[Madame de Bargeton, a Lucien] “…y nos iremos a París. Allí está la vida de las gentes eminentes, querido mío, y lo que no sea París no vale nada. Además, como capital del mundo intelectual, París es el teatro de los éxitos, y nosotros no debemos retardar el momento de trasladarnos allí. No deje que sus ideas se pongan rancias en provincia, y comuníquese enseguida con los grandes hombres que han de representar el siglo XIX. Aproxímese a la corte y al poder.”
Esta novela se sitúa en la Francia de la Restauración, siguiendo a un personaje que va de los barrios bajos a los altos, tanto en la capital como en provincia. Y también hará el camino inverso: aquí hay peajes para llegar al éxito, pérdida de inocencia, envidias intestinas, clasismo, y mucha corrupción. Se encuentran dardos certeros contra el negocio editorial, la prensa escrita, la política y la justicia. Y se debe prestar atención a la sentida dedicatoria a Victor Hugo.
En la localidad de Angouleme viven dos amigos: Lucien Chardon de Rubempré es poeta, eDavid Séchard es inventor, y los dos son pobres. Cada uno buscará su camino para hacer fortuna, pero ambos son almas cándidas rodeadas de víboras más o menos emboscadas. El poeta sufrirá la crueldad de los periódicos, el inventor la de la competencia, y ambos experimentarán la asfixiante presión de las deudas económicas.
Escrita por Honoré de Balzac entre 1835 y 1843, se aprecia a un autor que quiere dejar constancia de lo que ha aprendido moviéndose por el mundo y llegando al fondo de los motivos de sus desencantos. La lección más evidente es que, en el ámbito de la literatura, no vale lo de “querer es poder”. Sin embargo, también el propio estilo es una lección en sí misma, combinando la creación de tensión con el enunciado didáctico de los usos y costumbres del momento (vestuario, arquitectura, etc.). “Ilusiones perdidas” (Illusions perdues) es una de esas obras que deberían incluir versículos para facilitar la localización de frases lapidarias. En resumen: tanto por su atención al detalle como por su estructura, ésta es una obra mayor... con dos asteriscos: se reflejan el machismo y el antisemitismo del momento.
[Un librero comisionista] “Si los libros se vendieran al gusto de los editores, seríamos millonarios, querido mío, pero desgraciadamente se venden al gusto del público.”
* “El coronel Chabert”
* “Papá Goriot”