidad eclesial actual, no tiene después concreciones ministeriales que respondan a las necesidades que tiene la Iglesia hoy, y a las respuestas que cada iglesia local va dando en este campo, en el área de los ministerios laicales, y de los servicios encomendados a los diáconos. También hay comentarios de quienes no dudan en afirmar que ese “vacío” legal del Código de Derecho Canónico, sobre oficios particulares a asignar a los diáconos, en los que puedan expresar su especificidad, ha sido precisamente una posibilidad que ha permitido a muchas iglesias locales, atendiendo a las necesidades concretas que han ido descubriendo, señalar funciones específicas a los diáconos. En este sentido, hubiera sido interesante que la Instrucción recogiera esas experiencias, como una aportación del ministerio diaconal al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. En cualquier caso, y en relación con lo que estamos comentando, hay dos números de la Instrucción que, seguro que tendrán una repercusión dentro del ministerio diaconal, nos referimos a los números 115 y 116. En ellos se hablan de los centros llamados “diaconías” – nº116-, que podrán ser encomendados “a un vicario parroquial, o también, de modo especial, a uno o más diáconos permanentes, que tengan responsabilidad y los gestionen, eventualmente Informativo servir en las periferias

junto con sus familias, bajo la responsabilidad del párroco”, cuyo proceso de creación viene recogido en el número 115. Nos viene a la memoria la justificación teológica y las experiencias prácticas que al respecto se han venido realizando en varios lugares del mundo, de forma especial en Brasil, y de las que el diácono José Durán y Durán ha reflexionado ampliamente. Adjuntamos las declaraciones que ha realizado el miembro de la nueva Comisión pontificia sobre el diaconado femenino, el presbítero español Santiago del Cura. La pandemia de Covid 19 sigue avanzando a nivel mundial, en relación con esta triste y dramática situación, hemos conocido el fallecimiento de cinco diáconos mexicanos. Setenta diáconos de Panamá han reflexionado sobre la vida diaconal en tiempos de pandemia. Ante esta situación, la Asociación Nacional de Diáconos Hispanos de los EEUU ha cancelado la Conferencia anual que tenía pensado realizar en Houston, Texas, el próximo mes de septiembre. Por último, el diácono chileno Miguel Angel Parra nos ofrece la reflexión “La “crisis” de la identidad diaconal, en medio de la pandemia” Hemos conocido que, en Brasil, la Comisión de Diáconos de Brasil, ha formalizado la Unión de Juristas Diáconos y Esposas de Brasil. El Informativo ofrece dos interesantes reflexiones sobre el diácono en Ecuador y España, la primera del diácono Jorge Grijalva Salazar, y la segunda de nuestra colaboradora Montserrat Martínez, las dos provenientes del Centro Internacional del Diaconado, que acaba de convocar su Conferencia Internacional de Estudios, que se llevará a cabo en Barcelona -España-, entre los días 15 y 19 de septiembre de 2021, con el tema: “El futuro del diaconado en un mundo cambiante. ¿Cómo responden los diáconos a las crisis ecológicas, económicas, culturales y sociales de nuestro mundo?” El Informativo presenta varios noticias y testimonios de diáconos, en relación con las diaconías que estos realizan. Desde España destacan tres: el

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diácono, recién elegido como parte del Consejo Asesor del Consejo Episcopal en Mallorca, el diácono Ricard Rodríguez-Martos en el campo del apostolado del mar en Barcelona, y el diácono Francisco Holgado Ruiz, como responsable del economato social en Jerez. Y desde Estados Unidos, el diácono Bill Reid, como administrador de la una parroquia en Indiana, tras la destitución del párroco, y el diácono Sergio González en Joliet, que narra su historia vocacional. En el capítulo de publicaciones, el diácono brasileño ya mencionado José Durán y Durán ha presentado el libro "Igualdade e Desigualdade - Reflexões em Quarentena". En el área de las escuelas diaconales, el Informativo

presenta el programa de formación para el diaconado de la diócesis de Phoenix en EEUU. A quienes seguís este medio Informativo deseamos haceros llegar nuestra cercanía y apoyo en estos duros momentos de pandemia, de forma especial a quienes vivís en vuestras propias vidas la cercanía de la enfermedad, y a quienes estáis dedicándolas al servicio de los demás, que San Lorenzo, nuestro patrón, al que vamos a recordar dentro de unos días en su fiesta, nos ayude a renovar nuestro seguimiento del Señor Jesús. En nombre del Equipo Coordinador y de Redacción, un abrazo fraterno. Gonzalo Eguía

Ás voltas com as diaconias Diác. Gonzalo Eguía Coordenador de Servir nas periferias Bilbau, Espanha, 1 de agosto de 2020

Este mês recém terminado de julho trouxe-nos a Instrução da Congregação para o Clero “A conversão pastoral da comunidade paroquial ao serviço da missão evangelizadora da Igreja”. O Informativo apresenta a reflexão sobre a Instrução do diácono italiano Enzo Petrolino. A referência direta ao ministério diaconal pode ser encontrada no oitavo capítulo que se dedica às “Formas ordinárias e extraordinárias pelo cuidado pastoral da comunidade paroquial”, concretamente os artigos 79 a 82 do quinto parágrafo. Esses artigos apresentam os diáconos como ministros ordenados, colaboradores do Bispo e dos presbíteros na missão evangelizadora a partir da tríplice diaconia da liturgia, da palavra e da caridade. Para garantir a identidade diaconal, recordamse algumas referências do Concílio Vaticano II, de Papa Paulo VI. As declarações do Papa Informativo servir en las periferias

Francisco, já comentadas em outras editoriais, em que se afirma a identidade própria, não “como meio padres e meio leigos”, evitando todo o clericalismo e funcionalismo, e se reivindica o ministério do diácono a quem se lhe atribui a custódia do serviço na Igreja: “o serviço da Palavra, o serviço do altar, o serviço aos pobres”. A instrução recorda diversos documentos do magistério que tratam e desenvolvem este tema. Descendo para o terreno específico das diaconias que podem ser confiadas aos diáconos, a Instrução afirma: “Portanto existem muitos serviços eclesiais que podem ser confiados a um diácono: todos aqueles que não implicam a cura plena das almas. O Código de Direito Canónico, no entanto, determina que ofícios são reservados ao padre e que podem ser confiados aos fiéis leigos; embora não haja indicação de nenhum ofício em particular no qual o ministério diaconal possa expressar sua

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especificidade” - Nº 81. A questão 82 completa esse “vazio legal” sobre os ofícios diaconais particulares desta forma: “De qualquer forma, a história do diaconado lembra que foi estabelecida no contexto de uma visão ministerial da Igreja, como um ministério ordenado ao serviço da Palavra e da caridade; esta última área também inclui a administração dos bens. Esta dupla missão do diácono é expressa no meio litúrgico no qual ele é chamado a proclamar o Evangelho e a servir a mesa eucarística. Precisamente essas referências poderiam ajudar a identificar tarefas específicas para o diácono valorizando os aspetos próprios da sua vocação a fim de promover o ministério diaconal.” Podemos ouvir os primeiros comentários sobre a Instrução, também explicitamente sobre as referências diaconais da Instrução. Alguns desses comentários relacionam-se por um lado sobre a recuperação da Igreja de Comunhão e de toda ela Ministerial que desenvolveu o Concílio Vaticano II, e, por outro, o pouco profética que se mostra esta Instrução ao propor serviços e ministérios próprios para os diáconos, para o laicado e a vida consagrada. Parece como se o marco teológico em que assenta a Instrução, tendo em conta a realidade eclesial atual, não tem depois concretizações ministeriais que respondam às necessidades da Igreja hoje, e às respostas que cada igreja local está a dar neste campo, na área dos ministérios laicais, e dos serviços confiados aos diáconos. Também há comentários daqueles que não têm dúvidas em afirmar que esse “vazio” legal do Código de Direito Canónico, sobre ofícios particulares a serem atribuídos a diáconos, nos quais eles podem expressar sua especificidade, tem sido precisamente uma possibilidade que permitiu que muitas igrejas locais, atendendo às necessidades concretas que vêm descobrindo, indicassem funções específicas aos diáconos. Nesse sentido, teria sido interessante que a Instrução recolhesse essas experiências, como Informativo servir en las periferias

contribuição do ministério diaconal ao serviço da missão evangelizadora da Igreja. Em qualquer caso, e em relação ao que estamos a comentar, há dois números da Instrução que certamente terão impacto dentro do ministério diaconal, referimos aos números 115 e 116. Eles falam dos centros chamados “diaconias” - nº116 –,que poderão ser solicitados “ a um vigário paroquial, ou também, de modo especial, a um ou mais diáconos permanentes, que tenham responsabilidade e os dinamizem, eventualmente junto com suas famílias, sob a responsabilidade do pároco”, cujo processo de criação vem descrito no número 115. Recordamos a justificativa teológica e experiências práticas que a esse respeito se têm realizado em vários lugares do mundo, de forma especial no Brasil, e das que o diácono José Durán Y Durán tem amplamente refletido. Juntamos as declarações que realizou o membro da nova Comissão pontifícia sobre o diaconado feminino, o presbítero espanhol Santiago del Cura. A pandemia de Covid-19 continua a avançar a nível mundial, relacionado com esta triste e dramática situação, soubemos do falecimento de cinco diáconos mexicanos. Setenta diáconos de Panamá refletiram sobre a vida diaconal em tempo de pandemia. Diante desta situação, a Associação Nacional de Diáconos Hispânicos dos E.U.A. cancelaram a Conferência anual que estava planeada em Houston, Texas, no próximo mês de setembro. Por fim, o diácono chileno Miguel Angel Parra, oferece-nos a reflexão “ A “crise”de identidade diaconal, no meio da pandemia” Soubemos que, no Brasil, a Comissão de Diáconos de Brasil formalizou a União de Juristas Diáconos e Esposas de Brasil. O Informativo oferece duas interessantes reflexões sobre o diácono do Equador e Espanha, a primeira do diácono Jorge Grijalva

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Salazar, e a segunda de nossa colaboradora Montserrat Martinez, as duas provenientes do Centro Internacional do Diaconado, que acaba de convocar sua Conferência Internacional de Estudos, que se levará acabo em Barcelona – Espanha -, entre os dias 15 e 19 de setembro de 2021, com o tema : “Como respondem os diáconos às crises ecológicas, económicas, culturais e sociais de nosso mundo?” O Informativo apresenta várias notícias e testemunhos de diáconos, relacionadas com as diaconias que realizam. De Espanha destacamse três: o diácono recém eleito como parte do Conselho Consultivo do Conselho Episcopal em Maiorca, o diácono Ricard Rodriguez-Martos no campo do apostolado do mar em Barcelona, e o diácono Francisco Holgado Ruiz, como responsável do economato social em Jerez. Dos Estados Unidos, o diácono Bill Reid, como administrador de uma paróquia em Indiana, após a demissão do padre da paróquia, e do diácono Sergio González em Joliet, que narra sua história vocacional.

No capítulo de publicações, o diácono brasileiro já mencionado José Durán y Durán apresentou o livro “Igualdade e Desigualdade – Reflexões em Quarentena”. Na área das escolas diaconais, o Informativo apresenta o programa de formação para o diaconado da diocese de Phoenix, nos E.U.A. Para aqueles que seguem este meio Informativo desejamos trazer nossa proximidade e apoio nestes duros momentos de pandemia, de forma especial àqueles que vivem em suas próprias vidas a proximidade da doença e àqueles que estão a dedicar seus serviços aos outros, que S. Lourenço, nosso patrono, que celebraremos dentro de alguns dias em sua festa, nos ajude a renovar nosso seguimento do Senhor Jesus. Em nome da Equipa Coordenadora e de Redação, um abraço fraterno. Gonzalo Eguía

Tradução do original: Diacono Mario Henrique Pinto

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Santa Sede Instrucción de la Congregación para el Clero "La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia" Corresponsal: Equipo de redacción

Un instrumento canónico-pastoral relativo a los diversos proyectos de reforma de la comunidad parroquial y de las reestructuraciones diocesanas: así se presenta la Instrucción "La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia", redactada por la Congregación para el Clero. Isabella Piro - Ciudad del Vaticano En la Iglesia hay lugar para todos y todos pueden encontrar su lugar, en el respeto de la vocación de cada uno: el sentido de la Instrucción sobre la parroquia está todo aquí. El documento no contiene novedades legislativas, pero propone formas de aplicar mejor la legislación vigente, a fin de fomentar la corresponsabilidad de los bautizados y promover una pastoral de cercanía y cooperación entre las parroquias. Lo que emerge, sobre todo, es la urgencia de una renovación misionera, de una conversión pastoral de la parroquia, para que vuelva a descubrir ese dinamismo y esa creatividad que la llevan a ser siempre "en salida", con la contribución de todos los bautizados. Compuesta por once capítulos, la Instrucción podría dividirse en dos macroáreas: la primera (cap. 1-6) ofrece una amplia reflexión sobre la conversión pastoral, el sentido misionero y el valor de la parroquia en el contexto contemporáneo; la segunda (cap. 7-11), en cambio, se ocupa de la distribución de las comunidades parroquiales, los diferentes papeles que se desempeñan en ellas y las modalidades de aplicación de Informativo servir en las periferias

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las relativas normas. La parroquia, "casa en medio de las casas" signo de la presencia permanente del Señor Resucitado en medio de su Pueblo, la parroquia es "casa en medio de las casas" - se lee en la primera parte del documento - y su sentido misionero es fundamental para la evangelización. La globalización y el mundo digital han cambiado su vínculo específico con el territorio, que ya no es sólo un espacio geográfico, sino un espacio existencial. Pero es precisamente en este contexto que surge la "plasticidad" de la parroquia, capaz de captar las exigencias de los tiempos y adaptar su servicio a los fieles y a la historia. Por este motivo, la Instrucción subraya la importancia de una renovación en clave misionera de las estructuras parroquiales: lejos de autorreferencialidad y esclerotizaciones, deben centrarse en el dinamismo espiritual y en una conversión pastoral basada en el anuncio de la Palabra de Dios, la vida sacramental y el testimonio de la caridad. La "cultura del encuentro" deberá ser además el contexto necesario para promover el diálogo, la solidaridad y la apertura a todos: de este modo, las comunidades parroquiales podrán desarrollar un verdadero "arte de la cercanía". En particular, la Instrucción recomienda el testimonio de la fe en la caridad y la importancia de la atención a los pobres que la parroquia evangeliza y por quienes se deja evangelizar. Todo bautizado debe ser protagonista activo de la evangelización -reitera la Congregación para el Clero- y, por tanto, es esencial un cambio de mentalidad, una renovación interior para que se pueda llevar a cabo una reforma misionera de la pastoral. Naturalmente, estos procesos de cambio deberán ser flexibles y graduales, porque todo proyecto debe situarse en la vida real de una comunidad, sin imponerse desde arriba y sin "clericalizar" el servicio pastoral. Divisiones parroquiales La segunda parte de la Instrucción se abre con el análisis de las divisiones parroquiales: en primer lugar, se explica que deberán seguir el factor clave de la proximidad, teniendo en cuenta la homogeneidad de la población y las características del territorio. A continuación, el documento se centra en los procedimientos específicos relativos a la incorporación, la fusión o la división de las parroquias, así como en los relativos a los Vicariatos Foráneos que agrupan varias unidades parroquiales y las áreas pastorales que agrupan varios Vicariatos Foráneos. El párroco, "pastor propio" de la comunidad Espacio, también al tema del cuidado pastoral de las comunidades parroquiales, tanto en forma ordinaria como extraordinaria: en primer lugar, se subraya el papel del párroco como "pastor propio" de la comunidad. Está al servicio de la parroquia, y no al revés recuerda la Instrucción- y cuida de las almas. Por consiguiente, el párroco debe haber recibido la Orden del presbiterio; cualquier otra posibilidad está excluida. Administrador de los bienes de la parroquia y representante jurídico de la misma, el párroco debe ser nombrado por tiempo indeterminado, ya que el bien de las almas requiere estabilidad e implica el conocimiento de la comunidad y su cercanía. Sin embargo, la Instrucción recuerda que, cuando una Conferencia Episcopal lo establezca por decreto, el Obispo puede nombrar un párroco por un tiempo determinado, siempre que no sea inferior a cinco años. Además, una vez cumplidos los 75 años, el párroco tiene el "deber moral" de presentar su renuncia, pero no se retirará del cargo hasta que el Obispo la haya aceptado y comunicado por escrito. En cualquier caso, la aceptación siempre será por una "causa justa y proporcionada", para evitar una concepción "funcionalista" del ministerio. Los diáconos: ministros ordenados, no “mitad curas y mitad laicos” Una parte del octavo capítulo está dedicada a los diáconos: colaboradores de los Obispos y de los presbíteros en la única misión evangelizadora, son ministros ordenados y participan, aunque de manera diferente, del Sacramento del Orden, en particular en el ámbito de la evangelización y de la caridad, incluso en la administración de los bienes, la proclamación del Evangelio y el servicio de la mesa eucarística. No deben ser considerados, por lo tanto, "mitad sacerdotes y mitad laicos", dice la Instrucción citando Informativo servir en las periferias

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al Papa Francisco, ni deben ser vistos desde la perspectiva del clericalismo y el funcionalismo. El testimonio de los consagrados y el compromiso generoso de los laicos La Congregación para el Clero reflexiona también sobre los consagrados y los laicos al interno de las comunidades parroquiales: de los primeros, se recuerda no tanto “el hacer”, como “el ser testigos de un seguimiento radical de Cristo”, mientas de los laicos se subraya la participación en la acción evangelizadora de la Iglesia y se les pide “un compromiso generoso” para ser un testimonio de vida conforme al Evangelio y al servicio de la comunidad parroquial. Los fieles laicos, por otra parte, pueden ser instituidos lectores y acólitos (o para el servicio del altar) de forma estable, con el rito pertinente, establecida su plena comunión con la Iglesia Católica, de una formación adecuada y de una conducta personal y pastoral ejemplar. En circunstancias excepcionales, podrán recibir otros encargos del Obispo, “con su prudente criterio”: celebrar la Liturgia de la Palabra y el rito de las exequias, administrar el Bautismo, asistir los matrimonios, con previa licencia de la Santa Sede, y predicar en la iglesia o en un oratorio en caso de necesidad. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia pueden dar la homilía durante la misa. Los organismos de corresponsabilidad eclesial La Instrucción reflexiona también sobre los organismos parroquiales de corresponsabilidad eclesial, incluyendo el Consejo de Asuntos Económicos: de carácter consultivo, presidido por el párroco y compuesto por al menos tres miembros, es necesario ya que la gestión de los bienes de una parroquia es “un ámbito importante de evangelización y de testimonio evangélico para la Iglesia y la sociedad civil”. Los bienes son de la parroquia y no del párroco, recuerda la Congregación para el Clero; por lo tanto será tarea del Consejo de Asuntos Económicos hacer crecer una “cultura de la corresponsabilidad, de la transparencia administrativa y de apoyo a las necesidad de la Iglesia”. Es también consultivo el Consejo pastoral parroquial, cuya institución está “recomendada vivamente”: lejos de ser un mero organismo burocrático, este Consejo debe generar una espiritualidad de comunión, poniendo en evidencia la centralidad del Pueblo de Dios como sujeto activo de la evangelización. Su principal función es la investigación y el estudio de propuestas prácticas para iniciativas pastorales y caritativas de la parroquia, en sintonía con el camino de la diócesis. Para ser operativas, tales propuestas deben ser aceptadas por el párroco. No a los “tarifarios” para los Sacramentos, que la ofrenda sea libre El último capítulo se detiene sobre las ofrendas por la celebración de los sacramentos: deben ser “un acto libre” de parte del oferente y no deben ser exigidos como si fueran un impuesto o un arancel. La vida sacramental no “mercantilizada –recomienda la Instrucción- y la celebración de la Misa, como las otras acciones ministeriales, no pueden estar sujetas a aranceles, negociación o comercio. Por el contrario, se exhorta a los sacerdotes a dar un ejemplo virtuoso en el uso del dinero, a través de un estilo de vida sobrio y una administración transparente de los bienes de la parroquia. De esta manera, se podrán sensibilizar a los fieles para que contribuyan voluntariamente a las necesidades de la parroquia que también “son suyas propias”. Puede consultarse la Instrucción en el siguiente link: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/07/20/inst.html Fuente: https://www.vaticannews.va/

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Instrução A conversão pastoral da comunidade paroquial a serviço da missão evangelizadora da Igreja Corresponsal: Equipo de redac ción

O documento não contém novidades legislativas, mas propõe modalidades para aplicar melhor a normativa vigente, a fim de favorecer a corresponsabilidade dos batizados e promover uma pastoral de proximidade e cooperação entre as paróquias. Vatican News Segue, na íntegra, a Instrução A conversão pastoral da comunidade paroquial a serviço da missão evangelizadora da Igreja, divulgada nesta segunda-feira (20/07), pela Congregação para o Clero. Link: http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2020/07/20/0391/00886.html Testo in lingua portoghese

Referencias directas al ministerio diaconal en la nueva Instrucción de la Congregación del Clero sobre la parroquia al servicio de la misión evangelizadora Corresponsal: Equipo de redacción

El capítulo octavo que se dedica a las "Formas ordinarias y extraordinarias de encomienda de la cura pastoral de la comunidad parroquial", en el apartado quinto, los artículos 79 a 82 de refiere al ministerio de los diáconos, con el siguiente contenido: 79. Los diáconos son ministros ordenados, incardinados en una diócesis o en otras realidades eclesiales que tengan la facultad de incardinar[116]; son colaboradores del Obispo y de los presbíteros en la única misión evangelizadora con su tarea específica, en virtud del sacramento recibido, de «servir al pueblo de Dios en la diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad»[117]. 80. Para salvaguardar la identidad de los diáconos, con el propósito de promover su ministerio, el Papa Francisco pone en guardia acerca de algunos riesgos relativos a la comprensión de la naturaleza del diaconado: «Hay que tener cuidado para no ver a los diáconos como medio sacerdotes y medio laicos. […] Tampoco es buena la imagen del diácono como una especie de intermediario entre los fieles y los pastores. Ni a mitad de camino entre los curas y los laicos, ni a mitad de camino entre los pastores y los fieles. Y hay dos tentaciones. Hay el peligro del clericalismo: el diácono que es demasiado clerical. […] Y la otra tentación, el funcionalismo: es una ayuda que tiene el sacerdote para esto o lo otro»[118]. Prosiguiendo en el mismo discurso, el Santo Padre ofrece algunas precisiones sobre el rol específico de los diáconos en la comunidad eclesial: «El diaconado es una vocación específica, es una vocación familiar que llama al servicio. […] Esta palabra es la clave para la comprensión de vuestro carisma. El servicio como uno de los dones característicos del pueblo de Dios. El diácono es – por así decirlo – el custodio del servicio en la Iglesia. Cada palabra debe calibrarse muy bien. Vosotros sois los custodios del servicio Informativo servir en las periferias

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en la Iglesia: el servicio de la Palabra, el servicio del altar, el servicio a los pobres»[119]. 81. A lo largo de los siglos, la doctrina sobre el diaconado ha experimentado una importante evolución. Su reanudación en el Concilio Vaticano II también coincide con una clarificación doctrinal y con una expansión de su específica acción ministerial, que no se limita a “confinar” el diaconado solo en el ámbito del servicio caritativo o reservarlo – según lo establecido por el Concilio de Trento – solo a los diáconos transitorios y casi exclusivamente para el servicio litúrgico. Más bien, el Concilio Vaticano II especifica que se trata de un grado del sacramento del Orden y, por tanto, los diáconos «confortados con la gracia sacramental, en comunión con el Obispo y su presbiterio, sirven al Pueblo de Dios en la “diaconía” de la liturgia, de la palabra y de la caridad»[120]. La recepción post-conciliar retoma lo establecido por Lumen gentium y define siempre mejor el oficio de los diáconos como participación, aunque en un grado diferente, del Sacramento del Orden. En la Audiencia concedida a los participantes en el Congreso Internacional sobre el Diaconado, Pablo VI quiso reiterar que el diácono sirve a las comunidades cristianas «tanto en el anuncio de la Palabra de Dios como en el ministerio de los sacramentos y en el ejercicio de la caridad» [121]. Por otra parte, aunque en el Libro de los Hechos (Hch 6,1-6) podría parecer que los siete hombres elegidos estuvieran destinados solo al servicio de las mesas, en realidad, el mismo libro bíblico relata cómo Esteban y Felipe llevan a cabo plenamente la “diaconía de la Palabra”. En efecto, como colaboradores de los Doce y de Pablo, ejercen su ministerio en dos ámbitos: la evangelización y la caridad. Por tanto, son muchos los encargos eclesiales que pueden encomendarse a un diácono: todos aquellos que no implican la plena cura de almas[122]. El Código de Derecho Canónico, con todo, determina qué oficios están reservados al presbítero y cuáles pueden confiarse a los fieles laicos; mientras que no hay indicación de algún oficio particular en el que el ministerio diaconal pueda expresar su especificidad. 82. En todo caso, la historia del diaconado recuerda que fue establecido en el ámbito de una visión ministerial de la Iglesia, como ministerio ordenado al servicio de la Palabra y de la caridad; este último ámbito comprende también la administración de los bienes. Esta doble misión del diácono se expresa en el ámbito litúrgico, en el que está llamado a proclamar el Evangelio y a servir la mesa eucarística. Precisamente, estas referencias podrían ayudar a identificar tareas específicas para el diácono, valorando los aspectos propios de su vocación en orden a la promoción del ministerio diaconal.

Referências diretas ao ministério diaconal na nova Instrução da Congregação do Clero sobre a paróquia a serviço da missão evangelizadora Corresponsal: Equipo de redacción

O oitavo capítulo dedicado às "Formas ordinárias e extraordinárias de atribuição à pastoral da comunidade paroquial", na quinta seção, os artigos 79 a 82 referem-se ao ministério de diáconos, com o seguinte conteúdo: 79. Os diáconos são ministros ordenados, incardinados numa diocese ou em outra realidade eclesial que tenha a faculdade de incardinar[116]; são colaboradores do Bispo e dos presbíteros na única missão evangelizadora com o compromisso específico, em virtude do sacramento recebido, de «servir o Povo de Deus na diaconia da liturgia, da palavra e da caridade»[117]. 80. Para salvaguardar a identidade dos diáconos, em vista da promoção do seu Informativo servir en las periferias

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ministério, Papa Francisco já alertou contra alguns riscos relativos à compreensão da natureza do diaconato: «Devemos estar atentos a não ver os diáconos como meio padres e meio leigos. […] E muito menos é correto a imagem do diácono como uma espécie de intermediário entre os fiéis e os pastores. Nem a metade da estrada entre os padres e os leigos, nem meia estrada entre os pastores e os fiéis. E há duas tentações. Há o perigo do clericalismo: o diácono que é muito clerical. […] E a outra tentação, o funcionalismo: é um auxílio que o padre tem para isto ou aquilo»[118]. Prosseguindo no mesmo discurso, o Santo Padre então ofereceu alguns esclarecimentos em mérito ao papel específico dos diáconos no meio da comunidade eclesial: «O diaconato é uma vocação específica, uma vocação familiar que recorda o serviço. […] Esta palavra é a chave para compreender o seu carisma. O serviço como um dos dons característicos do Povo de Deus. O diácono é – por assim dizer – o guardião do serviço na Igreja. Cada palavra deve ser bem medida. Vocês são os guardiães do serviço na Igreja: o serviço da Palavra, o serviço do Altar, o serviço aos Pobres»[119]. 81. A doutrina sobre o diaconato a longo dos séculos conheceu uma importante evolução. A sua retomada no Concílio Vaticano II coincide também com uma clareza doutrinal e com um alargamento da ação ministerial de referência, que não se limita a “confinar” o diaconato apenas no âmbito do serviço caritativo ou a reservá-lo – segundo quanto foi estabelecido no Concílio de Trento – só aos transeuntes e quase unicamente para o serviço litúrgico. Em vez disto, o Concílio Vaticano II especifica que se trata de um grau do sacramento da Ordem e, por isto, estes são «sustentados pela graça sacramental, na “diaconia” da liturgia, da pregação e da caridade servem ao povo de Deus, em comunhão com o Bispo e com o seu presbitério»[120]. A recepção pós-conciliar retoma quanto foi estabelecido pela Lumen gentium e define sempre melhor o ofício dos diáconos como participação, se bem num grau diverso, no Sacramento da Ordem. Na Audiência concedida aos participantes do Congresso Internacional sobre o Diaconato, Paulo VI quis reiterar, de fato, que o diácono serve às comunidades cristãs «seja no anúncio da Palavra de Deus que no ministério dos sacramentos e no exercício da caridade»[121]. De outra parte, apesar que no Livro dos Atos (At 6, 1 – 6) pareceria que os sete homens escolhidos sejam destinados apenas ao serviço das mesas, na realidade, o mesmo Livro bíblico conta como Estêvão e Filipe desenvolvem por completo a “diaconia da Palavra”. Então, como colaboradores dos Doze e de Paulo, esses exercitam o seu ministério em dois âmbitos: a evangelização e a caridade. Portanto, são muitos os cargos eclesiais que podem ser confiados a um diácono, ou seja, todos aqueles que não comportam o pleno cuidado das almas[122]. O Código de Direito Canônico, todavia, determina quais ofícios são reservados ao presbítero e quais podem ser confiados também aos fiéis leigos, enquanto não aparece a indicação de qualquer particular ofício onde o ministério diaconal possa exprimir a sua especificidade. 82. Em todo caso, a história do diaconato recorda que esse foi instituído em vista do anúncio do Evangelho, a plantatio ecclesiae, com a consequente catequese kerygmatica e para a ação caritativa, que comporta também a administração dos bens. Tal dúplice missão do diácono, pois, exprime-se no âmbito litúrgico, no qual ele é chamado a proclamar o Evangelho e a servir à mesa eucarística. Estas mesmas referências poderiam ajudar a individuar trabalhos específicos para o diácono, valorizando os aspectos próprios de tal vocação em vista da promoção do ministério diaconal.

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Referencias indirectas al ministerio diaconal en la nueva Instrucción de la Congregación del Clero sobre la parroquia al servicio de la misión evangelizadora Corresponsal: Equipo de redacción

Las referencias indirectas al ministerio diaconal tiene que ver con los trece artículos siguientes: 28. Los diferentes componentes en los que la parroquia se articula están llamados a la comunión y a la unidad. En la medida en que cada uno, habiendo recibido su propia complementariedad, la pone al servicio de la comunidad, por un lado, se puede apreciar la plena realización del ministerio como pastores tanto del párroco como de los sacerdotes que colaboran y, por otro, emerge la peculiaridad de los diversos carismas de los diáconos, las personas consagradas y los laicos, para que cada uno trabaje en la construcción del único cuerpo (cfr. 1 Cor 12,12). 33. A menudo, la comunidad parroquial es el primer lugar de encuentro humano y personal de los pobres con el rostro de la Iglesia. En particular, los sacerdotes, los diáconos y las personas consagradas son quienes deben mostrar compasión por la “carne herida”[37] de los hermanos, visitándolos en la enfermedad, apoyando a las personas y familias sin trabajo, abriendo la puerta a todos cuantos pasan alguna necesidad. Con la mirada puesta en los últimos, la comunidad parroquial evangeliza y se deja evangelizar por los pobres, redescubriendo así la implicación social del anuncio en sus diferentes ámbitos[38], sin olvidar la “regla suprema” de la caridad, en base a la cual seremos juzgados[39]. 41. La misión a la que está llamada la parroquia, en cuanto centro impulsor de la evangelización, concierne a todo el Pueblo de Dios en sus diversos componentes: presbíteros, diáconos, personas consagradas y fieles laicos, cada uno según su propio carisma y las responsabilidades que le corresponden. 87. Existe otra modalidad para el Obispo – como lo ilustra el can. 517, § 2 – para Informativo servir en las periferias

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proveer la cura pastoral de una comunidad incluso si, debido a la escasez de sacerdotes, no es posible nombrar un párroco o un administrador parroquial, que pueda asumirla a tiempo pleno. En estas problemáticas circunstancias pastorales, para sostener la vida cristiana y hacer que continúe la misión evangelizadora de la comunidad, el Obispo diocesano puede confiar una participación del ejercicio de la cura pastoral de una parroquia a un diácono, una persona consagrada o un laico, o incluso a un conjunto de personas (por ejemplo, un instituto religioso, una asociación)[133]. 90. Para llevar a buen fin la encomienda de la cura pastoral según el can. 517, § 2[136], es preciso atenerse a algunos criterios. Sobre todo, tratándose de una solución pastoral extraordinaria y temporal[137], la única causa canónica que hace legítima esta medida es una falta de sacerdotes tal, que no es posible proveer a la cura pastoral de la comunidad parroquial con el nombramiento de un párroco o un administrador parroquial. Además, si fuera el caso, se preferirá uno o más diáconos a personas consagradas y laicos para esta forma de gestión de la cura pastoral[138]. 92. Tanto el diácono como las otras personas que no han recibido el orden sagrado, que participan del ejercicio de la cura pastoral, solo pueden desempeñar las funciones que corresponden a su respectivo estado diaconal o de fiel laico, respetando «las propiedades originarias de la diversidad y la complementariedad entre los dones y las funciones de los ministros ordenados y de los fieles laicos, propios de la Iglesia que Dios ha querido orgánicamente estructurada»[140]. 95. En todo caso, al asignar los encargos encomendados a diáconos, personas consagradas y fieles laicos que reciben una participación en el ejercicio de la cura pastoral, se requiere usar una terminología que corresponda de modo correcto a las funciones que ellos pueden ejercer conforme a su estado, de manera que se mantenga clara la diferencia esencial que existe entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial, y que sea evidente la identidad de la tarea recibida por cada uno. 96. En este sentido, ante todo, es responsabilidad del Obispo diocesano y, subordinadamente, del párroco, que los encargos de los diáconos, las personas consagradas y los laicos, que tienen roles de responsabilidad en la parroquia, no sean designados con las expresiones “párroco”, “co-párroco”, “pastor”, “capellán”, “moderador”, “responsable parroquial” o con otras denominaciones similares[141], reservadas por el derecho a los sacerdotes[142], en cuanto que hacen alusión directa al perfil ministerial de los presbíteros. En relación con los fieles y los diáconos recién mencionados, resultan igualmente ilegítimas y no conformes a su identidad vocacional, expresiones como “encomendar la cura pastoral de una parroquia”, “presidir la comunidad parroquial” y otras similares, que se refieren a la peculiaridad del ministerio sacerdotal, que compete al párroco. Más apropiada parece ser, por ejemplo, la denominación “diácono cooperador” y, para las personas consagradas y los laicos, “coordinador de… (un sector de la pastoral)”, “cooperador pastoral”, “asesor pastoral” y “encargado de ... (un sector de la pastoral)”. 98. Además de lo que compete a los Lectores y Acólitos instituidos establemente[146], el Obispo, según su prudente juicio, podrá confiar oficialmente algunos encargos[147] a diáconos, personas consagradas y fieles laicos, bajo la guía y la responsabilidad del párroco, como, por ejemplo: 1°. La celebración de una liturgia de la Palabra en los domingos y en las fiestas de precepto, cuando «la falta del ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la celebración eucarística»[148]. Se trata de una eventualidad excepcional a la que recurrir solo en circunstancias de verdadera imposibilidad y siempre teniendo cuidado de confiar esas liturgias a los diáconos, que estén presentes; 2°. La administración del bautismo, teniendo presente que «el ministro ordinario del bautismo es el Obispo, el presbítero y el diácono»[149] y que lo previsto por el can. 861, § 2 constituye una excepción, que debe ser valorada a discreción del Ordinario del lugar; 3°. La celebración del rito de Informativo servir en las periferias

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las exequias, respetando lo previsto por el n. 19 de las Praenotanda del Ordo exsequiarum. 100. Además, «donde no haya sacerdotes ni diáconos, el Obispo diocesano, previo voto favorable de la Conferencia Episcopal y obtenida licencia de la Santa Sede, puede delegar a laicos para que asistan a los matrimonios»[153]. 112. Respetando las relativas normas diocesanas, es necesario que el Consejo pastoral sea efectivamente representativo de la comunidad, de la cual es una expresión de todos sus componentes (sacerdotes, diáconos, personas consagradas y laicos). Este constituye un ámbito específico en el cual los fieles pueden ejercer su derecho-deber de expresar su parecer a los pastores y también comunicarlo a los otros fieles, acerca del bien de la comunidad parroquial[170]. 115. Cuando una comunidad de fieles no puede ser erigida como una parroquia o cuasiparroquia[173], el Obispo diocesano, después de escuchar al Consejo presbiteral[174], proveerá de otro modo a su cura pastoral[175], considerando, por ejemplo, la posibilidad de establecer centros pastorales, dependientes del párroco del lugar, como “estaciones misioneras” para promover la evangelización y la caridad. En estos casos, se requiere dotarlos de un templo adecuado o de un oratorio[176] y crear una normativa diocesana de referencia para sus actividades, de modo que ellas estén coordinadas y sean complementarias a las de la parroquia. 116. Los centros así definidos, que en algunas diócesis son llamados “diaconías”, podrán ser confiados – donde sea posible – a un vicario parroquial, o también, de modo especial, a uno o más diáconos permanentes, que tengan responsabilidad y los gestionen, eventualmente junto con sus familias, bajo la responsabilidad del párroco. 123. En consecuencia, la acción pastoral debe ir más allá de la mera delimitación territorial de la parroquia, para trasparentar más claramente la comunión eclesial a través de la sinergia entre ministerios y carismas e, igualmente, estructurarse como una “pastoral de conjunto” al servicio de la diócesis y su misión. Se trata de una acción pastoral que, a través de una colaboración efectiva y vital entre presbíteros, diáconos, personas consagradas y laicos, así como entre las diversas comunidades parroquiales de la misma área o región, se preocupa de identificar juntos las preguntas, dificultades y desafíos respecto de la evangelización, tratando de integrar vías, instrumentos, propuestas y medios adecuados para afrontarlos. Tal proyecto misionero común podría ser elaborado e implementado en relación con contextos territoriales y sociales contiguos, es decir, en comunidades colindantes o que poseen las mismas condiciones socioculturales, o también en referencia a ámbitos pastorales afines, por ejemplo, en el marco de una necesaria coordinación entre la pastoral juvenil, universitaria y vocacional, como ya sucede en muchas diócesis. La pastoral de conjunto, por tanto, además de la coordinación responsable de las actividades y estructuras pastorales capaces de relacionarse y colaborar entre sí, requiere la contribución de todos los bautizados. Dicho con las palabras del Papa Francisco, «cuando hablamos de “pueblo” no debe entenderse las estructuras de la sociedad o de la Iglesia, sino el conjunto de personas que no caminan como individuos sino como el entramado de una comunidad de todos y para todos»[181]. Esto exige que la histórica institución parroquial no permanezca prisionera del inmovilismo o de una preocupante repetitividad pastoral, sino que, en cambio, ponga en acción aquel “dinamismo en salida” que, a través de la colaboración entre diversas comunidades parroquiales y una reforzada comunión entre clérigos y laicos, la haga orientarse efectivamente a su misión evangelizadora, tarea de todo el Pueblo de Dios, que camina en la historia como “familia de Dios” y que, en la sinergia de sus diversos miembros, trabaja para el crecimiento de todo el cuerpo eclesial. El presente Documento, por tanto, además de poner en evidencia la urgencia de tal renovación, presenta un modo de aplicar la normativa canónica que establece las posibilidades, límites, derechos y deberes de pastores y laicos, para que la parroquia se redescubra a sí misma Informativo servir en las periferias

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como lugar fundamental del anuncio evangélico, de la celebración de la Eucaristía, espacio de fraternidad y caridad, del cual se irradia el testimonio cristiano por el mundo. Así ella «debe permanecer como un puesto de creatividad, de referencia, de maternidad. Y actuar en ella esa capacidad inventiva; cuando una parroquia va adelante así se realiza lo que llamo “parroquia en salida”» [182].

Referências indiretas ao ministério diaconal na nova Instrução da Congregação do Clero sobre a paróquia a serviço da missão evangelizadora Corresponsal: Equipo de redacción

As referências indiretas ao ministério diaconal têm a ver com os seguintes treze artigos: 28. Os diversos componentes que na paróquia se articulam são chamados à comunhão e à unidade. Na medida em que cada um implementa a própria complementariedade, pondo-a a serviço da comunidade, então, de um lado se pode ver plenamente realizado o ministério do pároco e dos presbíteros que colaboram como pastores, de outro lado emerge a peculiaridade dos vários carismas dos diáconos, dos consagrados e dos leigos, para que cada um faça o seu melhor para a construção do único corpo (cfr. 1 Cor 12, 12). 33. Muitas vezes a comunidade paroquial é o primeiro lugar de encontro humano e pessoal dos pobres com o rosto da Igreja. Os sacerdotes, os diáconos e os consagrados deverão, em particular, manifestar compaixão para com a “carne ferida”[37] dos irmãos, a visitá-los na sua doença, a sustentar pessoas e famílias sem trabalho, a abrir a porta a quantos estão na necessidade. Com o olhar dirigido aos últimos, a comunidade paroquial evangeliza e se deixa evangelizar pelos pobres, reencontrando neste modo o compromisso social do anúncio em todos os seus diferentes âmbitos[38], sem se esquecer da “suprema regra” da caridade em base a qual seremos julgados[39]. 41. A missão que a paróquia é chamada a cumprir, enquanto centro propulsor da evangelização, diz respeito então a todo o Povo de Deus nos seus diversos componentes: presbíteros, diáconos, consagrados e fiéis leigos, cada um segundo o próprio carisma e segundo as responsabilidades que lhes correspondem. 87. Existe, pois, uma ulterior modalidade para o Bispo – como ilustra o cân. 517, § 2 – de providenciar o cuidado pastoral duma comunidade mesmo se, pela escassez de sacerdotes, não seja possível nomear um pároco nem um administrador Informativo servir en las periferias

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paroquial que possa assumi-la a tempo integral. Em tais circunstâncias pastoralmente problemáticas, para sustentar a vida cristã e dar prosseguimento à missão evangelizadora da comunidade, o Bispo diocesano pode confiar a um diácono uma participação ao exercício do cuidado pastoral duma paróquia, a um consagrado ou um leigo, ou também a um grupo de pessoas (por exemplo, um instituto religioso, uma associação)[133]. 90. Em vista a levar a bom termo a confiança do cuidado pastoral segundo o cân. 517, § 2[136], é necessário observar alguns critérios. Em primeiro lugar, tratando-se duma solução pastoral extraordinária e temporânea[137], a única causa canônica que legitima o seu recurso é a falta de sacerdotes, a ponto de não ser possível prover ao cuidado pastoral da comunidade paroquial com a nomeação de um pároco ou de um administrador paroquial. Além do mais, um ou mais diáconos serão preferíveis a consagrados e leigos para tal forma de gestão do cuidado pastoral[138]. 92. Seja o diácono, seja as outras pessoas não assinaladas pela ordem sagrada, que participam no exercício do cuidado pastoral, podem realizar somente as funções que correspondem ao respectivo estado diaconal ou de fiéis leigos, respeitando «as propriedades originárias da diversidade e complementariedade entre os dons e as funções dos ministros ordenados e dos fiéis leigos, próprios da Igreja que Deus quis organicamente estruturada»[140]. 95. Em todo caso, ao designar os cargos confiados aos diáconos, aos consagrados e aos fiéis leigos que receberam uma participação no exercício do cuidado pastoral, é necessário usar uma terminologia que corresponda no modo correto às funções que esses podem exercitar em conformidade ao seu estado, assim para manter clara a diferença essencial que decorre entre o sacerdócio comum e o sacerdócio ministerial e de tal modo que seja evidente a identidade da missão recebida por cada um. 96. Em tal sentido, antes de tudo, é responsabilidade do Bispo diocesano e, para quanto lhe corresponde, do pároco, que os cargos dos diáconos, dos consagrados e dos leigos, que têm papel de responsabilidade na paróquia, não sejam designados com as expressões de “pároco”, “co-pároco”, “pastor”, “capelão”, “moderador”, “responsável paroquial” ou com outras denominações similares[141], reservadas pelo direito aos sacerdotes[142], enquanto têm relevância direta com o perfil ministerial dos presbíteros. Com relação aos mencionados fiéis e aos diáconos, resultam ilegítimas e não conformes a sua identidade vocacional, o emprego de expressões como “confiar o cuidado pastoral de uma paróquia”, “presidir a comunidade paroquial”, e outras similares, que se referem à peculiaridade do ministério sacerdotal, que compete ao pároco. Parece ser mais apropriada, por exemplo, a denominação de “diácono cooperador” e, para os consagrados e os leigos, de “coordenador pastoral”, de “cooperador pastoral”, de “assistente pastoral” e de “coordenador de.. (um setor da pastoral)”. 98. Além do quanto compete aos Leitores e aos Acólitos estavelmente instituídos[146], o Bispo, a seu prudente juízo, poderá conceder oficialmente alguns cargos[147] aos diáconos, às pessoas consagradas e aos fiéis leigos, sob a orientação e a responsabilidade do pároco, como, por exemplo: 1°. A celebração da liturgia da Palavra nos domingos e nas festas de preceito, «se for impossível a participação na celebração eucarística por falta de ministro sagrado ou por outra causa grave»[148]. Trata-se de uma eventualidade excepcional, a ser utilizado somente em circunstâncias de verdadeira impossibilidade e sempre havendo o cuidado de confiar tais liturgias aos diáconos, se eles estiverem presentes; 2°. A administração do batismo, tendo presente que «o ministro ordinário do batismo é o Bispo, o presbítero e o diácono»[149] e que quanto está previsto no cân. 861, § 2 constitui uma exceção, a ser avaliada a critério do Ordinário do lugar; 3°. A celebração do rito das exéquias, no respeito de quanto está previsto no n. 19 dos Praenotanda do Ordo exsequiarum. 100. A respeito, «onde faltarem sacerdotes e diáconos, o Bispo diocesano, obtido previamente o parecer favorável da Informativo servir en las periferias

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Conferência Episcopal e a licença da Santa Sé pode delegar leigos para assistirem os matrimônios»[153]. 112. No respeito às relativas normas diocesanas, é necessário que o Conselho pastoral seja efetivamente representativo da comunidade da qual é expressão em todos os seus componentes (presbíteros, diáconos, consagrados e leigos). Esse constitui um âmbito específico em que o fiéis possam exercitar o seu direito-dever de exprimir o próprio pensamento aos pastores e comunicá-lo também aos outros fiéis, sobre o bem da comunidade paroquial[170]. A função principal do Conselho Pastoral Paroquial está, portanto, em pesquisar e estudar propostas práticas em ordem às iniciativas pastorais e caritativas que dizem respeito à paróquia, em sintonia com o caminho da diocese. 115. Quando uma comunidade de fiéis não pode ser criada como paróquia ou quase-paróquia[173], o Bispo diocesano, ouvido o Conselho presbiteral[174], providenciará um outro modo para o seu cuidado pastoral[175], avaliando por exemplo a possibilidade de estabelecer centros pastorais, dependentes do pároco do lugar, como “estações missionárias” para promover a evangelização e a caridade. Em tais casos, necessita dotar tais realidades de uma igreja idônea ou de um oratório[176] e criar uma normativa diocesana de referência para as suas atividades, em modo que essas sejam coordenadas e complementadas em respeito àquelas da paróquia. 116. Os centros assim definidos, que em algumas dioceses são chamados “diaconias”, poderão ser confiados – onde possível – a um vigário paroquial, ou também, em modo especial, a um ou mais diáconos permanentes, que tenham a responsabilidade e eventualmente os gerenciem juntos as suas famílias, sob a responsabilidade do pároco. 123. Por consequência, a ação pastoral tem necessidade de andar além somente da delimitação territorial da paróquia, de fazer transparecer mais claramente a comunhão eclesial através da sinergia entre ministérios e carismas diversos e, não menos, de estruturar-se como uma “pastoral orgânica” a serviço da diocese e da sua missão. Tratase dum agir pastoral que, através de uma efetiva e vital colaboração entre presbíteros, diáconos, consagrados e leigos e entre diversas comunidades paroquiais de uma mesma área ou região, preocupa-se de individuar junto as questões, as dificuldades e os desafios concernentes à evangelização, procurando integrar estradas, instrumentos, propostas e meios idôneos para afrontá-las. Um tal projeto missionário comum poderia ser elaborado e realizado em relação a contextos territoriais e sociais contíguos, isto é, em comunidades confinantes ou unidas pelas mesmas condições socioculturais ou em referência a âmbitos pastorais afins, por exemplo, no quadro duma necessária coordenação entre pastoral juvenil, universitária e vocacional, como já acontece em várias dioceses. A pastoral orgânica, por isto, além da coordenação responsável das atividades e de estruturas pastorais capazes de relacionar-se e colaborar entre elas, exige a contribuição de todos os batizados. Com as palavras de Papa Francisco, «Quando falamos em “povo” não se deve compreender as estruturas da sociedade ou da Igreja, quanto em vez o conjunto de pessoas que não caminham como indivíduos, mas como o tecido duma comunidade de todos e para todos»[181]. Isto exige que a histórica instituição paroquial não permaneça prisioneira do imobilismo ou duma preocupante repetitividade pastoral, mas, invés, coloque em ato aquele “dinamismo em saída” que, através da colaboração entre diversas comunidades paroquiais e uma reforçada comunhão entre clérigos e leigos, a torne efetivamente orientada à missão evangelizadora, compromisso de todo o Povo de Deus, que caminha na história como “família de Deus” e que, na sinergia dos diversos membros, trabalha para o crescimento de todo o corpo eclesial. O presente Documento, por isto, além de evidenciar a urgência de uma símile renovação, apresenta uma normativa canônica que estabelece as possibilidades, os limites, os direitos e os deveres de pastores e leigos, para que a paróquia redescubra si mesma como lugar fundamental do Informativo servir en las periferias

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anúncio evangélico, da celebração da Eucaristia, espaço de fraternidade e caridade, de onde se irradia o testemunho cristão para o mundo. Isto é, essa «deve permanecer como um lugar de criatividade, de referência, de maternidade. E ali atuar aquela capacidade de inventividade; e quando uma paróquia vai avante assim se realiza aquilo que eu chamo “paróquia em saída”»[182].

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Diaconado DÁ COM UMA MÃO E QUE A OUTRA NÃO VEJA Corresposal: Equipo de redacción

DÁ COM UMA MÃO E QUE A OUTRA NÃO VEJA Em certa ocasião Jesus, como refere São Mateus 62, diz: “Quando, pois, deres esmola, não permitas que toquem trombetas diante de ti, como fazem os hipócritas, nas sinagogas e nas ruas, a fim de serem louvados pelos homens. Em verdade vos digo: Já receberam a sua recompensa. Quando deres esmola, que a tua mão esquerda não saiba o que faz a tua direita, a fim de que a tua esmola permaneça em segredo; e o teu Pai, que vê o oculto, há-de permear-te.” O que Jesus quer dizer aqui é que quando fizeres o bem não queiras agradecimentos, e muito menos que o seja para a tua consciência ficar tranquila. Em primeiro, quem faz bem a outrem, quer seja a pessoas, quer seja a seres vivos ou mesmo abióticos, está a fazer aquilo que tem obrigação de fazer, o bem não merece elogios de ninguém, por isso mesmo não queiramos expor o bem, a caridade, que é o Amor, ao agradecimento de outros. Fizeste o bem, não fizestes nem mais, nem menos, que a tua condição de Filha ou Filho de Deus. Em segundo lugar – a mão esquerda, não deve saber o que faz a mão direita -, é se quando queremos fazer o bem, não ser por este, mas para sossegar a consciência; ora isso, não é assim, sossegar a consciência é uma Ecologia Espiritual, uma Conversão Ecológica (note-se: ecologia não é só igual a ambiente). Por isso, quando fizeres o mal, não é o bem que o apaga. O sacrifício dos cordeiros do povo judaico não apagava o mal feito, apenas apaziguava a consciência de quem o cometeu. Jesus fala numa reconciliação com o outro e com o Outro, no caminho aberto pela sua morte e ressurreição. Mais adiante e no Evangelho de São Marcos, capítulo 1, 41-44, aparece a Jesus um leproso que queria ficar sem lepra. Diz o Evangelho “compadecido Jesus estendeu a mão tocou-o e disse: “Quero, fica purificado”. Imediatamente a lepra deixou-o, e ficou purificado. E logo o despediu, dizendo-lhe em tom severo: “Livra-te de falar disto a alguém…”. Os leprosos eram gente com quem não se podia ter conversas, este, no entanto, ousou dirigir-se a Jesus. Jesus “purificou-o”, isto é, deu-lhe a Vida, deulhe um nascimento novo, é isso a purificação. Mas o que mais nos interessa agora, é o que disse a seguir “não digas nada a ninguém”, claro que o antigo leproso foi anunciar a toda a comunidade o que aconteceu. Mas isso não traduziu a vontade de Jesus, para que ninguém soubesse quem o fez. Alguns dizem que foi “tática” de Jesus, por não ser a sua hora, para mim não seria isso, porque não me parece que Jesus tivesse táticas, como hoje somos mestres em ter. O que teria sido era não mostrar que o bem que fez, fosse propalado, é a questão da mão direita e da esquerda. É legitimo que agora perguntem aqueles e aquelas que fazem o favor de me ler, que tem isto a ver com o nosso tempo? Será lógica a pergunta. Continuamos a viver num tempo de pandemia onde acolher quem sofre tem uma acuidade muito grande. Tantos partilham, tantos estão em linha da frente das batalhas e merecem a nossa gratidão. Também a Igreja o faz. Existem inúmeros casos onde a Igreja vem intervindo diretamente, num incessante apelo prático para que esta “lepra” seja levada de vencida. E faz bem. O que continuo a pensar em que não faz bem em anunciar com parangonas aquilo que é seu dever fazer. Não está a esconder da mão esquerda o que faz a mão direita. Será por questões de consciência? Serão questões táticas para ver quem vai primeiro na carruagem? Informativo servir en las periferias

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Não pode ser prática da Igreja aparecer com os mais altos governantes políticos – como aconteceu em Portugal -, para fazer valer os seus pergaminhos em defesa dos mais desfavorecidos. E vamos ter com os mais altos governantes para lhes dizer, e fazemos vir esses mais altos governantes para eles verem. Não estará a sossegar a sua consciência perante o povo – segundo a forma como vejo , que tal acontece? A Igreja está onde for necessário, ao lado dos mais desprotegidos, quer sejam das vielas ou das avenidas. Mas só faz o seu dever, mau seria se não o fizesse. Transbordar tal para que os poderes políticos o reconheçam, isso não. Não estamos a levar a mensagem de Jesus e a compreender que somos servos inúteis. Que pelo menos, nós os diáconos saibamos proceder como Jesus quer: não dizer a ninguém. Muito menos em todos os canais televisivos e jornais, isso não será para descansar as consciências? Se o é, façam ORA+AÇÃO, só isso, e estaremos a cumprir o que Jesus, sem táticas quer, sem “corridas” cujo prémio é um chapéu. Os diáconos não têm chapéu e ainda bem! Pelo menos que nós, juntamente com os presbíteros e os bispos, que estejam dispostos a agir nas “catacumbas”, saibamos aprender o que Jesus quer e ensinou: não saiba a tua mão esquerda, o que faz a direita. Joaquim Armindo Diácono – Porto – Portugal Doutor em Ecologia e Saúde Ambiental

CID: Conferencia Internacional de Estudios, Barcelona, septiembre 2021. Corresponsal: Equipo de redacción

EL Centro Internacional del Diaconado informa de la próxima Conferencia Internacional de Estudios que se celebrará en Barcelona. Entre los días 15 y 19 de septiembre de 2021, en el Centro Salesiano de Barcelona, querríamos dialogar con Uds. sobre el tema: El futuro del diaconado en un mundo cambiante. ¿Cómo responden los diáconos a las crisis ecológicas, económicas, culturales y sociales de nuestro mundo? Pueden Uds. encontrar el programa, el resumen de costes y el formulario de inscripción aquí: http://diaconia-cid.org/blog/studienkonferenz/como-respondenlos-diaconos-a-las-crisis-ecologicas-economicas-culturales-ysociales-en-el-mundo-actual.html Fuente: http://diaconia-cid.org

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La “crisis” de la identidad diaconal, en medio de la pandemia Corresponsal: Equipo de redacción

La “crisis” de la identidad diaconal, en medio de la pandemia La pandemia del coronavirus, que ha causado tanta muerte y dolor, tanta angustia e incertidumbre a toda la humanidad, también está afectando a los diáconos permanentes, quienes han visto modificada totalmente su agenda como servidores de sus parroquias y pastorales especializadas, en las que se encuentran incardinados. Algunos diáconos, de distintos países, en medio de esta cuarentena sanitaria obligatoria, incluso se han preguntado “Y ahora, ¿qué vamos a hacer los diáconos?”. ¿Puede la realidad del COVID 19, cambiar tan drásticamente la propia identidad y el quehacer de los diáconos?, o, por el contrario, ¿los diáconos deberemos “reinventarnos para servir”, en la actualidad, con la ayuda del Espíritu Santo, que sopla donde quiere y cuando quiere? Como diácono permanente, de Santiago de Chile, ordenado hace casi dieciséis años, y como hombre casado y padre de tres hijas, quiero decir lo siguiente: La triple munera sigue vigente y nadie la ha cambiado; es decir, los diáconos tenemos que desarrollar el ministerio de la Palabra, de la Liturgia y de la Caridad. Esa frase:” ¡Alejen a los diáconos del altar!", que ha dicho el Papa Francisco, lejos de molestarnos, como diáconos, nos debe incentivar y desafiar a ser "apóstoles en las nuevas fronteras de la misión" (como señala el Documento conclusivo de Aparecida, de los Obispos de América Latina y del Caribe, 2007). Si nos alejamos del altar, es para acercarnos a las personas privadas de libertad, en las cárceles y centros penitenciarios. Si nos alejamos del altar, es para acompañar a las personas que tienen una diversidad de identidades sexuales, y a sus padres que los apoyan, por el camino de la vida. Si nos alejamos del altar, es para acercarnos más a las personas que no tienen creencias religiosas, que viven sus relaciones de pareja, sin matrimonio civil, ni religioso. Si nos alejamos del altar, es para que, a través del teléfono, del celular, de Facebook, de WhatsApp, de Telegram, de Zoom, de Meet, y de otros medios, también podamos acercarnos más a los feligreses, a nuestros queridos hermanos y hermanas de comunidad, que lo están pasando muy mal y que necesitan que nosotros los animemos y ayudemos, frente a sus angustias, dudas y necesidades particulares. El Dios de Jesucristo, que es Amor y Misericordia, quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. ¿Estamos colaborando los diáconos a esta misión, que -como Iglesia- nos encarga el Concilio Vaticano II, de evangelizar y de servir al mundo? ¿Por qué nos podría doler tanto que nos comparen con los laicos, "como si fuéramos simples laicos", si tenemos muchos años de amor y de compromiso laical, acumulados en nuestro corazón, y en nuestras vidas, tiempo en que el Señor Jesús nos ha bendecido en nuestros matrimonios y familias, para que, en esa bendita vida laical, llegáramos a discernir con la ayuda del Espíritu Santo, que aspirábamos -si esa era la voluntad de Dios- ser ordenados diáconos, por pura gratitud, solo para servir mejor a nuestra comunidad? Desde mi punto de vista y desde mi experiencia, lo que está en crisis no es "la identidad diaconal", sino las distintas lecturas que -incluso nosotros los diáconosInformativo servir en las periferias

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hacemos del diaconado, que, en mi opinión se ha producido, porque ya en la fase de formación inicial del diaconado permanente, la mayor parte de las asignaturas tenían relación con el ministerio Litúrgico y con el ministerio de la Palabra. La gran falencia ha estado, en que a los diáconos se les presentaron pocas asignaturas y experiencias pastorales concretas del ministerio de la Caridad, para que pudiéramos ser diáconos insertos (no aislados) en el mundo de hoy, que cambia a cada instante, en el que hay nuevos dolores que atender. Sin embargo, la sola constatación de la falta de formación inicial no basta. Si nos ha faltado formación en distintas áreas, ahora que somos diáconos tenemos el deber de crear instancias de formación para nosotros y para nuestras esposas, y también, para participar activamente en ellas. Así lo hemos hecho en la Iglesia de Santiago de Chile, donde -en el contexto de la Vicaría para el Clero- hace más de cuatro años, hemos creado un equipo de diáconos que ha ido, a partir de un diagnóstico aplicado a los propios diáconos y a sus esposas, efectuando cursos semestrales, de muy buen nivel académico y pastoral, que nos permitan conocer y reflexionar sobre la Doctrina Social de la Iglesia, sobre la pastoral hospitalaria, la pastoral penitenciaria, la pastoral de migrantes y la pastoral de la diversidad sexual. En este tiempo de pandemia, hemos cambiado los cursos presenciales, por los cursos on line, desde nuestros hogares, con muy buenos resultados. En este tiempo de cuarentena, hemos compartido una especie de “largo retiro integral”, en nuestras propias familias y hemos compartido, más que nunca, con cada uno de los miembros de ésta, con la que conformamos nuestra iglesia doméstica. ¿Cómo habríamos de lamentar no poder hacer otras cosas, fuera de la casa, si no aprovechamos al máximo, esta oportunidad de fortalecer a nuestra amada familia, que antes se podía quejar de que -nosotros- no le dedicábamos más tiempo? ¿Por qué habríamos de lamentarnos por no poder revestirnos con nuestra alba, estola y cíngulo, si -los diáconos permanentes- hemos tenido este tiempo precioso para constatar que, en la familia, es donde, mediante palabras, signos y testimonios de amor, nos vamos haciendo felices, aunque eso no sea algo importante para otros? Algunos hablan de la crisis del diaconado, porque en estos últimos meses, no nos hemos podido revestir, como la hacíamos antes, para servir a nuestra comunidad eclesial o parroquial. Pero, aunque ya no tuviéremos ninguna estola, ni alba, ni cíngulo, lo importante es que seguimos siendo diáconos, que -desnudos frente a Dios- queremos ser servidores como Jesús, y así, dar lo mejor de nosotros a nuestras familias y con ellas, a nuestras respectivas comunidades. En la medida que los diáconos seamos animados y "provocados" por la realidad del mundo del dolor y de la marginación, nos podemos ir transformando en diáconos, que cuando podamos acceder al altar, llevemos incorporado -en nuestro ministerio- el dolor y el compromiso, las alegrías y las esperanzas del Pueblo entero. Así, podremos ofrecer homilías y reflexiones, más evangélicas y pertinentes a nuestras respectivas realidades sociales y culturales. Nos alejamos del altar, para servir a los pobres, nos alejamos del altar, para llevarlos a Cristo, para lavarles sus pies, para darles Su cariño, para poderles amar, y servirles como Cristo. Cuando nos acerquemos al altar, llevaremos las culturas, de mucha gente que sufre, que ya perdió la esperanza, cuando nos acerquemos al altar, no nos perderemos en posturas, hablaremos del Cristo pobre, que anhela nuestra confianza. Desde el Cristo solidario, a una iglesia solidaria, que no duerme, ni descansa, hasta aliviar el dolor, en esta enorme pandemia, dejemos de competir, que toda nuestra palabra, sea el amar y el servir. Autor: diácono Miguel Ángel Herrera Parra

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Diáconos como agentes da iniciação cristã Corresponsal: Equipo de redacción

Duas questões, importantes, foram expostas na assembleia dos diáconos permanentes da Diocese do Porto, realizada no passado dia 4 de julho, via internet. A primeira o reconhecimento por parte do senhor bispo do Porto, D. Manuel Linda, de que os diáconos possuem uma capacidade específica no campo da evangelização, devido aos ambientes em que vivem, com família constituída, sendo pais e até avós alguns, uma inserção profissional e uma atividade cívica, que os presbíteros e bispos não possuem, certamente indiciadores de outras, mas estas marcas são mais vividas pelos diáconos.

A segunda, a fraquíssima participações dos diáconos, nestas assembleias, de 99 diáconos existentes, estavam presentes 22. Tem toda a razão o senhor bispo do Porto, quando refere que as referências mentais familiares e profissionais do diaconado são diferentes, daqueles que não as têm, que passaram por um seminário, foram colocados como párocos, sem terem presente nem a missão, nem a dimensão da sociedade, nomeadamente a vivência do ambiente familiar e atividade profissional. Quer isto dizer, que ninguém se anula, ambos se complementam. Nomeadamente referiu o senhor bispo do Porto, as caraterísticas especiais do diaconado, na Igreja Católica Romana do ocidente, na iniciação cristã, no sacramento do batismo. O que significa que os diáconos não devem servir para ser “chamados a fazer um batismo”, mas sim estar adentro da iniciação cristã da criança e da sua família ou dos adultos que se querem batizar. Sabe-se, porém, que tantas vezes os párocos batizam e quando o fazem é a única forma de conhecer os seus paroquianos, e por isso terão todo o interesse em fazer a liturgia batismal. Embora compreenda, creio que será uma falsa questão, ou o diácono não estará a fazer devidamente o seu trabalho de evangelização. Porque quando o faz, primeiro evangeliza e é evangelizado, segundo o caminho batismal é de toda uma comunidade, e o diácono deve saber transbordar um caminhante não assíduo na evangelização, em um servo do senhor Jesus. Por isso, não existe esta questão e o caminho da iniciação cristã, mormente batismal, de bebés, ou adultos deve ser entregue aos diáconos permanentes. Desde, claro, que tal não sirva para o pároco-presbítero ter mais tempo para uma tarefa que é a de “mestrede-obras”, o que é um bom âmbito para que os leigos e as leigas, comecem a tomar decisões neste sentido. O mesmo que se passa no batismo, passar-se-á nas exéquias, onde as famílias devem ser bem acompanhadas pela comunidade e dinamizadas pelos diáconos permanentes, e, também, aqui, os esquemas culturais dos diáconos são outros, porque sabem da vida, e podem ter um Informativo servir en las periferias

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atendimento, não de escala, mas de quando é preciso. E nestas dimensões os padres “perdem” tanto tempo, porque querem o domínio, o poder de decidir, e não delegam com confiança nos diáconos, que tantas vezes, mais experiência da vida têm. Mais uma vez, faz todo o sentido que presbítero e diácono trabalham em profunda complementaridade e sem uma sobreposição de um sobre o outro. O Sr. Padre não sabe tudo, como o Sr. Diácono também não. O segundo ponto que coloco no início, pode ser dramático, no sentido que é profusamente uma indiferença da grande maioria dos diáconos da Diocese do Porto. O tema do encontro geral era: “A iniciação cristã na missão do diácono permanente: realidade e desafios”, que constitui uma realidade substantiva para todos os diáconos, que em alguma percentagem se sentem excluídos e marginalizados nos trabalhos das suas comunidades cristãs, quando as têm. Existiram duas exposições que foram preparadas por dois grupos de diáconos e cujos porta-vozes as leram; havia uma outra, mas o diácono responsável, por algo atinente não compareceu à reunião. Saber porque acontece tão pouca presença dos diáconos, a um encontro com tanto interesse, ou mesmo na reunião muito poucas intervenções se ouviram é algo que deve ser ponderado pelos responsáveis na diocese do diaconado permanente. Ou eles, os diáconos, estão devidamente informados e estas reuniões para nada servem, ou os responsáveis não foram capazes da sua mobilização. É dramática a não presença dos diáconos, ou a sua não intervenção sobre os vários temas, numa reunião com o seu bispo. Deve ser repensado todo o modo de ação. Isso passa por ouvir, escutar, sem que para tal esteja uma multidão. Ouvir ativamente para perceber o que se passará, e de nada serve que um diácono tenha um problema, o coloque ao delegado episcopal e este “nada tenha a dizer”. São situações destas que colocam o diaconado do Porto, em reserva, ou seja, em “defesa”, e não se dê definitivamente à missão, como seria necessário. Pode acontecer que tudo permaneça na mesma, que os diáconos sejam excluídos de forma categórica do serviço à Humanidade, e por isso não compareçam, até para não ficarem marcados, o que nada é abonatório para uma Diocese como a do Porto. O que a Igreja do Porto quer dos diáconos tem de ser refletido, eles são necessários. Já repararam se o diácono São Francisco de Assis, não existisse? Já repararam se o diácono Filipe, não existisse? Igreja minha, Igreja minha, cumpre o teu caminho de anunciar o Evangelho, Jesus morto e ressuscitado! Joaquim Armindo Diácono – Porto – Portugal Doutor em Ecologia e Saúde Ambiental

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Vestimenta del Diácono y oraciones para revestirse, oferta de los diáconos de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico Corresponsal: Equipo de redacción

Revestirse en oración. ALBA Hazme puro Señor, y limpia mi corazón,para que, santificado por la Sangr del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas. CÍNGULO Cíñeme Señor, con un cíngulo de pureza, y extingue en mi la llama de la pasión, para que permanezca en mi la virtud de la continencia de la caridad ESTOLA Devuélveme Señor la túnica de la inmortalidad que perdí por el pecado de los primeros padres; y. aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca , no obstante, el gozo eterno. DALMATICA Vísteme Señor, con la prenda de la salvación y el vestido de la alegría; y rodéame siempre con la dalmática de justicia

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Santiago del Cura: "No hay indicios de que se acerque el sacerdocio femenino" Corresponsal: Equipo de redacción

"No hay indicios de que se acerque el sacerdocio femenino" El teólogo y sacerdote burgalés Santiago del Cura forma parte de la comisión creada por el Papa para estudiar la posibilidad de crear un diaconado femenino, que aún no se ha reunido por la pandemia El pasado mes de abril el Papa Francisco nombró una comisión formada por cinco mujeres y cinco hombres que va a estudiar si se dan las condiciones para que se pueda establecer un diaconado para las mujeres dentro de la Iglesia Católica. Entre los expertos elegidos se encuentra el sacerdote burgalés Santiago del Cura, doctor en Teología Dogmática y profesor de la Facultad de Teología, quien en declaraciones a este periódico afirmó que en este momento no hay indicios "de que se vaya a abrir la puerta de las mujeres al sacerdocio, que el mismo papa Francisco ha afirmado en varias ocasiones que está cerrada" y que, en este sentido, hay una convergencia con todas las iglesias ortodoxas cristianas, "una situación distinta de las protestantes y reformadas". "Juan Pablo II en el documento Ordinatio sacerdotalis afirmó que la Iglesia no tiene poder para modificar lo que se retiene como voluntad del Señor en lo relativo al acceso de las mujeres al sacerdocio ministerial. Pero nada dijo explícitamente sobre el diaconado, de ahí los debates actuales", añadió este experto que, por otro lado, considera justo que se otorgue un mayor protagonismo a las mujeres en la Iglesia "y que se lleve a cabo un reconocimiento público y eclesial de su presencia y de su contribución": "En el ordenamiento actual son ya muchas las posibilidades y seguramente serán mayores en el futuro, tal vez se necesite un poco de paciencia, la cuestión es si este camino ha de pasar, necesariamente, por un diaconado femenino sacramental que sería parte integrante del sacramento del orden o si no, existen muchas otras posibilidades para hacer efectivo ese reconocimiento". Aunque en la actualidad no existen diáconas en la Iglesia Católica, esta figura se remonta a los primeros siglos del cristianismo y las referencias a ellas son más numerosas, indica Del Cura, en las iglesias orientales "aunque también se hallan en la tradición occidental latina". Sus funciones eran diferentes en función de los contextos geográficos y eclesiales e iban desde la administración del bautismo a mujeres adultas -"por razones de respeto y decoro en la tarea de ungir sus cuerpos con el óleo consagrado"- a la formación, el cuidado de las personas enfermas, la atención a los pobres "con asimilación al orden de las viudas o presidencia equiparable al de las abadesas en instituciones monásticas". Pero aunque no hay diáconas, si se habla en un sentido amplio de un ‘servicio diaconal’ dice Santiago del Cura, que en él se incluirían los muchos miles de mujeres que desempeñan tareas, funciones y servicios sin los cuales la Iglesia no podría seguir adelante: "El recurso al diaconado femenino en los primeros siglos del cristianismo no ha de servir tanto para reinstaurar una institución del pasado, cuanto para recrear ministerios femeninos adecuados a las necesidades y desafíos de la evangelización en los momentos actuales. Cualquier mujer desempeña y puede desempeñar hoy, sin necesidad de ordenación alguna, un espectro de tareas mucho más amplio que el de las diaconisas antiguas: Tareas pastorales, educación catequética, cuidado de los pobres, Informativo servir en las periferias

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atención a enfermos, celebraciones litúrgicas, dirección de delegaciones, funciones docentes y académicas en las instituciones universitarias de la iglesia, participación en la responsabilidad pastoral de las parroquias y comunidades, etc". Del Cura considera "un planteamiento justo y acertado" que la comisión sea paritaria: "En cualquier caso, lo decisivo no es la condición masculina o femenina de sus integrantes sino el conocimiento de la materia, la fundamentación de las opiniones, el peso de las argumentaciones históricas o el rigor de las reflexiones teológicas y en este sentido hay estudios elaborados por mujeres que ponen de manifiesto una gran competencia en el campo del diaconado femenino". Fuente:https://www.diariodeburgos.es/

La parroquia cruzada de instituciones ministeriales Corresponsal: Equipo de redacción

Nuestro amigo, el diácono italiano Enzo Petrolino, presidente de la Comunità del diaconato en Italia, nos envía esta interesante reflexión sobre la Instrucción de la Congregación del Clero «La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia», publicada el pasado 20 de julio. Agradecemos a Enzo el envío del artículo, y enterados del fallecimiento de dos de sus hermanos, en los últimos meses, le hacemos llegar nuestra cercanía, asegurándole nuestra oración. LA PARROQUIA CRUZADA DE INSTITUCIONES MINISTERIALES En uno de los pasajes de la Instrucción sobre la conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia, leemos en n. 13 que "Para promover la centralidad de la presencia misionera de la comunidad cristiana en el mundo, es importante repensar no solo una nueva experiencia parroquial, sino también, en ella, el ministerio y la misión de los sacerdotes, quienes, junto con los fieles laicos, tienen la tarea de ser "sal y luz del mundo" (cf. Mt 5, 13-14), "lámpara en el candelabro" (cf. Mc 4:21), mostrando el rostro de una comunidad evangelizadora, capaz de leyendo los signos de los tiempos, lo que genera un testimonio coherente de la vida evangélica. La importancia de los ministerios en la comunidad parroquial. Una de las grandes realidades originales que el Concilio ha recuperado y reafirmado es que la Iglesia es toda ella completamente "ministerial": no se puede entender a la Iglesia si no se entiende completamente como "ministerio", "servicio", "diaconía". El primer tema, por lo tanto, de la ministerialidad es toda la Iglesia, incluso si esa ministerialidad es ejercida prácticamente por sujetos individuales. Si la realidad de la Iglesia es ministerio, ninguno de sus miembros no está involucrado en el ministerio que ejerce como un todo. Después de subrayar el carácter de "misterios sacramento" de la Iglesia, el Concilio deseaba introducir, incluso antes de cualquier diversificación interna, un concepto que incluyera a todos los bautizados. Para este propósito, eligió la categoría de "pueblo de Dios", recuperando la dimensión bíblica de la historia, Informativo servir en las periferias

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la alianza, la elección, la misión y de camino escatológico. La feliz intuición tenía la ventaja de resaltar la relación mutua entre el "sacerdocio ministerial" y el "sacerdocio común", ambos centrados en el único "sacerdocio de Cristo" (LG 10). Este "pueblo mesiánico" se envía a todo el mundo, y todos los hombres son llamados de alguna manera (LG 9:13). El concepto del Vaticano II con respecto al "pueblo de Dios" está impregnado por la necesidad de participación y comunión de todos los bautizados en el servicio "profético, sacerdotal y real" de Cristo (LG 10; 12), que se traduce en la inserción activa en los diversos servicios eclesiales de los carismas donados para utilidad común (LG 12). Por lo tanto, la "ministerialidad" es común a todo el pueblo de Dios. Los puntos de referencia teológico-pastorales De la Instrucción se desprende que hoy existe la necesidad de renovar la parroquia, en virtud de la nueva forma de entenderla, de ser y expresarse, de los cambios socioculturales, de su integración posible y necesaria con otras realidades sociales y estructurales. Problema sobre el que se ha puesto desde hace mucho tiempo la reflexión teológico-pastoral. Seguramente "los diferentes componentes en los que se divide la parroquia están llamados a la comunión y la unidad. En la medida en que todos reciban su propia complementariedad, colocándola al servicio de la comunidad, entonces, por un lado, el ministerio del párroco y los sacerdotes que colaboran como pastores puede realizarse plenamente, por otro, emerge la peculiaridad de los diversos carismas de los diáconos. , de personas consagradas y laicos, para que cada uno pueda trabajar en la construcción del cuerpo único (cf. 1 Cor 12, 12). El capítulo VIII, epígrafe "e", se dedica a los diáconos, donde se afirma que "son ministros ordenados, incardinados en una diócesis o en otras realidades eclesiales que tengan la facultad de incardinar; son colaboradores del Obispo y de los presbíteros en la única misión evangelizadora con su tarea específica, en virtud del sacramento recibido, de «servir al pueblo de Dios en la diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad». La reactivación de este ministerio permite que el significado diaconal tenga un papel profundo en la Iglesia. Frente a todos los ministros ordenados, incluidos los obispos, así como los laicos, los diáconos significan y realizan la dependencia de todos en Cristo, el siervo que, por el poder de su Espíritu, compromete a toda la Iglesia a ser sobre todo un pueblo de siervos y a devolver al mundo el gusto del servicio. Dentro de estas líneas esenciales, el problema de qué forma concreta debe adoptar el ministerio diaconal no puede decidirse en una mesa, debemos ser capaces de aprovechar ahora las diferentes experiencias, tanta historia, tantas figuras de santidad. Para salvaguardar la identidad de los diáconos, en vista de la promoción de su ministerio, el Papa Francisco advirtió primero sobre ciertos riesgos relacionados con el comprensión de la naturaleza del diaconado: «Debemos tener cuidado de no ver a los diáconos como mitad sacerdotes y mitad laicos. [...] Tampoco es la imagen del diácono como una especie de intermediario entre los fieles y los pastores. Ni a medio camino entre sacerdotes y laicos, ni a medio camino entre pastores y fieles. Y hay dos tentaciones. Existe el peligro del clericalismo: el diácono que es demasiado clerical. [...] Y la otra tentación, el funcionalismo: es una ayuda que el sacerdote tiene para esto o aquello ". Para evitar este riesgo, en mi opinión, hay tres experiencias que serán decisivas: comunión, actividad misionera y estatus diocesano. Ante todo, la eclesiología de la comunión. Como es bien sabido, el principio unificador y la clave hermenéutica de todo el Magisterio conciliar, fruto del redescubrimiento del dato neotestamentario (especialmente las cartas paulinas) y de la auténtica tradición eclesial (cfr. Ignacio de Antioquía) es la eclesiología de la comunión. La primera instancia que surge en nuestras Iglesias es la de madurar en las comunidades lo que los documentos llaman "conciencia diaconal", es decir, la conciencia de comunión que se traduce en participación y corresponsabilidad a todos los niveles y en sus diversas formas. Un Informativo servir en las periferias

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contexto adecuado para las vocaciones al diaconado es ... una Iglesia que intenta discernir la vía por la el Señor la llama a apoyar las responsabilidades del Evangelio, a vivir y manifestar el misterio de la comunión, a traducir en obras e instituciones el cuidado de la caridad y los diversos servicios pastorales (CEI, ON, 1993, n. 10). Por lo tanto, este es el terreno más adecuado para hacer que las vocaciones al ministerio diaconal florezcan y se cultiven. Naturaleza misionera La misión y la comunión,obviamente dos caras de la misma moneda. Es la misión misma la que fortalece la comunión, que dicta las necesidades de la comunión, porque es el deseo de dar a Cristo a los demás lo que une a los cristianos. En uno de los pasajes de la nota pastoral CEI titulada "El rostro misionero de las parroquias en Italia", leemos: «El futuro de la iglesia en Italia, y más allá, necesita la parroquia. Es una certeza basada en la convicción de que la parroquia es un bien precioso para la vitalidad del anuncio y la transmisión del Evangelio, para una iglesia arraigada en un lugar, difundida entre la gente y con un carácter popular. Esta es la imagen concreta del deseo de Dios de establecerse entre los hombres». Con esta nota -diáconos y obispos en la introducción del documentos-, «ni siquiera queríamos hacer una reflexión general sobre la parroquia, sino solo centrarnos en lo que es necesario para que pueda participar en el giro misionero de la iglesia en Italia frente a desafíos de esta era de cambios fuertes "(N.5). Y más adelante, hablando del signo de la fecundidad del Evangelio en el territorio, los obispos enfatizan que la presencia de la parroquia debe expresarse sobre todo "al tejer relaciones directas con todos sus habitantes, cristianos y no cristianos, participantes en la vida de la comunidad o en sus márgenes . Presencia en el territorio que significa preocupación por los más débiles y por los últimos, hacerse cargo de los quienes han sido marginados, servicio a los pobres, viejos y nuevos, preocupación por los enfermos y los niños en peligro "(N.10). De esta presencia los primeros responsables son los párrocos y diáconos los cuales -como lo expresa el episcopado italiano- se deben confiar áreas ministeriales, "según una figura propia y no derivada de la del presbítero, en vista de la animación del servicio en todos los frentes de la vida eclesial" (N.12). Veamos algunos de estos compromisos. Diáconos al servicio del pueblo de Dios. "En el ejercicio de su ministerio, el diácono ayuda a otros a reconocer y valorar los propios carismas, y las propias funciones en la comunidad; de esta manera promueve y apoya las actividades apostólicas de los laicos ". La relación del diácono con los laicos surge del hecho de que, a través de la gracia sacramental el diácono está habilitado para aceptar las diversas necesidades, haciendo emerger y suscitando servicios y ministerios en el pueblo de Dios. Esta posición que ve al diácono sirviendo al pueblo de Dios implica que el diácono, aunque por un lado pertenece al clero por haber recibido una ordenación, por el otro comparte la vida de los laicos que lo apoyan como perteneciente a ellos. Desde esta realidad, el ministerio del diácono, participando en el Sacramento del Orden, tiene entre los fieles una autoridad análoga a la del sacerdote; pero al mismo tiempo él, compartiendo la condición común del pueblo, comparte y comprende los problemas de todos, ayudando a los sacerdotes en esta comprensión. Ciertamente, el ritmo excesivamente dinámico y a veces alienante que caracteriza a nuestra sociedad y nuestras comunidades eclesiales vacía su contacto personal y directo con la gente, para reducirse a una intersección caótica de relaciones secundarias, sin más puntos de contacto y sin posibilidad de un intercambio vital de experiencias y de colaboración. Estas dificultades también están presentes hoy en nuestras realidades parroquiales, donde nuestras comunidades se están moviendo hacia el anonimato sin rostro, hacia reuniones principalmente masivas y a veces solo formales, sin contacto humano y personal. Es una crisis de comunicación, porque la gente de hoy ya no se refiere a la parroquia para recibir una formación adecuada. Solo una comunidad acogedora y dialogante puede encontrar formas de Informativo servir en las periferias

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establecer relaciones amistosas y ofrecer respuestas a la sed de Dios que está presente en el corazón de cada hombre. Hoy se impone la búsqueda de nuevos lenguajes, no autorreferenciales y enriquecidos por las adquisiciones de quienes trabajan en el campo de la comunicación, de la cultura y del arte. Por esta razón es necesario educar a una fe más motivada, capaz de dialogar con aquellos que se acercan a la Iglesia solo ocasionalmente, con creyentes de otras religiones y con no creyentes. En esta perspectiva, es [...] necesario que en cada comunidad la profundización de una fe consciente, que tenga ciudadanía plena en nuestro tiempo, para contribuir también al crecimiento de la sociedad (CEI, La restaurazione del diaconato permanente nella Chiesa italiana, 1971, n.26) El único momento en que el presbítero puede alcanzar a sus fieles es el de la misa dominical. Momento que deja poco espacio para el diálogo espontáneo y constructivo. En este sentido, el diaconado y su ejercicio deben verse en relación con una iglesia que crece en la conciencia de su ser misionero. Un compromiso que debe hacer que el trabajo pastoral despegue más allá de la mera preservación de lo existente, para que se abra con valor a las nuevas solicitudes que provienen de la sociedad. En comunidades parroquiales sin sacerdote Uno de los fenómenos del momento histórico eclesial actual es la disminución del número de sacerdotes y, en consecuencia, la multiplicación progresiva de las comunidades parroquiales sin la presencia del presbítero. En el no. 98 de la Instrucción está escrito que "el Obispo, según su prudente juicio, podrá confiar oficialmente algunos encargos a diáconos... como la celebración de una liturgia de la Palabra los domingos y días santos de precepto, cuando" por falta del ministro sagrado o por otra grave causa sea imposible la participación en la celebración eucarística». Este es un evento excepcional, para ser utilizado solo en circunstancias de imposibilidad real. Aunque la restauración del diaconado en la iglesia no surgió por razones de escasez de vocaciones sacerdotales, los obispos italianos, al describir los espacios donde el diácono puede ejercer su ministerio, dicen principalmente que se caracteriza como un servicio activo en el plan pastoral diocesano y como apertura y disponibilidad para las necesidades de toda la iglesia en particular. Sin embargo, esto no resta valor al servicio que el diácono puede prestar en comunidades parroquiales sin un presbítero residente. Ante tales situaciones, la Iglesia no ha permanecido indiferente: tanto por parte de los obispos como por parte de las comunidades cristianas mismas ha habido cierta preocupación dirigida a garantizar sobre todo la tradición cristiana del domingo, como el día del Señor. Esto es para reiterar principalmente que los cristianos, en ese día, se reúnen con el Resucitado de quien siempre surge la iniciativa de convocación. Esta reunión es básicamente la celebración de la Eucaristía. Sin embargo, cuando esta plenitud sacramental no puede tener lugar, es posible encontrarse con el Señor a través de otras formas de su presencia real en la Iglesia: la palabra de Dios, la asamblea misma de los creyentes. Una respuesta en este sentido dio la Congregación para el Culto Divino publicación en 1988 del Directorio para las celebraciones dominicales en ausencia del presbítero. la diocesaneidad El diácono es ordenado siempre en relación con una Iglesia particular, en la que está incardinado. Cada ordenación está relacionada con una comunidad específica; no se confiere simplemente para aumentar la dignidad personal, sino para poder ejercer concretamente un servicio al pueblo de Dios. Una vez que se han indicado las áreas, la articulación de las tareas precisas se decidirá por la convergencia de diferentes factores: dones personales (carácter psicológico, habilidades y carismas), historias y situaciones personales y familiares, la configuración real de la Iglesia particular. No estará fuera de lugar recordar la famosa y muy antigua fórmula contenida en el primer documento que habla de la ordenación diaconal, a saber, la "tradición apostólica" de Hipólito (siglo III). En él se afirma que el diácono está ordenado "no para el sacerdocio sino para el ministerio" del Obispo ". En la evolución posterior, la fórmula se Informativo servir en las periferias

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ha convertido simplemente en "ara el ministerio", como se puede ver en el texto sobre los diáconos de LG. De todo esto se pueden extraer algunos corolarios importantes: En primer lugar, la estrecha relación que el Obispo debe establecer con sus diáconos y de estos con él: una relación de comunión, impregnada de obediencia que desde la persona del Obispo debe extender también al proyecto pastoral de la diócesis; un compromiso también del Obispo de escuchar y dialogar sobre las solicitudes y compromisos prioritarios de un caracter diocesano, dado que el diácono es "el ojo, el oído y la boca del Obispo" de acuerdo con la feliz expresión del conocido documento patrístico de la "Didascalia". Desde esta perspectiva también se puede entender que la parroquia per se no es el área apropiada del ministerio diaconal, excepto de una manera excepcional y, por lo tanto, transitoria. Esto también es para evitar que el diácono sea considerado un "vice-párroco" reducido a la mitad. La prioridad de la evangelización. Es otro punto de imprescindible de referencia para enfocar mejor el ministerio diaconal hoy y sus perspectivas de compromiso para el futuro. En primer lugar, me gustaría subrayar el carácter prioritario de la evangelización en la misión de la Iglesia. Se trata de una prioridad lógica y temporal en el dinamismo de la salvación, que tiene una doble raíz y un doble fundamento. Ante todo, de un orden teológico, que pone en tela de juicio nuestra fidelidad a Cristo, siervo de Dios y de los hombres, que comenzó su misión salvadora con el anuncio del Evangelio del Reino y el llamamiento a la conversión y la fe (cf. Mc 1, 15). De hecho, esto se deriva de escuchar la palabra de Dios y se alimenta de ella (cf. Rom 10,17) y, por lo tanto, constituye, como ya recuerda el Concilio de Trento, el "initium salutis". La otra razón es de orden pastoral y surge de la situación sociocultural y los cambios de nuestro tiempo, vinculada a las consecuencias del fenómeno generalizado de la secularización, que condujo a la descristianización, la indiferencia generalizada, la pertenencia parcial y condicional a Cristo y a la Iglesia, una pérdida de evidencia ética con un fuerte impacto en el subjetivismo y el relativismo moral, etc. En esta situación, ya desde el Vaticano II, y cada vez más insistentemente en estos treinta años desde una perspectiva ecuménica, se ha hablado y se habla de una "nueva evangelización". Aquí hay algunas "formas" privilegiadas de comunicar la fe y, por tanto, la misión de los diáconos. * Que, en primer lugar, de la "capilaridad", es decir, el anuncio de la Palabra de Dios en pequeños grupos o comunidades inferiores y de la penetración evangélica en los entornos de vida y trabajo, familias, edificios de apartamentos, pueblos dispersos en el campo, etc., donde es más fácil realizar, la circulación de la palabra, la adhesión del mensaje a las situaciones. Son elementos importantes para la formación de pequeñas comunidades que deberían tener su salida y la manifestación unitaria más fuerte y significativa en la asamblea eucarística dominical. * Entonces hay otra forma privilegiada de evangelización que se impone hoy, en el contexto del pluralismo y la indiferencia que caracteriza el clima cultural: es el testimonio personal y sobre todo comunitario de misericordia y caridad, frente a las antiguas y nuevas pobrezas. Me gustaría enfatizar que el diácono, en estos campos, no es ni puede ser solo un protagonista (¡todos los fieles laicos y todos los trabajadores pastorales deberían serlo!), sino un animador, un responsable, un educador de hermanos y hermanas que se comprometen en estas fronteras El diaconado debe colocarse hoy como levadura en la masa de la parroquia tradicional para que se levante desde adentro, colocándose en estrecha conexión con la Iglesia local y asumiendo plenamente el cuidado pastoral de la diócesis, con especial atención al problema de los adultos y los alojados. Este ministerio que debe nacer desde la base, en los barrios, en los barrios, en las viviendass, en las zonas rurales, favoreciendo la dimensión celular de la Iglesia, una dimensión que permita una relación inmediata y fraterna entre personas y familias, jóvenes y adultos: una relación fundada en la Palabra de Dios que convocar y unir en la comunión. La Informativo servir en las periferias

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existencia de relaciones personales inmediatas es el terreno más favorable para prestar atención a las necesidades de las personas y los grupos humanos, y por lo tanto para dar espacio a la corresponsabilidad de los fieles, en el ejercicio de diferentes servicios y ministerios, de acuerdo con sus carismas. Esta atención es posible donde se posibilitan relaciones personales inmediatas, para una evangelización efectivamente capilar, favoreciendo el nacimiento de áreas de influencia territorial llamadas "diaconías". En las parroquias confiadas en solidum En el contexto del proyecto de las Unidades pastorales (VII c.) El Obispo también puede decretar la agrupación estable e institucional de varias parroquias dentro del vicariato foranep, teniendo en cuenta ... que cada parroquia de esta agrupación debe confiarse a un párroco o también a un grupo de sacerdotes en solidum, para cuidar a todas las comunidades parroquiales (nn. 54-60). Una consecuencia práctica significativa se deduce del hecho de que "el diácono también puede participar en comunidades ... confiadas in solidum a un grupo de sacerdotes, para el cuidado de aquellas áreas que son propias del ministerio diaconal". En los últimos años, hemos sido testigos de una transformación del cuidado pastoral que involucra el rostro de la parroquia que debe adaptarse a un mundo cambiante, sin perder de vista su identidad y su originalidad típica de un "laboratorio" de primera y nueva evangelización. Cuando hablamos de "Unidades pastorales", estamos hablando de una nueva forma de relacionar la parroquia con el territorio que la habita. Ahora se reconoce el carácter parroquial de la iglesia y su ministerio, con referencia a las formas cotidianas de la vida cristiana. Es el lugar "ordinario" de la celebración eucarística, la fuente y la forma de la comunidad eclesial, el lugar de la catequesis de la iniciación cristiana. Su carácter "territorial" lo presenta como un "lugar" de la vida cristiana, para todos los fieles, "hogar común" para todos, que no se entrega a criterios de elección elitistas y dedica especial atención a aquellos que parecen más pobres, más marginados y más lejos. Sin embargo, el carácter "estrictamente" territorial de la parroquia es desafiado hoy por las condiciones sociales cambiantes. La gente de hoy vive en movilidad social y en una serie de situaciones y entornos que van más allá del alcance de la acción pastoral "normal" de nuestras parroquias. El nacimiento y las razones que llevaron al establecimiento de las Unidades pastorales se encuentran en la necesidad de promover la atención pastoral coordinada, es decir, la atención pastoral general. Ciertamente, el proyecto de las Unidades pastorales no se remonta solo al problema de la disminución numérica de los sacerdotes y, en consecuencia, de su redistribución en el territorio. La motivación más profunda se encuentra en la eclesiología del Vaticano II, que nos ofreció una visión de la Iglesia en la que se debe promover e implementar la participación y corresponsabilidad de todos los fieles, de acuerdo con el principio de unidad misionera en la diversidad de los ministerios, oficios y funciones. Todo esto significa redescubrir, por un lado, la vocación misionera de la Iglesia y, por otro, la comunión para un cuidado pastoral general, es decir, trabajar juntos reconociendo los carismas y ministerios presentes en la comunidad cristiana y estableciendo en una manera nueva el servicio pastoral, su conversión. Esta visión renovada conlleva necesariamente a repensar la pastoral parroquial y en particular, su animador. En definitiva, se trata de confiar conjuntamente el cuidado pastoral de varias parroquias o comunidades cristianas ubicadas en un área territorial homogénea a uno o más sacerdotes asistidos por diáconos, religiosos y fieles laicos. En solidum significa que a cada miembro del grupo se le confía la actividad pastoral de las comunidades parroquiales involucradas, actividades que se llevarán a cabo en comunión con todos los demás. Toda la línea de acción pastoral y la asignación de las diversas tareas y servicios serán coordinados por un "moderador", como lo llama el Código de Derecho Canónico (can. 517 § 1), uno que tiene la responsabilidad e informa permanentemente Informativo servir en las periferias

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al obispo . Es evidente que con las Unidades Pastorales no queremos afirmar la superación de la parroquia tradicionalmente entendida como "comunidad territorial", pero tenemos la superación de su autonomía, pasar de una parroquia cerrada en sí misma a una comunidad parroquial abierta, en un contexto de comunión y coordinación de la acción pastoral. Por lo tanto, es necesario "reequilibrar" la acción pastoral, cambiando el centro de gravedad de la parroquia en un sentido "autorreferencial" (todo concentrado en la sombra del campanario) hacia la perspectiva típicamente "misionera", entendida como normalidad diaria y dimensión constante de la llamada "pastoral" ordinario ". Las áreas de acción común pueden identificarse en las relaciones con la sociedad civil, las iniciativas voluntarias, el trabajo pastoral de iniciación cristiana y sacramental en general, la formación de trabajadores pastorales, el ministerio juvenil. Por lo tanto, una de las condiciones necesarias para dar vida a esta realidad es tener figuras ministeriales necesarias para la vida de la comunidad, quienes al colaborar ponen a disposición sus dones y sus recursos espirituales y materiales. En consecuencia, surge un problema muy delicado, a saber, el de la relación entre sacerdotes y diáconos. Por un lado, los párrocos deben tener la oportunidad de repensar lo propio y original de su ministerio: la dedicación a la oración y el ministerio de la Palabra. La experiencia concreta de modelos de comunión y buenas relaciones entre estos dos ministerios ordenados ciertamente puede favorecer la promoción del diaconado en nuestras comunidades locales. Me gustaría concluir con las palabras de los obispos italianos que, hablando de la dimensión misionera de la acción educativa, afirman, refiriéndose a los Hechos 1,8, que es el Espíritu quien forma la Iglesia para la misión, el testimonio y la proclamación. Gracias a su fuerza, la Iglesia se convierte en un signo e instrumento de la comunión de todos los hombres entre sí y con Dios, manifiesta un amor fraterno del cual todos pueden reconocer a los discípulos del Señor (cf. Jn 13, 35) y proclama a los grandes. obras de Dios entre los pueblos (ver Hechos 2: 9-11). Por lo tanto, la acción educativa requiere lugares creíbles: en primer lugar, la familia, con su papel peculiar e indispensable; la escuela, un horizonte común más allá de las opciones ideológicas; la parroquia, "fuente del pueblo", lugar y experiencia que comienza con la fe en el tejido de las relaciones cotidianas. En cada una de estas áreas, la contribución de la calidad del ministerio de los diáconos se convierte en una de las formas privilegiadas de la misión evangelizadora del diaconado de la Iglesia. Traducción libre Texto original LA PARROCCHIA CROCEVIA DELLE ISTANZE MINISTERIALI Enzo PETROLINO* In uno dei passaggi dell’Istruzione su La conversione pastorale della comunità parrocchiale al servizio della missione evangelizzatrice della Chiesa si legge al n. 13 che “Per promuovere la centralità della presenza missionaria della comunità cristiana nel mondo, è importante ripensare non solo a una nuova esperienza di parrocchia, ma anche, in essa, al ministero e alla missione dei sacerdoti, che, insieme con i fedeli laici, hanno il compito di essere “sale e luce del mondo” (cfr. Mt 5, 13-14), “lampada sul candelabro” (cfr. Mc 4, 21), mostrando il volto di una comunità evangelizzatrice, capace di un’adeguata lettura dei segni dei tempi, che genera una coerente testimonianza di vita evangelica. L’importanza dei ministeri nella comunità parrocchiale. Una delle grande realtà originaria che il Concilio ha recuperato e riaffermato è che la Chiesa è tutta «ministeriale»: non si può capire la Chiesa se non la si intende pienamente come «ministero», «servizio», «diaconia». Il soggetto primo, dunque, della ministerialità è tutta la Chiesa, anche se poi tale ministerialità viene di fatto esercitata praticamente da singoli soggetti. Se la realtà della Chiesa è ministero, non c’è nessuno dei suoi membri che non sia coinvolto nel ministero che essa, nel suo insieme, esercita. Il Concilio, dopo aver sottolineato il carattere di «mistero-sacramento» della Chiesa ha voluto introdurre, prima ancora di qualunque diversificazione interna, un concetto che comprendesse tutti Informativo servir en las periferias

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i battezzati. Ha scelto perciò, a tal fine, la categoria di «popo¬lo di Dio», recuperando la dimensione biblica di storia, alleanza, elezione, missione e di cammino escatologico. La felice intuizione ha avuto il pregio di mettere in rilievo il mutuo rapporto tra il «sacerdozio ministeriale» e «quello co¬mune», che si incentrano entrambi nell’unico «sacerdozio di Cristo» (LG 10). Questo «popolo messianico» è inviato al mondo intero, e tutti gli uomini, in qualche modo, sono ad esso chiamati (LG 9; 13). La concezione del Vaticano II riguardo al «popolo di Dio» è pervasa dall’esigenza di partecipazione e comunione di tutti i battezzati al servizio «profetico, sacerdotale e regale» di Cristo (LG 10; 12), il che si traduce nell’inserimento attivo nei vari ser¬vizi ecclesiali dei carismi donati per l’utilità comune (LG 12). Comune dunque, all’intero popolo di Dio è la «ministerialità». I punti di riferimento teologico-pastorali Dall’Istruzione emerge che oggi c’è l'esigenza del rinnovamento della parrocchia, in forza del nuovo modo di inten¬derla, di essere e di esprimersi, dei cambiamenti so¬cio-culturali, di una sua possibile e necessaria inte¬grazione con altre realtà sociali e strutturali. Pro¬blema che da tempo è posto all'attenzione della ri¬flessione teologico-pastorale. Sicuramente “le diverse componenti in cui la parrocchia si articola sono chiamate alla comunione e all’unità. Nella misura in cui ognuno recepisce la propria complementarità, ponendola a servizio della comunità, allora, da una parte si può vedere realizzato a pieno il ministero del parroco e dei presbiteri che collaborano come pastori, dall’altra emerge la peculiarità dei vari carismi dei diaconi, dei consacrati e dei laici, perché ognuno si adoperi per la costruzione dell’unico corpo (cfr. 1Cor 12, 12). Il cap. VIII alla lettera e. dell’Istruzione è dedicato ai diaconi dove viene affermato che “sono ministri ordinati, incardinati in una diocesi o nelle altre realtà ecclesiali che ne abbiano la facoltà; sono collaboratori del Vescovo e dei presbiteri nell’unica missione evangelizzatrice con il compito specifico, in virtù del sacramento ricevuto, di «servire il popolo di Dio nella diaconia della liturgia, della parola e della carità». La riattivazione di questo ministero permette che la simbolica diaconale giochi a fondo nella Chiesa. Di fronte a tutti i ministri ordinati, vescovi compresi, oltre che ai laici, i diaconi significano e realizzano la dipendenza di tutti verso Cristo servo che, per la forza del suo Spirito, impegna tutta la Chiesa ad essere soprattutto un popolo di servi e a ridonare al mondo il gusto del servizio. Dentro a queste linee essenziali, il problema di qualche forma concreta debba assumere il ministero diaconale non può essere deciso a tavolino, ma deve poter usufruire di molta esperienza ancora, di tanta storia, di figure di santità. A salvaguardia dell’identità dei diaconi, in vista della promozione del loro ministero, Papa Francesco ha dapprima messo in guardia contro alcuni rischi relativi alla comprensione della natura del diaconato: «Dobbiamo stare attenti a non vedere i diaconi come mezzi preti e mezzi laici. […] E nemmeno va bene l’immagine del diacono come una specie di intermediario tra i fedeli e i pastori. Né a metà strada fra i preti e i laici, né a metà strada fra i pastori e i fedeli. E ci sono due tentazioni. C’è il pericolo del clericalismo: il diacono che è troppo clericale. […] E l’altra tentazione, il funzionalismo: è un aiuto che ha il prete per questo o per quello». Onde evitare questo rischio, a mio avviso sono tre le esperienze che risulteranno decisive: la comunione, la missionarietà e la diocesanità. Anzitutto l'ecclesiologia di comunione È, come noto, il principio unificante e la chiave ermeneutica di tutto il Magistero conciliare, frutto della riscoperta del dato neotestamentario (soprattutto le lettere paoline) e della genuina tradizione ecclesiale (cfr. Ignazio di Antiochia) è l’ecclesiologia di comunione. La prima istanza che si pone alle nostre Chiese è quella di far maturare nelle comunità quella che i documenti chiamano la "coscienza diaconale", ovvero la consapevolezza della comunionalità che si traduce nella partecipazione e nella corresponsabilità a tutti i livelli e nelle sue diverse forme. Contesto idoneo alle vocazioni al diaconato è...una Chiesa intenta a discernere le vie per le quali il Signore la chiama a sostenere le responsabilità del Vangelo, a vivere e Informativo servir en las periferias

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manifestare il mistero della comunione, a tradurre in opere e istituzioni le premure della carità e i diversi servizi pastorali (CEI, O.N., 1993, n. 10). E' questo dunque il terreno più proprio per far sbocciare e coltivare le vocazioni al ministero diaconale. La missionarietà Missione e comunione, ovviamente sono due facce della stessa medaglia. È la missione stessa che rinsalda la comunione, che detta le esigenze alla comunione, perché è il desiderio di donare agli altri Cristo che unisce i cristiani. In uno dei passaggi della nota pastorale della CEI dal titolo Il volto missionario delle parrocchie in Italia si legge: «Il futuro della chiesa in Italia, e non solo, ha bisogno della parrocchia. È una certezza basata sulla convinzione che la parrocchia è un bene prezioso per la vitalità dell'annuncio e della trasmissione del Van¬gelo, per una chiesa radicata in un luogo, dif¬fusa tra la gente e dal carattere popolare. Es¬sa è l'immagine concreta del desiderio di Dio di prendere dimora tra gli uomini». Con questa nota – dicono i vescovi nell'introduzione al documento - «non si è voluto neanche fa¬re una riflessione generale sulla parrocchia, ma solo mettere a fuoco ciò che è necessario perché essa partecipi alla svolta missionaria della chiesa in Italia di fronte alle sfide di quest'epoca di forti cambiamenti» (N.5). E più avanti parlando del segno della fecondità del Vangelo nel territorio, i vescovi sottolineano che la presenza della parrocchia si deve esprimere anzitutto “nel tessere rapporti diretti con tutti i suoi abitanti, cristiani e non cristiani, partecipi della vita della comunità o ai suoi margini. Presenza nel territorio che vuol dire sollecitudine verso i più deboli e gli ultimi, farsi carico degli emarginati, servizio dei poveri, antichi e nuovi, premura per i malati e per i minori in disagio” (N.10). Di questa presenza i primi responsabili sono i parroci ed i diaconi ai quali – come si esprime l’episcopato italiano - bisogna affidare ambiti ministeriali, “secondo una figura propria e non derivata rispetto a quella del presbitero, nella prospettiva dell’animazione del servizio su tutti i fronti della vita ecclesiale” (N.12). Vediamone alcuni di questi impegni. I diaconi a servizio del popolo di Dio. “Nell’esercizio del suo ministero, il diacono aiuta gli altri a riconoscere e a valorizzare i propri carismi e le proprie funzioni nella comunità; in tal modo egli promuove e sostiene le attività apostoliche dei laici”. Il rapportarsi del diacono ai laici nasce dal fatto che egli attraverso la grazia sacramentale è abilitato a recepire le varie necessità, facendo emergere e suscitando servizi e ministeri nel popolo di Dio. Tale posizione che vede il diacono a servizio del popolo di Dio implica che il diacono, anche se da un lato appartiene al clero in quanto ha ricevuto una ordinazione, dall’altro condivide la vita dei laici i quali lo sostengono come appartenente a loro. Da questa realtà il ministero del diacono, partecipando del sacramento dell’ordine, ha tra i fedeli un’autorevolezza analoga a quella del presbitero; ma nello stesso tempo egli, partecipando della condizione comune del popolo, condivide e comprende i problemi di tutti, aiutando anche i presbiteri in tale comprensione. Certamente il ritmo eccessivamente dinamico e talvolta alienante che caratterizza la nostra società e le nostre comunità ecclesiali svuota della loro carica umana i contatti personali e diretti con la gente, per ridursi ad un caotico incrociarsi di rapporti secondari, senza più punti di contatto e senza possibilità di uno scambio vitale di esperienze e di collaborazione. Queste difficoltà sono oggi presenti anche nelle nostre realtà parrocchiali, dove le nostre comunità si avviano verso un anonimato senza volto, verso incontri prevalentemente di massa e talvolta solo formali, privi del contatto umano e personale. È una crisi di comunicazione, perché la gente oggi non fa più riferimento alla parrocchia per ricevere una formazione adeguata. Solo una comunità accogliente e dialogante può trovare le vie per instaurare rapporti di amicizia e offrire risposte alla sete di Dio che è presente nel cuore di ogni uomo. Oggi si impone la ricerca di nuovi linguaggi, non autoreferenziali e arricchiti dalle acquisizioni di quanti operano nell’ambito della comunicazione, della cultura e dell’arte. Per questo è necessario educare a una fede più motivata, capace di dialogare anche con Informativo servir en las periferias

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chi si avvicina alla Chiesa solo occasionalmente, con i credenti di altre religioni e con i non credenti. In tale prospettiva, […] è necessario che in ogni comunità l’approfondimento di una fede consapevole, abbia piena cittadinanza nel nostro tempo, così da contribuire anche alla crescita della società (CEI, La restaurazione del diaconato permanente nella Chiesa italiana, 1971, n. 26) L’unico momento nel quale il presbitero può raggiungere i suoi fedeli è quello della messa domenicale. Momento che lascia poco spazio al dialogo spontaneo e costruttivo. In questo senso il diaconato ed il suo esercizio devono essere visti in relazione ad una chiesa che cresce nella consapevolezza di essere missionaria. Un impegno che deve fare decollare la pastorale oltre la semplice conservazione dell’esistente, per farla aprire in maniera coraggiosa alle nuove sollecitazioni che provengono dalla società. Nelle comunità parrocchiali senza presbitero Uno dei fenomeni dell’attuale momento storico ecclesiale è la diminuzione del numero dei presbiteri e, conseguentemente, il progressivo moltiplicarsi di comunità parrocchiali senza la presenza del presbitero. Al n. 98 dell’Istruzione è scritto che “il Vescovo, a suo prudente giudizio, potrà affidare ufficialmente alcuni incarichi ai diaconi come la celebrazione di una liturgia della Parola nelle domeniche e nelle feste di precetto, quando «per mancanza del ministro sacro o per altra grave causa diventa impossibile la partecipazione alla celebrazione eucaristica». Si tratta di una eventualità eccezionale, a cui fare ricorso solo in circostanze di vera impossibilità”. Anche se la restaurazione del diaconato nella chiesa non nasce da motivi dovuti alla scarsità di vocazioni presbiterali, i vescovi italiani, nel delineare gli spazi dove il diacono può esercitare il suo ministero, dicono primariamente che esso si caratterizza come servizio attivo nel piano pastorale diocesano e come apertura e disponibilità per i bisogni dell’intera chiesa particolare. Ciò non toglie dunque che il diacono possa essere anche impegnato nelle comunità parrocchiali senza presbitero residente. Davanti a tali situazioni la Chiesa non è rimasta indifferente: sia da parte dei vescovi sia da parte delle stesse comunità cristiane si è avuta una certa preoccupazione tesa ad assicurare soprattutto la tradizione cristiana della Domenica, come giorno del Signore. Questo per ribadire primariamente che i cristiani, in tale giorno, si riuniscono con il Risorto da cui sempre viene l’iniziativa della convocazione. Questo incontro, fondamentalmente, è la celebrazione dell’eucaristica. Quando però non può aver luogo questa pienezza sacramentale, è tuttavia possibile incontrarsi con il Signore attraverso altre forme della sua presenza reale nella Chiesa: la parola di Dio, l’assemblea stessa dei credenti. Una risposta in tal senso è stata data dalla Congregazione per il Culto Divino con la pubblicazione nel 1988 del Direttorio per le celebrazioni domenicali in assenza del presbitero. La diocesanità Il diacono viene ordinato sempre in relazione ad una Chiesa particolare, nella quale si incardina. Ogni ordinazione è relativa ad una precisa comunità; non è conferita per accrescere semplicemente la dignità personale, ma per poter esercitare concretamente un servizio al popolo di Dio. Una volta indicati gli ambiti, l’articolazione dei compiti precisi sarà decisa dalla convergenza di diversi fattori: i doni personali (carattere psicologico, competenze e carismi), le storie e le situazioni personali e familiari, la reale configurazione della Chiesa particolare. Non sarà fuori luogo rievocare la celebre e antichissima formula contenuta nel primo documento che parla dell'ordinazione diaconale, e cioè la "Tradizione apostolica" di Ippolito (III secolo). In essa si afferma che il diacono è ordinato "non per il sacerdozio ma per il ministero 'del Vescovo'. Nell'evoluzione successiva la formula è diventata semplicemente "per il ministero", come si evince dal testo sui diaconi della LG. Da tutto questo si possono trarre alcuni importanti corollari: * Anzitutto lo stretto rapporto che il Vescovo deve instaurare con i suoi diaconi e questi devono avere con lui: un rapporto di comunione, permeato di obbedienza che dalla persona del Vescovo si deve estendere anche al progetto pastorale della diocesi; un rapporto inoltre Informativo servir en las periferias

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da parte del Vescovo di ascolto e di dialogo intorno alle istanze e agli impegni prioritari di carattere diocesano, visto che il diacono è "l'occhio, l'orecchio e la bocca del Vescovo" secondo la felice espressione del documento patristico noto come "Didascalia degli Apostoli". In questa prospettiva si può anche comprendere che la parrocchia di per sé non è l'ambito proprio del ministero diaconale se non in via eccezionale e quindi transitoria. Questo anche per evitare che il diacono venga considerato una sorte di "vice-parroco" dimezzato. La priorità dell'evangelizzazzione E' un altro punto imprescindibile di riferimento per mettere meglio a fuoco il ministero diaconale oggi e le sue prospettive di impegno per il futuro. Vorrei anzitutto, sottolineare il carattere prioritario dell'evangelizzazione nella missione della Chiesa. Si tratta di una priorità logica e temporale nel dinamismo della salvezza, che ha una duplice radice e un duplice fondamento. Prima di tutto di ordine teologico, che chiama in causa la nostra fedeltà a Cristo, servo di Dio e degli uomini, che ha iniziato la sua missione salvifica con l'annuncio del Vangelo del Regno e l’appello alla conversione e alla fede (cfr. Mc 1,15). Questa, infatti, nasce dall'ascolto della parola di Dio e ad essa si alimenta (cfr. Rom. 10,17) e perciò costituisce - come ricorda già il concilio di Trento - l'initium salutis. L'altra ragione è di ordine pastorale e scaturisce dalla situazione e dai mutamenti socio-culturali del nostro tempo, legati alle conseguenze del pervasivo fenomeno della secolarizzazione, che hanno determinato la scristianizzazione, una diffusa indifferenza, un'appartenenza parziale e condizionata a Cristo e alla Chiesa, una perdita delle evidenze etiche con una forte ricaduta nel soggettivismo e nel relativismo morale, ecc.. In questa situazione, già dal Concilio Vaticano II, e sempre più insistentemente in questo trentennio che è seguito all’assise ecumenica, si è parlato e si parla di una "nuova evangelizzazione". Ecco alcune "vie" privilegiate della comunicazione della fede e quindi della missione dei diaconi. * Quella, anzitutto, della "capillarità" e cioè dell'annuncio della parola di Dio in piccoli gruppi o comunità inferiori e della penetrazione evangelica negli ambienti di vita e di lavoro, famiglie, caseggiati, borghi dispersi delle campagne ecc.. dove è più facile realizzare il dialogo, la circolazione della parola, l'adesione del messaggio alle situazioni. Sono elementi importanti per la formazione di piccole comunità che dovrebbero avere poi il loro sbocco e la manifestazione unitaria più forte e significativa nell'assemblea eucaristica domenicale. * C'è poi un'altra via privilegiata di evangelizzazione che s'impone oggi, nel contesto di pluralismo e d'indifferenza che caratterizza il clima culturale: è quella della testimonianza personale e soprattutto comunitaria della misericordia e della carità, di fronte alle antiche e nuove povertà. Vorrei sottolineare che il diacono, in questi campi, non è e non può essere soltanto un protagonista (lo dovrebbe essere ogni fedele laico formato e ogni operatore pastorale!) bensì un animatore, un responsabile, un educatore di fratelli e sorelle che s'impegnano su queste frontiere. Il diaconato si deve porre oggi come lievito nella pasta della tradizionale parrocchia per lievitarla dal di dentro, ponendosi in stretto legame con la Chiesa locale e assumendo pienamente la pastorale della diocesi stessa, con particolare attenzione al problema degli adulti e dei lontani. Questo ministero che dovrebbe nascere dalla base, nei quartieri, nei rioni, nei condomini, nelle zone rurali, favorendo la dimensione cellulare della Chiesa, dimensione che è tale da consentire un rapporto immediato e fraterno tra persone e famiglie, giovani e adulti: un rapporto fondato sulla Parola di Dio che convoca e unisce nella comunione. L’esistenza di rapporti personali immediati costituisce il terreno più favorevole per una attenzione alle esigenze delle persone e dei gruppi umani, e per dare spazio quindi alla corresponsabilità dei fedeli, nell’esercizio di servizi e ministeri diversi, in conformità dei loro carismi. Questa attenzione è possibile dove si realizzano rapporti immediati personali, per una evangelizzazione efficacemente capillare, favorendo la nascita di zone di influenza territoriale Informativo servir en las periferias

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chiamate «diaconie». Nelle parrocchie affidate in solidum Nel contesto del progetto delle Unità pastorali (VII c.) il Vescovo può anche decretare il raggruppamento stabile e istituzionale di varie parrocchie all’interno del vicariato foraneo, tenendo conto ... che ogni parrocchia di tale raggruppamento deve essere affidata a un parroco o anche a un gruppo di sacerdoti in solidum, che si prenda cura di tutte le comunità parrocchiali (nn. 54-60). Una rilevante conseguenza pratica viene dedotta dal fatto che il «diacono può essere impegnato anche nelle comunità ... affidate in solidum ad un gruppo di sacerdoti, per la cura di quegli ambiti che sono propri del ministero diaconale». In questi anni stiamo assistendo ad una trasformazione della pastorale che coinvolge il volto della parrocchia che deve adeguarsi ad un mondo che cambia, senza perdere di vista la propria identità e la sua tipica originalità di “laboratorio” di prima e nuova evangelizzazione. Quando si parla di “unità pastorali”, si parla di un nuovo modo di rapportare la parrocchia con il territorio che la abita. È ormai riconosciuto alla parrocchia il carattere di fondamentale articolazione della chiesa e del suo ministero, per riferimento alle forme quotidiane della vita cristiana. Essa è il luogo “ordinario” della celebrazione eucaristica, sorgente e forma della comunità ecclesiale, luogo della catechesi di iniziazione cristiana. Il suo carattere “territoriale” la presenta come “luogo” di vita cristiana, per tutti i fedeli, “casa comune” per tutti, che non indulge a criteri elitari di scelte e dedica una cura particolare a chi appare più povero, più emarginato e più lontano. Tuttavia, il carattere “rigorosamente” territoriale della parrocchia è oggi messo in discussione dalle mutate condizioni sociali. La gente oggi vive in una mobilità sociale e in una quantità di situazioni e di ambienti che travalicano il raggio dell’azione pastorale “normale” delle nostre parrocchie. La nascita ed i motivi che hanno determinato la costituzione delle Unità pastorali sono da ricercarsi nella necessità di promuovere una pastorale coordinata, cioè una pastorale d’insieme. Certamente il progetto delle Unità pastorali non può essere riconducibile solo al problema della diminuzione numerica dei presbiteri e conseguentemente della loro ridistribuzione sul territorio. La motivazione più profonda è da ricercare nell’ecclesiologia del Vaticano II che ci ha offerto una visione di Chiesa nella quale deve essere promossa ed attuata la partecipazione e la corresponsabilità di tutti i fedeli, secondo il principio dell’unità di missione nella diversità dei ministeri, degli uffici e delle funzioni. Tutto questo significa riscoprire da una parte la vocazione missionaria della Chiesa e dall’altra la comunione per una pastorale d’insieme, cioè lavorare insieme riconoscendo i carismi ed i ministeri presenti nella comunità cristiana e impostando in una maniera nuova il servizio pastorale, la sua conversione. Questa rinnovata visione porta necessariamente a ripensare la pastorale parrocchiale ed in particolare il suo animatore. Si tratta in definitiva di affidare, in solido, la cura pastorale di più parrocchie o comunità cristiane situate in una area omogenea territoriale ad uno o più presbiteri coadiuvati da diaconi, religiosi e fedeli laici. In solidum significa che è affidata ad ogni membro del gruppo l’attività pastorale delle comunità parrocchiali interessate, attività da svolgere in comunione con tutti gli altri. Tutta la linea di azione pastorale e l’affidamento dei vari compiti e servizi saranno coordinati da un “moderatore”, così come viene chiamato dal Codice di Diritto Canonico (can. 517 § 1), colui che ha la responsabilità ed informa stabilmente il vescovo. È evidente che con le Unità Pastorali non si vuole affermare il superamento della parrocchia intesa tradizionalmente come “comunità territoriale”, ma si ha il superamento della sua autonomia, passando da una parrocchia chiusa in se stessa ad una comunità parrocchiale aperta, in un contesto di comunione e di coordinamento dell’azione pastorale. Risulta quindi necessario “riequilibrare” l’azione pastorale, spostando il baricentro della parrocchia intesa in senso “autoreferenziale” (tutta concentrata all’ombra del campanile) verso la prospettiva tipicamente “missionaria”, intesa come normalità Informativo servir en las periferias

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quotidiana e dimensione costante della cosiddetta “pastorale ordinaria”. Gli ambiti di azione comune possono essere individuati nei rapporti con la società civile, le iniziative di volontariato, la pastorale d’iniziazione cristiana e sacramentale in genere, la formazione degli operatori pastorali, la pastorale giovanile. Pertanto una delle condizioni necessarie per dare vita a tale realtà è quella di avere figure ministeriali necessarie per la vita della comunità, che collaborando mettano a disposizione i propri doni e le proprie risorse spirituali e materiali. Conseguentemente si pone un problema molto delicato, cioè quello del rapporto tra i presbiteri e i diaconi. Da una parte i parroci devono avere la possibilità di ripensare al proprium originario del loro ministero: dedicazione alla preghiera e al ministero della Parola. L’esperienza concreta di modelli di comunione e di buon rapporto tra questi due ministeri ordinati può favorire certamente la promozione del diaconato nelle nostre comunità locali. Mi piace concludere con le parole dei vescovi italiani che parlando della dimensione missionaria dell’azione educativa affermano, facendo riferimento ad Atti 1,8, che è lo Spirito a formare la Chiesa per la missione, la testimonianza e l’annuncio. Grazie alla sua forza, la Chiesa diventa segno e strumento della comunione di tutti gli uomini tra loro e con Dio, manifesta l’amore fraterno da cui ciascuno può riconoscere i discepoli del Signore (cfr Gv13,35) e proclama in ogni lingua le grandi opere di Dio tra i popoli (cfr At 2,9-11). Dunque l’azione educativa, necessita di luoghi credibili: anzitutto la famiglia, con il suo ruolo peculiare e irrinunciabile; la scuola, orizzonte comune al di là delle opzioni ideologiche; la parrocchia, “fontana del villaggio”, luogo ed esperienza che inizia alla fede nel tessuto delle relazioni quotidiane. In ognuno di questi ambiti l’apporto della qualità del ministero dei diaconi, diventa una delle vie privilegiate della missione evangelizzatrice della diaconia della Chiesa. * Presidente Comunità del diaconato in Italia

Diácono Germán Aranguren, -Girardot, Colombia-: "Pensar en el diaconado permanente" Corresponsal: Equipo de redacción

Tener un acercamiento sobre lo que es el Diaconado en estado permanente y la función de los hombres que ejercen este sagrado orden, es muy importante para la vida del ministerio. Link del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=AfVX2wbtqwQ

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Novo libro: Igualdade e desigualdade Corresponsal: Equipo de redacción

O diácono José Durán y Durán, assessor da Presidência da Comissão Nacional dos Diáconos - CND, apresenta novo livro, "Igualdade e Desigualdade - Reflexões em Quarentena". "Este livro é uma obra conjunta de quatorze acadêmicos da Academia Palmarense de Letras,dialogando sobre atuais problemas sociais no contexto da pandemia da covid 19. São reflexões para pensar e agir", explica Durán. A Academia Palmarense de Letras fica em Palmares (PE). O livro pode ser adquirido diretamente com o organizador, diácono Durá, ao preço de R$ 20,00, para os residentes em Palmares. Para enviar pelos Correios, o valor é de R$ 30,00. A edição é limitada, portanto, reserve logo seu exemplar. Conta para depósito: Banco do Brasil - Agência 0115-5 - C/C 11092-2 - Diácono José Durán y Durán. Envie seu comprovante e endereço para entrega através do e-mail: diaconoduranduran@gmail.com FOnte: cnd.org.br

Región cono sur americano Brasil Formalizada a União dos Juristas Diáconos e Esposas do Brasil Corresposal: Equipo de redacción

Os membros da Assessoria Jurídica da Comissão Nacional dos Diáconos (CND), Diácono Dr. Márcio Honório de Oliveira e Silva, Diácono Dr. Márcio Damião de Almeida e Diácono Dr. Iran Alves Soares, organizaram reunião por videoconferência no dia 27 de junho de 2020, que contou com a participação do Presidente da CND diácono Francisco Salvador Pontes Filho e mais 30 juristas. A reunião foi restrita a diáconos e esposas acadêmicos em Direito, e participaram desembargador, juízes, promotor, procuradores, advogados, professores universitários e membros dos Tribunais Eclesiásticos, todos diáconos e esposas. O tema principal da pauta foi o da formação da União dos Juristas Diáconos e Esposas do Brasil. Além do presidente da CND e dos organizadores, fez uso da palavra o assessor jurídico-canônico da CNBB, Prior Provincial da Província Carmelitana, advogado, Doutor e Mestre em Direito Canônico, Padre Frei Evaldo Xavier Gomes. No encontro Frei Evaldo foi eleito assessor jurídico-canônico e diretor espiritual da União dos Juristas Diáconos e Esposas do Informativo servir en las periferias

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Brasil, com a missão de promover a unidade e conduzir os trabalhos conjuntos entre os juristas do corpo diaconal e a CNBB, tendo sido referendado e aprovado no mesmo ato pelo presidente da CND. O diácono dr. Márcio Honório ficou encarregado de organizar em grupos os juristas para que sejam informados dos novos passos, devendo os interessados entrarem em contato com o mesmo através do e-mail marcio@marciohonorio.com.br ou pelo whatsapp (31) 988032113, fornecendo nome completo, endereço e contatos. Enviado por: União dos Juristas Diáconos e Esposas do Brasil Fonte: cnd.org.br

Pai e filho Diáconos celebram aniversário de Ordenação Corresposal: Equipo de redacción

O diácono João Aparecido Bueno, da CRD Sul 2, comemorou no dia 09 de junho, 20 anos de Ordenação. Foi ordenado em Dourados (MS), e exerce seu ministério na paróquia Catedral Sagrado Coração de Jesus de Sinop, MT. É presidente da Comissão Regional dos Diáconos – CRD Oeste 2. Nesta segunda-feira, 29 de junho, o seu pai, Diácono Sebastião Bueno celebra 44 anos de Ordenação. Exerce seu ministério na Diaconia Nossa Senhora Aparecida, em Nova Aliança (Ariranha do Ivaí) e na Paróquia Espírito Santo de Ivaiporã, Diocese de Apucarana (PR), Regional Sul 2. Foi ordenado por Dom Romeu Alberti em 1976. A Presidência da CND parabeniza os caríssimos diáconos. Fonte: cnd.org.br

Qual o papel do Diácono na Igreja? Corresposal: Equipo de redacción

Conheça um pouco mais sobre o papel e a natureza dos diáconos nessa entrevista com missionário redentorista padre Henrique, que foi ao ar na TV Aparecida. Link video: https://saosebastiaofabriciano.com.br/video/qual-o-papel-do-diacono-na-igreja/ Fuente: https://saosebastiaofabriciano.com.br/

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Candidatos da Diocese de Parnaíba (Brasil) recebem homenagem em vídeo04/07/2020Candidatos da Diocese de Parnaíba (PI) recebem homenagem em vídeo Corresponsal: Equipo de redacción

Organizado pelo diácono Ed Ary da Rocha, os diáconos da Diocese de Parnaíba (PI) prestaram homenagem através de um vídeo aos candidatos ao Diaconado Permanente da Escola Diaconal Santo Estevão. Os candidatos estão em recesso das aulas em virtude da pandemia de coronavírus. Os mesmos estão na fase final do Curso de Teologia, faltando apenas uma disciplina que será ministrada de forma remota (on line). Após essa etapa, irão para os estágios pastorais nas paróquias e comunidades. O Retiro de Ordenação será feito em 2021, em data à ser marcada. As Ordenações ocorrerão no dia 10 de agosto de 2021, Desta de São Lourenço, diácono e mártir e Dia do Diácono. A Presidência da Comissão Nacional dos Diáconos parabeniza pela iniciativa e exorta os candidatos a permanecerem firmes na vocação. Fonte: http://cnd.org.br/

Diáconos da Arquidiocese de Ribeirão Preto -Brasil- inauguram sala para sede Corresponsal: Equipo de redacción

A Associação dos Diáconos Permanentes da Arquidiocese de Ribeirão Preto (SP), em reunião da Diretoria realizada no dia 18 de julho, fez a apresentação e inauguração da sala que será a sede do Diaconado Riberopretano. A sala fica no prédio do Projeto Social "Fraterno Auxílio Cristão" - FAC, que é administrado pelo Diaconado. Fica na Rua Barão do Amazonas, 881, Centro. A sala/sede tem como objetivo sediar as reuniões da Diretoria e das Comissões Diaconais. Deve ser reservada com antecedência junto ao presidente da ADPARP, Diácono Flávio Livotto. A CND parabeniza a ADPARP, presidida pelo Diácono Flávio Aparecido Livotto, por mais esta conquista, por deferênccia do Arcebispo Metropolitano dom Moacir Silva.

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Fallece por COVID-19, a los 57 años, Henrique Soares da Costa. obispo de Palmares, Brasil, Corresponsal: Equipo de redacción

El pasado día 17 de mayo publicábamos una intervención suya sobre la necesidad de la existencia del diaconado permanente en la Iglesia, un ministerio diaconal que es imagen de Cristo Siervo. Presentamos al Señor la vida de don Henrique, en la esperanza de su participación de la Resurrección de Jesucristo. Descanse en paz. COmo un recuerdo agradecido colvemos a poner el link del vídeo de su intervencióin strong>https://www.youtube.com/watch?v=Dl_ixXTXhg4</strong> El obispo brasileño se encontraba internado con COVID-19 desde el pasado 4 de julio en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Memorial San José de Recife Monseñor Soares da Costa fue nombrado obispo auxiliar de Aracaju en 2009, donde permaneció hasta 2014, en que fue nombrado el tercer obispo de la diócesis de Palmares El obispo fallecido se une a los casi 80 mil muertos y más de 2,1 millones de contagiados en Brasil 19.07.2020 Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil Dom-HenriquePalmaresHa fallecido este sábado, 18 de julio, a los 57 años de edad, Monseñor Henrique Soares da Costa, obispo de Palmares, estado de Pernambuco. El obispo brasileño se encontraba internado con COVID-19 desde el pasado 4 de julio en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Memorial San José de Recife, donde su salud se había complicado en los últimos días, llegando a ser entubado el último día 16. Monseñor Soares da Costa fue nombrado obispo auxiliar de Aracaju en 2009, donde permaneció hasta 2014, en que fue nombrado el tercer obispo de la diócesis de Palmares. El pasado 14 de abril había fallecido el arzobispo emérito de Paraiba, Monseñor Aldo Pagotto, enfermo de cáncer, con sospecha de coronavirus. Como ha informado en una nota la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, donde se recoge su trayectoria vital, desde el inicio de esta semana la diócesis de Palmares había organizado momentos de oración por la salud del obispo, en que cada día uno de los arciprestazgos rezaba desde las 8 a las 12 del mediodía con transmisión por las redes sociales, donde el obispo fallecido tenía miles de seguidores, que desde el primer momento han mostrado su pesar por el fallecimiento. El obispo fallecido se une a los casi 80 mil muertos y más de 2,1 millones de contagiados en Brasil, el segundo país en número de afectados y fallecidos por el COVID-19, tras Estados Unidos, algo que no tiene visos de solución a corto plazo, dadas las políticas anti aislamiento social y las presiones para la reapertura de todas las diferentes actividades económicas del gobierno brasileño.

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Falece -infecção covid- o bispo da diocese de Palmares (PE), dom Henrique Soares da Costa Corresponsal: Equipo de redacción

Em 17 de maio passado, publicamos uma intervenção dele sobre a necessidade da existência do diaconado permanente na Igreja, um ministério diaconal que é a imagem de Cristo, o Servo. Apresentamos a vida de Dom Henrique ao Senhor, na esperança de sua participação na ressurreição de Jesus Cristo. Descanse em paz. Como lembrança agradecida, colvemos para colocar o link do vídeo de sua intervenção <strong> https://www.youtube.com/watch?v=Dl_ixXTXhg4 </strong> Faleceu na noite deste sábado, 18 de julho, o bispo da Diocese de Palmares (PE), dom Henrique Soares da Costa, 57 anos, em decorrência da Covid-19. A informação é da diocese que divulgou uma Nota de Falecimento. Dom Henrique estava desde o último dia 4 de julho na Unidade de Tratamento Intensivo do Hospital Memorial São José, no Recife (PE). No último dia 16, ele apresentou dificuldade para respirar e queda na oxigenação sanguínea. Por causa do quadro delicado, o religioso precisou ser entubado. Desde a segunda-feira, 13 de julho, a diocese de Palmares promove a “Semana de Oração pela recuperação de dom Henrique”. A cada dia uma forania ficou responsável por conduzir momentos de intercessão pela saúde do bispo, das 8h às 12h, com transmissão pela internet. No site da diocese, em seu último artigo publicado dia 30 de junho de 2020, o bispo escreveu sobre “Pedro e a Igreja e Pedro na Igreja”, no qual aprofundou o papel de Pedro e Paulo, apóstolos, na edificação da Igreja de Cristo. “Os dois eram como um só! E ainda, para terminar o mais importante: o amor manifestado na total coerência de vida, na entrega de toda a existência doada a Cristo Senhor, o Messias, o Filho do Deus vivo: ‘Amemos a fé, a vida, os trabalhos, os sofrimentos, os testemunhos e as pregações destes dois apóstolos’. Sem isto, nenhum ministério pastoral na Igreja é legítimo ou digno do Cristo, Bom e único Pastor do rebanho!”, escreveu. Dom Henrique é o terceiro bispo falecido nos últimos três meses no Regional Nordeste 2, que abrange os estados do Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco e Alagoas. Os outros foram Dom Aldo di Cillo Pagotto, também vitimado pela Covid19, e Dom Valério Breda, bispo de Penedo (AL). Trajetória Dom Henrique Soares da Costa nasceu no dia 11 de abril de 1963 em Penedo, Alagoas. Aos 18 anos de idade ingressou no seminário de Maceiro e em 1984 concluiu o bacharelado em Filosofia pela Universidade Federal de Alagoas (Ufal). No período de 1985 a 1989 foi noviço no Mosteiro de São Bento, na cidade do Rio de Janeiro, e no mosteiro Trapista de Nossa Senhora do Novo Mundo. Regressou para o Seminário de Maceió, em 1990 onde iniciou a faculdade de Teologia. No ano seguinte, foi para Roma e concluiu a Teologia na Pontifícia Universidade Gregoriana, com mestrado em Teologia Dogmática. Foi ordenado sacerdote no dia 15 de agosto de 1992. Como sacerdote, foi reitor da Igreja Nossa Senhora do Livramento, em Maceió, de 1994 a 2009 . Foi professor de teologia no Seminário Provincial de Maceió e no Curso de Informativo servir en las periferias

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Teologia do Centro de Estudos Superiores de Maceió. Também foi professor no Instituto Franciscano de Teologia, em Olinda (PE), e no Instituto Sedes Sapientiae, no Recife. Foi membro do Conselho Presbiteral da Arquidiocese de Maceió, do Cabido Metropolitano e do Colégio de Consultores. Ainda foi Vigário Episcopal para os leigos e coordenador da Comissão de Formação Política e responsável pelos diáconos permanentes e pela escola diaconal arquidiocesana. Em 1º de abril de 2009 foi nomeado pelo Papa Bento XVI como bispo auxiliar da arquidiocese de Aracaju. Foi ordenado bispo no dia 19 de junho de 2009, por dom Antônio Muniz Fernandes, arcebispo de Maceió. Seu lema episcopal era “In Christo Pascere” – “Apascentar em Cristo”. No dia 19 de março de 2014, o Papa Francisco o nomeou bispo da diocese de Palmares. No Regional Nordeste 2 da Conferência Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB NE2) era presidente da Comissão Regional Pastoral para Cultura e Educação. Também foi membro do Conselho Presbiteral da arquidiocese de Maceió, coordenador da Comissão de Educação Política, articulista em vários jornais da cidade de Maceió, do Jornal da Cidade, em Aracaju e editorialista e articulista do jornal arquidiocesano O Semeador, em Maceió. Ele foi bispo titular de Acúfida e auxiliar e vigário geral de Aracaju desde 2009. Apresentou o programa dominical Hora Católica, pela Rádio Cultura de Sergipe, foi bispo referencial para os Religiosos do Regional Nordeste III da CNBB, vice-presidente da Região Pastoral Sergipe do Regional Nordeste III. Fonte: cnbb

Diáconos de Natal-RN -Brasil- realizam nova reunião virtual Corresponsal: Equipo de redacción

A Comissão Arquidiocesana dos Diáconos (CAD) da Arquidiocese de Natal, sob a presidência do Diác. Eugênio Lima, auxiliado pelo Secretário, Diác. Wellington David, realizou reunião virtual no último dia 24. Os objetivos foram manter um permanente contato com o corpo diaconal, neste período de pandemia, e discutir atividades, inclusive de formação permanente. Uma formação será organizada pelo Diác. Paulo Gabriel, coordenador da Subcomissão de Formação Permanente, fundamentada no Documento “A conversão pastoral da comunidade paroquial a serviço da missão evangelizadora da Igreja”. Durante a reunião foi lembrado que a Comissão Nacional dos Diáconos (CND) está organizando a Semana São Lourenço, prevista para o período de 3 a 10 de agosto, e ficou acertado que os diáconos de Natal participarão dessa programação, virtualmente. Também foi lembrado que no dia de São Lourenço, 10 de agosto, 21 Diáconos da Arquidiocese de Natal estarão comemorando aniversário de ordenação. O Diác. Jessé Alcântara assumiu o compromisso de preparar uma celebração da Palavra para comemorar o aniversário de ordenação desses diáconos, ordenados em 10 de agosto, mesmo que em anos diferentes. Além desses assuntos, também foi feita uma avaliação da última reunião virtual, vista como muito positiva, e o grupo decidiu continuar com esta Informativo servir en las periferias

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prática enquanto durar a pandemia. Outro tema da reunião foi o Primeiro Congresso Diaconal Provincial de Natal, que começou a ser discutido na reunião virtual anterior. “Ainda não temos muito o que falar, visto que trataremos desse assunto em outro momento, em reunião específica para o tema”, disse o Presidente da CAD, Diác. Eugênio Lima. Datas, temário e formato do Congresso ainda estão por ser discutidos. Fonte: cnd.org.br

Equipe Nacional de Assessoria de Comunicação (ENAC) organiza programação cultural para a Semana de São Lourenço Corresponsal: Equipo de redacción

A Equipe Nacional de Assessoria de Comunicação (ENAC), da Comissão Nacional dos Diáconos (CND), através dos Diáconos José Carlos Pascoal, José Bezerra de Araújo e Leandro Marcelino Santos, realizou reunião com os diáconos George Henrique dos Santos Castro, de São Luiz do Maranhão-MA, e Márcio Henrique Gonçalves de Souza, de Uberaba-MG, e o aluno Anderson Luiz Branquinho, da Escola Diaconal Santo Estevão, também de Uberaba, na tarde noite de ontem, 21 de julho de 2020. O objetivo foi discutir uma parte da programação cultural da Semana de São Lourenço, que será celebrada virtualmente no período de 3 a 10 de agosto, organizada pela CND. Na reunião ficou decidido que será realizada uma live no dia 06 de agosto, quinta-feira, às 20h, da "Noite Cultural Diaconal", onde serão apresentadas músicas com temas sobre o Diaconado: "Diácono de Jesus", do diácono George Castro e "Diácono eternamente", da Escola Diaconal Santo Estevão, de Uberaba. Em reunião por vídeoconferência, no dia 30 de julho, serão definidas as demais lives. Para participar da Semana de São Lourenço, os diáconos devem produzir e enviar textos ou vídeos sobre temas relacionados com a sua vocação, inspirados na vida e martírio de São Lourenço. Os textos devem ter até 3.000 caracteres e os vídeos com até 6 minutos. Podem mostrar luzes (alegrias) e sombras (dificuldades) no exercício de seu ministério, ou sobre se seu exercício ministerial tem ajudado na formação dos futuros diáconos ou no despertar de novas vocações diaconais. As esposas também podem e devem participar, com textos de até 3.000 caracteres e vídeos com até 6 minutos, abordando temas relacionados ao acompanhamento da formação do esposo para o diaconato, sobre se sua participação no ministério diaconal e familiar do esposo tem ajudado esposas de diáconos e de candidatos ao diaconato. O prazo para o envio do material é até 31 de julho, para que a equipe tenha tempo de editar e para organizar a publicação no site da CND. O material será publicado nos dias 8, 9 e 10 de agosto. Quem enviar o material, deverá enviar também autorização para tradução dos textos em espanhol para publicação na página Diaconado TV, dos Diáconos Íberoamericanos. Os endereços para envio dos materiais são estes: enac@cnd.org.br; ou diacpascoal@uol.com.br; ou WhatsApp: 11 958690970.

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CND realizará a Semana São Lourenço com várias atividades Corresponsal: Equipo de redacción

A Comissão Nacional dos Diáconos - CND prepara um importante evento para comemorar o Dia do Diácono, 10 de agosto, Festa de São Lourenço, Diácono e Mártir. O evento está sendo preparado pela Equipe Nacional de Assessoria de Comunicação - ENAC, e terá programação criativa que abordará testemunhos, vocacão, cultura, história e perspectivas do Diaconado Nacional do Brasil e acontecerá entre os dias 03 e 10 de agosto, pelo site da CND, Facebook e Youtube. Esperando a participação dos Diáconos e Esposas, a Enac preparou a seguinte programação: Para os Diáconos escrever texto com até 3.000 caracteres ou gravar vídeo de até 6 minutos abordando os seguintes temas: inspiração da vida e martírio de São Lourenço para a sua vocação; quais são as luzes (alegrias) e sobras (dificuldades) do seu ministério; se seu ministério diaconal e familiar tem ajudado na formação dos futuros diáconos ou no despertar de novas vocações diaconais. Para as esposas escrever texto com até 3.000 caracteres ou gravar vídeo de até 6 minutos abordando os seguintes temas: como foi acompanhar a formação para o diaconado do esposo; se a sua participação no ministério diaconal e familiar do esposo tem ajudado esposas de diáconos e de candidatos ao diaconado.. Prazo de envio para a Enac: 31 de julho. O material será revisado e editado para publicação nos dias 08, 09 e 10 de agosto. Os que colaborarem devem autorizar a tradução dos textos em espanhol para publicação na página Diaconando TV, dos Diáconos Íberoamericanos. Endereço para envio dos materiais: enac@cnd.org.br; diacpascoal@uol.com.br; WhatsApp: 11 958690970. Respeitem os prazos, por favor. Entre os dias 03 e 10, com programação ainda à se confirmar, teremos lives falando da memória do Diaconado no Brasil, das perspectivas pós pandemia, do crescimento e da formação dos candidatos e formação permanente, e noite cultural, com apresentação de hinos diaconais. Sua participação, diácono e esposa, é muito importante. Comunicaremos os canais de apresentações oportunamente. Fonte: cnd.org.br

Dioceses de Uracau e Cristalándia -Brasil-: diácono Eric Modolo ministrou palestra online aos candidatos ao Diaconado Permanente Corresponsal: Equipo de redacción

O Diácono Eric Modolo, maronita, ministrou palestra aos candidatos ao Diaconado Permanente das Dioceses de Uruaçu e Cristalândia (GO), por videoconferência. O evento ocorreu no dia 18 de julho, sábado, com o tema "Diaconado Permanente e Tradições Católicas Orientais". Diácono Eric é apresentador do programa Ecclesia RS21, da TV Século 21. Momento de muito aprendizado que possibilitou aos candidatos conhecer melhor o outro "pulmão" da Santa Igreja Católica Apostólica Romana, isto é, as tradições orientais/Igrejas sui iuris através de seus ritos, sobretudo o maronita, Informativo servir en las periferias

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assim como a atuação dos diáconos católicos orientais nas dimensões: Caridade, Palavra e Liturgia. Os candidatos tem sua formação diaconal e teológica na Diocese de Uruaçu, pois a Diocese de Cristalândia ainda não tem uma Escola Diaconal. Colaboração: Elpidio Macario Júnior - Uruaçu (GO)

Dom Washington Cruz, CP Arcebispo de Goiânia, Brasil: "O Dom do Diaconado Permanente" Corresponsal: Equipo de redacción

Queridos irmãos e irmãs, O Sacramento da Ordem comporta três graus: o episcopado, o presbiterado e o diaconado. Normalmente, alguém é ordenado diácono por um período de tempo, em vista de receber a ordenação presbiteral.Segundo uma tradição antiga, temos também o diaconado permanente, isto é, a ordenação de homens que permanecem diáconos por toda a sua vida. Por algum tempo, na Igreja Romana, não foram ordenados diáconos permanentes, mas isso mudou nas últimas décadas. O diaconado permanente foi restaurado pelo papa Paulo VI, em 18 de junho de 1967, mediante recomendação dos padres do Concílio Vaticano II. Seguindo esse mesmo movimento, há alguns anos atrás, decidimos dar início à primeira turma de formação de candidatos ao diaconado permanente em nossa Arquidiocese. Hoje já temos 39 diáconos permanentes e, no último dia 29 de junho, tivemos a Santa Missa de admissão dos novos candidatos. “...eles são chamados a amar e servir os outros” A vocação para a Ordem dos Diáconos é um chamado para um ministério. Isso significa que não é um serviço pago, mas, sim, um verdadeiro ministério, ou seja, um serviço. Por isso, possíveis símbolos desse ministério poderiam ser a bacia e a toalha, itens que Jesus usou quando lavou os pés dos apóstolos, ilustrando como eles são chamados a amar e servir os outros. Uma parte desse ministério, singular por sua importância, desenvolve- se durante a celebração da Santa Missa. Nesse momento em que o diácono coopera com o ministério dos sacerdotes ou do bispo, ele prepara o altar e, ao fazer isso, leva consigo as necessidades de todas as pessoas, particularmente aquelas que, no serviço de caridade pastoral, ele encontrou. Assim, unem-se os dois serviços da caridade diaconal: espiritual e material. Peço a todos os irmãos de nossa Arquidiocese que rezem pelos diáconos que temos, a fim de que exerçam com grande amor e fidelidade o ministério recebido. Rezemos juntos: Senhor Deus, em sua bondade amorosa enviastes seu filho para ser nosso pastor e guia. Continuai a enviar trabalhadores para a vossa vinha para servir o vosso povo. Abençoai os diáconos que nos servem. Renovai dentro deles os sete dons do Espírito Santo, para que sejam fortalecidos para cumprir fielmente seu ministério de serviço. Que eles amem sinceramente, mostrem uma preocupação genuína pelos necessitados e vivam uma vida santa. Que eles sejam sempre fiéis e praticantes daquilo que proclamame ensinam sobre vossa Palavra. Amém! Dom Washington Cruz, CP Arcebispo Metropolitano de Goiânia

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Región Países Andinos Ecuador Diácono Jorge Grijalva Salazar: El diaconado en Ecuador Corresponsal: Equipo de redacción

El plan pastoral debe proporcionar tareas para los diáconos. El primer diácono fue ordenado en Ecuador en 1979 Comienzos Con espíritu, de alegría, de cambio, de una iglesia viva que miraba al mundo, se abrió el Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, restaurándose el Diaconado Permanente como un rango propio del Ministerio de la Iglesia. En Ecuador, el primer Diacono Permanente Ordenado fue el 4 de octubre 1979, a los 17 años del Concilio Vaticano II, con esta misma pausa, muchas vocaciones fueron cristalizándose. Hasta la presente fecha, contamos con 69 Diáconos dispuestos en diez Provincia de 24 que cuenta nuestro país. Ha sido riguroso el camino para lograr que nuestros Pastores, que han guiado la Iglesia de Ecuador, lleguen a la aceptación del Orden del Diaconado Permanente, de modo fluido, de manera que la Iglesia se nutra del favor de hombres llamados por el Señor a esta Obra de Servicio. Estas pausas y con la Bendición del Señor, dio su fruto, en el año 2.003 Monseñor Vicente Cisneros instaura la Escuela del Diaconado Permanente en la Ciudad de Cuenca; en el año 2015, Mons. Antonio Arregui, Obispo de Guayaquil aprobó la creación del Seminario de formación para candidatos al Diaconado Permanente. Está listo el Proyecto en nuestra Diócesis de Ambato. Bild vergrößernLa Conferencia Episcopal Ecuatoriana a través de la Comisión Episcopal de Ministerios y Vida Consagrada con Monseñor Eduardo Castillo coordina un retiro anual para todos los Diáconos Permanentes del Ecuador. En cada una de las jurisdicciones mantienen una comunicación interna de reflexión, coordinación y seguimiento al servicio. Retos y Oportunidades El Papa Francisco manifiesta que el Diácono Permanente “Es el custodio del servicio en la Iglesia”. Por ello debe surgir el llamado del Obispo, distribuyendo las tareas en base a su Plan Pastoral, para dar el impulso vital en la señal visible de la diaconía de Cristo Siervo; nuestro Obispo Monseñor Jorge Giovanny Pazmiño, por ejemplo, me llamó a integrarme al servicio de la Subdirección de la Pastoral Social Cáritas de la Diócesis de Ambato y también a ser parte del Consejo Gubernativo de Bienes. Estos son los llamados que esperamos; pero también, algunos Sacerdotes, consideran al Diácono como un Acolito y muchos de nuestros hermanos diáconos somos profesionales y nos hemos integrado a la comunidad con el ejemplo de vida, en familia; en esta situación, esperan con humildad, oración y paciencia que esto cambie ante un futuro incierto, solo estamos en manos del Señor. El diaconado hoy tiene más sentido que nunca, servir a los hermanos y hermanas en nombre de Cristo Siervo, en todas las situaciones difíciles y precarias que seguramente se avecinan, con esperanza, unidos en la oración. Objetivo El objetivo del diaconado conduce a ser luz, sal de esta tierra, fieles al servicio de la palabra y de los más Informativo servir en las periferias

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vulnerables, los pobres; Y como dice el Papa Francisco: “ser un signo vivificante para toda la Iglesia”, y entregarnos bajo esa máxima de los hermanos mexicanos: “servir y servir sin presidir “, y solo los ojos de la fe pueden ver la utilidad del ministerio de los Diáconos Permanentes. Diac. Econ. Jorge Grijalva Salazar Fuentre: http://diaconia-cid.org

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Región México, Centroamerica y el Caribe México Cinco diáconos fallecidos por la pandemia en México Corresposal: Equipo de redacción

El Centro Católico Multimedial reportó un nuevo informe sobre presbíteros fallecidos por Covid-19, que agrega a cinco diáconos y dos religiosas. En la basílica de Guadalupe murió un canónigo emérito y hay ocho casos positivos. El Centro Católico Multimedial (CCM) publicó este 30 de junio un nuevo informe revelando que los sacerdotes muertos a causa de la pandemia de coronavirus COVID-19 en México suman ya 34. El reporte señala además que también hay cinco diáconos y dos religiosas que han muerto debido a la pandemia. De acuerdo al CCM, solo en los últimos 15 días de junio murieron diez sacerdotes y un diácono. Se trata del padre Erasto Juárez Julián y el padre Abelardo Aranda Echevarría de la arquidiócesis de Acapulco, el padre Carlos López Aceves de la arquidiócesis de Morelia, el padre Salvador Jiménez Ortega de la diócesis de Texcoco, el padre Pascual Pluma Álvarez de la diócesis de Tlaxcala, el padre Adán Soto Aguilar y el padre José Amado Guillermo López Téllez de la arquidiócesis de Puebla, el padre Antonio Ceja Rojas de la diócesis de Izcalli, el padre Francisco Javier Arteaga Gutiérrez, capellán de coro de la Basílica de Guadalupe; y el padre Víctor Ramírez Aguilar del Instituto Misioneros Servidores de la Palabra. También falleció el diácono permanente Rigoberto Rubio Subia, de la diócesis de Culiacán, casado y padre de cinco hijos. El CCM señaló que en este periodo “se conoció del contagio de, por lo menos, ocho presbíteros y trabajadores” en la basílica de Guadalupe en la ciudad de México, así como “se sabía de la situación de gravedad de un canónigo emérito en franca lucha por su vida contra el COVID-19”. Para el Centro Católico Multimedial, “conforme a los datos conocidos en el período que se presenta, se observó que los decesos continuaban de manera sostenida”. “Se solicita a los encargados, responsables diocesanos y feligreses que, de tener información fidedigna y pruebas sobre cualquier caso de sacerdotes, diáconos o religiosas y religiosos afectados por el COVID-19, se haga del conocimiento a la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial a través del siguiente correo: ccmprensa@gmail.com”, pidió. Fuente: ACI Informativo servir en las periferias

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Arquidiócesis de Monterrey, México: Aspirantes aceptados al diaconado permanente del Ciclo 2020-2021. Corresponsal: Equipo de redacción

Por Debany Valdés Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 11 de julio 2020 Hoy 11 de julio, fueron aceptados 15 hombres casados aspirantes al primer grado de formación en el Instituto Diaconal de la Arquidiócesis de Monterrey para el ciclo 2020-2021. En una ceremonia virtual estuvieron presentes el Pbro. Modesto Mario Rodríguez Moya, director del Instituto Diaconal y Vicario para los Diáconos Permanentes y los 15 aspirantes junto a sus esposas. El Padre Modesto Mario agradeció a todo el equipo formador por su compromiso, especialmente al Diácono Fermín Serna que dirigió a los alumnos desde principios de año, cuando iniciaron el curso propedéutico que concluye el día de hoy. Te presentamos los Alumnos que iniciarán este proceso de formación al Diaconado Permanente y a que comunidad de la Arquidiócesis de Monterrey pertenecen: 1.Nicolás Barrios Castañón – Parroquia San José Esposo de la Virgen María, Apodaca. 2.- Fernando Barrón Galarza – Parroquia San José de Huinala, Apodaca. 3.- José Rodolfo Cañamar García – Parroquia San Juan Evangelista. 4.- Alberto Guadalupe Castillo Rodríguez – Parroquia San Juan de la Cruz, Escobedo. 5.- Martín Salome Cázares Garza – Parroquia Espíritu Santo y Parroquia De La Santa Cruz, San Nicolás. 6.- Marco Antonio Curiel Martínez – Centro Vocacional de la Arquidiócesis de Monterrey. 7.- Fernando Garza Medina – Parroquia Santa Cruz, Monterrey. 8.- Juan Luciano González González – Parroquia de la Virgen de Zapopan, Monterrey. 9.- Plácido Humberto Leal Cantú – Parroquia Espíritu Santo, Guadalupe. 10.- José Humberto Pestana Varela – Parroquia Nuestra Señora Reina de los Ángeles, SPGG. 11.- José Ángel Picharra Zamarripa – Parroquia de La Santa Cruz, Apodaca. 12.- Alberto Rocha Guerrero – Parroquia Nuestra Señora del Carmen, San Nicolás. 13.- Edgar Rodríguez Delgado – Parroquia San Juan de los Lagos, Monterrey. 14.- Pedro Jesús Salazar Delgado – Parroquia Espíritu Santo , Guadalupe 15.- Gustavo Sánchez García – Parroquia San Juan Bautista de la Salle, Monterrey. Encomendamos a estos 15 varones y sus familias al amor de Nuestra Virgen Santísima del Roble para que sigan con fidelidad y compromiso esta formación que apenas comienza. Fuente: https://www.arquidiocesismty.org

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Desde el espacio de formación, conozcamos el Diaconado Corresponsal: Equipo de redacción

El candidato al diaconado David Yanez, de la diócesis de Cuatitlan en México, mantiene un programa de televisión en el que recoge informaciones y formaciones sobre el Diaconado. Recogenos a continuación el link de su última aportacion: "Desde la experiencia de formación, conozcamos sobre la naturaleza del diacinado" https://youtu.be/Etd2BTCUywU

Panamá Diácono Boris Castillo, Panamá: De la selección nacional y locutor deportivo en televisión a diácono y capellán de reformatorio Corresposal: Equipo de redacción

De la selección nacional y locutor deportivo en televisión a diácono y capellán de reformatorio Boris Castillo, que fue un popular periodista deportivo televisivo en Panamá, ha cumplido un año como diácono permanente, con un cargo de responsable de comunicación y marketing en la

arquidiócesis de Panamá y una capellanía atendiendo a jóvenes conflictivos en un Centro de Cumplimiento para Jóvenes y Menores Infractores. "La Iglesia ofrece un producto inigualable, que es la salvación, la vida eterna", explica alegre, convencido de que es la mejor oferta de marketing posible, y la mejor noticia concebible. De jugador de la selección de béisbol de Panamá a locutor De adolescente y joven consiguió becas para estudiar por su buen rendimiento como jugador de béisbol, ganando un premio de Jugador Novel y jugando en la liga provincial. Luego llegó a jugar en la selección nacional de béisbol de Panamá. Pero a los 25 años empezó a trabajar como presentador de televisión en la sección de deportes de TVN (la TV nacional de Panamá). Se retiró del béisbol en 1998 y se convirtió en un rostro popular para muchos telespectadores aficionados al deporte. Boris Informativo servir en las periferias

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realiza tareas de comunicación y periodismo para la arquidiócesis de Panamá Fue locutor y presentador durante 15 años, y reconoce que era un mundo donde la apariencia, los contactos y la frivolidad podían llegar a dañar a la persona y su relación con su familia. Muchos viajes, mucho tiempo fuera de casa y mucha vida social, con una ilusoria sensación de influencia, podían distraer de las cosas importantes de la vida, la fe, su esposa e hijos, los valores perennes... En cierto momento la fe católica que recibió de sus padres y la preocupación por su familia le hicieron reflexionar sobre la importancia de la fe en la propia vida y le ayudó a reorientarse. Una profecía, que se ha cumplido... "En 2012, una señora me dice: 'Dios me ha puesto en mi corazón que vas a hacer diácono'. Yo solo me reía y me decía: ¿Yo diácono? Ni pensarlo", explicó a DiaADia.com.pa. Pero poco tiempo después habló con un sacerdote, comentándole que sentía que Dios le parecía dar señales o indicaciones, que sospechaba que Dios parecía pedirle algo más. Y el sacerdote se rió y dijo: "resulta que yo soy el director del programa de diaconado permanente". Y Boris decidió explorar esa vocación. Así se fue formando y discerniendo durante 7 años hasta ser ordenado. La tarea del diácono permanente Los diáconos permanentes son hombres que son ordenados por la Iglesia para servirla, bajo la autoridad del obispo, en los campos de la liturgia, la caridad y la Palabra. No pueden confesar, absolver ni consagrar, pero muchos celebran bodas o bautizos, predican y son capellanes en muchos ámbitos, a menudo relacionados con su experiencia profesional. La mayoría continúan su trabajo civil, tienen esposa e hijos. Otros ya se han jubilado o son viudos. Se requiere el consentimiento expreso de la esposa para ordenar a un hombre casado. Un hombre soltero que es ordenado diácono no podrá ya casarse. Tampoco un hombre casado ordenado diácono puede volver a casarse si enviudar (salvo permiso especial, por ejemplo si tuviera hijos pequeños). Por lo general, un diácono permanente no es ordenado sacerdote incluso si enviudara, pero a veces se permiten casos especiales examinados uno a uno. En abril se cumplió un año de su ordenación diaconal y lo recordó como "un momento inolvidable como lo fue mi boda eclesiástica. Agradezco a Dios por mi esposa amada Jessy García, porque con su compañía, amor y fortaleza hemos podido llegar a esta nueva etapa. Doy gracias a mis hijos y familia, mis formadores, las comunidades, mis mentores y nuestro arzobispo", declara. Servir a la Iglesia con comunicación y a los jóvenes "Muchas personas piensan que ser diácono es una cosa de otro planeta, pero seguimos siendo personas normales. Lo único es que estamos llamados al servicio, porque eso significa el diaconado. Es servir a los demás y a la familia. Es el servicio a la doble sacramentalidad", explica Boris Castillo. Por su formación en Psicología, Comunicación Social y Mercadeo y Publicidad, la Iglesia ha puesto a Boris a servir en un doble ámbito: los medios de comunicación y los jóvenes y adolescentes conflictivos. Es el capellán del Centro de Rehabilitación El Renacer y el Centro de Cumplimiento para Jóvenes y Menores Infractores de Panamá. Parte de su capellanía incluye conseguir donativos para ayudar a estos jóvenes en circunstancias muy complicadas. "Algunos han tenido la oportunidad y no lo han aprovechado, mientras que otros no la han tenido y solo les queda el camino de las pandillas, drogas y delincuencia. Lo importante es que ya vemos cambios en ellos", considera. Pueden ver el siguiente video, en el link: https://youtu.be/hGMEUfZgly0 Fuente: https://www.religionenlibertad.com/

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Arquidiócesis de Panamá: Unos 70 Diáconos Permanentes reflexionaron sobre la vida diaconal en tiempos de pandemia Corresponsal: Equipo de redacción

Unos 70 Diáconos Permanentes reflexionaron sobre la vida diaconal en tiempos de pandemia PANAMÁ. 9 DE JULIO DE 2020. Unos 70 diáconos permanentes de la Arquidiócesis de Panamá, realizaron la “Jornada de Reflexión sobre la vida Diaconal en Tiempos de Pandemia”. De acuerdo al calendario Arquidiócesano todos los años, en el mes de julio se realiza este retiro; pero por la Pandemia, este encuentro fue de manera virtual. Según el padre Marlo Verar, Director del Programa del Diaconado Permanente de la Arquidiócesis, fue un encuentro muy positivo, una jornada donde se compartió un poco sobre las experiencia de ese gran trabajo que están realizando los diáconos de servicio, de entrega, de acompañamiento en las comunidades en medio de la pandemia. Fue una jornada para fortalecer al diaconado como familia, se abordaron temas como: llamado de la vocación, se replanteo las tres dimensiones del diaconado, el aspecto litúrgico, las acciones de caridad hacia los más necesitados, el anuncio de la palabra y la espiritualidad que deben mantener en estos tiempos de pandemia, indicó el padre Verar y a la ves pidió a los fieles que les tengan presentes en sus plegarias a la familia diaconal de la Arquidiócesis. El señor Roque Alvarado Muñoz, con 30 años de matrimonio y Diacono Permanente en la Parroquia Sta. Rita de Casia, señaló que su labor en estos tiempos de pandemia no ha sido fácil, “mi esposa en enero falleció, un momento duro, de duelo, de tristeza, donde cambia todo tu vida”. Ver a las personas quebrantarse un jueves santo en el que Jesús Eucaristía visita a su comunidad pasando frente a sus hogares, fue algo impactante que me hizo cambiar, cuenta. El Diácono Roque expresó, “mi esposa me acompañaba siempre, era como ese bastón o ese apoyo que tenía porque me animaba, mi esposa fue clave en esta preparación”. No es fácil la familia, el trabajo, el estudio, la formación, la pastoral pero si el proyecto es de Dios, Él te va dando la gracia y la capacidad de ir poco a poco; la clave está en la oración, en la Eucaristía, el encuentro con Jesús y seguir discerniendo, destacó Roque Alvarado. Fuente: https://arquidiocesisdepanama.org

Diácono lleva la Comunión a las residencias de las comunidades de la Parroquia de San José, Paraíso, Panamá Corresponsal: Equipo de redacción

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Este jueves Eucarístico después de la transmisión de la Santa Misa, el Diácono Fernando Juárez, llevó la Comunión a las residencias de las comunidades de Pedro Miguel, Miraflores y Paraíso. De acuerdo con Fernando Juárez, Diácono Permanente de la Parroquia San José de Paraíso, cada 15 días recorremos las comunidades de Pedro Miguel como la de Paraíso llevándoles la Comunión del Cuerpo de Cristo para que les sirva de consuelo de esperanza y de fortaleza en este tiempo tan difícil. Este recorrido para nosotros ha sido un momento de satisfacción y bendición, de ver la alegría, el consuelo, la esperanza con que verdaderamente reciben el Cuerpo de Cristo tantos hermanos y la felicidad que les llena, dijo. Nos unimos constantemente en oración todas las semanas por medio de la plataforma de Zoom, también ellos después de escuchar la Misa televisada, nos llaman y los anotados en una lista para recibir la Comunión explicó el Diácono Juárez e invita a la comunidad a que participen de los momentos de oración durante todos los jueves a partir de la 7:00 de la noche. Damos gracias al Señor por brindarnos esta oportunidad de poder brindar este servicio en este tiempo de pandemia, sabemos que es una situación difícil pero se puede hacer al servicio de nuestros hermanos, recalcó el Diácono Fernando Juárez. Fuente: https://m.facebook.com/notes/arquidi%C3%B3cesis-de-panam%C3%A1/di%C3%A1cono-lleva-lacomuni%C3%B3n-a-las-residencias-de-las-comunidades-de-la-parroquiad/3222750281124944/?__tn__=HH-R

Puerto rico

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Región Estados Unidos de lengua hispana Asociación Nacional Diáconos Hispanos de EEUU: Cancelación de Conferencia 2020 Corresposal: Equipo de redacción

ASOCIACION NACIONAL DE DIACONOS HISPANOS QUERIDOS HERMANOS DIACONOS: Reciban un Abrazo Fraternal en el amor de Cristo Nuestro Señor. Confiados de que la paz reina en todos nuestros corazones especialmente en estos momentos de crisis a nivel mundial que todos estamos viviendo. Queremos dirigirnos a Ustedes en esta oportunidad para agradecerles a todos nuestros hermanos Diáconos que ya se habían inscrito para nuestra próxima Conferencia Nacional que pensábamos llevarla a cabo en Houston Texas, en el mes de Septiembre y que por causa de esta pandemia del “corona virus” nos hemos visto en la obligación de cancelar. Todos los hermanos Diáconos que se habían registrado para esta conferencia, todo los pagos realizados por ustedes será devuelto, o también, se podrá tener un acuerdo para que este dinero sirva para la conferencia del año 2021. Así también informarles que si la divina providencia lo permite la Conferencia la tendremos en el año 2021, después que la directiva se reúna y estudie toda lo relacionado a la logística, las facilidades, lugar, seguridad donde se podrá realizar nuestra próxima conferencia, ustedes serán notificados inmediatamente, con el correspondiente tiempo para poder planificar nuestro viaje hacia el lugar escogido. Conociendo perfectamente el buen corazón de cada de Ustedes y seguros del llamado que Dios nos ha hecho para ser el rostro de la caridad de Cristo, queremos solidarizarnos con todos aquellos que están sufriendo esta pandemia, Todos, pero especialmente los Niños, Mujeres y personas adultas. Hagamos hoy mas que nunca lo que mejor sabemos hacer, inclinemos nuestro rostro y nuestras rodillas a Dios nuestro Señor, para que por medio de su hijo Jesucristo y atreves del Espíritu Santo tenga piedad y misericordia de todos nosotros y nos de su protección en estos momentos difíciles. Que Dios todo poderoso les Bendiga y los guarde, reciban un fuerte abrazo de nuestra directiva y rogamos a Dios poder encontrarnos pronto para compartir las bendiciones que DIOS NUESTRO SEÑOR nos regala en su bondad. Atentamente en el amor de Cristo nuestro Señor. Eduardo R Mora Vicepresidente Fuente: andhusa.com

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El diácono Bill Reid, administra parroquia de sacerdote destituido en Lafayette in Indiana -EEUU+ Corresposal: Equipo de redacción

Suspenden a un sacerdote católico de Indiana por comparar a los manifestantes contra el racismo con "gusanos y parásitos" Su suspensión del ministerio público al frente de la parroquia St. Elizabeth Seton de la localidad de Carmel fue anunciada el miércoles por la Diócesis de Lafayette-in-Indiana, tras un incendiario mensaje dominical dirigido a sus feligreses. Tanto el mensaje, como una disculpa posterior del cura, han sido eliminados de la página web de la iglesia. El padre Theodore Rothrock, un sacerdote católico en Indiana, fue suspendido del ministerio público luego de un boletín incendiario que publicó en la página web de su parroquia, en el que comparaba a los manifestantes contra el racismo y la brutalidad policial con "gusanos y parásitos". Su suspensión del ministerio público al frente de la parroquia St. Elizabeth de la localidad de Carmel fue anunciada este miércoles por la Diócesis de Lafayette-in-Indiana, que representa a 24 condados de ese estado. En su mensaje dominical dirigido a los feligreses de su parroquia este 28 de junio, Rothrock comparó a los organizadores de las protestas de Black Lives Matter y Antifa con los talibanes, por "la destrucción de nuestra historia". "El brutal asesinato de un hombre negro bajo custodia policial ha provocado una avalancha de reacción ante el presunto racismo sistémico en Estados Unidos", escribió Rothrock en el boletín, que posteriormente fue eliminado de la web. "Las únicas vidas que les importan son las suyas y el único poder que buscan es el suyo". Tras preguntarse quiénes son los "verdaderos racistas", Rothrock calificó a los organizadores de las protestas de "lobos vestidos de lobos". "Son gusanos y parásitos en el mejor de los casos, alimentándose del aislamiento de las adicciones y las familias rotas y que ofrecen reemplazar cualquier frustración y ansiedad actuales con más miseria y mayor resentimiento". "Black Lives Matter, Antifa y los otros nefatos acólitos de su persuasión no son los amigos o aliados que nos han hecho creer", escribió. "Son serpientes en el jardín". Tres días después de su explosivo mensaje, la Diócesis de Lafayette-in-Indiana emitió un comunicado en el que se anunciaba su suspensión y que sería reasignado. "Se están considerando varias posibilidades para su continuación pública en el ministerio sacerdotal, pero ya no será asignado como pastor de Nuestra Señora del Monte Carmelo en su próxima cita. El diácono Bill Reid servirá como administrador de St. Elizabeth Seton a partir de las 12 pm del 1 de julio de 2020", anunció la diócesis. Por su parte, la propia parroquia de St. Elizabeth Seton también emitió un comunicado condenando las palabras del cura. "La suspensión del padre Ted como nuestro sacerdote fue provocada por las declaraciones que escribió en el boletín del domingo pasado, publicado en el sitio web de la parroquia. Como parroquia, no aprobamos su lenguaje hiriente, que no reconoce la dignidad de todas las personas. Independientemente de su intención, sus palabras respaldaron silenciar a los oprimidos", publicó la iglesia en su página web. El mismo día que fue suspendido, Rothrock emitió una disculpa en la que expresó su sorpresa ante la reacción negativa Informativo servir en las periferias

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que generó su boletín. "No era mi intención ofender a nadie, y lamento que mis palabras hayan causado daño a alguien", escribió. Tanto el boletín como la disculpa de Rothrock han sido eliminados del sitio web de la parroquia de St. Elizabeth Seton. Fuente: https://www.univision.com/

Testimonio deldiácono Sergio González diócesis de Joliet, Illinois, EEUU Corresponsal: Equipo de redacción

Sergio González es un diácono permanente de la Diócesis de Joliet, Illinois, en la Iglesia St. Alexis en Bensenville, EEUU Me llamo diácono Sergio González. Ese nombre todavía me suena extraño e irreal cuando la gente me llama diácono. Ha pasado poco más de un año desde que fui ordenado diácono permanente para la Diócesis de Joliet, Illinois. Tengo 39 años, padre de cuatro hijos y

casado sacramentalmente durante 10 años. Mis hijos tienen entre 2 y 22 años. Sí, lo leíste correctamente, pero supongo que esta es la reacción normal de las personas cuando comparto historias de mi vida. Y tal vez es por eso que todavía no puedo creer que soy diácono hoy. Mi única y mejor respuesta que puedo dar es: "Es por la gracia de Dios", y nada más. Cuando la gente piensa en ministros ordenados de la Iglesia, lo primero que probablemente piensan es que crecieron en un buen hogar católico, fueron monaguillos, fueron a la escuela católica, fueron a misa todos los fines de semana y vivieron una vida de oración. Pero mi vida creciendo no fue nada de eso. Tenía seis meses cuando mis padres emigraron a Chicago desde un pequeño pueblo en Jalisco, México. Soy el mayor de cuatro hermanos, por lo que crecer fue muy difícil para mí. En cierto modo, tuve que crecer rápido para cuidar a mis hermanos, porque mis dos padres trabajaban a tiempo completo. Crecí con mis dos padres. Mi madre se unió a nosotros después de un largo día de trabajo. Todavía recuerdo cuando llegó a casa, el olor en su ropa de aceite de la fábrica donde trabajaba cuando nos abrazó. Mi padre era diferente. Fue criado en una casa machista y esa era la forma en que manejaba nuestra casa. Nos reprendería por querer estar cerca de mamá. Mostrar afecto en casa no era algo que se veía o se hacía. Siendo la niñera de mis hermanos, tenía un trabajo que hacer cuando mis padres estaban en el trabajo. Si mi trabajo no se hacía perfectamente, mi padre me castigaba verbal y físicamente. Mientras veía a mis amigos vincularse con sus padres, crecí temiendo a los míos. Cuando era adolescente, ese miedo se convirtió en odio. Ya no le temía, ya que había perdido todo respeto. Aunque crecí con un padre en casa, había crecido sin una figura paterna que me guiara en la vida. Las pandillas callejeras Las pandillas callejeras eran comunes en el barrio donde me criaron. Informativo servir en las periferias

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Cuando era niño, a menudo me cautivaban los graffiti que las pandillas dibujaban en el vecindario. Nos contactaban a los niños jugando béisbol en el parque. La pandilla callejera me dio la sensación de pertenecer a algo. La pandilla se sentía como una gran familia, y me iniciaron oficialmente en la pandilla. A partir de ese momento, no hubo vuelta atrás ya que mi vida se salió de control y cayó en la vida de las pandillas callejeras. Comencé a fumar marihuana y, más tarde, tomé otras drogas duras. La pandilla solía alquilar habitaciones de motel para divertirse y drogarse. Recuerdo que una noche estábamos enrollando articulaciones y fumando marihuana. Habíamos usado nuestro último papel y no queríamos salir a comprar más. Una cosa que sabía sobre las habitaciones de motel era que siempre tenían una Biblia dentro de la mesita de noche. Fui por la Biblia y comencé a extraer páginas para usarlas como papel para enrollar marihuana. Entonces, puedo decir que pasé de fumar la Biblia a predicar la Biblia. Con la vida de pandillas, también vino la violencia. A menudo íbamos a barrios rivales y buscamos una buena pelea. Para entonces, arrastré a mi hermano a la pandilla. A veces volvíamos a casa tarde por la noche muy intoxicados mientras mi madre nos rogaba que detuviéramos ese estilo de vida. Hubo un tiempo en que mis padres dejaron de reparar la ventana delantera de nuestra casa porque, una vez que las pandillas rivales descubrían dónde vivía, venían y arrojaban ladrillos por nuestras ventanas. La amistad de Ricky Durante mis años de secundaria, mi vida estaba en tal oscuridad. Iría a la escuela para estar con mis amigos, no para aprender. Tenía 17 años cuando hice un nuevo amigo en la escuela. Se llamaba Ricky. A Ricky le gustaba mucho Jesús, y la única razón por la que era mi amigo era que a los dos nos encantaban los autos lowrider, y hablaríamos de ellos. Pero también, cada vez que me encontraba con Ricky en los pasillos, él decía cosas como "Dios te bendiga hoy", "Dios te ama" y otras frases eclesiásticas. Cuando Ricky me atrapó después de la escuela, trató de compartir a Jesús conmigo. Pero todo lo que me diría iría por un oído y saldría por el otro. No necesitaba a Dios; Yo era mi propio dios. Una tarde en la escuela, Ricky se me acercó cuando acababa de fumar marihuana en el baño y comenzó a predicar de nuevo a Jesús. Esta vez tuve suficiente de la charla de Jesús. Le dije a Ricky, usando malas palabras, "Basta de tu Jesús". No quería escucharlo más. Ricky acordó no hablar más de Jesús si fuera a una reunión de grupo de oración de la cual él era miembro. Así que acepté, cualquier cosa para sacar a Ricky de mi espalda. Hicimos planes para que lo recogiera esa misma tarde e ir a la reunión de oración juntos. Encontrar a Jesús Llegué a la casa de Ricky esa tarde para recogerlo. Estaba caminando hacia mi auto con una gran sonrisa en su rostro. Entró en el automóvil y, antes de seguir nuestro camino, noté que tenía poco combustible. En ese momento le pedí a Ricky $ 5 para bombear gasolina en el automóvil. En los años 90, $ 5 le habrían dado cinco galones. Ricky luego dijo que no tenía dinero para darme. Ahora era mi turno de sonreír cuando sentí que había hecho mi parte en el acuerdo. Miré a Ricky y le dije: "Supongo que no iremos". Ricky, en un tono determinado, me dijo: “Vamos a ese grupo de oración y Dios nos llevará allí. He rezado por este momento y nos vamos ”. Lo miré como si fuera un loco y casi sentí pena por él. Así que nos dirigimos al grupo de oración, mirando constantemente mi nivel de combustible, esperando que el auto se detuviera pronto. Estaba molesto porque había dejado que Ricky me convenciera de seguir sin combustible. Llegamos al grupo de oración. Entramos a la iglesia y vi gente bailando, con las manos en alto y aplaudiendo. Miré a Ricky y les pregunté: "¿Qué fuman estas personas, porque yo también quiero algo de eso". Nunca había visto algo así. Ricky me había llevado a un grupo de oración de renovación carismática. Ricky y yo nos sentamos todo el camino atrás porque no quería ser parte de lo que estaba pasando allí. Cuando se detuvo toda la música, el orador dio su discurso, pero no pude decirte de qué habló. Mi mente estaba en otro lugar, y no con la enseñanza. Antes de darme cuenta, el servicio de oración Informativo servir en las periferias

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había terminado. Me levanté de la silla, miré a Ricky y le pregunté: “¿Dónde está tu Dios? Pensé que Dios iba a tocar mi vida. Vamos a salir de aquí." Ricky luego bajó la cabeza en señal de derrota y me dijo: "Bueno, tal vez no hoy, pero sé que algún día lo hará". En ese instante, una señora mayor se acercó para darme la bienvenida. Ella comenzó a decirme cuánto Dios me ama. Ella continuó diciéndome que comenzó a rezar cuando me vio entrar. La miré como si fuera otra mujer loca. Luego dijo: "Mientras oraba por ti, no sé por qué, pero Dios me está diciendo a mi corazón que te dé algo". Metió la mano dentro de su bolso y sacó un billete de $ 5. No había forma de que ella supiera que necesitaba $ 5. En ese momento, no sabía qué decir o hacer. Lo único que podía hacer el joven de 17 años era caer al suelo y llorar como si no hubiera un mañana. Algo me estaba pasando. Por primera vez en mi vida, sentía el amor de un padre. Ahí mismo, me di cuenta de que el Jesús que Ricky me predicó, que murió en la cruz, estaba vivo y conocía mi vida. Jesús sabía que estaba roto y vacío, y Jesús vino a llenarme de su amor. Pasarían otros 20 años, en medio de mi formación de diaconado, antes de que mi padre me abrazara y abrazara por primera vez. Al recordar ese día, el comienzo de mi caminata con Jesús, ahí fue donde fui llamado a ser diácono. Mi experiencia de vida después de ese día fue todo para la preparación para ser ordenado diácono: ser las manos, los pies y el corazón de Jesús, y volver a esas mismas calles y ministrar a los que necesitan ser amados. Fuente: https://www.the-deacon.com

Programa de Formación del Diaconado de la diócesis de Phoenix, EEUU Corresponsal: Equipo de redacción

Diaconado ¡No tengas miedo! ¡Abre las puertas a Cristo! Bienvenido a la página web del Diácono Permanente de la Diócesis de Phoenix. Somos una comunidad próspera de clérigos católicos que sirven a nuestro obispo y al pueblo de Dios de muchas maneras. Te invitamos a buscar en esta página para encontrar lo que estás buscando. Tenemos recursos e información sobre la vocación del diaconado permanente, sobre nuestro programa de formación del diaconado y sobre discernir esta hermosa vocación. Por supuesto, hay muchos recursos para nuestros diáconos ordenados, los hombres en formación y para nuestras hermosas esposas y viudas. Use el menú en la barra lateral o los enlaces a continuación para navegar a los recursos que necesita. Por ejemplo, al hacer clic en el enlace Audio, encontrará enlaces a una variedad de charlas impartidas en la Convocatoria Anual de Diáconos del Obispo, el Congreso Anual de Diáconos y el Día bianual de Oración y Reflexión. Si es visitante por primera vez, lo invitamos a ver un breve video de presentación del Obispo Olmsted. Si está buscando información sobre cómo discernir esta vocación o postularse al programa de Formación, haga clic en Discernir la Vocación del Diácono. Bienvenidos al Programa de Formación del Diaconado para la Diócesis de Phoenix El discernimiento de cualquier vocación es frecuentemente un proceso largo y multifacético. Empieza de rodillas. Si, a través de la oración, parece que Dios podría estar llamándolo Informativo servir en las periferias

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a servirle como diácono permanente, ha venido al lugar correcto para encontrar más información y aprender qué hacer a continuación mientras abre su corazón al llamado de Dios. Tenemos algunos recursos aquí para ayudarle en su discernimiento. Primero, si piensa que nuestro Señor lo está guiando en esta dirección, por favor envíe la forma de consulta (Diaconate Inquiry Form) y me comunicaré con usted para comenzar una conversación sobre este camino. Para descubrir algunos pasos prácticos que puede tomar para discernir esta vocación, visite nuestra página Discernir el Diaconado. Para conocer los requisitos básicos para entrar en Formación, visite la página Criterios generales. Para obtener una visión general de las etapas de la Formación, visite la página Niveles de Admisión. Para profundizar y comprender un poco más sobre el programa de formación general, visite la página Visión general. Todos estamos llamados a una profunda amistad con Cristo y a la santidad. Podría ser que las Ordenes Sagradas y el Diaconado Permanente sea uno de los caminos a la santidad que Dios tiene para usted. Quiero asegurarle, decir SI al Señor es el comienzo de una gran aventura. Como nos dijo San Juan Pablo II: «¡No tengas miedo! ¡Abre las puertas a Cristo!» Pax Christi, Diácono Doug Bogart Director Asociado de Educación y Formación Discernir una Vocación al Diaconado ¿Qué debe hacer y qué puede esperar si cree que Dios lo está llamando al Diaconado Permanente? Primero hable con su familia, amigos cercanos y de confianza y, por supuesto, con su párroco acerca de su sentido del llamado al diaconado. A continuación, llene la forma de consulta (Diaconate Inquiry Form). Esto indica su interés en discernir una vocación al diaconado, lo establece como peticionario y lo coloca en la lista de distribución para peticionarios. Me comunicaré con usted y podremos comenzar a hablar sobre sus circunstancias y situación particular. Una formación fundamental de catequesis es una parte integral de la formación diaconal. Antes de entrar al programa de formación, se requiere el cumplimiento del programa combinado de Formación de Fe de Adultos y Liderazgo Parroquial ofrecido en español o inglés por parte del Instituto Kino de la Diócesis de Phoenix. Los solicitantes se pueden aceptar después de cumplir con el primer año del programa Kino si cuentan con un fuerte apoyo de su párroco. Un párroco deberá indicar en su carta de apoyo que él piensa que el solicitante es capaz de cumplir los estudios de Kino mientras cumple con la formación del Año de Espiritualidad. Cuando el Obispo inicie una nueva Cohorte de Formación, usted (y su esposa, si está casado) será invitado a asistir a una Reunión de Investigación para aprender más sobre el proceso de discernimiento y el programa de formación. Si ha completado al menos el primer año del programa Kino, todavía se siente llamado y si cumple con los criterios generales para los solicitantes de diáconos, se le entrevistará y se le dará un paquete de solicitud. Normalmente, las solicitudes se emiten y procesan sólo entre el 1 de marzo y el 31 de julio de cada año impar. La entrega de una solicitud indica su deseo de entrar en el Año de Espiritualidad, que es un año de oración formal y discernimiento espiritual. Pasos en el proceso de solicitud Discuta su vocación con su familia y amigos Haga una cita con su párroco para hablar sobre su vocación. Al aplicar usted, su párroco tendrá que escribir una carta al Obispo aprobándolo como un solicitante digno. Comuníquese con la Oficina del Diaconado para colocarse en la lista de correo completando la forma de consulta (Diaconate Inquiry Form) Tome el programa de Formación de Fe de Adultos y Liderazgo Parroquial en el Instituto Kino Asista a las noches de consulta ofrecidas por la Oficina del Diaconado Solicite una entrevista en su casa y envíe una solicitud (1 de marzo – 31 de julio, solamente años impares) Una vez que su solicitud sea aceptada, usted podrá: Unirse a un círculo de discernimiento Comenzar un Año de Espiritualidad de oración y lectura Asistir a clases de formación obligatorias (normalmente 1 reunión al mes) Comenzar la Práctica de Oración Personal y Discernimiento El Año de Espiritualidad es un tiempo de oración, reflexión personal y Informativo servir en las periferias

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discernimiento. Durante este año su solicitud será revisada, y se le animará a «probar» su vocación. Si, al final del Año de Espiritualidad usted, su esposa (si está casado), su Mentor del Círculo de Discernimiento, su Párroco y el Equipo de Formación todavía sienten que está llamado a seguir discerniendo, será invitado a progresar a la Aspiración. Pasos en el Proceso de Formación de Diáconos Pre-requisitos: Una formación fundamental de catequesis es una parte integral de la formación diaconal. Antes de entrar al programa de formación, se requiere el cumplimiento del Programa Combinado de Formación de Fe de Adultos y Liderazgo Parroquial ofrecido en español o inglés por parte del Instituto Kino de la Diócesis de Phoenix. Los solicitantes se pueden aceptar después de cumplir con el primer año del programa Kino si cuentan con un fuerte apoyo de su párroco. Un párroco deberá indicar en su carta de apoyo que él piensa que el solicitante es capaz de cumplir los estudios de Kino mientras cumple con la formación del Año de Espiritualidad. Niveles de Admisión: Es importante comprender que el proceso de la formación diaconal tiene cuatro niveles: Peticionario, Solicitante, Aspirante, y Candidato. Peticionario – Recomendado por el Párroco – ninguna obligación o compromiso Solicitante – Entregó la solicitud – compromiso a la oración, lectura y discernimiento – La solicitud está bajo revisión Aspirante – La solicitud es aceptada como completa – el Aspirante se somete a evaluaciones psicológicas, de antecedentes y de matrimonio. Candidato – La formación formal del Diaconado con estudios avanzados teológicos. Peticionario: Este es un individuo quien ha platicado, escrito o llamado por teléfono con un representante oficial de la Oficina del Diaconado sobre su serio interés en explorar admisión al Diaconado o este individuo ha sido nominado por su pastor. Individuos son revisados verbalmente para asegurar que satisfacen el criterio general, por ejemplo: edad, su estado matrimonial, residencia, y experiencia en los ministerios. Si es apropiado, se le proporciona un paquete de información y se incluye en la lista de distribución. La Oficina del Diaconado mantiene archivos del peticionario o nominado por 180 días. Los criterios generales para admisión se detallan en la próxima sección. En el periodo de seis meses antes de la formación de una nueva cohorte, los peticionarios quienes han recibido una recomendación de sus párrocos serán entrevistados (junto con su familia) y recibirán ayuda para completar la solicitud. Las juntas de formación se inician en el otoño (años impares). El Peticionario quien busca la consideración a la ordenación necesita entrar a un diálogo con su comunidad parroquial. Es el párroco quien lo presenta inicialmente para consideración a la formación diaconal por medio de una carta que confirma que él es un católico que practica su fe y de buena reputación y buena conducta. Solicitante: Este es un individuo quien ha completado y presentado las formas para admisión y ha sido notificado por escrito, que se ha recibido la solicitud. Generalmente, las solicitudes se aceptan solamente durante los meses de marzo a julio de cada año impar, a menos que se haya hecho arreglo especial con la Oficina de Formación. Si se recibe una solicitud después del 31 de julio, no será considerada. Las solicitudes son revisadas y se lleva a cabo una auditoría del paquete de admisión por parte de la Oficina del Diaconado en el orden que son recibidas. El aviso de aceptación como solicitante formal proviene de la Oficina de Formación. Los Solicitantes entran a un año de oración, reflexión espiritual y discernimiento conocido como Año de Espiritualidad. Se dedicarán a la lectura espiritual dirigida y a la reflexión. También participaran en eventos obligatorios de formación, completarán la Clase de Oración Personal y Discernimiento y se unirán a un “Circulo de Discernimiento.” El rango de Solicitante es normalmente un periodo de un año. Se les pide a los Solicitantes que limiten su participación en los ministerios parroquiales durante este año para así enfocarse exclusivamente en la oración y crecimiento espiritual. Aspirante: La Admisión como Aspirante significa que el Informativo servir en las periferias

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solicitante ha sido admitido al año (típicamente) del periodo de preparación para el estudio o instrucción. Está marcado por la participación en las juntas de formación, clase de abogacía y justicia y el “círculo de discernimiento” junto con el cumplimiento de una serie de exámenes y entrevistas. Se continúa con la lectura espiritual, reflexión, oración y discernimiento. Ingreso al Aspirancy requiere los siguientes criterios: Se ha llevado a cabo una auditoria de la solicitud y está completa. Revisión por parte de la Oficina del Diaconado para descubrir descalificaciones e impedimentos. Cumplimiento del pre-requisito del programa del Instituto Kino. Carta de petición del individuo al Obispo ha sido recibida. Carta de aprobación de su esposa ha sido recibida si es casado. Cartas de recomendación han sido recibidas. Los expedientes de secundaria (high school) y la Universidad (colegio) han sido recibidos. Su participación en las juntas obligatorias de formación. La participación en el Círculo de Discernimiento. Exámenes y pruebas completadas que incluyen pero no limitado a lo siguiente: Examen Médico Examen Dental Examen educacional, si es apropiado Se ha cumplido una entrevista con el Director Asociado de Educación y Formación, o con el Director, o un representante. El Director Asociado de Educación y Formación presenta un sumario de cada solicitante al Comité de Admisiones y Escrutinios. Este Cuerpo Diocesano hace una recomendación al Director de la Oficina del Diaconado sobre la disposición de cada solicitante. El Director de la Oficina del Diaconado revisa las recomendaciones y la solicitud para determinar si enviarlas al Obispo. El Obispo revisa el archivo del solicitante y decide si invitarlo al proceso de discernimiento como aspirante. Candidato: Admisión como Candidato significa que el Solicitante ha sido invitado por parte del Obispo para entrar a la preparación formal para ordenación que normalmente requiere 3 años. Durante este periodo, el Candidato recibirá una educación teológica avanzada y formación práctica del diaconal. Después del primer año y mientras él progresa en el discernimiento y formación, él será instalado al Ministerio de Lector y aproximadamente un año después será instalado al Ministerio de Acolito. Fuente: https://dphx.org/diaconado/

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Región Ibérica España El diácono Alejandro Abrante entrevistado por COPE, España Corresposal: Equipo de redacción

Alejandro Abrante partició en el espacio de COPE «Artesanos de la fe» El diácono permanente y cantautor cristiano, Alejandro Abrante fue entrevistado en el espacio de COPE “Artesanos de la fe” dirigido por Mario Alcudia. Abrante participó el pasado fin de semana en el VI Encuentro de Músicos Católicos de España. En la entrevista, entre otros temas, hablan de su disco “Gracias por la música”, de su experiencia de misión en África, de cómo descubrió la fe, próximos proyectos, etc. Puede escucharse la entrevista en el siguiente link: https://copecdnmed.agilecontent.com/resources/mp3/7/5/1593219666457.mp3?download

El neo diácono José Luis Gallego participa junto a un neo presbítero en la Eucaristia en rito hispano-mozárabe Corresposal: Equipo de redacción

Un sacerdote y un diácono permanente recién ordenados participan en la última Misa en rito hispano-mozárabe del curso «La liturgia hispano-mozárabe representa una realidad eclesial, y también cultural, que no puede ser relegada al olvido si se quieren comprender en profundidad las raíces del espíritu cristiano del pueblo español». Son palabras del Papa san Juan Pablo II Informativo servir en las periferias

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pronunciadas el día de la Ascensión de 1992, en la homilía de la Misa en rito hispano. Lo hizo tras la restitución del misal hispano-mozárabe y se convertía en el primer Papa que celebraba en la liturgia de la tradición visigoda. Ya el Concilio Vaticano II había recogido por escrito la igualdad de «derecho y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos», y desde entonces se procura mantenerlos y fomentarlos. Son expresión de cómo celebraban la fracción del pan, heredada de los primeros cristianos, las comunidades cristianas surgidas a medida se expandía el cristianismo. La diócesis de Madrid está muy vinculada al rito hispano ya que san Isidro, el patrón, y santa María de la Cabeza, su esposa, eran de familia mozárabe. Para velar por la continuidad de esta liturgia y su difusión nació hace seis años Gothia, una asociación pública de fieles que en la actualidad cuenta con más de 100 miembros y que retoma este martes sus habituales Misas semanales. Será una Eucaristía especial ya que el celebrante y el diácono son dos de los ordenados durante este mes por el cardenal Carlos Osoro en Madrid. Carlos Pérez, presbítero que recibió el Orden el pasado 20 de junio en la catedral, y José Luis Gallego, diácono permanente que fue ordenado el 13 de junio en la colegiata de San Isidro, volverán a participar de la liturgia mozárabe «desde esta nueva realidad de servicio», señala José Luis. La Misa, por tanto, se celebrará en acción de gracias por estas dos ordenaciones y será la primera tras el confinamiento debido al coronavirus, y también la que servirá de cierre de curso. Al diácono le hace especial ilusión compartirla con Carlos ya que «hemos crecido juntos» en el proceso de discernimiento vocacional que se ha concretado este mes de junio. Será un momento también de reencontrarse con otros miembros de la Asociación que por motivos de limitación de aforo no pudieron ir a ninguna de las dos ordenaciones. Rito hispano mozarabe jun 20 800x400 1 Simbología llamativa Algunos, cuando se asoman los martes a las 19:00 a la iglesia de la Concepción, en Goya, donde Gothia celebra sus Eucaristías, y se encuentran con el rito mozárabe, se desconciertan: «¿Pero esto es católico?». Es cierto que hay símbolos llamativos y partes de la liturgia que pueden parecer «descolocados» con respecto al rito romano. «Las ofrendas, por ejemplo, se dejan en el altar cubiertas con un velo –explica José Luis–, que se quita cuando se reza por los difuntos porque ellos ya ven a Dios cara a cara». Sucede también en el rito mozárabe que el credo y el padrenuestro se rezan en el rito de la comunión, y el signo de paz se intercambia antes de la plegaria eucarística. E igualmente cuenta con oraciones propias, como el trisagio para algunas solemnidades: «Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten piedad de nosotros». Con todo, José Luis destaca un aspecto fundamental del rito hispano-mozárabe: «Es una celebración tremendamente participativa del pueblo; es un diálogo de alabanza entre el pueblo y Dios canalizado a través del presbítero, y con un papel singular de los diáconos». Esta antigua liturgia visigótica conoció su época dorada durante los dos siglos posteriores a la conversión al cristianismo del rey Recaredo (587). Con la invasión árabe en el año 711 se interrumpió su proceso evolutivo y se refugió sobre todo en Toledo y el norte de España. Los cristianos que siguieron viviendo su fe y su culto fueron llamados mozárabes. A finales del siglo XI se introdujo el rito romano y se impidieron los usos locales, pero el rey Alfonso VI, al liberar Toledo (1085), concedió a los mozárabes de la ciudad seguir celebrando en el rito hispano en seis parroquias. En el año 1500, el cardenal Cisneros encargó una edición de textos para evitar la total extinción del rito. Cuatro siglos después, ya en 1982, la Iglesia en España hizo una revisión de la liturgia hispano-mozárabe, y en el año 2000 el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, decretó la posibilidad de celebrar de manera estable la Eucaristía en el rito hispano-mozárabe en la archidiócesis de Madrid. Infomadrid / B. Aragoneses Fuente: https://www.archimadrid.org/

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Montserrat Martínez: El diaconado en España Corresposal: Equipo de redacción

Todas las diócesis españolas deberían tener diáconos Comienzos Pocos años después de finalizado el Concilio Vaticano II, los entonces cardenales arzobispos de Barcelona y de Sevilla, Dr. Narcís Jubany y Dr. José María Bueno Monreal, junto con el obispo de Málaga, Mons. Ramon Buxarrais, promovieron la renovación del diaconado como grado propio y permanente en las diócesis españolas. Contaron con la experiencia y orientación del Centro Internacional del Diaconado y del cardenal Corrado Ursi, de Nápoles, y de sacerdotes y diáconos italianos. A finales de la década de 1970 se empezaron a publicar los primeros Decretos Diocesanos de instauración del diaconado permanente. La primera ordenación del diaconado renovado tuvo lugar en la archidiócesis de Barcelona, el 8 de noviembre de 1980 y fue conferida a Lluís Nadal Padró, catequista, casado y padre de cuatro hijos, de profesión civil, aparejador. En 1984, la Conferencia Episcopal Española, para ayudar a consolidar su renovación, fundó el Comité Episcopal para el Diaconado Permanente, formado por tres obispos y con la colaboración de algunos sacerdotes y diáconos. Desde entonces, el Comité ha desempeñado un papel importante en el desarrollo del establecimiento del diaconado permanente en las diócesis españolas. En el año 2000 fueron aprobadas las Normas básicas para la formación de los diáconos permanentes en las diócesis españolas, El crecimiento del diaconado permanente en España ha sido lento, en comparación con otros países. Actualmente, hay 435 diáconos en España, en 50 diócesis. Retos Equilibrar la realidad familiar y laboral con el ejercicio del ministerio diaconal es uno de los desafíos fundamentales que tienen que afrontar los diáconos casados. Para ello es necesario el diálogo y generosidad entre los esposos y el apoyo y comprensión por parte de obispos y presbíteros. También es importante considerar a los diáconos por su identidad de representar a Cristo Siervo en la Iglesia, no como sacerdotes de segunda categoría o como sacristanes promocionados. Oportunidades La mayoría de los diáconos permanentes están casados y son padres de familia y ejercen una profesión civil. Es un enriquecimiento que se traduce en la posibilidad de hacer de puente entre las comunidades y el resto de la jerarquía. El Comité ha organizado, desde noviembre de 1985, un encuentro anual de diáconos permanentes y esposas de las diócesis españolas, que se ha celebrado en diferentes regiones hasta la fecha. Es una buena oportunidad para fomentar el conocimiento mutuo, el intercambio de diferentes experiencias pastorales y la profundización de la formación permanente. Objetivos Un objetivo importante es que haya diáconos en todas las diócesis españolas, para que el diaconado sea valorado como un don del Espíritu Santo a la Iglesia, y que su restauración no se deba especialmente a la escasez de presbíteros. Otro de los objetivos es otorgar a los diáconos más misiones en las nuevas fronteras, de acuerdo con el deseo evangelizador del Papa Francisco. Montserrat Martinez, Barcelona, Junta Directiva CID Fuente; http://diaconia-cid.org/

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Diácono permanente, Francisco Holgado Ruiz, responsable de economato social, en Jerez, España Corresposal: Equipo de redacción

El Obispado crea el economato ‘Padre Antonio Valdivielso’ de Cáritas Diocesana El obispo pone al frente al diácono permanente, Francisco Holgado Ruiz Con el fin de conseguir una mayor y eficaz atención hacia las personas más necesitadas que encuentran su apoyo y ayuda en las Cáritas Parroquiales, el obispo José Mazuelos ha constituido el economato ‘Padre Antonio Valdivielso’ de Cáritas Diocesana-Sección Jerez Sur. El padre Antonio Valdivielso, perteneciente a la Congregación de la Misión (Padres Paúles), se entregó apasionadamente con el corazón de Cristo al servicio de los más necesitados de la parroquia de San Rafael y San Gabriel de Jerez, teniendo como uno de sus sueños la creación de un economato para atender a las familias de toda la zona. Dicho organismo quedará integrado dentro de la estructura de Cáritas Diocesana y se regirá por el estatuto y reglamento de régimen interno que le sea aprobado para su funcionamiento, según explican desde el Obispado, a través de un comunicado. Para ponerse al frente de dicha entidad, que estará subordinada a las directrices de Cáritas Diocesana, el obispo ha nombrado al diácono permanente, Francisco Holgado Ruiz. Fuente: https://www.diariodejerez.es/

Diácono Ricard Rodríguez-Martos Dauer - Barcelona-:El Apostolado del Mar, 100 años de compromiso pastoral y social con la gente de mar Corresponsal: Equipo de redacción

El diácono Ricard Rodríguez-Martos Dauer Es director del Apostolado del Mar, Stella Maris, de la Delegación diocesana de Pastoral Social y Caritativa de la Archidiócesis de Barcelona. Secretario del Comité de Bienestar del Puerto de Barcelona. Capitán de la Marina Mercante, licenciado en Derecho y en Teología Moral y doctor en Marina Civil. --- En 1920 se fundó en el Puerto de Glasgow (Escocia) el Apostolado del Mar, que desde sus inicios fue puesto bajo la protección de la Virgen, Estrella del Mar. Con este motivo se habían previsto este año una serie de actos, que debían culminar con una conferencia mundial en dicho puerto, pero todo ha sido aplazado debido a la pandemia. Asimismo, tampoco se podrá celebrar en Barcelona la tradicional procesión de la Virgen del Carmen. Los pescadores y sus familias no Informativo servir en las periferias

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llevarán a hombros la imagen de su patrona, ni la pasearán por aguas del puerto, pero eso no quiere decir que no podamos celebrarlo. No será de la manera festiva que nos gusta, pero nos queda lo más importante: la oración. Puede ser esta también una buena ocasión para hacer una pequeña reflexión sobre la pastoral del mar. A nivel internacional está oficialmente presente en 300 puertos de 41 países. Pero, ¡cuántos puertos siguen sin disponer de ella o no le prestan la atención debida!, una pastoral que por otra parte es un vivo ejemplo de esa Iglesia en Salida a la que nos invita el papa Francisco, un terreno fértil para la acción misionera, para llevar al día a día de las personas la buena nueva del evangelio. Precisamente, la circunstancia del coronavirus ha permitido poner en primer plano el importante papel de la gente de mar en la vida cotidiana de nuestra sociedad y ha dado un protagonismo al apostolado del mar. Habría que recordar también que durante este tiempo hemos estado siempre abastecidos de las mercancías necesarias (el 90% de las cuales se transporta por mar) y tampoco ha cesado la actividad pesquera y que esto ha sido gracias al trabajo de la gente de mar. Organizaciones internacionales, como la Organización Marítima Internacional (OMI), la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y también la International Christian Maritime Association (ICMA) de la que el Apostolado del Mar es miembro, han hecho escritos pidiendo a los gobiernos que los marineros fueran considerados, trabajadores clave y que por encima de todo, se garantizara que pudieran desembarcar y llegar a sus países. Se ha estado reclamando colaboración por parte de todos los gobiernos, pero el resultado hasta ahora no ha sido suficiente. El propio Papa Francisco el pasado 17 de junio lanzó un mensaje* dirigido a la gente de mar, resaltando su aportación fundamental a la sociedad y los sacrificios que estaban teniendo que soportar. Desde la situación de confinamiento, el Apostolado del Mar de todo el mundo ha estado en contacto, tanto directo, como a través de las redes sociales con las tripulaciones de muchos barcos, que han recibido tanto asistencia humana como espiritual y su labor ha sido muy valorada por el mundo marítimo internacional. Datos facilitados por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) indican que 200.000 marineros en todo el mundo han estado retenidos desde hace meses en sus barcos sin poder volver a casa. Sus relevos no podían llegar, pues en muchos puertos no los autorizaban a desembarcar o los países de los que son originales tenían o aún tienen cerradas las fronteras. Por este motivo, con fecha 9 de julio de 2020, la propia OIT ha lanzado un comunicado informando de un acuerdo internacional para la apertura de las fronteras extranjeras para la gente de mar y el aumento del número de vuelos comerciales para acelerar las iniciativas de repatriación. Un puerto es una encrucijada de culturas, lenguas, ideologías y creencias, pero con un factor común importante: por él pasan miles de personas, que en el ejercicio de su trabajo, llevan a cuestas una serie de necesidades humanas y que son receptivos ante cualquier gesto de acogida y afecto que se les pueda brindar. La parábola del buen samaritano le marca cada día el camino al Apostolado del Mar.

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Diócesis de Mallorca, España: un diácono en el recién Consejo Asesor del Consejo Episcopal Corresponsal: Equipo de redacción

Esta mañana se han presentado en rueda de prensa los nuevos cargos de la Diócesis de Mallorca. Se trata del nuevo Consejo Episcopal formado por cinco sacerdotes y la novedad de un Consejo Asesor formado por un diácono permanente y cinco laicos, entre ellos dos hombres y tres mujeres. El mismo derecho de la Iglesia (cánones 129.2 y 228.1.2) y también la necesidad pastoral prevén la posibilidad de que en el ejercicio de la potestad de régimen «los fieles laicos puedan cooperar a tenor del derecho» y «ayudar como consejeros y formando parte de los consejos». En este sentido se ha pensado introducir en el organigrama pastoral de la diócesis este elemento nuevo que contempla la posición del laicado en términos de cooperación. Por ello, este Consejo Asesor, en el que también se incluye un representante de los diáconos, trabajará sinodalmente con el Consejo Episcopal, el cual actuará como hasta ahora ha hecho. Por eso, mirando el conjunto de los dos Consejos se ha reducido el número de sacerdotes y se ha ampliado el de laicos y laicas, incluyendo un diácono permanente. En la Carta Pastoral Bautizados, confirmados y enviados publicada por el obispo Sebastià hay innumerables referencias a la necesidad de un trabajo conjunto, sinodal (que significa «caminar juntos»), entre todos los miembros que forman el Pueblo de Dios (obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos/as y laicos), reconociendo la misión propia de cada uno al servicio de la Iglesia. Dar respuesta a esta necesidad pone de relieve la dignidad de cada bautizado en el ejercicio de su misión dentro del Pueblo de Dios. El día 25 de noviembre de 2020, hará tres años que el obispo Sebastià Taltavull inició su ministerio episcopal al servicio de la Iglesia de Mallorca. Cuando en esta fecha nombró el primer Consejo Episcopal formado por ocho sacerdotes, tenía el plazo de tres años. Dado que esta fecha era la del próximo mes de noviembre, los miembros del mismo Consejo sugirieron al obispo que procediera al nombramiento de un nuevo Consejo Episcopal para que en previsión el próximo curso se pudiera empezar a trabajar. El obispo agradeció el gesto de poner a disposición el cargo y, después de hablar con cada interesado y proponer esta nueva organización, recibió de todos ellos el visto bueno. Por ello, se ha llegado a la conclusión de hacer un Consejo Episcopal más reducido y dar paso a un trabajo que, respetando las competencias propias de cada entidad, podía contar también con la introducción de un Consejo Asesor en los términos de cooperación ya expuestos, formado sobre todo por laicos, además de un diácono permanente. El Consejo Episcopal tendrá unas reuniones específicas y para las otras contará con la cooperación del Consejo Asesor. Siguen igual el Consejo Presbiteral y el Colegio de Consultores con las propias atribuciones. Por todo ello, hoy se hace el anuncio de esta nueva propuesta que estará al servicio de la organización pastoral de toda la Iglesia de Mallorca, una Iglesia que como nos pide el papa Francisco y los tiempos actuales lo exigen, debe vivir «una impostergable Informativo servir en las periferias

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renovación eclesial», lo que supone ser una «Iglesia en salida» que significa «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (EG 20), y decidirse por «una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en una vía adecuada para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de las estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas las instancias sea más expansiva y abierta, que coloque los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad» (EG 27). La apertura que el papa Francisco nos pide deberá ser una constante del trabajo de cada día realizado dentro de nuestras comunidades parroquiales y grupos de apostolado y el ejercicio de todos los cargos pastorales deberá llevar a una nueva manera de estar presentes los cristianos en medio de la sociedad, que es allí donde debemos realizar la misión encomendada. Aquí hay la especificidad de la presencia del laicado, como elemento de transformación social a partir del Evangelio. Introducir cada vez más laicos en las estructuras de la Iglesia no es para que ésta se contemple más a sí misma, sino para que se dé una verdadera encarnación en el mundo. En la Carta Pastoral, el obispo Sebastià dedica el capítulo 4 a explicar que las estructuras y los cargos deben estar orientados al servicio del Evangelio y de las personas, siempre a la luz de aquel texto de Mc 10,35- 45 donde Jesús dice "no he venido a ser servido, sino a servir y dar la vida». Por ello, «la propuesta de nuevas estructuras eclesiales y los nombramientos de los agentes pastorales en nuestra diócesis de Mallorca van orientados y quieren dar respuesta a la renovación pedida desde muchos lugares y escuchada con insistencia [...] Desde esta perspectiva, es recomendable que, de cada día más, laicos y miembros de la vida consagrada asuman responsabilidades importantes dentro de la comunidad cristiana, además de los compromisos seculares ya contraídos en la sociedad» (CP 50, p.66). «Debemos tener claro que las buenas estructuras sirven cuando hay una vida que las anima, las sostiene y las juzga... Os pido —dice en la misma Carta Pastoral— que estemos atentos a lo que pasa cada día a nuestro alrededor, a los detalles que la vida nos depara, ya que lo que realmente interesa es la relación con las personas, su estado de ánimo, su salud física, espiritual y moral. Las estructuras no debe ahogar nunca ni impedir el proceso de crecimiento que todo cristiano tiene derecho a hacer, aunque lo haga lentamente. A todos se nos pide confianza, paciencia y perseverancia. Estemos atentos al entorno más cercano y actuamos con prontitud en aquellos casos más urgentes »(CP 51, p.66). Una consecuencia de este nuevo planteamiento es que todas las parroquias cuenten con un Consejo Pastoral que incluya el de Asuntos económicos, todo un signo de sinodalidad y de una responsabilidad compartida entre los diferentes estamentos del Pueblo de Dios. El Consejo Episcopal queda formado por los siguientes sacerdotes: • Mn. Josep Adrover Vallbona, vicario general del Obispado y moderador de Curia • Mn. Marià Gastalver Martín, vicario episcopal para el territorio de Palma y Tramuntana - Ponent • Mn. Antoni Amorós Terrassa, vicario episcopal para el territorio de los arciprestazgos de Llevant, Pla-Nord y Migjorn • P. Antoni Cañellas Borràs, vicario episcopal para la Vida Consagrada y la Piedad Popular • Mn. Francesc Vicens Gomila, vicario episcopal para el Patrimonio Histórico y Cultural El Consejo Asesor queda formado por el diácono y los siguientes laicos: • Mn. Joan Carles Thomàs Sedano (Área para el Diaconado Permanente) • Sra. María Francesca Ferrer Bover (canciller - secretaria general del Obispado) • Sr. Jaume Martorell Adrover (Área para el Anuncio, la Celebración y los Movimientos) • Sra. Margalida Riutort Cloquell (Área Caritativa y Social) • Sr. Miquel Noguera Estarellas (Área de Asuntos Económicos) • Sra. Maria Informativo servir en las periferias

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Dolors García-Carpintero López-Astillero (Área Formación y Educación) El próximo viernes, día 31 de julio y las 12 del mediodía, tendrá lugar el acto público juramento y de promesa de los respectivos cargos en el Palau Episcopal Fuebte: web del obispado

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Información sobre SERVIR en las periferias. Con estos fines SERVIR EN LAS PERIFERIAS llevará adelante distintas actividades: • • •

Acciones destinadas a facilitar el encuentro entre diáconos de los países iberoamericanos y otras personas interesadas en el ministerio diaconal. Recogida de información relacionada con el diaconado permanente. Acciones que faciliten el intercambio de experiencias pastorales, información y formación sobre el diaconado. Los instrumentos que utiliza SERVIR EN LAS PERIFERIAS para conseguir sus objetivos son dos:

• •

Una web: http://serviren.info/ Y un boletín informativo –en principio con periodicidad mensual- que recoja todas las novedades que sobre el ministerio diaconal se vayan dando en la Iglesia católica, especialmente en el área iberoamericana. ➢ Destinatarios de la Web y del Informativo

La Web y el Informativo tienen como principales destinatarios: o A los diáconos permanentes que buscan informarse y enriquecer su formación, vida y ministerio; o A los aspirantes y candidatos que se forman para el Orden del Diaconado; o A los obispos, a sus vicarios y delegados para el área diaconal, a los directivos y docentes de los centros formadores de diáconos; o A los sacerdotes, especialmente los párrocos que tienen a su cargo alguna responsabilidad en la formación de estos clérigos o se ven acompañados por ellos; o A las esposas, los hijos y demás familiares de diáconos y candidatos; o A los consagrados de ambos sexos y a los demás fieles católicos que deseen profundizar en el conocimiento sobre este ministerio de la Iglesia; o A los fieles de otros ritos que, con actitud dialogante, deseen compartir sus puntos de vista; o A cualquier persona interesada en el ministerio diaconal. ➢ Quiénes coordinan SERVIR EN LAS PERIFERIAS

La Web y el Informativo están dirigidos por un Equipo de Coordinación y Redacción compuesto por las siguientes personas: REGION

ANIMADOR REGIONAL

México, Centroamérica y el Caribe

Federico Cruz, de Costa Rica

Países Bolivarianos

Víctor Loaiza, de Ecuador

Cono Sur Americano

Pepe Espinos, de Argentina

Estados Unidos de lengua hispana

Montserrat Martínez, de España

Íbera: España y Portugal

Gonzalo Eguia, de España

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Otras realidades: Santa Sede, Celam,…

Pepe Rodilla, de España

Responsable del equipo ofimático

Juan Múgica , de España

Resonsable equipo económico

Vacante

Coordinador del Equipo de Coordinación y Redacción: Diác. Gonzalo Eguía ➢ Corresponsales Nacionales de SERVIR EN LAS PERIFERIAS

País

Corresponsal Nacional

Email

Argentina

Diác. José Espinós

espinosjose@hotmail.com

Brasil

Diác. José Durán

Chile

Diác. Miguel Ángel Herrera

miguelangelherrera.diaconchile@gmail.com

Colombia

Diác. César Elpidio Restrepo

ceresco67@yahoo.com.mx

Costa Rica

Diác. Federico Cruz

fedecruz_99@yahoo.com

Cuba

Diác. Miguel Ángel Ortiz

diaconomigue12@arzobispadocamaguey.com

Ecuador

Diác. Víctor Loaiza Castro

vlvloaiza90@gmail.com

España

Diác. Gonzalo Eguía

gonzaloeguiac@hotmail.com

Guatemala

Diác. Mauro Albino

albino@donottorino.org

México

Diác. Ing. Carlos Jiménez de la Cuesta Otero

carlosjdelac@gmail.com

jduranduran@oi.com.br

Portugal (Provisional) Diác. Gonzalo Eguía

gonzaloeguiac@hotmail.com

Puerto Rico

Diác. José Antonio Nevárez

joseanevarez@yahoo.com

Uruguay

Diác. Jorge Alvaro Vargha Rodríguez

diaconojvargha@gmail.com

República Dominicana Venezuela

Diác. Dr. Ludwig Schmidt

lschmidt01@gmail.com

➢ Corresponsales Diocesanos de SERVIR EN LAS PERIFERIAS En Argentina Diócesis

Corresponsal Diocesano

- Arquidiócesis de Corrientes - Arquidiócesis de Rosario

Diác. Oscar Adolfo Vallejos

Email ovallejos@invico.gov.ar

Diác. David Sergio Escalante

Informativo servir en las periferias

Nº 065 agosto de 2020

davidescalante@hotmail.com Año: V

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- Diócesis de Concepción

Diác . José Frontini

diacfrontini@yahoo.com.ar

- Diócesis de Cruz del Eje

Diác. Angel Lasala

angellasala2002@yahoo.com.ar

- Diócesis de Formosa

Diác. Juan Aranda

diaconoaranda@yahoo.com.ar

- Diócesis de Morón

Diác. Enrique Fraga García

enriquefraga@yahoo.com

- Diócesis de Quilmes

Diác. Carlos A. Grosso

iglesia@kayros.com.ar

- Diócesis de San Martín

Diác. Norberto Oscar Castaño

norocas.sanmartin@gmail.com

- Diócesis de Río Cuarto

Diác. Osmar Antonio Núñez

osmarnu27@hotmail.com

Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

Archidiócesis de Natal

Diác. José Bezerra de Araújo

jbez_araujo@hotmail.com

Diocese de Santo André

Pe. Guillermo de Micheletti

gdmiche@terra.com.br

En Brasil

En Chile Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

- Diócesis de Osorno

Diác Mauricio F. Flándes Manriquez

Maucho63@yahoo.es

Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

Arquidiócesis de Cuenca

Diác Reinaldo Hallo Ulloa.

rhhallo@arquicuenca.ec.org.

Diócesis de Ambato

Diác. Jorge Grijalva Salazar

rgrijalvasalazar@gmail.com

Diócesis de Cuenca

Diác. Reinaldo Hallo Ulloa

rhhallo@arquicuenca.ec.org

En Ecuador

En España Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

Arquidiócesis de Barcelona

Lic. Montserrat Martínez

montserratm25@gmail.com

Arquidiócesis de Mérida- Badajoz Diác. José Ignacio Urquijo

urkival@hotmail.com

Arquidiócesis de Pamplona-Tudela Diác. Fernando Aranaz

fernandoaranaz@hotmail.com

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Nº 065 agosto de 2020

Año: V

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Arquidiócesis de Sevilla

Diác. Alberto Álvarez

albertoalvarez49@gmail.com

Arquidiócesis de Valencia

Diác. Pepe Rodilla

jrodilla@ono.com

Diócesis de Bilbao

Diác. Gonzalo Eguía

gonzaloeguiac@hotmail.com

Diócesis de Cadiz-Ceuta

Diác. Lucio Victorino Osta

leocalre@telefonica.net

Diócesis de Coria-Caceres

Diác. José Ignacio Urquijo

urkival@hotmail.com

Diócesis de Huelva

Diác. Juan Romero

jromerocerro@gmail.com

Diócesis de Jerez de la Frontera

Diác. Felipe Bononato

felipbns@hotmail.com

Diócesis de Málaga

Diác. Francisco Clemente

francisco.clemente@diocesismalaga.es

Diócesis de Orihuela-Alicante

Diác. Manuel Cosme

manuelcosme@terra.com

Diócesis de Palencia

Diác. Ton Broekman

tbroekman_xz@ono.com

Diócesis de Plasencia

Diác. José Ignacio Urquijo

urkival@hotmail.com

Diócesis de Sant Feliu de Llobregat Diác. Josep Maria Gómez del Perugia jmgodelpe@gmail.com Diócesis de Segorbe-Castellón

Diác. Pasqual Andrés

pasaqui7@hotmail.com

Archidiócesis de Tarragona

Diác. Raimon Mateu de las Casa

rmateu@arquebisbattarragona.cat

Diócesis de Vitoria

Diác. Fidel Molina

fidelmolinaortega@gmail.com

En EEUU habla hispana

Diocesis de Brooklyn, Nueva York

Diác. Ramón Lima

Kalred99@aol.com

En Portugal Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

Archidiócesis de Oporto

Diác. Joaquim Armindo

jaarmindo@gmail.com

Diác. Mario Henrique Santos

mh-pds@hotmail.com

Diocese de Guarda

Diác. Manuel neves

neves.manuel.c.m@gmail.com

Diócesis de Algarve

Diác. Albino José Ramires Martins

albinojose@iol.pt.

En Puerto Rico Diócesis

Corresponsal Diocesano

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Email

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Diócesis de Caguas

Diác. José Manuel García-García

josemangar@gmail.com;

Diócesis

Corresponsal Diocesano

Email

- Arquidiócesis de Santo Domingo

Diác. Juan González Brito

jgonzalez@arzsd.org

- San Pedro de Macoris

Diác. Fabio Serrats

En República Dominicana

Diacserrats23@hotmail.com

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