Presentamos una mesa redonda centrada en el conocimiento del mundo contemporáneo a través de la Arqueología. Básicamente, hablamos de lo que se suele conocer como “Arqueología del Pasado Contemporáneo”, “Arqueología del Pasado Reciente”...
morePresentamos una mesa redonda centrada en el conocimiento del mundo contemporáneo a través de la Arqueología. Básicamente, hablamos de lo que se suele conocer como “Arqueología del Pasado Contemporáneo”, “Arqueología del Pasado Reciente” y/o “Arqueología del Presente” (aunque, puede haber muchos más nombres).
Y es que esta última frontera de la Arqueología, que nos obliga a plantearnos los
cimientos de nuestra propia disciplina, se muestra como un campo de juego ideal para el debate y el ejercicio teórico-práctico (Compañy et al. 2015).
Desde la década de 1970, por lo menos, se están llevando a cabo estudios sobre
cultura material contemporánea en el ámbito académico. La variedad de temas resulta sorprendente, pero en cuanto al enfoque empleado, podemos distinguir dos grandes vertientes (Buchli & Lucas 2001).
Por un lado, tenemos una óptica “histórica” (historical archaeology) que se basa
en el estudio de procesos históricos mediante el registro arqueológico: “arqueología industrial” (Edensor 2005), “arqueología de los conflictos bélicos modernos”
(Moshenska 2010; González Ruibal 2016), “arqueología de la Supermodernidad”
(González Ruibal 2008), “arqueología del socialismo” (Buchli 2000) o “arqueología del Estado del Bienestar” (Harrison 2009), por decir sólo algunos ejemplos.
Y por otro lado, se aprecia un enfoque “conductual” (behavioral archaeology) o
de estudio del comportamiento (García-Raso 2009: 87) que suele centrarse en la
relación entre los seres humanos y la cultura material per se: el estudio
etnoarqueológico de sociedades no-modernas (González Ruibal 2003), el análisis del consumo en el capitalismo moderno (Miller 1987) o el conocimiento crítico de la gestión de la basura en ciudades contemporáneas (Rathje & Murphy 1992), etc.
Pero, ¿qué es lo que comparten todas ellas, tanto las de un enfoque como del
otro? ¿Tan sólo se trata de que operan en un mismo cuadro cronológico o contextual: el “mundo contemporáneo”?
El estudio arqueológico del pasado/presente contemporáneo tiene un carácter
“marginal” o “periférico” dentro de las agendas de investigación de la Academia,
aunque cada vez se desarrollan más trabajos de este tipo, acogiendo un interés social creciente y planteando importantes retos teóricos y metodológicos a la Arqueología como disciplina.
Y es que, desde un principio, estudiar arqueológicamente lo contemporáneo supone acercarse a lo reciente, lo conocido (the absent present) (Buchli & Lucas 2001); pero desde un enfoque material que implica ver lo conocido con nuevos ojos que hacen que nos parezca extraño. Así, si la materialidad contemporánea juega un rol alienante, por su papel destacado en la reproducción de los mecanismos de poder, el estudio objetivante y crítico de esa materialidad actúa como una forma de contra-alienación. El estudio arqueológico del mundo contemporáneo supone una aparente ruptura entre pasado y presente, entre nosotros y otros (Alonso 2009: 8). ¿O no es así? Tal vez debamos debatirlo.