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PLANIFICACION Y
PERIODIZACION DEL
ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
ORIENTADO A LA SALUD Y AL
RENDIMIENTO DEPORTIVO
HORACIO EDUARDO TAGLIAFERRI
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Esta obra está dedicada a mi esposa Viviana, a mis hijos Mauro, Iván, Nerina,
Nehuen, a mi nieto Aluhen y a la memoria de mis padres.
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INDICE
Introducción……………………………………………………………………………………...8
Capítulo 1. Beneficios del entrenamiento de la fuerza…………………………………….. 9
Capítulo 2. Aspectos a tener en cuenta en la confección de rutinas de gimnasio……..33
Capítulo 3. Organización y dosificación del trabajo de sobrecarga……………………...38
Capítulo 4. Métodos del entrenamiento de la fuerza.……………………………………...46
Carga Estable………………………………………………………………………………….47
Piramidal………………………………………………………………………………………..49
Escalera. Creciente-decreciente. Decreciente. Olas………………………………………50
Superseries…………………………………………………………………………………….51
Series con repeticiones parciales……………………………………………………………52
Series forzadas. Serie límite………………………………………………………………….53
Series en bloque. Series con tensiones isométricas………………………………………54
Series negativas o excéntrico puro………………………………………………………….56
Concéntrico puro………………………………………………………………………………58
Balístico. 10x10 o sistema alemán…………………………………………………………..59
Método complejo………………………………………………………………………………60
Capítulo 5. Medición de la sesión de entrenamiento de la fuerza en el gimnasio.…….65
Volumen………………………………………………………………………………………..68
Tonelaje. Peso medio…………………………………………………………………………69
Intensidad………………………………………………………………………………………70
Duración………………………………………………………………………………………..71
Densidad……………………………………………………………………………………….72
Frecuencia. Indice de hipertrofia…………………………………………………………….73
Obtención de la intensidad…………………………………………………………………..78
Capítulo 6. Periodización del entrenamiento de la fuerza………………………………...81
1ª fase-Adaptación anatómica……………………………………………………………….84
2ª fase-Hipertrofia……………………………………………………………………………..88
3ª fase-Fuerza máxima……………………………………………………………………….91
4ª fase-Conversión (en potencia)…………………………………………………………..101
Conversión (en resistencia muscular)……………………………………………………..116
5ª fase-Mantenimiento………………………………………………………………………124
6ª fase-Transición……………………………………………………………………………128
Transición entre fases……………………………………………………………………….129
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INTRODUCCION
En este texto se intenta orientar al lector sobre la importancia que ejerce sobre el
cuidado de la salud, mejora de la calidad de vida, bienestar psicológico y
potenciamiento del rendimiento deportivo que propicia la actividad física en general, y
la Fuerza en particular, entendiendo a esta cualidad como la única cualidad física
básica, de la cual la Resistencia y la Velocidad son cualidades dependientes de
aquella.
Se indican los beneficios del desarrollo de la Fuerza, en muchos casos acompañado
por el trabajo de la Resistencia aeróbica y de la Flexibilidad, para reducir los riesgos de
padecer o paliar los efectos de diversas enfermedades o afecciones tan comunes como
la hipertensión arterial, diabetes, colesterol, desviaciones posturales, entre otras. A su
vez se proponen tareas y dosificaciones para prevenirlas o combatirlas.
También se indican los aspectos que deberían tenerse en cuenta para iniciar el proceso
de trabajo con un plan de sobrecarga, como así también su dosificación.
Pero en
esta obra, no solamente me refiero a temas vinculados con la salud. Se detallan la gran
mayoría de los métodos empleados en el entrenamiento para el desarrollo de la Fuerza
en cada una de sus tipos: Fuerza resistencia, Resistencia a la fuerza, Fuerza explosiva,
Fuerza rápida, Hipertrofia; cómo medir el trabajo llevado a cabo en las sesiones
utilizando las variables de los componentes de la carga que permitan organizar las
sesiones a través de los distintos estadios, ciclos y períodos del entrenamiento
deportivo. En el último capítulo se desarrollan las distintas fases que tienen lugar a lo
largo del macrociclo, teniendo en cuenta el objetivo, período del año, duración y los
métodos con una detallada dosificación en cantidad de ejercicios, series, repeticiones,
intensidad, velocidad de ejecución, tiempo bajo tensión y duración de las pausas, de
cada una de ellas.
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CAPITULO 1
BENEFICIOS DEL ENTRENAMIENTO DE LA
FUERZA
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La importancia de la Fuerza es determinante tanto para la actividad deportiva como
para la cotidiana.
El desarrollo de la Fuerza se produce siguiendo el principio de sobrecarga, es decir que
debemos someter al organismo o a los músculos a cargas de una magnitud que estén
por encima de lo habitual. Obviamente, que deben ser resistencias dosificadas para
lograr adaptaciones positivas. Para esto las cargas (peso movilizado) deben ser las
precisas, es decir que alcancen el umbral de excitación de las fibras musculares que
queremos estimular. No serviría de nada si la carga no es suficiente para desencadenar
procesos adaptativos, y sería peligroso si fuesen exageradamente elevadas para las
posibilidades del individuo.
Los grandes objetivos de la Fuerza podemos resumirlos en los siguientes:
-incremento de los niveles de fuerza (en cualquiera de sus acepciones)
-fortalecer todo el aparato locomotor
-lograr una simetría corporal
-mejorar el aspecto externo
-procurar el bienestar físico y psicológico
Antiguamente sólo se prescribía el trabajo de la Resistencia aeróbica para el
mejoramiento o mantenimiento de la salud. En la actualidad, gracias a múltiples
investigaciones llevadas a cabo referidas al desarrollo de la Fuerza, los especialistas
en el cuidado de la salud aconsejan la realización de este tipo de ejercicios con esta
finalidad.
Ciertas enfermedades, patologías o afecciones se relacionan entre sí, es decir que una
de ellas puede favorecer el padecimiento de otra. Es imprescindible promover la
realización de actividad física fuese cual fuera, aunque está comprobado por múltiples
investigaciones que la Fuerza y la Resistencia son las que mayores beneficios pueden
aportar a tal fin.
Para combatir ciertas enfermedades la Fuerza puede ser más beneficiosa que la
Resistencia, para otras la acción conjunta de ambas cualidades potencian los efectos
favorablemente. Contra la osteoporosis (fragilidad ósea por descalcificación de los
huesos), la Fuerza tiene una ventaja apreciable con respecto a la Resistencia: contra
afecciones cardio-vasculares, será la Resistencia la que mayor ayuda puede dar, pero
como el corazón es un músculo, ciertos trabajos de Fuerza pueden ayudar en la
eyección sanguínea; contra la hipertensión arterial, la combinación de ambas puede
mantenerla controlada. Podemos añadir como ventaja de la Fuerza sobre la
Resistencia, que la mayoría de las actividades de esta última sólo estimulan a los
miembros inferiores.
A continuación se detallan los beneficios del desarrollo de la actividad física
1) Aumento de la fuerza: ésta puede aumentar por el incremento de la masa
(tamaño) muscular o por reclutamiento fibrilar. A mayor tamaño muscular,
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más fuerza podrá generar ese musculo. Pero se pueden aumentar los niveles
de fuerza sin producir una hipertrofia tan marcada. No todos los trabajos de
fuerza provocan los mismos efectos en los músculos, en algunos casos
hipertrofian (con su consecuente aumento de fuerza), mientras que en otros
pueden mantener el tamaño inalterable o casi igual pero con grandes
ganancias de fuerza. Obtener uno u otro objetivo dependerá de las
intensidades, volúmenes y densidad manejados en el entrenamiento
(además de factores alimenticios, hábitos de vida y genéticos).
Los ejercicios de sobrecarga estimulan la producción de nuevas proteínas
musculares: actina y miosina. Serán las encargadas, en parte, de la
formación de mayores fibras musculares.
También el aumento de los depósitos de glucógeno muscular son
fundamentales para la hipertrofia. Para lograr esto se debe trabajar con
volúmenes medios (6-12 reps/serie), intensidades mediana-altas (60%-80%)
y pausas relativamente cortas (1’-2’). La duración de cada serie debería
rondar los 20”-40” aprox. De esta manera el músculo “se dará cuenta” que
necesita agrandar sus depósitos de glucógeno para afrontar este tipo de
esfuerzo, por ende se ve obligado a aumentar de tamaño (hipertrofia).
Un entrenamiento sistemático de sobrecarga durante 2 meses, con una
frecuencia de tres sesiones semanales de una duración de 20’-30’ puede
proporcionar un incremento en la masa muscular de aprox. 1,5 kg.
A partir de los 40 años de edad disminuye un 15% de fuerza muscular por
década; esto se acentúa después de los 60 años, perdiéndose el 30% por
década. Esto está relacionado con la sarcopenia (que explico en el siguiente
punto). Se pueden producir descensos mayores o prematuros en la tasa de
fuerza debido a enfermedades o lesiones. Salvo estos casos excepcionales,
podemos evitar o, al menos, disminuir o retrasar la pérdida de fuerza
mediante un entrenamiento dedicado al fortalecimiento muscular de tan sólo
20’-30’, tres veces por semana.
Diversos estudios encontraron incrementos de la fuerza y del tamaño de las
fibras tipo IIa tanto en hombres y mujeres jóvenes como adultos mayores
(Charette y cols., 1991; Skelton y cols., 1995, p.1081-1087; Martel y cols.,
2006, p. 457-464).El resultado de seguir un plan de entrenamiento con pesas
en personas de edad avanzada (más de 70 años) puede permitirles que
lleven una vida independiente; desde salir a caminar, subirse al colectivo por
sus propios medios, alcanzar objetos ubicados en lugares altos y cualquier
actividad cotidiana que normalmente no podrían realizar sin la ayuda de otra
persona.
2) Prevención de la sarcopenia (pérdida de masa muscular): a medida que
vamos envejeciendo se pierde masa muscular y fuerza. De no mediar
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entrenamiento de la Fuerza, se irán perdiendo entre 2,5-3,5 kg de tejido
muscular por década de vida. A partir de los 30 años de edad baja
producción de testosterona (hormona sexual masculina fundamental para la
fuerza).
Las fibras rápidas (tipo IIA) y explosivas (IIB) son las primeras que se van
perdiendo. El entrenamiento de la Fuerza puede impedir o, al menos atenuar,
estas pérdidas. Serra (1997, p.43-50) demostró que personas de 65 años de
edad eran capaces de mantener la juventud de sus fibras musculares con
entrenamiento de fuerza-potencia.
Entonces para prevenir estas pérdidas que nos llevan a un envejecimiento
prematuro habría que dedicarle 3 sesiones por semana de 20’-30’ al
entrenamiento de la Fuerza, esto permitirá gozar de una vida más
independiente a personas de edad avanzada. En principio las cargas deben
ser de baja intensidad (menores al 50%) y volumen alto (más de 12-15 reps),
pero transcurrido un período de entrenamiento sistemático se debería elevar
la intensidad (60%-80%) y disminuir el volumen (6-8 reps).
3) Refuerzo de tendones y ligamentos: los ejercicios de sobrecarga con cargas
moderadas logran un aumento en la estabilidad de las articulaciones. Esto se
debe al incremento en la resistencia estructural de tendones y ligamentos
(ambos son unidades de tejido conectivo que unen el músculo al hueso y
huesos adyacentes entre sí en las articulaciones, respectivamente),
propiciado por la estimulación en la producción de los niveles de colágeno
(proteína) en ambos. Todo proceso de entrenamiento referido a la Fuerza
debe iniciarse con una fase de adaptación, cuyo objetivo es fortalecer
tendones y ligamentos que nos aseguren un ulterior trabajo más seguro y
preventivo de lesiones. La adaptación de tendones y ligamentos lleva más
tiempo para su desarrollo que los músculos, por este motivo se los debe
preparar primero a ellos para prevenir posibles lesiones en estas estructuras.
No se debería, con el afán de ser específicos (siguiendo una moda muy
actual), introducir a niños y jóvenes en entrenamientos con cargas y grupos
musculares propios del deporte en el cual compiten, lo que derivaría en el
uso y sobreuso de músculos y articulaciones, dejando de lado otros sectores;
con esta población el trabajo debe ser general. Para esto la organización
puede ser en forma de circuito de 6-12 (15) ejercicios con intensidades
moderadas a bajas que permitan la ejecución de 12-15 reps, repitiéndose 3
vueltas al circuito. Con deportistas principiantes durante un período de 6-8
semanas y con avanzados durante 3 semanas.
4) Aumento de la densidad ósea: durante el envejecimiento o por trastornos
alimenticios, el hueso se torna más frágil porque va perdiendo masa ósea y
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se descalcifica (Bassey et al, 1992, p.321-327), ante la más mínima caída se
pueden producir fracturas (Vandevoort y Hayes, 1989). Esto sucede con el
envejecimiento, la inactividad, la desnutrición y con el ingreso a la
menopausia (cese permanente de la menstruación). Las mujeres perimenopáusicas (mayores de 35 años) pierden el 1% de su masa ósea, esto
se acelera en el inicio de la menopausia (que se produce a partir de los 45-50
años aproximadamente, en los hombres a los 55-60 años). En este período
de la vida de la mujer disminuyen los niveles de las hormonas femeninas,
estrógeno y progesterona, aumentando el riesgo de padecer osteoporosis. El
estrógeno contribuye a la buena salud de los huesos. En la menopausia
(etapa en que baja el nivel de estrógenos) podemos padecer problemas de
descalcificación que deriven en fracturas ante caídas y golpes; las zonas más
propensas a sufrir fracturas son la zona lumbar (espinales), cadera o el cuello
del fémur (ejercicios en máquina multicadera para (aductores, abductores y
glúteo mayor) y las muñecas (prensión, flexión y extensión de muñeca,
flexión radial y cubital). Por lo tanto a los 35-40 años de edad, en la perimenopausia (etapa previa a la menopausia en la cual no se produjo períodos
menstruales en el lapso de un año. Disminuye a producción de estrógenos y
progesterona, y desciende la posibilidad de embarazo) el trabajo de
fortalecimiento de dichas zonas son prioritarias en los ejercicios en el
gimnasio, en lo referente a actividad física. Primero se trabaja con cargas de
baja intensidad (menos del 50%) y mucho volumen (series de más de 12-15
reps) y luego de 6-9 meses de entrenamiento continuo y sistemático
aumentar la intensidad (60%-80%) y bajar el volumen (series de 6-8 reps)
para potenciar el fortalecimiento de los huesos. Además, esto debe ir
acompañado de la ingesta de 1000-1500 miligramos diarios de calcio, como
hábito alimenticio en esta época de la vida de la mujer. Si bien no se
relaciona directamente con el tema de osteopenia que estamos tratando en
este punto, en la menopausia también pueden haber problemas coronarios.
Investigaciones han demostrado que un plan de entrenamiento sistemático
de la Fuerza durante 2 meses con una frecuencia de 2 sesiones semanales,
se reduce el riesgo de osteoporosis. Este tipo de esfuerzos son los indicados
para fortalecer los huesos, gracias a que favorecen una mayor captación de
proteínas y minerales a nivel óseo, principalmente calcio y fósforo que se
depositan a través del tendón. La dosificación de las cargas de trabajo para
lograr este propósito, deben orientarse a intensidades mediana-altas (70%80%), con un volumen de 4-5 series de 6-8 repeticiones por ejercicio o grupo
muscular. A este respecto cabe aclarar que previamente a llegar a realizar un
trabajo con las citadas características, debemos iniciar el proceso con
esfuerzos más livianos (30%-50%) que permitan un volumen mayor (12-15
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reps/serie), especialmente, teniendo en cuenta que las personas que llegan a
esta instancia están muy desacondicionadas físicamente.
5)
Eleva el metabolismo basal (conjunto de reacciones bioquímicas y procesos
físico-químicos que ocurren en las células del organismo en estado de
reposo): los tejidos del organismo necesitan de calorías para llevar a cabo
sus funciones diarias (desde respirar hasta la actividad física más exigente
que se quiera realizar). Para obtener la energía necesaria para realizar las
actividades, se deben producir los procesos metabólicos que nos suministren
dicha energía. La actividad física aumenta el gasto de energías, es decir que
se deberá elevar la ingesta calórica para mantener el equilibrio energético;
esto es más saludable para conseguir dicho equilibrio, por el efecto protector
de la actividad física, que ingerir pocas calorías y gastar poca energía (Elbelt
y cols., 2010, p. 766-772).
El metabolismo deberá ser mayor cuanto más activo sea el individuo y,
especialmente, si el porcentaje de tejido muscular es mayor. Este tipo de
tejido requiere aprox. de 50-60 calorías diarias, solamente para mantenerse
(es decir sin entrar en acción, o sea, en estado de reposo), mientras que el
tejido adiposo tiene un gasto calórico de tan sólo 2 calorías/día. Estos valores
pueden incrementarse hasta 5-10 veces cuando se está ejercitando.
El desarrollo de la Fuerza constituye el mejor medio para incrementar el
tejido de los músculos, por lo tanto aumenta las necesidades calóricas diarias
por ser un tejido metabólicamente más activo. Para dejarlo en claro, si una
persona cuyo peso corporal es de 70 kg y posee un porcentaje de tejido
magro o muscular en el orden del 50%, significa que necesita unas 17502100 calorías (35 kg x 50-60) por día para mantener su funcionamiento
metabólico en reposo. Si además agrega actividades extras (actividad física
o laborales pesadas) el requerimiento calórico aumenta proporcionalmente a
las tareas desarrolladas.
6) Reducción de la grasa corporal: este ítem se relaciona con el anterior. Si el
metabolismo es mayor, se estará en condiciones de “quemar” más calorías.
Entonces, indirectamente, el entrenamiento específico de fuerza favorece la
reducción de los depósitos de tejido adiposo (porque al organismo le “cuesta”
caro mantener cada kilo de músculo, recordemos que eran 50-60
calorías/diarias en estado de reposo).
Al conseguir bajar el nivel de grasa corporal (aunque es necesario que éste
se mantenga en niveles mínimos saludables) se previenen enfermedades
cardiovasculares como ateroesclerosis, hipertensión arterial, colesterol,
obesidad, entre otras). Para esto, se debe alcanzar un gasto energético
elevado (Poortinga, 2006, p. 2835-2846; Poortinga y cols., 2011, p. 44-53).
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El hombre tiene mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco porque acumula
más grasa en la zona del abdomen, y esta grasa pasa rápidamente al
torrente sanguíneo y es de rápida circulación cerca del corazón. La mujer
corre menos riesgo porque la acumulación de grasa se localiza en caderas,
muslos y glúteos. Una relación cadera-cintura mayor a 0,95 representa
mayor riesgo cardíaco (en el apartado referido a la presión arterial se citan
valores de referencia para el hombre y la mujer). Pero como ventaja a favor
del hombre, éste “quema” más fácilmente las grasas por poseer mayor tejido
muscular logrando así un metabolismo más acelerado que el de la mujer. En
un estudio de la universidad de California llegó a la conclusión que el hombre
con un trabajo de 30’ consumió 300 calorías, de las cuales el 50% fue
aportado por la oxidación de los lípidos, mientras que las mujeres en el
mismo lapso gastaron 200 calorías con un aporte de las grasas de tan solo
25%. De manera que la mujer necesita 45’-60’ de ejercicio para consumir
similares cantidades de grasa.
Con el entrenamiento de fuerza se pueden reducir los niveles de grasa
corporal, de manera de verse más delgado o estilizado, sin que se produzca
un descenso del peso corporal. Esto es debido a que el tejido muscular es
más pesado que el adiposo. Entonces, no deberíamos preocuparnos tanto
por bajar de peso (salvo aquellos que estén muy excedidos de peso o los
deportistas que compiten en categorías por peso corporal). Pero si se
combina con entrenamiento de resistencia aeróbica el resultado será una
disminución en el porcentaje graso, además del aumento en el muscular, que
pueden legar a reflejarse en un peso corporal más bajo. Para esto debería
darse mayor proporción al trabajo aeróbico y, por cuestiones hormonales, se
potencia su efecto “quemador” (oxidación) de grasas si se lo realiza
posteriormente al trabajo de sobrecarga. Con 2 meses de entrenamiento
combinado, se pierden 2 a 4 kilos de grasa y se aumentan 1 a 2 de músculo.
La contracción muscular favorece la entrada de glucosa a la célula muscular,
importante para pacientes diabéticos (como ya detallaremos más adelante).
Con el objetivo de reducir los niveles de grasa, deberíamos entrenar un
mínimo de 3 veces por semana e, idealmente, 5-6. Se puede iniciar con 15’
de trabajo aeróbico solamente y, con el paso del tiempo, ir aumentándolo de
a 5’ (hasta 30’-40’ en los hombres y 40’-60’ en las mujeres), además de
incorporar el trabajo de Fuerza (luego de transcurridas unas 3-4 semanas
como mínimo). Por cuestiones hormonales, se recomienda que el ejercicio de
Fuerza se realice previamente al de Resistencia aeróbica con el fin de
“quemar” mayor cantidad de grasas. La explicación tiene que ver con el
aumento de una hormona que acelera la oxidación de los lípidos, glucagón.
La nombrada hormona es antagónica a la insulina, ésta en el momento del
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ejercicio permanece baja por efecto de otras hormonas (adrenalina,
noradrenalina) entonces inmediatamente después de haber realizado
actividad (los ejercicios de sobrecarga) conviene seguir con otra actividad
(aeróbica) aprovechando que la insulina está en valores bajos mientras el
glucagón lo estará en valores elevados. Más allá de esta razón que tiene que
ver con el tema que estamos tratando en este punto, siempre la actividad que
demande mayor nivel de intensidad debe ir primero, para que los niveles de
testosterona y de glucógeno estén más elevados favoreciendo su ejecución
con la debida intensidad.
La estrategia de trabajo más conveniente en el entrenamiento de la fuerza
para este objetivo sería el empleo de circuitos. Esta forma de organización de
la sesión implica la sucesión de distintos ejercicios alternados para tren
superior e inferior y zona media, sin pausas entre ellos. Aún mejor, se pueden
realizar ejercicios combinados (isquiotibiales en camilla simultáneamente con
remo con mancuernas; gemelos en prensa 45º con cargadas con
mancuernas o bíceps alternado; cuadriceps en sillón con press de hombros;
etc.)
7) Reducción del colesterol y triglicéridos (grasas sanguíneas): el colesterol es
un lípido (grasa), por lo tanto, está muy relacionado con el punto anterior.
Claro está que es recomendable que haya en poca cantidad en el organismo.
Parte del colesterol se debe a una gran cantidad de alimentos grasos que
ingiere el individuo, pero otra parte es generada por el propio organismo. Es
decir que una persona puede ser delgada y, sin embargo tener el colesterol
elevado por cuestiones genéticas.
Es necesario tener un porcentaje normal de colesterol porque es esencial
para crear la membrana plasmática que regula la entrada y salida de
sustancias que atraviesan la célula.
Valores de colesterol total por encima 200 mg/dl se consideran riesgosos
para la salud, especialmente superando los 240 mg/dl, puesto que aumentan
las probabilidades de sufrir ataques coronarios. El valor normal de colesterol
malo (LDL) es de 100 mg/dl, mientras que por encima de 160 mg/dl es
peligroso. Inclusive en diabéticos se recomienda valores de colesterol malo
(LDL) por debajo de los 70 mg/dl. El colesterol bueno (HDL) es beneficioso
que se encuentre por encima de los 35 mg/dl en los hombres y de 40 mg/dl
en la mujer. Los triglicéridos deben permanecer por debajo de los 150 mg/dl,
por encima de los 200 mg/dl se constituye un riesgo cardíaco.
Los niños también pueden presentar cuadros de hipercolesterolemia, se
debe medir los valores en sangre, especialmente en aquellos que vienen de
familia con casos de colesterol elevado, ateroesclerosis y cualquier tipo de
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enfermedad cardiovascular, sobre todo si los padres o abuelos tuvieron dicha
patología antes de los 55 años de edad. Los factores genéticos recién
mencionados pueden ser causantes de esta patología, pero generalmente
sólo constituyen un 5% de los casos, por lo tanto, el principal causante de
colesterol elevado en los niños es el estilo de vida de los niños de hoy en día.
Reducir las comidas ricas en grasa y fomentar la práctica de actividad física.
Valores normales de un recién nacido debería ser de 70 mg/dl, a los 6 meses
ya casi duplica ese valor, 134 mg/dl. Entre 2 y 19 años se recomiendan
valores que no superen los 170 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de LDL.
La actividad física, en especial la aeróbica, hacen descender los valores de
colesterol total y el malo (LDL), al mismo tiempo que elevan los del bueno
(HDL). También los ejercicios de fuerza ayudan a reducir los niveles de
grasa, por lo explicado anteriormente, especialmente en el apartado sobre el
metabolismo basal.
8) Mejora del metabolismo de la glucosa: la actividad aumenta la sensibilidad
celular a la insulina (hormona que regula los niveles de azúcar en sangre al
facilitar su ingreso a la célula muscular) de manera que mejora la tolerancia a
la glucosa. Este beneficio es importante para la prevención de la diabetes
mellitus (conjunto de trastornos metabólicos que aumentan el nivel de
glucosa en sangre, porque no se produce o se produce poco o no se puede
utilizar insulina), además del factor, ya mencionado, de reductor de peso
propiciado por la actividad física que para los diabéticos es fundamental. El
principal trastorno es la falta de producción de insulina o la imposibilidad que
el azúcar ingrese a la célula muscular. Los síntomas de esta enfermedad
son: la poliuria (orinar en exceso), la polifagia (aumento desmesurado en las
ganas de comer), la polidipsia (sed insaciable) y pérdida de peso sin causa
aparente.
Se clasifica en diabetes mellitus tipo 1 o insulino dependiente (no se produce
insulina. Típica en jóvenes menores de 30 años), diabetes tipo 2 (escasa
producción de insulina, o que la producción sea adecuada pero no sea capaz
de utilizarla apropiadamente. Típica en mayores de 40 años o personas con
problemas de obesidad), diabetes tipo 1.5 o autoinmune latente de la
adultez-LADA (presenta síntomas de la 1 y la 2) y diabetes gestacional (la
pueden padecer el 5%-10% de las embarazadas en período de gestación. El
embarazo representa un cambio metabólico en el organismo, porque el feto
para su alimentación va a consumir energía y oxígeno de su madre, lo que
disminuye el nivel de insulina derivando en esta enfermedad, Después del
parto se puede normalizar).
En la diabetes tipo 2 (hiperinsulínica) la insulina, segregada por las células
beta de los islotes de Langerhans en el páncreas, viaja por el torrente
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sanguíneo y al no poder ingresar a la célula muscular (hay una falla en los
receptores, las puertas por donde debería ingresar no se abren) terminan
produciendo gran cantidad de insulina en sangre.
Hay otros tipos de diabetes, pero los mencionados son los más comunes.
Especialmente la de tipo 2 es en la cual podemos producir mayores mejoras
con la actividad física aeróbica y de fuerza (y por supuesto con buenos
hábitos alimenticios), puesto que en la mayoría de los casos se presenta por
malos hábitos alimenticios acompañados por el sedentarismo. Los
principiantes se benefician con esfuerzos aeróbicos que deben ser de baja
intensidad (caminatas o trote a 8-10 km/h) y fuerza-resistencia (intensidades
menores al 50% y series con muchas repeticiones, 15 o más), de esta
manera se evita que aumente la presión arterial y se rompan los pequeños
vasos sanguíneos.
A nivel informativo el nivel de glucemia no debe superar los 110 mg/dl de
sangre. Cifras de 200 mg/dl (11,1 Mmol/L) es un síntoma de enfermedad.
Quisiera agregar que el cáncer se alimenta de glucosa. Entonces mantener
los niveles de azúcar en rangos normales puede favorecer que las células
cancerígenas no se “despierten”. Para esto, queda claro que la actividad
física (Resistencia aeróbica y Fuerza) son un arma clave para combatir esto,
ayudado, lógicamente, por una alimentación controlada en el consumo de
hidratos de carbono.
9) Reducción de la presión arterial: ésta es la fuerza ejercida por la sangre
situada en los vasos sanguíneos contra sus paredes. De no existir presión
sanguínea, no habría circulación puesto que la sangre se detendría. Se
produce por la combinación del volumen de sangre expulsado por el corazón
en cada latido, de la frecuencia cardíaca y de la tensión de las paredes
arteriales (éstas tienen una pared muscular que puede endurecerse). La
presión tiene dos fases máxima o sistólica (fase en que la sangre es
expulsada del corazón hacia las arterias) y mínima o diastólica (fase en que
la sangre ingresa al corazón, las arterias se relajan). Se mide en milímetros
de mercurio (mmHg), siendo normal cuando se encuentra en valores de 80
mmHg de mínima y 120 mmHg de máxima. Depende de la resistencia
periférica (resistencia al flujo sanguíneo que ofrecen los vasos sanguíneos
periféricos) y del gasto cardíaco o débito cardíaco (volumen de sangre
expulsada por un ventrículo en un minuto). O sea que PA = RP + GC. Como
el sistema cardiovascular actúa como un circuito cerrado, mencionamos al
retorno venoso que es el flujo sanguíneo que vuelve al corazón. En
condiciones de estado estable, el retorno venoso debe ser igual al gasto
cardíaco.
La hipertensión puede producir la lesión de vasos y órganos y ser causa de
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insuficiencia cardíaca. Las causas que la ocasionan pueden ser comidas
grasas o muy saladas, exceso de sodio (además perjudica la absorción de
calcio en los huesos), alimentos congeladas, exceso de alcohol, además de
sobrepeso, colesterol, enfermedades, que como ya he comentado favorecen
la proliferación de otras patologías.
Ya dijimos que se considera normal una presión arterial de 12-8 (lo que
significa 120 mmHg de máxima o sistólica y 80 mmHg de mínima o
diastólica). Partiendo de esta base, seguimos con una clasificación de los
diferentes grados de hipertensión para determinar cuándo es conveniente la
realización de actividad física.
Grado de hipertensión
Border line
Etapa 1
Etapa 2
Etapa 3
Severa
Sistólica
130-139 mmHg
140-159 mmHg
160-179 mmHg
180-209 mmHg
210 mmHg o más
Diastólica
85-89 mmHg
90-99 mmHg
100-109 mmHg
110-119 mmHg
+120 mmHg o más
Las hipertensiones leves o moderadas pueden mejorarse con actividad
aeróbica, de esta forma se puede bajar 10-20 milímetros de mercurio
(mmHg) en un mes. De trabajar esfuerzos con pesas para hipertensos
debemos tener cuidado (ya explicamos que este tipo de esfuerzos aumentan
la resistencia periférica en mayor medida que la carrera), en el caso de
Border line o etapa 1 las cargas deben ser livianas. Pero si la hipertensión es
grave (160 de máxima en reposo) no se debe realizar actividad física. Evitar
ejercicios de sobrecarga con tensiones isométricas o excéntricas puras o
acentuadas con grados de hipertensión leve o moderada y cualquier tipo de
esfuerzo en hipertensos severos.
Debemos tener en cuenta que la hipertensión es crónica, por lo tanto quien la
padezca deberá cuidarse con la alimentación y ejercicio físico durante toda
su vida. Muchas veces no se manifiestan síntomas, de manera que una
persona puede ser hipertensa y no enterarse de ello. Un llamado de atención
puede ser la muerte por hipertensión de familiares menores de 60 años,
debido al gran componente genético característico de esta enfermedad.
Otros indicadores son poseer enfermedades relacionadas con el exceso de
grasas como el colesterol y obesidad. En el caso de esta última, podemos
realizar una prueba muy sencilla que consiste en medir el perímetro de
cintura y, según el valor obtenido darnos cuenta del grado de riesgo. Valores
normales para la mujer son 80-88 cm (+ de 85 es una señal de alarma) y
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para el hombre 90-102 cm (+ de 94 nos debe empezar a preocupar).
También se puede emplear una fórmula muy práctica para saber si el peso
corporal es saludable: peso corporal dividido por altura al cuadrado; por
ejemplo, una persona cuyo peso es de 72 kilogramos y talla de 1,68 metros,
nos da un resultado de 25,51. Si el resultado es menor a 20 significa
desnutrición, entre 20 a 25 peso óptimo, de 25 a 27 ligero sobrepeso y mayor
de 27 obesidad. A mayor obesidad más aumento de presión arterial.
En resumen el entrenamiento combinado de fuerza y resistencia aeróbica,
son un fuerte instrumento para provocar descensos de la presión sanguínea
tanto sistólica (máxima) como diastólica (mínima). Pero no cualquier tipo de
esfuerzo sirve para este fin. Las cargas deben ser livianas hasta moderadas
y evitar las tensiones musculares isométricas y las excéntricas acentuadas,
porque elevan la presión como se mencionó anteriormente (más allá que
podemos tener en claro cuáles son los ejercicios “prohibidos” en el gimnasio,
tener cuidado con esfuerzos cotidianos como empujar un auto). También
sería preferible realizar acciones unilaterales (movimiento alternado de un
miembro) en lugar de los bilaterales (ambos miembros simultáneamente)
para no elevar la tensión arterial, aunque esto no es tan pronunciado.
Exagerar la fuerza de prensión en el agarre de los implementos puede
aumentar la tensión arterial. Se debe respirar normalmente, exhalando al
vencer la resistencia, en la fase concéntrica, e inspirando en la excéntrica; no
realizar el movimiento en estado de apnea, puesto que se produciría el
fenómeno de Valsalva que elevaría la presión. El aumento de la presión es
mayor con esfuerzos de pesas que con carreras porque aumenta más la
resistencia periférica que el gasto cardíaco (en la carrera ocurre lo inverso).
Como se puede observar existe una gran interrelación entre las
enfermedades citadas, de manera que mejorando una de ellas, pueden
producirse mejoras en las demás.
10) Prevención de lesiones: si el aparato locomotor (sistema osteomuscular)
está correcta y armónicamente desarrollado disminuyen las probabilidades
de sufrir lesiones. Estas lesiones pueden producirse por impactos directos,
por debilidad en una zona corporal en particular o por descompensaciones
musculares.
Músculos bien desarrollados pueden servir de protección ante golpes o
caídas que se producen en la vida diaria y, más aún, durante la práctica
deportiva. Entre la población de edad avanzada es común observar fracturas
de huesos ante caídas (Sargeant, 1996); las zonas más propensas son la
cadera y muslos. Más allá de la fragilidad ósea, la falta de equilibrio favorece
las caídas y su consecuente fractura de los huesos. A estos factores habría
que sumarles la falta de agilidad para “saber caer”, es decir el dominio
20
corporal. Obviamente, que aquél que está acostumbrado a la actividad física
se lanza y cae al suelo con naturalidad y se reincorpora sin ninguna
dificultad.
Ciertas personas tienen debilidad en un grupo muscular en particular que
puede ser ocasionada por no emplearlos en su vida diaria o por alguna
patología. Tendrá que realizar un trabajo destinado a fortalecer el sector
debilitado para no tener molestias o lesiones que lo puedan afectar.
Los desequilibrios musculares son una causa de lesiones que se producen
por un trabajo mal dosificado. En reiteradas ocasiones se fortalece un grupo
muscular descuidando el desarrollo de su antagonista o no se tienen en
cuenta la relación de carga y repeticiones entre ambos grupos. También se
debe guardar un equilibrio entre miembros o músculos contralaterales. Entre
las descompensaciones más comunes se ven en cuadriceps-isquiotibiales y
abdominales-lumbares. Un trabajo de fortalecimiento general es suficiente
para disminuir el riesgo de lesiones. Esto significa que con cargas de
intensidades moderadas y manteniendo la relación óptima de peso y
cantidad de repeticiones entre los músculos antagonistas y contralaterales
alcanza. Pero para aquellos que compiten deportivamente, al entrenar tan
específicamente, es más común caer en desequilibrios. Para evitarlo
deberían dedicar parte de la sesión o alguna sesión en especial durante la
temporada, ya sea competitiva o en el período de transición, al desarrollo de
esos sectores menos exigidos en su disciplina deportiva. Como ejemplo,
algunas de las relaciones a guardar son las siguientes: el peso a manejar en
el ejercicio de isquiotibiales en camilla debe ser aproximadamente del 60%
del que se trabaje en el sillón de cuadriceps; la proporción de cantidad de
repeticiones entre abdominales y espinales debería ser entre 1:1 y 1:0,5;
equilibrio en volumen (cantidad) e intensidad (peso) entre pectorales y
dorsales, o sea relación 1:1; tríceps sural (gemelos y sóleo) con tibial anterior
relación 1:1.
En todas aquellas disciplinas que requieran carrera se debe prestar especial
atención al trabajo de los isquiotibiales. Para estos, el desarrollo de la fuerza
excéntrica es muy importante para la prevención de lesiones en dicha
musculatura que se produce, especialmente, en acciones vigorosas o de
gran intensidad (sprints, patadas, saltos). Ejemplos de estos ejercicios son
“Caída nórdica”, también llamado “Descenso ruso” (arrodillado con sujeción
en los talones, dejarse caer con el tronco recto hasta que el pecho llegue al
piso lo más lentamente posible) o aceleraciones en una pendiente corta con
frenado bajando el centro de gravedad.
Los trabajos propioceptivos son de gran utilidad para mejorar el equilibrio y la
fuerza en situaciones inestables (en piso resbaladizo por lluvia, nieve o
hielo). Estos ejercicios se pueden realizar con la ayuda de elementos
21
auxiliares como tablas de equilibrio, fitballs, bosu o mini bosu, entre otros.
También realizando ejercicios sin ningún elemento parados sobre un solo
apoyo, con los ojos cerrados, con un compañero que intenta romper perder la
situación de equilibrio mediante pequeños empujoncitos.
No debemos olvidarnos de elongar los músculos que fueron trabajados. La
rigidez muscular y la falta de movilidad articular puede derivar en lesiones
(además de perjudicar la potencia y el crecimiento de tamaño muscular o
hipertrofia). Estirar previamente los grupos musculares y darle movilidad a las
articulaciones que estarán involucradas en la sesión es fundamental para
que el rendimiento sea el óptimo desde la primera serie; hacerlo entre series
ayuda a acelerar la recuperación, siempre y cuando no afectemos husos
musculares y órganos tendinosos de Golgi; y, fundamentalmente, elongar los
músculos que se “acortaron” para que no aumenten los malestares y
posibilidades de lesión en el futuro.
11) Mejora de la postura corporal: en gran medida esto se logra con el trabajo
equilibrado explicado en el punto anterior. El entrenamiento de la Fuerza (y el
de la Flexibilidad) es vital para la alineación de los segmentos corporales.
Como casos comunes podemos nombrar las cifosis, lordosis y escoliosis. La
primera suele producirse por estar mucho tiempo trabajando frente a la
computadora, escribiendo en los pupitres en la escuela, además de malos
hábitos posturales ayudados por la gravedad, aunque también puede tener
una etiología congénita, traumática o por una enfermedad como la
Enfermedad de Scheuermann. Se corrige con ejercicios que fortalezcan a los
erectores del raquis dorsal (dorsales y redondo mayor), aductores o
aproximadores de escápulas (trapecio, serrato mayor, romboides), ejercicios
de estiramiento de los pectorales, psoas iliaco e isquiotibiales, además de
concientizarse de mantener los hombros hacia atrás durante el resto del día.
No debemos descuidar el desarrollo de sus antagonistas.
Ejemplos de ejercicios para el trabajo de los músculos dorsales, redondo
mayor y deltoides posterior: tirones tras nuca o al pecho en polea, remo
sentado, acostado o a un brazo, press detrás de la nuca, vuelo lateral o
posterior, entre otros. También las extensiones de tronco (espinales) ayudan
a mejorar esta desviación. No olvidar su posterior estiramiento.
En cuanto a la lordosis, puede ser causada por factores genéticos, posturales
adquiridos (típico ejemplo de las promotoras publicitarias), o por deficiente
equilibrio pélvico, entre otras. El punto de aplicación de la fuerza corrector se
aplica en sentido contrario al que se produce la “panza”. Se puede corregir
manteniendo una armonía entre la musculatura de la zona media. Fortalecer
(con series de 8 repeticiones como mínimo) los abdominales y estirar los
lumbares e isquiotibiales principalmente. Evitar ejercicios como sentadilla,
22
peso muerto, buenos días y de levantamiento olímpico con todas sus
variantes.
La escoliosis requiere de un trabajo simétrico de ambas lateralidades,
fortalecimiento y movilidad de abdominales y lumbares, elongación de
isquiotibiales.
12) Mejora estética: la actividad física en general y los ejercicios de sobrecarga
en especial, permiten obtener una mejor apariencia corporal, además de un
funcionamiento orgánico más eficiente (si no se producen excesos en la
actividad ni se acuden a la ayuda externa de productos químicos que puedan
afectar a la salud).
Los ejercicios de Fuerza en las mujeres permiten un aumento en la tonicidad
de sus músculos (esto no significa que obtendrán músculos voluminosos) y
firmeza o realzamiento de sus segmentos corporales. Esto se puede ver
exaltado por la disminución de grasa. En aquellas que tienen un biotipo en
forma de “pera” (ginecoide), se puede disimular con un desarrollo en la zona
de los hombros con series de 6-12 repeticiones, además de una disminución
en la zona de las caderas, con un trabajo de resistencia muscular (series de
15-25 reps) y aeróbica.
En el caso de los hombres producen un aumento en la masa muscular, si se
trabaja con series de 6-12 repeticiones, y reducción de la zona abdominal
con ejercicio aeróbico, principalmente, y abdominales en series “largas” (no
olvidar trabajar los músculos lumbares).
13) Favorece el bienestar psíquico: todo lo explicado anteriormente hasta aquí
ayuda a que psicológicamente el individuo se sienta mejor. Pero la actividad
física reduce el estrés (salvo aquellos que compiten en el alto rendimiento o
que se auto-presionan desmedidamente), la ansiedad y la depresión.
Además de ser una de las pocas actividades que segrega endorfina u
hormona del “buen humor”, porque es una sustancia que mejora el estado de
ánimo. Esto último es beneficioso en la menopausia, porque en esta etapa se
tiende al mal humor.
14) Previene el cáncer de colon y otros tipos de neoplasias (cáncer): la actividad
física puede reducir la probabilidad de padecer diferentes tipos de cáncer
(Friedenreich y cols., 2010).
Los ejercicios intensos de fuerza abdominal favorecen la aceleración del
tránsito gastrointestinal, de manera que se disminuye la posible proliferación
de las células cancerígenas, ya que reduce el tiempo de permanencia de la
materia fecal en contacto con la mucosa intestinal.
Otras ventajas del entrenamiento de la Fuerza para la prevención o
reducción de probabilidades de padecer algún tipo de neoplasias son
23
beneficios de índole psicológicos y fisiológicos. Entre los primeros podemos
mencionar la elevación de la autoestima y calidad de vida, además de una
mayor fortaleza psíquica y voluntad; mientras que dentro de los últimos, una
mejora corporal-postural, un incremento de los niveles de fuerza, una mejor
circulación sanguínea y tolerancia al dolor. Además se podrían sumar otros
beneficios, aunque no son exclusivos del desarrollo específico de trabajos de
Fuerza, como la reducción del estrés, ansiedad, depresión, falta de voluntad,
dentro de los aspectos psico-volitivos; y el incremento de la capacidad
cardio-vascular-respiratoria, las mejoras de las capacidades coordinativas, el
control del peso corporal y su biotipo, la flexibilidad y la elevación del estado
físico para resistir los niveles de fatiga (especialmente importante en los
pacientes que se someten a sesiones de quimioterapia para combatir esta
enfermedad). Este último punto, la fatiga, es crítico en los pacientes en
tratamiento porque la exposición a rayos y quimio producen estados de
cansancio muy elevados, de manera que a estas personas se les hace
complicado encontrar la voluntad de ejercitarse. La aparición de la fatiga
tiene múltiples orígenes que van desde una fatiga central (en el S.N.C.) hasta
la fatiga a nivel periférico (en las fibras musculares). Por supuesto, es vital la
buena alimentación en este aspecto, debido a que uno de los factores es un
deficiente estado nutricional y la carencia de hierro. También es importante el
poder dormir bien durante la noche, momento en el cual se restauran las
funciones del organismo y se favorece el buen funcionamiento del sistema
endócrino. La producción de las hormonas anabólicas juegan un papel
fundamental para mejorar la fuerza y la resistencia. La actividad física puede
ayudar en todas estas cuestiones.
Se debe mencionar que la actividad física en general, tiene la capacidad de
prevenir esta enfermedad, pero son los esfuerzos aeróbicos los que mayor
beneficio producen en este aspecto. Este tipo de esfuerzos se deben realizar
con actividades que movilicen una gran cantidad de grupos musculares
(caminata, trote, pedaleo, etc.) a intensidad sub-aeróbica, es decir al 60-80%
de la frecuencia cardíaca máxima o 70% del VO2máx. con una duración de
20’ a 60’ y una frecuencia mínima de 2 veces por semana.
Algunas aclaraciones: -la práctica de natación puede causar infecciones por
bacterias; esfuerzos de potencia aeróbica o VO2máx (85/90- 100% de la
frecuencia cardíaca máxima) no son recomendables en estados febriles
importantes (>38ºC) o cualquier problema respiratorio (como valores de
saturación de oxígeno <95%); trasladar el propio peso corporal se debe evitar
en caso de problemas de huesos como metástasis o sarcoma de Ewing
(cáncer óseo), en estos casos optar por actividades en las cuales no se
produzcan impactos en el apoyo contra el suelo, tales como el empleo de
bicicletas, elípticos, escaladores, entre otros.
24
En lo concerniente al trabajo de la Fuerza se deberían utilizar cargas con
intensidades medianas (50-70% de 1 RM), un volumen de 1 a 3 series de 1015 repeticiones, con una duración de la sesión de 20’ a 40’ y una frecuencia
mínima de 2 veces por semana. Si la persona no tiene experiencia previa en
el trabajo con sobrecarga, sería recomendable utilizar máquinas, en una
primera instancia, hasta adquirir un dominio corporal y mayor nivel de fuerza,
gracias a la mayor facilidad biomecánica y seguridad que ofrecen este tipo de
elementos, para luego estar aptos al empleo de los pesos libres (barras con
discos de pesa y mancuernas). Siempre es importante desarrollar la
Flexibilidad, más aun cuando se trabaja la Fuerza, que en este caso va a ser
beneficioso en pacientes que pasaron por cirugías reparadoras como en el
cáncer de mama.
A pesar de todas estas razones esgrimidas, siguen habiendo tabúes acerca del trabajo
con pesas.
Las creencias erróneas más comunes son las siguientes:
-muchas mujeres piensan que si trabajan con pesas van a adquirir un físico
musculoso similar al de los hombres.
En primera instancia no es tan fácil obtener ganancias de masa muscular. Para esto se
requiere de un proceso de tiempo prolongado con un entrenamiento de cargas
exigentemente dosificadas y poseer una genética especial. Solamente con trabajo y
alimentación adecuados se puede conseguir un buen desarrollo muscular, pero para
obtener los crecimientos exagerados, a los que la mayoría de las mujeres le escapan,
habrá que apelar al consumo de productos químicos como los anabólicos esteroides.
Además la mujer por cuestiones hormonales, no está en similares condiciones al
hombre para incrementar su musculatura. Las mujeres tienen entre 10-20 veces menos
cantidad de testosterona que los hombres (Wright, 1980). Esta hormona es sintetizada
principalmente por las células de Leydig en los testículos y, en menor cantidad, en la
glándula renal y en el hígado, entonces las mujeres sólo cuentan con la producida en
estos últimos dos lugares y en los ovarios. Además el sexo femenino tiene otra
hormona, estrógeno, que previene la formación de grandes masas musculares.
La testosterona es responsable, en gran medida, del aumento del volumen muscular y
la fuerza porque mejora la síntesis proteica. También favorece la disminución del tejido
adiposo. Se caracteriza por aumentar la agresividad.
En realidad la hormona sexual masculina va a marcar una mayor diferencia entre
varones y mujeres en lo que respecta a la fuerza-explosiva (potencia) y velocidad, y no
tanto en la fuerza máxima (en esta tiene incidencia la diferencia de peso corporal).
Hasta ingresar en la pubertad no se observan grandes diferencias entre ambos sexos,
pero una vez producido el despegue hormonal (13-15 años aprox.) se acentúa el
25
crecimiento de fuerza y masa muscular en favor de los varones. El pico de producción
se encuentra entre los 18-30 años de edad. Después de los 30 años empieza a
declinar su producción, pero se puede atenuar con entrenamiento de la fuerza. El
entrenamiento de sobrecarga con intensidades y volúmenes apropiados (bajas y altos
respectivamente) lograrán un cuerpo armónico y bien definido sin perder femineidad.
Según una investigación llevada a cabo por Martel y cols en la Universidad de
Maryland (2006), las mujeres, tanto jóvenes como mayores, aumentaron su nivel de
fuerza máxima y potencia como así también el tamaño de las fibras musculares tipo II.
Estos resultados reafirman los que habían demostrado otros estudios, (3 series de 4 a
8 repeticiones, 3 veces por semana durante 3 meses) con mujeres mayores de edades
comprendidas entre los 69 y 93 años (Charette y cols., 1991; Skelton y cols., 1995).
Una investigación efectuada por Staron y cols. en la Universidad de Ohio (1990)
determinó que la circunferencia del muslo mantuvo su diámetro, utilizando 3 series de 6
a 8 repeticiones durante un proceso de 20 semanas con una frecuencia de 2 estímulos
semanales; en este estudio se observó un incremento en la masa magra y una
disminución en el tejido adiposo. Otro estudio, a cargo de Ivery y cols (2000) concluyó
que es poco probable que las mujeres puedan adquirir un desarrollo exagerado de su
tamaño muscular, al observar que la hipertrofia alcanzada era de la mitad de la que
obtuvieron los hombres. A pesar de todas estas pruebas, algunas mujeres siguen
teniendo temor a alcanzar grandes volúmenes musculares. En este caso, podemos
mencionar que existe la ley de reversibilidad; es decir, que pueden dejar de entrenar la
fuerza en el caso que vean que sus músculos se vean grandes, de esta manera se
atrofiarán, perdiendo tamaño y NO transformándose en tejido adiposo.
- creer que la masa muscular se vaya a convertir en tejido adiposo.
Esto es totalmente falso.
Existe el temor que cuando se deje la actividad, la gran musculatura obtenida se
convierta en una montaña de grasa. Esto no es así porque el tejido muscular y el
adiposo son dos tipos de tejido diferentes.
Lo que va a suceder es que al abandonar el entrenamiento de Fuerza, paulatinamente
se irá perdiendo masa muscular por no realizar la actividad específica de hipertrofia. Ya
hemos visto que al tener menos cantidad de tejido muscular se reduce el metabolismo
basal, por lo tanto gastaríamos menos calorías. Si a esto le sumamos que la ingesta
calórica se mantiene en los mismos niveles o, peor aún, la aumentamos porque el
tiempo que antes se le dedicaba al entrenamiento ahora se usa para comer,
empezarán a crecer los depósitos de grasa.
Por supuesto que esto no va a suceder si se reduce la cantidad de comida que
ingerimos paralelamente con la reducción o eliminación del ejercicio. Es decir, comer la
cantidad necesaria según el gasto que realizo.
En el caso de cambiar el tipo de esfuerzo, por ejemplo, aeróbico en lugar de ejercicios
de hipertrofia, se reducirá algo la masa muscular, pero no se aumentará tejido adiposo
(salvo que se aumente exageradamente la ingesta calórica).
26
Para mantener la masa muscular alcanza con realizar entrenamiento de Fuerza
(específico de hipertrofia) 1 o 2 veces por semana, o sea con una reducción en la
frecuencia. Estamos hablando, obviamente, en aquellos que llevan mucho tiempo de
trabajo sistemático apuntado a este tipo de esfuerzos.
-pensar que el entrenamiento con pesas pueda perjudicar a la Flexibilidad y
Velocidad.
Verdad a medias. Esto sólo sucederá si se trabaja mal en las sesiones destinadas a la
Fuerza. ¿Qué significa trabajar mal? No realizar el ejercicio con rangos completos de
movimiento y no elongar posteriormente al esfuerzo.
Si las ejecuciones de los ejercicios se realizan a través del rango articular completo, si
existe equilibrio entre el desarrollo de músculos agonistas y antagonistas, y si se dedica
un tiempo a los estiramientos musculares y movilidad articular, la Flexibilidad se verá
beneficiada.
Para que la Velocidad mejore gracias al entrenamiento de sobrecarga se deben dar las
mismas condiciones citadas para la Flexibilidad, pero con ejercicios a máxima
velocidad de ejecución con cargas livianas (ejercicios balísticos), con cargas muy altas
(90%-110%) o derivados del levantamiento olímpico. Con cualquiera de los tres tipos
de ejercicios se debe asegurar un tiempo de duración de la serie que no sobrepase los
10” (para no alcanzar niveles de ácido láctico que afecten la calidad de la contracción
muscular disminuyendo la velocidad o intensidad del movimiento). La Velocidad tiene
un componente nervioso y otro muscular, por lo tanto es necesario el desarrollo de la
Fuerza para mejorarla. La Fuerza-explosiva o Fuerza-rápida o Potencia es la que
necesitamos para ser más veloces. Un músculo será capaz de generar mayor potencia
si es fuerte (además de veloz). No debemos olvidar que ser flexible va a permitir ser
potente y rápido, por lo tanto una parte o momento de la sesión debe estar destinado a
ejercicios que flexibilicen músculos y articulaciones.
En el mundo del deporte tenemos ejemplos muy claros que grandes masas musculares
y elevadísimos niveles de fuerza no impiden la ejecución de acciones de altísima
velocidad y de amplios rangos de movimiento. Uno de los casos son los corredores
velocistas de 100 mts llanos del atletismo, especialmente los de raza negra, que
poseen una gran masa muscular y son los mejores para este tipo de esfuerzos. Otro
ejemplo son los levantadores de peso olímpico (halterofilia) que son muy veloces y
flexibles y, de más está decir, de fuertes o potentes.
-es una opinión generalizada que el desarrollo de la Fuerza dañe a las
articulaciones.
Todo lo contrario (ver en Beneficios el punto 3). Además, por lo general, los ejercicios
con pesas son movimientos controlados y sin impacto, de manera que los ligamentos
se estresan menos que en las carreras y saltos.
El problema puede surgir cuando se emplean anabólicos esteroides. De manera que
aumentan el tamaño y fuerza de los músculos, pero este aumento no se produce en la
misma magnitud en huesos y articulaciones.
27
-determinar los 15 años de edad como inicio en el trabajo con pesas.
El argumento esgrimido es que las pesas detienen el crecimiento de los huesos de
manera que los niños en edad de crecimiento dejarían de hacerlo, quedando “petisos”.
En primer lugar no son las pesas las culpables de impedir el crecimiento óseo, sino los
anabólicos esteroides. Estos sellan los cartílagos de crecimiento en caso de
consumirlos. Donde sí debemos poner atención es en la columna vertebral para no
afectar a las curvaturas normales de la misma; entonces, sobre esta zona, no realizar
ejercicios con sobrecargas excesivas que deriven en una curvatura mayor de lo normal
(como de lordosis lumbar a hiperlordosis). Los ejercicios que no son convenientes
realizar antes de la completa formación de la columna son: Sentadillas con peso,
Buenos Días, Press militar, Arranque, Envión y todo aquél que se eleve una carga
importante sobre la cabeza. La columna vertebral culmina su proceso de osificación o
crecimiento a los 15 años de edad aprox.
Si prohibimos el trabajo de sobrecarga a los niños estamos limitando enormemente su
potencial de crecimiento. Esperar hasta los 15-17 años de edad para asegurarse un
completo desarrollo óseo y concentración hormonal en niveles casi máximos, puede
reducir a la mitad las ganancias que se obtendrían con un comienzo a edades más
tempranas. De comenzar a edades precoces, lo haríamos apuntando a la técnica de
los ejercicios y capacidad de sostén de los músculos para “ganar” tiempo, de manera
que al llegar al momento exacto no tener que perder tiempo en la enseñanza y
preparación del cuerpo (en especial del Core).
Si bien es cierto que no podemos decir que tal o cual edad es la mejor para iniciar el
entrenamiento de Fuerza, los 11 años quizás sea más normal poder emplear ejercicios
con sobrecargas o pesas. Aunque no debemos olvidar que ya desde los primeros
meses de vida el niño debe ser estimulado para fortalecerse (sostener el peso de su
cabeza, gatear, mantenerse parado, empezar a dar sus primeros pasos), y a medida
que va creciendo desarrolla su fuerza jugando. Pensemos en este punto, que se
apunta a la salud o la actividad física en general, que no requieren fuerza máxima.
Aquellas disciplinas que requieren de este tipo de fuerza, pueden suponer una edad
determinada con mayor exactitud.
Aprovecho en este punto para explayarme en el entrenamiento con niños.
Los niños menores de 10 años pueden aumentar su nivel de fuerza por mejora
neuromuscular y coordinativa más que por aumento de masa muscular, esto último
depende, en gran medida, de la concentración de testosterona.
Los niños pre-puberales pueden lograr incrementos en su fuerza relativa (teniendo en
cuenta su masa y peso corporal) mayores a los de los adolescentes y adultos, aunque
no así, si los comparamos con los niveles de fuerza absoluta.
Para competir con eficacia contra rivales de su edad van a requerir de cierto nivel de
potencia.
Mejorar la fuerza puede permitir al mismo tiempo la mejora de las otras cualidades
físicas (trabajar el principio de multilateralidad). Esto no significa que sólo trabajando la
28
fuerza es suficiente, será fundamental trabajar al mismo tiempo las otras cualidades y
capacidades, especialmente la flexibilidad debe ser muy estimulada (podríamos decir
que es antagónica a la fuerza).
El trabajo con sobrecarga en niños debería estar supervisado por profesionales
idóneos, que conozcan las leyes de crecimiento y maduración de los niños, además de
reconocer los objetivos acordes a cada edad y, por supuesto, enseñar los ejercicios
correctamente en cuanto a su ejecución técnica. El entrenamiento de fuerza debe estar
orientado al entrenamiento con sobrecarga en general y no al levantamiento de pesas
para competir. Trabajar con intensidades mínimas y no máximas. No hay un volumen e
intensidades aconsejados, con los niños en etapa de maduración debemos ser cautos
y recordar que el objetivo debe ser formativo.
Se tiene que distinguir entre edad biológica y edad cronológica. Lamentablemente en
todas las categorías competitivas o grupos de enseñanza se toma en cuenta la edad
cronológica. Puede haber niños de la misma edad (cronológica) que no tengan el
mismo estadio evolutivo (edad biológica). El estadio de Tanner nos indica el grado de
maduración de cada niño: la inexistencia de bello pubiano corresponde al nivel 1 o prepúberes; la aparición de bello en los genitales evidencia el ingreso al nivel 2; los niveles
3 y 4 presentan mayor bello; y en el último nivel o estadio 5 se observa el desarrollo
completo. Ahora, para esto se necesitaría de personal médico, el cual no está
disponible en todas las clases o sesiones. Pero si podemos llevar los datos de los
cambios que se van produciendo en la estatura o talla de cada chico, y confeccionar un
gráfico (cada 6 meses aprox.). Cuando notamos un aumento importante en la longitud
de las extremidades nos está indicando la proximidad al desarrollo completo. Otro
indicativo de esto puede ser la mejora considerable en la distancia que alcanzan en la
prueba de salto en largo sin impulso. El máximo pico de velocidad de crecimiento, tanto
en niños como niñas se da en el estadio de Tanner 4 (entre los 11-12 años y 13-14
años). Este estadio marca la aproximación a completar la maduración.
La edad de mayor diversificación se encuentra entre los niños de 12 a 14 años; los de
10 años suelen estar en el mismo estadio.
También podemos seguir el aumento del peso corporal. El máximo pico de aumento se
produce más tardíamente que el de estatura. Esto explica la pérdida momentánea de
coordinación motriz que sufren los niños en estas edades. En efecto, se modifica la
relación peso corporal-fuerza (tienen menos masa magra relativa para desplazar una
carga mayor), porque aumenta la longitud de sus huesos, y esto no es acompañado
por el aumento proporcional de su peso corporal. Entonces debemos tener cuidado con
el trabajo de sobrecarga, puesto que podríamos ocasionar lesiones por una mala
ejecución técnica (movimientos parásitos) en la elevación de cargas habituales, por
estar acomodándose a su nuevo esquema corporal.
Realizar actividad física en las tres primeras décadas de vida retrasa la aparición de
osteoporosis; especialmente entre los 10 y 15 años de edad se pueden depositar en los
huesos el 35% del mineral óseo total. Pero no cualquier actividad física será igual de
29
eficaz para mejorar la densidad mineral ósea; las cargas de impacto (correr, saltar,
apoyos y todo tipo de aterrizaje que soportan el peso corporal, en los cuales se
multiplica su peso entre 3 a 10 veces) y los entrenamientos con sobrecarga son los
indicados para lograr una buena estructura ósea. Las cargas activas (pedalear o nadar)
no son las mejores para el fortalecimiento de los huesos; por lo tanto habría que
dedicarles menos tiempo, por lo menos en esta etapa.
Tratar de evitar las bebidas cola por ser perjudiciales para la densidad ósea al
aumentar la excreción del calcio debido al PH bajo y a la gran cantidad de fósforo que
contienen.
En definitiva los niños pueden y deben trabajar con pesas, pero esta actividad debe
estar a cargo de un docente competente. Bien dirigida, está demostrado que es una de
las actividades físicas con menor incidencia de lesiones (mucho menos que los
perjuicios que se producen en fútbol o rugby, por ejemplo).
Para disminuir el riesgo de lesiones en el trabajo de gimnasio, un profesor debería
tener a cargo, como máximo, entre 8 y 10 niños. Esta cantidad hará posible que pueda
observar y corregir a todos.
A estas edades es suficiente una frecuencia de 2-3 estímulos semanales, realizando 13 series de 6-15 repeticiones por grupo muscular con tensiones concéntricas (no el
método concéntrico puro) y recorrido articular completo (para no producir acortamientos
y pérdida de potencia) de intensidades medias a bajas (70% de la capacidad máxima
individual o menos). No se toma el test de fuerza máxima, podemos realizar una
prueba en la cual pueda hacer un número relativamente alto de repeticiones (para no
exponerlo a cargas elevadas) al punto de falla y utilizar alguna fórmula de predicción de
la fuerza máxima, como por ejemplo, la fórmula de Epley (0,033 x kilos levantados x
repeticiones realizadas) + kilos levantados.
Es bastante común el empleo del peso corporal en rechazo a las pesas. En muchas
ocasiones el propio peso corporal puede ser una carga máxima e incluso excederla; en
efecto cuando un niño no puede realizar siquiera una repetición de extensiones o
flexiones de brazos o sólo es capaz de hacer unas pocas, estaríamos ante esfuerzos
totalmente opuestos a las cargas con las cuales debería trabajar un niño a esta edad.
Con esto no queremos desterrar, ni mucho menos, el trabajo con el propio peso
corporal, que tiene la gran ventaja de ser práctico para dosificar con un número
determinado de repeticiones y ejercicios que pueden ser ejecutados en cualquier lugar
sin la necesidad de elementos. Pero la desventaja radica en la dosificación de la
intensidad.
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32
CAPITULO 2
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
EN LA CONFECCION DE RUTINAS
DE GIMNASIO
33
Cuando una persona, sea deportista o no, inicie un entrenamiento de sobrecarga en el
gimnasio el Profesor de Educación Física debe armar un plan de trabajo para lograr el
objetivo perseguido por esa persona. Pero antes de iniciar un plan de actividad física es
necesario que la persona que va a someterse a un esfuerzo físico, haya visitado al
médico para ver en qué condiciones de salud se encuentra y erradicar factores de
riesgo o malos hábitos de vida. Es importante que el profesor de Educación Física sepa
qué tipo de tareas puede realizar una persona con hipertensión arterial, diabetes,
colesterol u obesidad, entre otras enfermedades, como así también saber que
estrategias seguir con mujeres en la peri-menopausia o menopaúsicas.
Una vez que nos aseguramos que no existen riesgos podemos seguir adelante. Como
primer paso, para confeccionar la planificación es necesario conocer el objetivo que
tiene el individuo que va a iniciar el trabajo con pesas.
En el caso de un deportista, el objetivo está mucho más claro, especialmente si
conocemos las demandas del deporte en el cual compite, esto es fundamental debido a
la especificidad que debe tener el entrenamiento de alto rendimiento; es ampliamente
conocido el tipo de fuerza necesario que requiere cada disciplina deportiva, la
frecuencia y duración de las sesiones dentro de los distintos estadios y períodos del
entrenamiento deportivo. Pero con aquellas personas que no son deportistas ni
compiten recreativamente, tendremos que preguntarle qué objetivo persiguen.
También necesitaremos saber el tiempo que dispone para dedicarle a la sesión, la
frecuencia con la cual podrá acudir al gimnasio, si tiene experiencia en la actividad
física y su nivel actual. Todos estos datos sumados a la edad, sexo y contextura física
nos orientarán para armar una rutina adecuada.
Dentro de los objetivos podemos encontrar los siguientes:
-aumento de la fuerza
-aumento de la masa muscular
-mejorar el aspecto o apariencia externa
-pérdida de peso corporal
-corregir defectos posturales
-disminuir desequilibrios musculares
-alcanzar el bienestar psico-físico
Estos objetivos pueden ser válidos tanto para deportistas como para sedentarios.
Normalmente el aumento de los niveles de fuerza es perseguido por deportistas para
poder competir con mayores probabilidades de éxito y disminuir los índices de lesiones.
En los deportistas que son demasiado delgados para su actividad, será necesario
incrementar su masa corporal (hipertrofia). Los otros objetivos mencionados se
emparentan más con el cuidado de la salud y la estética.
Un gran porcentaje de quienes asisten al gimnasio para iniciar un plan de
entrenamiento lo hacen por prescripción médica. Otra gran cantidad lo hace por no
sentirse cómodo con el aspecto que muestra su cuerpo o para sentirse mejor física y
psíquicamente.
34
Aquél que necesite bajar de peso para disminuir el riesgo de sufrir enfermedades
asociadas con el exceso de grasas (hipertensión arterial, colesterol, diabetes,
obesidad, entre otras) requerirá de estrategias de trabajo que prioricen los esfuerzos de
tipo aeróbico con duraciones lo suficientemente prolongadas (aprox. 30’ para los
hombres y 40’ para las mujeres) para alcanzar una mayor oxidación de grasas como
combustible. Pero en la actualidad está ampliamente demostrada la importancia que
tiene la fuerza como cualidad fundamental para el cuidado de la salud, es decir que
solamente con trabajos aeróbicos no basta. Los ejercicios de fuerza, para lograr este
fin, se deben basar en un volumen elevado (series largas para fuerza-resistencia) e
intensidad media a baja (<50%) y preferentemente organizado en circuito o con
progresión vertical; en el caso de osteoporosis sería mejor trabajar con intensidades un
poco más altas que permitan realizar entre 6 y 8 repeticiones por serie (luego de haber
pasado por un período de adaptación con cargas más livianas y mayor número de
repeticiones). Si los entrenamientos son mixtos (resistencia y fuerza en una misma
sesión) lo ideal sería que los ejercicios de sobrecarga o fuerza precedan a los de
resistencia aeróbica. Dependiendo del biotipo corporal se puede variar el volumen,
intensidad y organización del trabajo de sobrecarga, para agrandar en mayor o menor
medida ciertas zonas según lo requieran. El biotipo en forma de manzana suele
presentar brazos y piernas delgadas con mayor cantidad de grasas en zona media y
torso, mientras el biotipo en forma de pera se caracteriza por poco tamaño en el ancho
de hombros y caderas anchas.
Si el objetivo es aumentar la masa muscular, o sea hipertrofia, la prioridad será el
trabajo de fuerza con volúmenes medios (6-12 repeticiones por serie) e intensidades
mediana-altas (70%-80%) preferentemente organizado en series o con una progresión
horizontal. Se recomienda menor cantidad de trabajo aeróbico. Este objetivo es el que
requiere el biotipo alargado.
Para corregir defectos posturales se deberán realizar ejercicios especiales de los
sectores que permitan subsanar ese problema. Estos ejercicios deben apuntar a
fortalecer los músculos debilitados y elongar los que estén acortados. Tener cuidado de
no dejar de lado o descuidar algún grupo muscular y, especialmente (aunque no
exclusivo), en este punto recalcar la importancia de la flexibilidad. Digo no exclusivo,
porque para cualquiera de los objetivos del trabajo de fortalecimiento la realización de
ejercicios de estiramiento muscular y movilidad articular deben ir de la mano.
En los casos que se observe diferencias de fuerza y/o tamaño entre músculos
contralaterales o diferencias marcadas entre el tren superior e inferior, se debe
proceder para compensar esos desequilibrios que pueden derivar en lesiones. Si bien
es normal que existan diferencias entre los músculos de un brazo o pierna con respecto
al otro miembro, deben ser lo menor posible (10%-15%, como mucho y dependiendo
de cada grupo muscular).
Para poder elegir la cantidad de ejercicios y proporción para cada cualidad, tenemos
que saber el tiempo que la persona dispone para la sesión. En ese tiempo nos
35
debemos asegurar que realice lo que necesita principalmente. Cuando el tiempo no es
mucho, uno o dos ejercicios para pectorales y dorsales para el trabajo del tren superior,
dos o tres ejercicios para piernas (cuadriceps, isquiotibiales y gemelos) y uno para
abdominales y espinales para la zona media, cubrimos las necesidades de todo el
cuerpo en sólo 30’ a 40’ aprox.
La frecuencia ideal, en un principio, sería de tres veces por semana en días no
consecutivos. En este caso estaríamos hablando de una rutina idéntica para los tres
días. Si en el futuro las posibilidades lo permiten, se puede aumentar la frecuencia a
cuatro o más días por semana, en este caso se debería optar por una rutina dividida,
es decir que en días correlativos se realizan ejercicios destinados a diferentes grupos
musculares y, procurando que cada uno de ellos reciba dos estímulos en la semana. Si
se desea incrementar la masa muscular, sería beneficioso aprovechar que el
entrenamiento es capaz de provocar la activación de los genes que se encuentran en
las fibras musculares encargados de la adaptación muscular y promover una mayor
síntesis proteica, obteniéndose más fuerza e hipertrofia. Estos genes que fueron
“tocados” en el entrenamiento pueden llegar a mantenerse activados hasta 3 o 4 días,
entonces si se vuelve a trabajar el mismo músculo dentro de ese lapso se podría
potenciar el aumento de fuerza y tamaño muscular, debido a que ese gen puede
alcanzar un nivel de actividad más alto. Los genes encargados del aumento de fuerza y
tamaño de los músculos alcanzan el máximo nivel de actividad en la sesión de
entrenamiento de sobrecarga con fines de hipertrofia (si se respetan las condiciones
para este objetivo), pero transcurridas 24 horas desciende un 25% su nivel de
activación, manteniéndose a un 75%. A las 48 horas disminuye al 50% y a las 72 horas
al 25%. En el cuarto día se vuelve al nivel de activación inicial, si en este día se volviera
a entrenar se activarían los genes alcanzándose nuevamente el 100%. Por esto se
recomienda que cada grupo muscular sea ejercitado 2-3 veces por semana en los
primeros años del proceso de entrenamiento (en avanzados tras muchos años de
entrenamiento, puede alcanzar con estimular cada grupo muscular específicamente,
aunque con varios ejercicios, una vez por semana). Si el nivel de aptitud física y la
alimentación permiten una buena recuperación, se puede estimular el mismo grupo
muscular a las 48 horas obteniéndose ganancias superiores, en el orden del 150%;
para esto se recomienda realizar 2 ejercicios por grupo muscular con 4 series de 6-12
repeticiones por ejercicio, con pausas no mayores a los 2’ y empezar cada sesión con 2
ejercicios distintos, totalizando 6 ejercicios diferentes para cada grupo muscular en la
semana. De todas maneras, cada persona debería experimentar que trabajo le aporta
mayores ganancias, debido a que la genética, entre otros factores, puede variar los
resultados.
Debemos preguntarle acerca de su nivel actual de acondicionamiento físico, si alguna
vez realizó actividad física, el tiempo que lleva sin entrenar, estos datos sumados a la
edad, sexo y contextura nos ayudarán a prescribir los ejercicios y cargas con las cuales
iniciar el proceso de entrenamiento. Las opciones de elección de ejercicios, cantidad de
36
repeticiones y series, tiempo de recuperación y organización de la sesión son variadas
y dependerán de todo lo explicado anteriormente. Existen ciertas similitudes en las
primeras semanas en lo que respecta a la intensidad, ésta no debe ser muy alta, aún
con deportistas, esto no significa que se indique el mismo peso a vencer a todos por
igual, porque una carga puede ser liviana para un individuo pero pesada para otro.
En el armado de la sesión no debemos olvidar la importancia de realizar una buena
entrada en calor, que pongan al organismo y el aparato locomotor en condiciones de
ejecutar las tareas con eficacia. También es fundamental que en la finalización de la
sesión se realicen tareas de flexibilidad para que no se produzcan acortamientos que
puedan aumentar la sensación de malestar y lesiones a futuro.
El profesor de Educación Física es el encargado de satisfacer las necesidades de cada
persona que acude al gimnasio, para esto deberá estar capacitado en todos los
aspectos que he mencionado y tener, más allá de calidad profesional, calidad humana.
Cuando un principiante inicia el entrenamiento de fuerza, va a obtener ganancias de la
misma aun cuando no siga una planificación o hasta con un plan deficiente, pero
pasado un cierto tiempo no se van a producir más mejoras. Esto no sería tan grave en
personas que no compiten, pero estarían perdiendo el tiempo. Donde se debería
prestar atención para que no se produzcan descompensaciones, es en que se trabajen
equilibradamente, en cantidad y calidad, agonistas y antagonistas, como así también
los grupos musculares de todos los sectores corporales (tren superior e inferior y zona
media). Además de lo recién enunciado sería bueno ir modificando la cantidad de
repeticiones y series o el peso a vencer a medida que se produce la adaptación. Esto
requiere de una planificación adecuada, aunque no sea imprescindible seguir una
periodización. Se puede trabajar todo el año con la misma intensidad (esto no significa
que el peso va a ser siempre el mismo) sin seguir las curvas de variación de volumen e
intensidad características del deporte competitivo.
La periodización puede que no sea necesaria para el entrenamiento apuntado a la
salud, pero es fundamental para el alto rendimiento. En este caso es vital alcanzar el
máximo rendimiento posible en un momento determinado del año, para esto se deben
planificar y periodizar las cargas de trabajo con exactitud, de manera que el deportista
esté trabajando con la máxima intensidad posible y un volumen más bajo, que le
permitan expresar su mayor potencial sin estar agotado. Todo plan de sobrecarga, para
la salud o para el alto rendimiento, se inicia con una o dos semanas de adaptación, en
las cuales se efectúa un trabajo global o general con cargas de baja intensidad y un
volumen de 12 (10-15) repeticiones por serie sin llegar al punto de falla, es decir que
dicha carga permitiría realizar algunas repeticiones más. Con los deportistas este
período recibe el nombre de fase de adaptación anatómica, cuyo objetivo es fortalecer
tendones y ligamentos, además de músculos. La organización de la sesión puede ser
en circuito (progresión vertical), esto significa que se realizan ejercicios de diferentes
sectores corporales seguidos uno al otro hasta completar la vuelta por todos los
ejercicios planificados (de 6 a 12-15). Con deportistas principiantes se lo lleva a cabo
37
durante 6 semanas, mientras que con los avanzados alcanza con 3 semanas.
Una vez finalizada esta etapa de adaptación, que puede ser similar en cuanto a
repeticiones y porcentaje de intensidad a grandes rasgos para sedentarios y
deportistas, el camino a seguir será totalmente diferente.
38
CAPITULO 3
ORGANIZACION Y DOSIFICACION
DEL TRABAJO DE SOBRECARGA
39
El objetivo de todo plan de entrenamiento con pesas apunta, principalmente, al
desarrollo de la fuerza y, en algunos casos al incremento de la masa muscular y
mejoramiento del aspecto corporal. Para lograr el objetivo será necesario llevar a cabo
una planificación donde se varíen, entre otras variables, los métodos de trabajo.
Al iniciar el proceso de entrenamiento con sobrecarga, antes de las 4 semanas, se
pueden observar rápidos aumentos de los niveles de fuerza, para luego ir
estabilizándose. Estos incrementos se deben a una mejora en la actividad
neuromuscular, es decir que el individuo es capaz de poner en acción un mayor
número de fibras musculares al aumentar el reclutamiento y la sincronización de sus
unidades motoras.
Pasado un tiempo, a medida que el organismo se adapta a las cargas de trabajo a las
cuales se lo va sometiendo, se deberían introducir modificaciones para permitir
progresivas mejoras en el nivel de fuerza e hipertrofia. En primera instancia se podría
pasar de una organización de la sesión vertical (en circuito) a horizontal (en series) o
incrementar el número de repeticiones o series, es decir elevar el volumen. El circuito
con pesas puede mejorar la fuerza muscular, la composición corporal, la resistencia
cardio-respiratoria, disminuir la presión arterial diastólica y no provocar alteraciones en
la sistólica ni modificaciones en la frecuencia cardíaca en reposo. Esto fue comprobado
por Harris K. y Holly R. (1987) en un estudio de 9 semanas de duración llevado a cabo
con personas en el borde de la hipertensión arterial.
También Kelemen, M. y Cols. (1985) demostraron aumentos importantes de la fuerza y
resistencia aeróbica superiores a los producidos por solamente trabajos de caminata
aeróbica, en sujetos con enfermedad arterial coronaria durante una investigación de 3
meses de duración. Otros autores (Butler, Richard M. DO; Beierwaltes, William H. PhD;
Rogers, Felix J. DO; 1987) también llegaron a similares conclusiones en favor de los
beneficios del empleo del circuito de fuerza con personas que padecían afecciones
cardiovasculares.
Asimismo se observaron mejorías no solo en individuos con cardiopatías previas sino
también en sujetos sanos. Luego de estas modificaciones convendría elevar la
resistencia o kilos vencidos, es decir elevar la intensidad. Otra posibilidad para
incrementar la dificultad, puede ser la reducción de la duración de las pausas entre
ejercicios y series, es decir aumentar la densidad. Si la persona tiene la posibilidad, se
puede aumentar el número de días para asistir al gimnasio, lo que significa aumentar
la frecuencia.
Lo más conveniente sería empezar con un régimen de trabajo concéntrico de 12
repeticiones, sin llegar al punto de falla, por serie para cada ejercicio y una frecuencia
de 3 días por semana. Se puede optar por una organización en circuito realizando un
ejercicio para miembros superiores alternados con otro para miembros inferiores o
zona media sin pausas o con el tiempo que tarda en pasar de una máquina o ejercicio
40
al siguiente. La cantidad de ejercicios destinado a cada grupo muscular, en este caso,
puede alcanzar los 2 para los músculos más grandes (pectorales, dorsales, cuadriceps,
isquiotibiales) y 1 para los más pequeños (deltoides, bíceps, tríceps, gemelos). Si el
nivel de acondicionamiento físico de la persona es bajo, se inicia con una sola vuelta
del circuito. Posteriormente, se irán aumentando la cantidad hasta alcanzar las 3-5
vueltas. Con deportistas iniciar directamente con 3 vueltas.
Una vez superada algunas semanas (fase de adaptación*), según el objetivo que se
persiga, se puede incrementar el volumen (número de repeticiones) de 12 a 15 o
algunas más para alcanzar el punto de falla, o se eleva la intensidad (kilogramos)
aproximadamente un 5% manteniéndose en 12 las repeticiones. Para continuar con las
mejoras de fuerza se puede aumentar, en principio, el volumen manteniendo la
intensidad y, una vez alcanzado el volumen deseado, incrementar la intensidad y bajar
el volumen. Modificar los dos componentes de la carga mencionados (volumen e
intensidad) es lo más usual, pero también se podría disminuir la duración de la pausa
(densidad) o agregar más sesiones de entrenamiento (frecuencia), obviamente de
manera gradual y no todos los componentes al mismo tiempo. Respetar los principios
del Entrenamiento Deportivo como Aumento progresivo de la carga y Sistematización
en la aplicación de la carga. Este proceso se puede repetir durante un ciclo de 3 a 8
semanas, para luego cambiar ejercicios o métodos.
Veamos un ejemplo para terminar de comprender lo recién explicado:
1ª semana- 3 series de 12 repeticiones al 50% de intensidad o 1RM (Nota: con este
número de repeticiones a esta intensidad no se alcanza el punto de falla).
2ª semana-3 series de 18 repeticiones al 50% de intensidad o 1RM (Nota: con este
volumen se alcanzaría el punto de falla).
3ª semana-3 series de 10 repeticiones al 70% de intensidad o 1RM (al punto de falla)
4ª semana-3 series de 12 repeticiones con el mismo peso de la semana anterior (al
punto de falla)
5ª semana-3 series de 15 repeticiones con el mismo peso de la semana anterior (al
punto de falla)
6ª semana-3 series de 10 repeticiones con un peso mayor al de la semana anterior, es
decir al 75% (al punto de falla)
7ª semana-3 series de 12 repeticiones con un peso mayor al de la semana anterior, es
decir al 75% (al punto de falla)
8ª semana-3 series de 15 repeticiones con un peso mayor al de la semana anterior, es
decir al 75% (al punto de falla).
*La fase de adaptación es importante para el fortalecimiento de tendones, ligamentos y huesos. Inclusive
debería llevarse a cabo en deportistas que trabajan durante períodos prolongados con altas intensidades
para que no se produzcan lesiones tendinosas y óseas (Matsuda, 1986).
41
Si se desea lograr hipertrofia muscular se deben controlar que las pausas no sean
demasiado extensas (entre 60”- 120”); si se está capacitado para vencer cargas de alta
intensidad descansando menos tiempo, mayor será el aumento de la masa muscular o
hipertrofia. Para lograr este objetivo es importante el tiempo de descanso entre las
sesiones, éste dependerá del nivel del deportista, de su alimentación y horas de sueño,
además del volumen, intensidad y duración de las sesiones de entrenamiento. Al
finalizar una sesión de sobrecarga se debe compensar el desgaste producido por dicha
tarea que ocasionó un estado catabólico (destrucción) en el organismo y fibras
musculares. En los primeros momentos de la recuperación se compensan las pérdidas
de glucógeno consumidas, se recuperan los aminoácidos y reparan los tejidos
conjuntivos y musculares. Posteriormente a esto se alcanza un estado de
supercompensación en el cual el nivel de rendimiento aumenta por encima del que se
tenía anteriormente debido a los mayores depósitos de glucógeno muscular y al
aumento de las proteínas contráctiles, fundamentalmente. Por lo general, en el inicio
del proceso se debería respetar un lapso de 48 horas entre sesiones para el mismo
grupo muscular, si se pretende alcanzar un alto grado de hipertrofia. Si pasan más de 4
días (96 horas) sin realizar actividad se pierden los efectos de entrenamiento. Entrenar
el mismo grupo muscular tres veces por semana puede funcionar para aquellos que se
inician y en los primeros años de entrenamiento con sobrecarga. Pero los deportistas
avanzados y, en especial los fisicoculturistas, suelen beneficiarse con rutinas diarias (56 días/semana) en las cuales se estimula el mismo grupo muscular cada 5-7 e incluso
algunos días más (9-10) con el objetivo de desarrollar grandes masas musculares, si
ese fuese el objetivo y, por supuesto con el trabajo adecuado a tal fin en cuanto a
volumen, intensidad y densidad. De todas maneras vale aclarar que cada grupo
muscular puede recibir alguna estimulación, aunque sea mínimamente, cuando se está
trabajando otro. Es difícil aislar por completo a un músculo porque cuando uno de ellos
está ejerciendo la función de motor primario o agonista, otros desempeñan funciones
secundarias, sinergistas o estabilizadoras; por ejemplo, al realizar una sesión para los
pectorales también trabajan los deltoides y tríceps, o en las sentadillas cumplen una
función importante los músculos de la zona media. No se producirá pérdida de fuerza y
masa muscular transcurrido 72 horas después de la sesión, el desentrenamiento se
notará pasadas unas dos semanas de inactividad. Habría que medir las
concentraciones sanguíneas de ciertos metabolitos musculares o enzimas como la tres
metil-histidina (aminoácido derivado del metabolismo mus- cular proteico) y la creatinaquinasa (CK), también conocida como fosfocreatin-quinasa o creatina-fosfokinasa
(CPK), para establecer el grado de recuperación. Si se encuentran en valores elevados
indicarían fatiga muscular; la tres metil-histidina aumenta en situaciones de
hipercatabolismo de las proteínas contráctiles musculares (actina y miosina), lo mismo
sucede con la CPK, ésta es menor en las mujeres ante esfuerzos que eleven similares
niveles de lactato, aparentemente, por un posible efecto protector de los estrógenos.
Además las mujeres tienen niveles normales menores a los hombres porque tienen
42
menos masa muscular, pudiendo alcanzar los 166 U/L contra los 190 U/L de los
masculinos. Esta enzima es una de las más sensibles ante esfuerzos intensos,
pudiéndose elevar desde un 20%-30% su nivel sérico hasta casos patológicos del
orden del 300%. Es el caso de esfuerzos intensos y prolongados como la maratón; su
vuelta a valores normales puede demandar de 48 a 96 horas en los entrenamientos de
sobrecarga típicos de musculación y hasta 20-30 días luego de las maratones. De
todas maneras el nivel de preparación de cada deportista podrá acelerar o retardar la
recuperación. También puede aparecer mioglobina en la orina ante gran destrucción
proteica. Otros indicadores de fatiga periférica pueden ser el descenso de los niveles
de testosterona y aumento del cortisol (ratio T/C), disminución de la glucemia,
depleción de los depósitos de glucógeno muscular, formación de elevadas cantidades
de lactato, entre otros. A nivel del SNC también se produce fatiga (fatiga central) debido
a la disminución de los aminoácidos de cadena ramificada (valina, leucina e isoleucina)
que se produce durante la actividad de fuerza, no como elemento energético sino como
transportador y catalizador de las reacciones químicas. Esta disminución de ACR eleva
el nivel de triptófano (aminoácido necesario que se debe obtener de los alimentos). Los
aminoácidos de cadena ramificada utilizan un transportador común al triptófano,
haciendo que el equilibrio entre el triptófano libre y estos aminoácidos se vea afectado,
de manera que ingresará al cerebro mayor cantidad de triptófano. Éste se convierte en
serotonina, también llamada 5-hidroxi-triptamina (5-HT), que es una monoamina con
funciones neurotransmisoras que ocasiona el descenso del rendimiento. Cuando se
capta mayor cantidad de triptófano se acelera la síntesis de serotonina en el hipotálamo
y tronco del encéfalo, que favorece el desgano y la somnolencia produciéndose la
fatiga. Pero para poder medir estos cambios se deben realizar exámenes de sangre y
orina, lo cual, por supuesto, es algo complicado o por lo menos poco común en el
entrenamiento cotidiano de personas comunes y de muchos deportistas amateurs y,
hasta profesionales en muchos casos. Se realizan sólo con deportistas superprofesionales. ¿Cómo hacemos para constatar que nuestro atleta ya se encuentra en
condiciones de afrontar nuevos desafíos en el entrenamiento? Simplemente probando
mediante apreciaciones subjetivas y la experiencia cuando se siente recuperado para
entrenar sin que su rendimiento decline. Esto es individual y dependerá de múltiples
factores como su nivel de preparación, edad, genética, alimentación, descanso, grado
de intensidad que demanda su disciplina, concentración hormonal y aspectos
psicológicos y socio-afectivos. Creo que puede ser de gran ayuda vivenciar
personalmente el desgaste que producen los diferentes tipos de trabajo y el tiempo
óptimo que demanda su recuperación.
El orden en que se pueden trabajar los ejercicios para cada grupo muscular dentro de
la sesión dependerá del objetivo planteado. Bulatova y Platonov (1998) prefieren
trabajar ejercicios que involucren a los músculos grandes para después pasar a los que
desarrollan a los más pequeños; Earle y Baechle (2000) proponen ubicar primero los
ejercicios que comprometen varias articulaciones (poliarticulares o cerrados) y luego
43
los monoarticulares o abiertos; Kraemer (2002) sugiere que los ejercicios con mayor
dificultad técnica deben llevarse a cabo en primer lugar para que la fatiga no perjudique
la coordinación de dichos ejercicios. Particularmente, prefiero ubicar en primer lugar
(luego de la entrada en calor por supuesto) aquél ejercicio o grupo muscular que más
me “cuesta”, pero hay varias opciones que pueden tenerse en cuenta como las
mencionadas y otras: trabajar en primer orden los músculos grandes y luego los
pequeños (la desventaja es que estos estarán fatigados) o viceversa (la desventaja es
que se detendrá el trabajo antes de que los grandes se fatiguen por completo); trabajar
los ejercicios más analíticos o abiertos en primer lugar y a posteriori los más globales o
cerrados (si se quiere pre-agotar al músculo más grande, de manera que se detenga el
ejercicio por fatiga en los agonistas grandes al mismo tiempo que los agonistas
pequeños); y seguir un orden de la manera en que serán solicitados en el gesto técnico
deportivo, es decir siguiendo la cadena cinética del movimiento que se desee trabajar
sin importar si primero se trabaja un determinado músculo por su tamaño (por ejemplo:
realizar media sentadilla terminando en puntas de pies mediante la flexión plantar para
gemelos o realizar primero sentadillas y luego gemelos). Puede haber otras opciones,
el sentido común debe utilizarse para que el ordenamiento elegido sea el que mejor se
ajusta a nuestro objetivo.
Para continuar con las mejoras conforme avanza el proceso deberán ir variándose las
tareas dependiendo del nivel de la persona, si es deportista o no, el tipo de experiencia
en el entrenamiento de la fuerza que posea, el tipo de fuerza requerido para su
disciplina deportiva, la edad y el período del entrenamiento en el cual se encuentra.
Con estas modificaciones mencionadas podríamos continuar estimulando las mejoras,
priorizando alguna de ellas sobre las otras dependiendo del objetivo, durante unos 3-6
meses hasta 1 año aproximadamente. Llegará el momento de jugar con otros aspectos
para producir mejoras, para esto se tendrán que variar los ejercicios y los métodos de
entrenamiento.
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45
CAPITULO 4
METODOS DE ENTRENAMIENTO
DE LA FUERZA
46
Existen diversos métodos para llevar a cabo el trabajo en el gimnasio. En este capítulo
detallaré gran parte de estos.
CARGA ESTABLE: consiste en trabajar con el mismo peso en todas las series del
mismo ejercicio, es decir que se mantiene la intensidad. Por ejemplo, realizar 3 series
de 10 repeticiones (3x10). Lo ideal sería mantener la cantidad de repeticiones y la
velocidad de ejecución a lo largo de todas las series propuestas para el ejercicio; esto
será posible en deportistas avanzados. Con personas de menor nivel es posible que a
medida que avancen las series no pueda completar el número de repeticiones por la
fatiga acumulada, esto puede deberse por realizar pausas demasiado cortas o por su
nivel. La solución para que pueda terminar cada una de las series en el número de
repeticiones propuestos puede ser aumentar el tiempo de la pausa (sin alejarse de la
necesaria según el objetivo), disminuir el peso (de manera que la primera serie no
llegue al punto de falla) o completar las últimas series lo más cercano posible al
número propuesto e ir completando todas las series con las mismas repeticiones con el
correr de las sesiones.
Este método puede utilizarse para desarrollar cualquiera de las diferentes
manifestaciones de fuerza (fuerza-resistencia, fuerza máxima o fuerza explosiva)
dependiendo del número de repeticiones, intensidad y densidad (duración de las
micropausas). Normalmente si realizamos menor cantidad de repeticiones por serie,
habría que incrementar el número de series. Por ejemplo, para el desarrollo de la
fuerza resistencia se pueden realizar 3 series de 30 repeticiones (3x30) al 40% de 1RM
con 30” de descanso entre series; para alcanzar altos niveles de hipertrofia y buena
fuerza máxima, 5 series de 6 repeticiones (5x6) al 85% de 1RM con 90” de pausa o 4x8
al 80% o 3x10 al 75%; y para la fuerza explosiva o potencia 4 series de 5 reps. (4x5) al
90% de 1RM con pausas completas (3’ aprox.).
Dentro del método de carga estable podemos dividir diferentes tipos según la
intensidad con la cual se trabaje, como se ejemplificó en el párrafo anterior, que van a
repercutir en el número de repeticiones, cantidad de series, duración de las pausas,
periodización y efectos. Por un lado tenemos el método de intensidades máximas y, por
el otro, el método de esfuerzos repetidos o de repeticiones. También se puede agregar
el método balístico o dinámico explosivo.
El método de intensidades máximas se trabaja con intensidad máxima o casi máxima y
se divide en dos:
-Intensidades máximas 1: se trabaja con intensidades del 90-100%, 5-10 series de 1-3
reps., a máximas velocidades posibles de ejecución, con una duración no mayor a los
10” y pausas completas (>3’).
-Intensidades máximas 2: la intensidad es del 85-90%, 4-6 series de 3-5 reps., a
máximas velocidades posibles de ejecución, con una duración no mayor a los 10” y
pausas completas (>3’).
Ambas provocan una máxima estimulación de los factores nerviosos (reclutamiento de
47
fibras musculares, sincronización de unidades motoras y frecuencia de disparo de las
motoneuronas o envío de señales eléctricas desde el S.N.C. a los músculos) e
incremento de la fuerza máxima. El aumento de masa muscular es muy poco porque la
duración del esfuerzo es baja, por lo tanto no hay depleción de los depósitos de
glucógeno ni gran acidez. No son métodos apropiados para principiantes, sólo lo
utilizan los deportistas experimentados en el empleo de las pesas y una vez por
semana (en período competitivo no se usa o por lo menos tener en cuenta que puede
llevar varios días para recuperarse). Por esta razón es necesario utilizar otros métodos
durante el resto del microciclo. Sin embargo el método búlgaro fue cuestionado por el
empleo de cargas máximas varios días de la semana.
El método de repeticiones se trabaja con intensidades sub-máximas y se divide en
cuatro:
-Método de repeticiones 1: la intensidad es del 80-85%, 4-5 series de 5-7 reps., a
velocidad media o máximas velocidades posibles de ejecución, con una duración de
15”-20” y pausas de 2’-3’. Proporciona una mezcla justa entre ganancia de fuerza
máxima e hipertrofia, porque produce una gran estimulación de los factores nerviosos y
de la depleción de los depósitos de glucógeno muscular, además de aumentar la
acidez.
-Método de repeticiones 2: la intensidad es del 70-80%, 3-4 series de 6-10 reps., a
velocidad media o máximas velocidades posibles de ejecución, con una duración de
20”-30” y pausas de 2’-3’. Este método no incide tanto como los anteriores sobre los
factores nerviosos, pero si sobre lo muscular.
-Método de repeticiones 3: la intensidad es del 60-75%, 3-4 series de 6-12 reps., a
velocidad media, con una duración de 30”-40” y pausas de 2’-3’. El efecto es similar al
anterior. Provoca una adaptación anatómica necesaria para una preparación ante
futuras cargas de mayor intensidad al estimular el fortalecimiento de tendones y
ligamentos.
-Método de repeticiones 4: la intensidad es del 30-50%, 1-3 series de +15 reps., a
velocidad media o baja, con una duración > 60” y pausas de 30”-60”. La ganancia más
pronunciada se produce en la fuerza-resistencia. La hipertrofia es nula o muy baja.
Los métodos de repeticiones pueden ser realizados hasta la fatiga, normalmente,
aunque algunos sugieren dejarse “guardadas” 1-3 repeticiones, es decir que no se
llegue al punto de falla.
Los métodos balísticos se realizan con cargas sub-máximas para permitir la máxima
velocidad real. En ocasiones se utilizará solamente el peso corporal (por ejemplo, en
los saltos). Los niños pueden utilizar este método, siempre y cuando el nivel de
exigencia esté a la altura de sus posibilidades en cuanto a dificultad técnica y carga
empleada. Para que la velocidad sea máxima, la duración del esfuerzo no tiene que ser
mayor a los 10”. Entonces el método balístico podría dividirse en dos, uno que apunta
más a la fuerza explosiva y otro a la potencia. En este punto se puede aclarar que
muchos autores consideran sinónimos a estos dos términos, mientras que otros
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marcan algunas diferencias. A mi entender las dos corrientes son válidas pero, de todas
maneras, aquí voy a establecer una pequeña diferencia que se refleja en las
características de cada uno de ellos:
-Fuerza explosiva: utiliza como carga el propio peso corporal o elementos livianos,
intensidad del 25-30%, duración del esfuerzo brevísimo (<200mseg idealmente hasta
6”)
-Potencia: puede emplear cargas un poco más pesadas, intensidad del 45-55%,
duración del esfuerzo breve (hasta 8”-10”).
El método balístico será desarrollado más adelante.
El método de Zatsiorsky es similar a lo recién explicado, éste establece el método de
cargas máximas (efectos a nivel nervioso, mucha ganancia de fuerza, 85-100% de
1RM, 1-5 reps), el método de esfuerzos repetidos (efectos estructurales, mucha
hipertrofia y algo de fuerza, 60-85% de 1 RM, 6-12 reps) y el método de esfuerzos
dinámicos (efectos en la velocidad máxima, fuerza explosiva, hasta 8-10 reps con
cargas livianas a gran velocidad de ejecución).
Normalmente el método de Carga Estable es el indicado para iniciar el proceso de
entrenamiento con pesas. En este caso, con 3 series de 10-15 reps. de 1RM con un
régimen de trabajo prevalentemente concéntrico y, si la sesión está organizada de
manera horizontal, compensadas con micropausas de 60”-90”
PIRAMIDAL: consiste en incrementar el peso (intensidad) en cada serie mientras
disminuye el número de repeticiones. Por ejemplo: 1x10 al 70% de 1RM, 1x8 al 75% de
1RM, 1x6 al 80% de 1RM, 1x4 al 90% de 1RM, 1x2 al 95% de 1RM y 1x1 al 100% de
1RM.
Este método se utiliza para el desarrollo de la fuerza máxima y fuerza explosiva o
potencia. Se puede llevar a cabo de dos maneras; realizando todas las series al punto
de falla o sólo alcanzar el punto de falla en las últimas series. La ventaja de esta última
radica en poder vencer cargas algo más pesadas en las series ejecutadas con el 90100% de intensidad (1RM) al no llegar tan fatigado por el desgaste de las series
anteriores. Si se realizan todas las series al punto de falla se estimula un mayor grado
de hipertrofia estimulado, principalmente, por las primeras series. La duración de las
pausas deben tener relación con el objetivo; pudiendo ser de 2’ en las series más
livianas (70-85%) y de 3’ o más en las series pesadas (90-100%).
Existe una variante muy empleada de este método llamado PIRAMIDAL
INCOMPLETO. La diferencia es que no se llega a la última serie al 100% de intensidad
o de 1 repetición. Puede terminar con la última serie con 2 repeticiones o más, pero lo
más común es finalizarlo con una serie de 6 reps. con el objetivo de desarrollar el
aumento de la masa muscular (hipertrofia). Esta variante de piramidal se suele utilizar
luego del método de carga estable en el proceso de entrenamiento y, ambos métodos,
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conforman el mayor volumen de las sesiones en los primeros meses o año del proceso
de entrenamiento de la fuerza con pesas. Podríamos considerarlos como métodos
básicos para principiantes, aunque también serán utilizados por deportistas avanzados.
De estos métodos mencionados, a partir de variaciones o combinaciones de ellos,
surgen otros como los que se detallan a continuación:
ESCALERA: consiste en realizar 2 o más series con un mismo peso o intensidad antes
de incrementarlo al mismo tiempo que disminuyen las repeticiones. Por ejemplo: 2x8
(75%) / 2x6 (80%) / 2x4 (90%) / 2x2 (95%) / 2x1 (100%) para fuerza máxima y potencia
o 2x12 (65%) / 2x10 (70%) / 2x8 (75%) para fuerza hipertrofia. Lo ideal sería ser capaz
de mantener el número de repeticiones en las series realizadas con el mismo peso.
Pueden realizarse “escalones” de 3 o 4 series, o combinarse 2 con un peso y 3 o 4
series con otros pesos.
Es similar al método en pirámide, la diferencia es que cada serie se repite 2 a 4 veces.
Según el objetivo se prescribe el número de repeticiones, series, intensidad y densidad.
CRECIENTE-DECRECIENTE: consiste en aumentar la intensidad o peso en cada serie
hasta llegar al máximo con el cual se va a trabajar para luego realizar el camino inverso
hasta llegar a la última serie con el peso utilizado en la primera serie. El número de
repeticiones va descendiendo a medida que se incrementa la intensidad e irá
aumentando cuando ésta disminuye. Puede considerarse un piramidal de ida y vuelta.
Por ejemplo: 1x8 (75%) / 1x7 (77,5%) / 1x6 (80%) / 1x7 (77,5%) / 1x8 (75%) para
hipertrofia; o 1x5 (85%) / 1x4 (90%) / 1x3 (92,5%) / 1x2 (95%) / 1x3 (92,5%) / 1x4
(90%) / 1x5 (85%) para fuerza máxima y potencia. Lo ideal sería ser capaz de
mantener el número de repeticiones en las series realizadas con el mismo peso.
Como se indicó en los métodos anteriores, según el objetivo se prescribe el número de
repeticiones, series, intensidad y densidad.
DECRECIENTE: consiste en comenzar con la carga más pesada e ir disminuyéndola
en las siguientes series a medida que se aumentan las repeticiones. Es una pirámide
invertida. Por ejemplo: 1x6 (80%) / 1x8 (75%) / 1x10 (70%) / 1x12 (65%) para
hipertrofia; o 1x1 (100%) / 1x2 (95%) / 1x4 (90%) para fuerza máxima y potencia. Vale
aclarar que en el caso de este último ejemplo será imprescindible una muy buena
entrada en calor que prepare a la musculatura para poder afrontar la tensión que
demanda este tipo de intensidades.
Dependiendo del objetivo se prescribe el número de repeticiones y series, intensidad y
densidad.
OLAS: consiste en incrementar y disminuir la intensidad de las series alternadamente.
A medida que aumenta la intensidad disminuye la cantidad de repeticiones y viceversa.
Por ejemplo: 1x12 (65%) / 1x8 (75%) / 1x10 (70%) / 1x6 (80%) / 1x8 (75%) para
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hipertrofia; o 1x6 (80%) / 1x4 (90%) / 1x5 (85%) / 1x2 (95%) / 1x5 (85%) / 1x1 (100%)
para fuerza máxima y potencia. Dependiendo del objetivo se prescribe el número de
repeticiones y series, intensidad y densidad.
Quizás sea este el método menos utilizado de todos los mencionados hasta aquí.
Después de un tiempo en la práctica del trabajo con pesas será necesario el empleo de
métodos avanzados para seguir produciendo mejoras. Los siguientes constituyen
métodos más avanzados de trabajo:
SUPERSERIES: consiste en la realización de 2 a 4 ejercicios diferentes sin pausas. Se
debe tener en cuenta que a mayor cantidad de ejercicios dentro de la superserie se
volcará más hacia la Fuerza-resistencia. Algunos diferencian con el nombre de Triserie
la realización de tres ejercicios diferentes en la superserie y con la denominación de
Series Gigantes la de cuatro (pudiendo ser 4 ejercicios distintos o 2 que se repiten).
Los ejercicios pueden ser o no del mismo grupo muscular. Ejemplos de superseries
para un mismo grupo muscular: 1 serie de tirones tras nuca seguida de una serie de
remo para estimular un desarrollo completo de la musculatura dorsal (de esta manera
se completa el trabajo de las fibras externas y superiores con las internas e inferiores
del dorsal); 1 serie de aperturas con mancuernas seguida por una serie de aperturas
con polea (el primero se centra más sobre la parte externa de los pectorales mientras el
último lo hace sobre la interna, especialmente al cruzar los cables); una serie de
aperturas superseriada por otra de press de banco (esto se conoce como sistema o
método de pre-agotamiento o pre-fatiga, cuyo objetivo es pre-agotar a los pectorales
con un trabajo más analítico (monoarticular) como lo es el de aperturas, de manera que
al realizar press de banco (poliarticular) se produzca la fatiga al mismo tiempo en los
pectorales y el deltoides y tríceps, estos últimos dos grupos musculares también
intervienen en este ejercicio y se cansan antes que los pectorales por ser más
pequeños); una serie de cuadriceps en sillón seguida de una serie de sentadillas
(lograría el mismo efecto que el ejemplo anterior, pero en este caso en los miembros
inferiores). En los últimos dos ejemplos también se podría invertir el orden de los
ejercicios, donde el ejercicio más analítico terminaría de fatigar al músculo principal,
esto se llama post-agotamiento o post-fatiga. El objetivo de esta forma de trabajo es,
principalmente, fomentar la hipertrofia. Otras variantes de superseries para el mismo
grupo muscular puede realizarse con combinaciones de diferentes tipos de
contracciones o estimulaciones (concéntricas, excéntricas, isométricas, pliométricas y
electroestimulación), la más utilizada es la combinación de una serie concéntrica
pesada con una serie más liviana de tipo balística como, por ejemplo, una serie de 5 o
menos repeticiones con una carga del 90% o mayor de 1RM seguida de 6-8 saltos. En
este caso se pretende, principalmente, aumentar los niveles de potencia o fuerza
explosiva. Esto se conoce como método de contrastes, complejo o búlgaro.
51
Pero también se pueden superseriar ejercicios para distintos grupos musculares como
agonistas y antagonistas, de manera que el segundo ejercicio exige un estiramiento de
la musculatura trabajada en el primero y se mantiene el flujo sanguíneo en el mismo
sector corporal favoreciendo la llegada de sangre oxigenada y nutrientes a dichos
músculos.
Otra posibilidad de superserie es la ejecución de 2-4 ejercicios para músculos de
distintas zonas corporales (por ejemplo, una serie de un músculo de tren superior con
otro para zona media o tren inferior) con el fin de acortar la duración de la sesión. En
este caso habrá menos hipertrofia.
Más allá de los resultados expresados en los ejemplos vertidos, hay que tener en
cuenta la intensidad y número de repeticiones con los cuales se trabaje para
determinar si se obtendrá mayor hipertrofia, potencia o fuerza-resistencia.
SERIES CON REPETICIONES PARCIALES: consiste en realizar todas las repeticiones
de la serie sin completar el rango total del movimiento, es decir que no se ejecuta el
ejercicio a lo largo de todo su recorrido sino sólo una parte del mismo. De esta manera
se puede trabajar con cargas más pesadas. Como ejemplos clásicos podemos
mencionar uno para el tren superior, tal el caso del ejercicio de press de banco al no
llevar la barra hasta tocar el pecho, sólo se trabaja en el tercio final o mitad del
recorrido hasta la extensión de los codos; y otro para el tren inferior, como el caso de la
media sentadilla.
Este método sólo debería ser utilizado por deportistas con años de experiencia en el
trabajo con pesas, que ya hayan trabajado con buena técnica y, además, emplearán
este método combinado con otros en que se ejecuten rangos completos de
movimiento. Es común observar en los gimnasios personas que con el afán de levantar
más peso del que pueden, realicen los ejercicios con rangos de movimiento
incompletos. Trabajar exclusivamente con este método producirá pérdida de flexibilidad
y daños articulares, de esta manera se “acortarán” los músculos perdiendo potencia y
derivando en posibles lesiones en el futuro. Además de no adquirir fuerza en los
ángulos no trabajados.
El
objetivo del empleo de este método es reclutar un mayor número de unidades motoras,
al realizarlo como serie final (pueden ser 2 o 3 series) del método piramidal cuando se
pretende incrementar los niveles de fuerza máxima y potencia. Por ejemplo: press de
banco- 1x8 (70%) / 1x6 (75%) / 1x4 (85%) / 1x2 (95%) / 1x1 (100%) / 1x3 (100%) serie
parcial / 1x2 (105%) serie parcial / 1x1 (110%).
Con el máximo peso posible que se puede vencer en un recorrido completo con una
contracción concéntrica (100% de 1RM) se podrán ejecutar de 3 a 5 repeticiones con
movimientos parciales. Cuanto más se aleje del 100%, menos repeticiones se podrán
realizar, aprox. con el 110-120% sólo se ejecutaría 1 repetición.
Este método también es de suma utilidad como preparación del deportista para
soportar cargas más pesadas que posibiliten una superación futura.
52
SERIES FORZADAS: consiste en realizar algunas repeticiones más con la ayuda de un
asistente cuando el ejecutante no puede continuar venciendo la carga con la cual está
trabajando. El asistente aliviana la carga con su ayuda de manera que el ejecutante
puede extender la duración de la serie, aumenta el nivel de acidez de manera que se
favorece la hipertrofia y algo la fuerza máxima.
Se debe evitar esta forma de trabajo con principiantes, como así también la ejecución
de repeticiones adicionales bajo un régimen excéntrico exagerado, para no exponer a
tensiones demasiado elevadas a un aparato de sostén fatigado.
Este método es útil para propiciar superaciones en el peso a vencer. Por ejemplo, si
una persona es capaz de realizar una serie de 8 reps. con 70 kilos, con ayuda realizará
2 más; en la próxima sesión podría intentar realizar la serie de 9 reps. con el mismo
peso sin ayuda; y en las siguientes sesiones estaría capacitado para trabajar con 75
kilos.
SERIE LÍMITE: también llamadas Regresiones, consiste en la ejecución sucesiva y sin
interrupciones de todas las repeticiones de una serie disminuyendo el peso con el cual
se trabaja hasta alcanzar el agotamiento. Por ejemplo: se inicia la serie con 2 reps. al
95% de 1RM, sin descansar se sigue con 2-3 al 85%, 3-4 al 75% y 4-5 al 70%. Existen
otras variantes como terminar con una carga de alrededor del 50%, empezar con
cargas de mayor o menor intensidad o disminuirlas con mayor o menor proporción. En
algunos casos se observa que terminan con el peso de la barra solamente, para mi
gusto no es necesario llegar hasta ese punto.
Este método para lograr mayores niveles de hipertrofia. En las series tradicionales de
10-12 repeticiones, la acidez se siente sobre el final de la serie, pero son necesarias las
primeras para sentirla; con este método, en cambio, se trabaja al límite desde la
primera repetición, constituyéndose entonces en una forma de trabajo superior en
cuanto a ganancias de fuerza e hipertrofia. Para conseguir este objetivo es necesario
que la duración de la serie se prolongue hasta los 20” como mínimo, con cargas de
intensidades muy elevadas esto no será posible, razón por lo cual para poder seguir
con el trabajo se va reduciendo el peso hasta alcanzar una duración que permita una
buena acidez y depleción de los depósitos de glucógeno, además de un mayor
reclutamiento de fibras.
Si se desea trabajar más la fuerza máxima se debe empezar con una carga del 100%
para 1 repetición, seguir con el 95% para 1-2 reps., luego con el 90% 2 reps. y con el
85% 2-3 reps. o las que pueda; para hipertrofia se podría seguir bajando el peso para
continuar algunas repeticiones más o empezar con cargas del 80-90% para terminar
con el 50%; y si el objetivo fuese estimular un poco más la fuerza-resistencia se puede
continuar hasta ejecutar las últimas repeticiones con muy poco peso, como el de la
barra solamente.
La forma de empleo de este método debe ser manera puntual con algún ejercicio
específico y en la última o dos últimas series.
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SERIES EN BLOQUE: consiste en realizar la serie con un mismo peso en forma
fraccionada. Esto significa que se ejecutan un determinado número de repeticiones
hasta sentir los primeros síntomas de fatiga, donde se introduce una pausa de 5”-10”
aprox., para proseguir con la serie, esto se puede repetir entre 2 y 4 veces.
Seguramente no se podrán realizar el mismo número de repeticiones alcanzado en el
primer bloque, por la fatiga acumulada se completarán menos en cada uno de los
bloques subsiguientes dentro de la serie.
Este método favorece la hipertrofia (especialmente si se suman entre 8-12 reps.) al
prolongar la duración de la serie, y la fuerza máxima por utilizar cargas de intensidades
altas.
SERIES CON TENSIONES ISOMETRICAS: consiste en mantener la resistencia en una
posición estática durante una determinada cantidad de segundos dependiendo del
objetivo o tipo de fuerza que se pretenda desarrollar.
La máxima fuerza isométrica es un 10-20% mayor que la máxima o 100% concéntrico.
Si el objetivo es estimular la fuerza máxima se debe mantener la tensión durante 3”-5”
con una carga del 110-120% de 1RM; si el objetivo es fuerza-hipertrofia durante 15”-20”
con cargas del 90-110%; y si el objetivo es fuerza-resistencia durante 30”-40” con
cargas del 60-80%. Pero también pueden realizarse de otras maneras teniendo en
cuenta las variantes de isométricos o distintas combinaciones con las otras tensiones.
Las diferentes variantes de isométricos son las siguientes: isométricos puros,
isométricos funcionales e iso-concéntricos con una o con dos paradas.
Los Isométricos puros consisten en hacer la máxima fuerza posible, empujando o
traccionando, contra una resistencia inmóvil. Se puede utilizar la jaula de potencia para
llevar a cabo este método. Para miembros inferiores (fundamentalmente para
cuadriceps) se realiza un ejercicio isométrico conocido como “respaldo sin silla”, que
consiste en adoptar una posición de sentado con la espalda apoyada contra la pared.
La ventaja de las tensiones isométricas radica en que se puede producir una
contracción máxima reclutando más unidades motoras, alcanzándose una gran tensión
intramuscular permitiendo una elevada producción de fuerza y que la misma se
mantenga durante un lapso mayor de tiempo comparada con un ejercicio concéntrico
normal. Pero la desventaja es que esa mejora se produce en el ángulo articular
específico en que se mantiene la tensión y se puede extender hasta unos 10-20
grados. Para estimular en forma completa a lo largo de todo el recorrido del músculo,
se debería realizar trabajar en tres ángulos diferentes (entre 5 a 15-20 centímetros del
inicio del recorrido, en el punto de estancamiento o donde cuesta más
biomecánicamente hablando y entre 5 a 15-20 centímetros del final del recorrido). Si se
realiza en un solo ángulo, habría que realizarlo en el más favorable desde el punto de
vista biomecánico. También puede ser una desventaja el no poder cuantificar el grado
de esfuerzo, como no se trabaja con un peso, es difícil saber si realmente se está
haciendo el máximo esfuerzo. De esta manera se puede perder motivación al no ser
54
tan claros los progresos.
Los isométricos funcionales también trabajan de manera estática, pero con un peso. En
esta variante no se empuja o tracciona contra elementos inmóviles como en el caso
anterior, sino que se sostienen los pesos con barras, mancuernas u otros implementos.
En el ejercicio “respaldo sin silla”, citado en el isométrico puro, se puede apoyar un
disco de pesas sobre los muslos del ejecutante. Se coloca un peso lo suficientemente
pesado para estimular el tipo de fuerza que se desea desarrollar, se lo levanta hasta la
posición o ángulo de mayor beneficio biomecánico y se mantiene la tensión isométrica
durante 3”-5”, como mínimo. El tiempo en que se mantiene el esfuerzo dependerá,
como se mencionó, del tipo de fuerza a desarrollar. Si el objetivo es fuerza máxima y
potencia la intensidad es la más alta, entonces mayor será el peso a sostener y menor
el tiempo de la contracción. Lo contrario sucederá si el objetivo fuese la fuerzaresistencia. Al igual que lo mencionado para el isométrico puro con respecto a la
ganancia de fuerza en el ángulo específico estimulado, se lo debería trabajar en las
tres posiciones antes mencionadas.
El iso-concéntrico (o estático-dinámico) puede llevarse a cabo con una o dos
detenciones o paradas isométricas dentro de la repetición y, normalmente, la/s mismas
se producen en la fase concéntrica (aunque también podría producirse durante la fase
excéntrica). Obviamente este método no es isométrico puro, sino que presenta una
combinación con el concéntrico. Las paradas pueden durar de 3”-5” (para fuerza
máxima o potencia), 10”-20” (para hipertrofia) hasta 25”-40” (para fuerza-resistencia) y
la intensidad será irá de mayor a menor a medida que aumenta la duración del
esfuerzo. La forma de realización puede variar, pero la más usual es iniciar el ejercicio
y mantenerlo en el punto en que biomecánicamente cuesta más, esto sucederá a mitad
del recorrido en press de banco, press de hombros, dominadas, peso muerto,
sentadillas y, en general, con los ejercicios con pesos libres; y sobre el final del
recorrido en la mayoría de los ejercicios en máquinas con poleas como extensión de
cuadriceps en sillón, isquiotibiales en camilla, tirones tras nuca o adelante, remo, entre
otros. El número de repeticiones varía según el tipo de fuerza (menor si el objetivo es
fuerza, mayor si es fuerza-resistencia y en el medio si es hipertrofia) y dentro de cada
una de ellas según la duración (no es lo mismo sostener una carga 2”-3” que 5”, ni 10”
que 20”, o 25” que 40’). Como regla general se podría marcar hasta 5 repeticiones para
la fuerza máxima y potencia, entre 5 a 10 para hipertrofia y de 10 a 15 para fuerzaresistencia, pero podrán ser menos si las tensiones se mantienen cercanas a los límites
superiores de tiempo dentro de los establecidos para cada tipo de fuerza. Es un buen
método para utilizarlo en el período competitivo. Otra posibilidad de ejecución isoconcéntrica es realizar dos tensiones isométricas dentro de cada repetición de la serie,
pero esta forma de trabajo es bastante más intensa que la anterior por lo cual se
recomienda utilizarla alejada del período competitivo.
En la explicación del método de Superseries se mencionó la posibilidad de combinar
diferentes tipos de tensiones superseriadas (dos a cuatro ejercicios ejecutados
55
sucesivamente sin pausas), en este caso se suele utilizar una serie isométrica seguida
inmediatamente por una serie dinámica o concéntrica con el objetivo de pre-agotar a la
musculatura implicada. Por ejemplo: realizar “respaldo sin silla” o extensión de
cuadriceps en sillón manteniendo la isometría en la parte final del recorrido
precediendo al ejercicio de sentadilla. También se podrían invertir los ejercicios de
manera que el isométrico actúa como post-agotamiento. Otras combinaciones son
posibles con las demás tensiones.
Los trabajos con tensiones isométricos deben evitarse con niños y con personas que
sufran hipertensión arterial.
SERIES NEGATIVAS O EXCENTRICO PURO: consiste en realizar solamente la fase
excéntrica del ejercicio en forma muy lenta, resistiendo lo máximo posible contra la
carga de manera de tensionar la musculatura implicada. La intensidad puede ser mayor
al 100%, en el caso del excéntrico puro para fuerza.
Esta forma de trabajo favorece las ganancias de fuerza, provoca una mayor rotura
tisular y produce mayor carga mecánica por unidad motora, pero los daños que
ocasiona en las fibras musculares demandan varios días (desde unos 4-5 hasta 7) en
ser compensados. No debería utilizarse en exceso durante la sesión (elegir uno o dos
ejercicios de determinados grupos musculares) ni durante el microciclo (una vez por
semana para el mismo grupo muscular).
El entrenamiento excéntrico puede generar mayor tensión que el concéntrico, de hecho
la máxima fuerza excéntrica es equivalente al 120-140% aprox. del máximo o 100%
concéntrico. Recordemos que la máxima fuerza isométrica era un 10-20% mayor que la
concéntrica, por lo tanto la fuerza excéntrica es la mayor de las tres.
Este método puede proporcionar algo de hipertrofia, pero si se lo combina con
contracciones concéntricas, el aumento de masa muscular será mayor. Pero su empleo
más beneficioso puede ser para ganar fuerza en aquellos ejercicios donde el ejecutante
no tenga la suficiente fuerza concéntrica como las dominadas o extensiones de brazos
con su peso corporal. En estos casos, luego de un proceso de trabajo con esta tensión
“aguantando” el esfuerzo un mínimo de 5”-6” hasta 8”-10” entre 6 a 8 series, será capaz
de realizar algunas repeticiones concéntricas.
Si se trabaja para fuerza máxima, las cargas deberían situarse entre el 100% hasta el
140% de intensidad realizando entre 1 y 3-4 reps. Para hipertrofia habría que disminuir
la intensidad para permitir algunas repeticiones más (idealmente entre 6 y 8, aunque se
puede llegar hasta 12), pero el mejor resultado se produciría combinando series en las
cuales todas las repeticiones se ejecutan con velocidad normal la fase concéntrica o
positiva y muy lentamente la excéntrica o negativa. Este método no es exclusivamente
excéntrico. Se debe evitar, especialmente con principiantes, la realización de las 2-3
últimas repeticiones forzando la fase excéntrica cuando ya se encuentra en un estado
de fatiga acentuado. En este punto el aparato de sostén está tan agotado que se podría
sufrir una lesión articular.
56
Dentro de los ejercicios excéntricos tenemos el “Descenso Nórdico” o “Caída Rusa”
que es muy utilizado como ejercicio preventivo de lesiones en los isquiotibiales,
consiste en dejarse caer lo más lentamente posible (3”-5” por lo menos) hacia adelante
hasta que el pecho toque el piso desde la posición de arrodillado con los talones
sujetados por un compañero, espaldar u otro elemento que sirva de sujeción. Una vez
que el pecho toma contacto con el piso, se vuelve a la posición inicial de arrodillado con
la ayuda de los brazos. Este ejercicio también se puede realizar volviendo a la posición
inicial luego del descenso controlado y lento, sin tocar el piso, mediante una
contracción concéntrica de los isquiotibiales. Otra forma de ejecución es dejarse caer
hacia adelante con velocidad, frenar y volver a la posición inicial, de manera que se
produzca una gran tensión en la acción de frenado y reversión del movimiento. Las
últimas dos variantes de este ejercicio, claro está, no son excéntricos puros.
Otros ejercicios excéntricos para miembros inferiores utilizados consisten en la
ejecución de la fase concéntrica con ambas piernas y la fase excéntrica con una sola.
Por ejemplo: esta manera de ejecución se puede utilizar en ejercicios de cadena
cinética cerrada, como sentadilla, o abierta como extensión de rodillas en sillón de
cuadriceps o flexión de piernas en camilla de isquiotibiales.
Utilizando máquinas con dispositivos computarizados como la Berenice, permiten
trabajar de forma segura y cómoda la fase excéntrica programándola con intensidades
máximas para dicha parte del ejercicio. Pero, de más está decir, que contar con este
tipo de equipamiento no se encuentra al alcance de todos. Podemos contar con
soluciones más accesibles como el método llamado “120-80” (porque se trabaja con el
120% de intensidad en la fase excéntrica y el 80% en la concéntrica) es una buena
forma de trabajar la fuerza excéntricamente con cargas superiores que realmente la
estimulan al máximo. Este método consiste en agregar peso a la barra (en cada
extremo de la misma) mediante un dispositivo con ganchos que al descender o bajar la
barra, fase excéntrica, se desengancha la carga adicional cuando toma contacto con el
piso y, a continuación, se completa la fase concéntrica (al elevar la barra) sin el peso
añadido. El peso de la barra y los discos debe representar el 80% de 1RM y el
dispositivo con el peso adicional debe ser un 40% más para redondear el 120% (o sea
un 20% mayor al peso máximo concéntrico que el ejecutante pueda vencer). Con estas
intensidades sólo se estaría en condiciones de realizar una repetición. Como variante
se pueden incrementar o disminuir entre un 10% a 20% las cargas, entonces se
trabajaría al 130-140% la fase excéntrica y se disminuiría al 60-70% la concéntrica para
realizar una sola repetición, o se disminuye hasta el 100-110% la fase excéntrica y se
mantiene en 80% o se puede disminuir al 70% para poder ejecutar entre 2-4
repeticiones. La ventaja del empleo de este ejercicio es que no harían falta dos
asistentes experimentados que saquen el peso con rapidez y sincronismo al finalizar la
fase excéntrica del ejercicio, para finalizar con la concéntrica. Se lo puede utilizar en el
período competitivo y para deportistas avanzados.
Los saltos con caída previa desde alturas importantes (sólo en ciertas ocasiones y para
57
deportistas avanzados) representan otra forma de estimulación de la fuerza excéntrica,
con la ventaja de ser una de las pocas formas de reclutar directamente las fibras
explosivas sin permitir la participación de las fibras lentas.
En el proceso de entrenamiento durante el macrociclo, los ejercicios donde predominan
las tensiones excéntricas deberían llevarse a cabo lo más alejado posible de la época
de competencias (salvo los métodos puntuales que fuimos aclarando) y luego de unas
primeras semanas de adaptación anatómica donde prevalecen las tensiones
concéntricas. Recordemos que es un método (el puro) para deportistas con vasta
experiencia en el trabajo con pesas y que requiere de varios días para recuperarse. El
tiempo que demande la recuperación total dependerá de factores tales como la
intensidad, volumen, duración, nivel del ejecutante, alimentación y descanso. Si se
perciben señales de cansancio ya sea subjetivas (mediante escalas de percepción de
la fatiga como la de Borg) u objetivas (análisis de sangre u orina para medir metabolitos
musculares o enzimas) no se deberían realizar este tipo de esfuerzos para prevenir el
sobreentrenamiento o posibles lesiones, más allá de esto, los músculos no estarán en
las mejores condiciones para aumentar la fuerza o masa muscular.
CONCENTRICO PURO: consiste en ejecutar solamente la fase concéntrica del
ejercicio. De esta manera no se pierde energía ni concentración en la fase excéntrica,
pero tampoco se beneficia de la acumulación de la energía elástica en el ciclo de
estiramiento-acortamiento (CEA). Para realizar este método se debería contar con la
ayuda de uno o dos asistentes que coloquen la carga en la posición adecuada para que
el ejecutante realice la parte positiva (concéntrica) del ejercicio. De no contar con
ayudantes, se coloca el peso a vencer a la altura correspondiente para ejecutar el
movimiento ascendente o positivo. Para esto podemos utilizar soportes, racks de
sentadillas o la máquina Smith (Multifuerza). La desventaja de esto es que una vez
realizado el esfuerzo tendremos que tirar el peso al piso con los perjuicios que se
pueden causar (rotura de materiales). Si se cuenta con discos de goma y plataforma de
levantamiento olímpico se soluciona este problema. Ejercicios como las dominadas o
los fondos se puede soltar el agarre, luego de realizar la fase concéntrica, para caer de
pie al suelo. Se trabaja con cargas elevadas (85-90% a 100%) en series de 1 a 5-6
repeticiones ejecutadas a la máxima velocidad posible; en este aspecto quisiera aclarar
que no se va a movilizar la carga a una gran velocidad visto desde afuera, pero el
ejecutante va a mandar ordenes cerebrales con frecuencias elevada, es decir que se
concentra en movilizar la carga a velocidad. Las pausas entre series deben ser
completas (3’-5’). Este método es para deportistas avanzados y puede utilizarse en
períodos preparatorio específico y competitivo (en este último no realizarlos con cargas
del 100%, porque demanda una o dos semanas en recuperarse totalmente). Se lo debe
trabajar en un bloque de 2-3 (4 como máximo) semanas y el efecto retardado de este
tipo de trabajo se verá supercompensado en un lapso de tiempo de 2-3 semanas. Es
58
decir, que tendremos que interrumpir la aplicación de este método unos 20 días antes
de la competencia.
BALISTICO: consiste en vencer la carga de manera dinámica explosiva. Las cargas
serán livianas (25-50% de 1RM) o pueden ser el propio peso corporal. El tiempo de
duración de la serie no debe superar los 10” para permitir la máxima velocidad de
ejecución, además el descanso entre series debe ser completo (densidad con una
relación 1:10). De extenderse la duración de la serie o si la pausa es insuficiente, se
acumulará ácido láctico en cantidades importantes que perjudicarán la ejecución de
gestos explosivos.
Es un método que puede ser realizado por principiantes pero con el propio peso
corporal (principalmente con saltos de bajo impacto) o cargas muy livianas. De
utilizarse pliometría de alto impacto o cargas un poco más elevadas sólo es para
avanzados. Se suele usar este tipo de trabajo como método de contraste (mencionado
en el método Superserie), en el cual se ejecuta después de una serie pesada. Esto se
conoce como transferencia y su objetivo es enseñarle a las fibras explosivas del
músculo reclutadas en el ejercicio pesado a que actúen con velocidad máxima.
10X10 o SISTEMA ALEMAN: consiste en realizar 10 series de 10 repeticiones con un
minuto de pausas entre cada una de las series. En ejercicios para gemelos o
antebrazos se debería trabajar con series de 15-20 repeticiones por requerir de
desplazamientos cortos que tienen una duración bastante menor que otros ejercicios
con rangos de movimiento mayores. De esta manera se alcanza una gran acumulación
de ácido láctico, producto de esfuerzos que duran 20”-40” con pausas incompletas y un
volumen de trabajo considerable con una intensidad del 70% aproximadamente.
Es un método que posibilita gran hipertrofia, sin necesidad de alcanzar el punto de
falla. Es muy complicado poder mantener la intensidad que realmente permita la
ejecución de 10RM durante 10 series con tan solo un minuto de pausa, por el gran
desgaste que esto produce a nivel nervioso principalmente. En caso de no tolerar las
10 repeticiones con el correr de las series, se disminuye el peso con el cual se está
trabajando de manera que se pueda mantener la duración y número de repeticiones.
Se elige un solo ejercicio por grupo muscular para realizarlo en la sesión. Recordemos
que no es conveniente extender la duración de la sesión destinada a fines de hipertrofia
más allá de 90’, entonces si en una misma sesión se trabajan 2 o 3 grupos distintos
podríamos trabajar con este método para un ejercicio de cada uno de ellos. En
próximas sesiones se pueden variar los ejercicios.
Quienes prefieren este método aducen que al realizar las 3 series tradicionales de un
mismo ejercicio, no llegan a explotarlo al máximo porque cuando empiezan a “sentirle
el gustito” ya terminaron con ese ejercicio; en cambio con 10 series pueden sacarle un
rédito mayor.
59
METODO COMPLEJO: este método también se lo conoce como método de contraste,
búlgaro o ruso. En algunos casos puede sufrir algunas variantes (cantidad de métodos
involucrados, presencia o ausencia de pausas entre esfuerzos). También se los
denomina métodos combinados, porque combinan cargas elevadas y livianas con
diferentes tipos de tensiones (concéntrica, excéntrica, isométrica y pliométricas) dentro
de una misma serie o en una misma sesión. Se pueden utilizar ejercicios básicos,
balísticos e inclusive ejercicios de levantamiento olímpico (con estos últimos
combinados con variantes de saltos o lanzamientos finalizando con pliométricos, se
conoce como Método Olímpico Explosivo).
En el apartado de Superseries se ha explicado que este método consiste en alternar
esfuerzos pesados con livianos que permitan la ejecución de movimientos a
velocidades bajas y explosivas respectivamente. Aquí se detallarán algunas variantes
y sus ejemplos.
El método complejo se empezó a utilizar en la ex URSS (Unión Soviética) y fue
adoptado por los búlgaros.
Un complejo Ruso combina dos tipos de métodos o esfuerzos diferentes alternados en
la sesión, esto significa que habrá una pausa entre medio de ambos esfuerzos. O sea
que no es una Superserie. Se lo conoce como contraste en la sesión.
Ejemplo de complejo Ruso para miembros inferiores (musculatura extensora): ejercicio
sentadillas- Método de intensidades máximas 2: 5 reps al 85% de 1RM o intensidad /
Pausa: 3’-5’ / Método balístico: sentadillas con salto, 8-10 reps con el 50% del peso
corporal o 20% de 1RM de sentadillas. Se descansa 5’ y se repite. El total de estas
series en la sesión puede alcanzar las 5.
Ejemplo de complejo Ruso para miembros superiores (musculatura extensora):
ejercicio press de banco-Método de intensidades máximas 2: 5 reps al 85% de 1RM o
intensidad / Pausa: 3’-5’ / Método balístico: lanzamiento de press de banco en
multifuerza, 8-10 reps con el 45-55% de 1RM press de banco. Se descansa 5’ y se
repite. El total de estas series en la sesión puede alcanzar las 5.
Un complejo Búlgaro varía en que se utilizan más de dos métodos o tipos de esfuerzo,
normalmente de 4 a 6 diferentes, empezando por el más pesado y lento para terminar
con el más liviano y explosivo (curva fuerza-velocidad). Esta forma de entrenamiento
sigue el principio de que cada ejercicio se basa en el anterior para alcanzar un mejor
resultado. Es decir, que si respetan un orden secuencial, el ejercicio siguiente se apoya
en el anterior para potenciarse. O sea que es un encadenamiento de esfuerzos dentro
de una sesión para trabajar un objetivo determinado (fuerza, hipertrofia, fuerza
explosiva). Por ejemplo, para hipertrofia no hace falta llegar hasta métodos dinámicos
o balísticos, y el isométrico debería sostenerse más tiempo (15”-30”) en relación con el
tiempo de isometría para fuerza o potencia (<10”).
Ejemplo de complejo Búlgaro para miembros inferiores (musculatura extensora para
fuerza explosiva): ejercicio sentadillas- Método de intensidades máximas 2: 5 reps al
85% de 1RM o intensidad / Pausa: 3’-5’ / Método dinámico derivado del Levantamiento
60
Olímpico: cargada o arranque de potencia, 3 reps al 90% de intensidad / Pausa: 3’-5’ /
Método balístico: sentadillas con salto, 8-10 reps con el 50% del peso corporal o 20%
de 1RM de sentadillas / Pausa: 3’-5’ / Método pliométrico: Drop jump desde 50 cm, 10
reps / Pausa: 3’-5’ / método balístico sin carga: saltos verticales, 15”.
Muchas veces se observa que el método Búlgaro se realiza con sólo dos ejercicios.
En Estados Unidos se tomó el complejo Ruso, pero con una modificación, se trabaja
sin pausas entre ambos esfuerzos, es decir en Superserie. Se lo conoce como
contraste en la serie. Ejemplo de complejo Ruso en la serie para miembros inferiores
(musculatura extensora): ejercicio sentadillas- Método de intensidades máximas 2: 5
reps al 85% de 1RM o intensidad + Método balístico: sentadillas con salto, 8 reps con
el 50% del peso corporal o 20% de 1RM de sentadillas. Se descansa 5’ y se repite. En
algunos casos se puede repetir esto dos veces seguidas, es decir que se transforma en
una superserie de cuatro ejercicios seguidos sin pausa; el ejemplo quedaría así:
sentadillas-3 reps al 85% de 1RM + 4 saltos + sentadillas-2 reps al 85% de 1RM + 4
saltos.
Algunos prefieren dejar pasar 120” después del esfuerzo pesado para poder expresar
una mayor potencia en el esfuerzo explosivo. Según varias investigaciones esa pausa
optimiza el rendimiento del esfuerzo posterior al pesado.
Sea cual sea la forma de organizarlo se lo puede utilizar en el período competitivo,
teniendo en cuenta ciertos recaudos para llegar a la competencia principal recuperado
y obteniendo el efecto retardado en el momento preciso.
Más allá de cualquiera de todos los métodos aquí expuestos, cualquier tipo de trabajo
de sobrecarga nos proporcionará mejoras en todas las manifestaciones de fuerza, pero
con mayor acento en aquella que pretendemos según la intensidad y número de
repeticiones con que trabajemos. Por ejemplo, si realizamos series de 25 repeticiones
con una intensidad del 50% de 1RM, la mayor ganancia se producirá en la fuerzaresistencia (y un poco en la máxima y en la potencia, además de muy poca hipertrofia)
mientras que 5 reps/serie nos darán gran fuerza máxima y fuerza explosiva o potencia
con escasa hipertrofia y muy poca fuerza-resistencia. El rango de repeticiones
universalmente aceptado para estimular la fuerza-resistencia es a partir de las 15, para
la hipertrofia entre 6 y 12 y para la fuerza máxima y fuerza potencia entre 1 y 5. Para la
fuerza explosiva la cantidad de repeticiones que se puedan ejecutar con calidad sin
sobrepasar los 10”. Cuando manejamos un número de repeticiones cercanas a los
límites inferiores o superiores de cada tipo de fuerza, incidiremos en menor o mayor
medida sobre las distintas manifestaciones de fuerza “vecinas”.
Quisiera hacer una aclaración con respecto al porcentaje de intensidad, en primer lugar
pueden haber ligeras diferencias en cuanto al número de repeticiones y el porcentaje
que le corresponda a esa cantidad de repeticiones y, en segunda instancia, no en todos
61
los casos una persona será capaz de realizar un determinado número de repeticiones
con una intensidad dada. Según el tipo de disciplina deportiva que realice, el deportista
vencerá una carga sub-máxima mayor o menor cantidad de repeticiones. Por ejemplo:
un levantador de pesas, un lanzador de bala o un velocista (son muy fuertes pero poco
resistentes) podrán vencer una carga del 95% de su máximo sólo 2 repeticiones,
mientras que un jugador de rugby, basquetbol, hándbol o fútbol (son medianamente
fuertes y resistentes) serán capaces de realizar 3-4 reps., y un fondista (son los menos
fuertes pero más resistentes) 5-7. Por supuesto que los pesos que manejarán los
deportistas del primer grupo son muy superiores a los de los otros dos grupos. El 100%
representa una sola repetición sea cual fuese el tipo de deportistas o personas.
Otro aspecto a tener en cuenta, no sólo para este método sino también para todos los
demás, es la cantidad de series por ejercicios. Esto dependerá del número de
reps/serie y del tipo de fuerza que se pretenda desarrollar. Para trabajar la fuerzaresistencia lo aconsejable sería alcanzar las 40-45 repeticiones aprox. en 1 a 4 series,
entonces se podrían realizar 1 serie de 45 reps. o 2 series de 20 o 3 de 15; para fuerzahipertrofia entre 30-35 repeticiones aprox. en 3 a 5 series, que se pueden alcanzar con
3x10-12 o 4x8 o 5x6; y para fuerza máxima o potencia alcanzaría con 15-25
repeticiones aprox. en 5 o más series, por ejemplo: 5x5 o 6x4 u 8x3 o con un piramidal
de 1x6 (sin llegar al punto de falla) / 1x5 / 1x4 / 1x3 / 1x2 / 1x1.
Para terminar de redondear la forma de trabajo con los diferentes métodos faltaría
determinar la duración de las pausas entre series (micropausas). Para recuperarse de
una serie que se sitúa en los parámetros de la fuerza-resistencia (> 15 reps. al 30-60%
aprox.) la pausa debería durar aprox. 30”-60”; para compensar el desgaste entre series
destinadas a la hipertrofia (6-12 reps. al 65-85% aprox.), 60”-120”; y para la fuerza
máxima y fuerza explosiva o potencia (1-5 reps. al 90-100% hasta 140% si se utilizan
métodos isométricos, excéntricos o series parciales) las pausas deben ser completas,
rondando los 120”-180” o, inclusive, más.
Podrían agregarse otros métodos para el desarrollo de la potencia con trineos o
paracaídas entre otros elementos. (Ver artículo “La velocidad” de Horacio Tagliaferri
publicado en la página web www.ceefis.com.ar).
Para alcanzar un mayor éxito en el rendimiento deportivo, todos los métodos descriptos
deben periodizarse a lo largo del macrociclo de manera que estén ordenados
secuencialmente para no entorpecer el desempeño competitivo del deportista. Aclaro el
término deportistas, porque no es necesaria la periodización con personas que
entrenan para la salud y que no compiten, pues estos no tienen que rendir de manera
óptima en una fecha particular del año.
Para lograr esto se debe trabajar en bloques de 3 a 6 semanas (según el período de la
temporada y el estadio deportivo en que se encuentre). Los bloques o ciclos más largos
corresponden a los períodos iniciales del macrociclo y, especialmente, con deportistas
principiantes. A medida que se va acercando el período competitivo, se acortan los
bloques a 3-4 semanas. El primer bloque del macrociclo es conveniente utilizar el
62
método de carga estable de repeticiones 3 (series de 12 reps. con el 60-70% de 1RM)
para preparar tendones, articulaciones y todo el aparato de sostén; la duración de este
primer bloque dependerá del estadio deportivo del deportista, en caso de principiantes
será de 6 semanas aprox. y en los avanzados se puede reducir a 3-4 semanas. Como
semana final de cada bloque sería necesario disminuir el volumen de trabajo para
permitir una supercompensación en el siguiente ciclo o bloque., esto se llama
microciclo “de descarga”. Los bloques de trabajo excéntrico puro son los que más
alejados de la competencia deben ubicarse, luego le siguen los esfuerzos isométricos
puros, a continuación los pliométricos de alto impacto o entrenamiento de shock,
método de contrastes y los concéntricos puros, se los ubica teniendo en cuenta el
efecto retardado que causan, para obtener el beneficio en el momento justo de la
competencia. Hasta aquí todos estos métodos se emplean en el período preparatorio.
En el competitivo se pueden utilizar el 120-80 (y sus variantes), el iso-concéntrico
(estato-dinámico 1 tempo) en 1 tiempo, carga estable y piramidal con intensidades submáximas, pliométricos de bajo impacto, además de combinaciones (contrastes o
complejos pero que no afecten negativamente el rendimiento a corto plazo).
Para concluir a manera de resumen, los métodos apropiados para principiantes serían:
Carga estable de repeticiones II, III y IV, dinámicos o balísticos con peso corporal o
cargas muy livianas, luego Piramidal incompleto, Escalera y Olas. Mientras que los
avanzados pueden utilizar todos métodos y es importante que los combinen y empleen
teniendo en cuenta de periodizarlos adecuadamente a lo largo del macrociclo.
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63
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-Verkoshansky, Y.
(1999). “Todo sobre el método pliométrico”. Editorial Paido Tribo, Barcelona
-Verkoshansky, Y., Siff, M. (2004) “Super entrenamiento” Ed. Paidotribo, Barcelona,
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-Weineck, J.- (2005) “Entrenamiento total” Ed. Paidotribo. Barcelona, España
64
CAPITULO 5
MEDICION DE LA SESION DE
ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
EN EL GIMNASIO
65
Cuando se entrena para la salud y sin fines competitivos no es necesario ser
excesivamente riguroso en el control de las cargas de trabajo. Levantar determinado
kilaje en un momento puntual del año, realizar una repetición más o una menos, vencer
una resistencia un poco mayor o menor, no van a afectar en demasía a las actividades
de la vida cotidiana. En estos casos es suficiente que las cargas sean de tal magnitud
que cumplan el objetivo que cada individuo se haya propuesto, teniendo la precaución
de no superar las posibilidades del ejecutante para evitar posibles lesiones ni trabajar
con esfuerzos insuficientes de alcanzar el umbral de excitación de las fibras para no
perder el tiempo. En definitiva, debemos procurar mejorar la calidad de vida
paulatinamente, al conseguir un óptimo estado psico-físico y mantenerlo por el resto de
la vida. No hay apuros para conseguirlo, debido a que estas personas no se preparan
para una competencia que tiene lugar en una fecha determinada, ni se debe mantener
el mejor nivel alcanzado durante un período de tiempo determinado. Para esto el
profesor de Educación Física debe planificar el proceso de entrenamiento a seguir con
este tipo de población, pero no es necesario periodizar el manejo de las cargas de
trabajo.
En el entrenamiento de un deportista competitivo es imperioso controlar hasta el más
mínimo detalle para aumentar las probabilidades de éxito deportivo. En el alto
rendimiento, el control preciso de los estímulos que el deportista lleva a cabo puede
marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. En estos casos no es suficiente que el
deportista esté en buen estado de salud, sino que debe alcanzar la forma deportiva (el
máximo nivel posible de preparación físico, técnico-táctico, cognitivo y psico-volitivo) en
el momento preciso, es decir en la competencia más importante de la temporada. Esto
será posible, no sólo con la planificación, sino también con la periodización (manipular
los componentes de la carga durante los distintos períodos del entrenamiento
deportivo, de manera de llegar al momento justo de la competencia en el punto más
alto de rendimiento y luego permitir un descenso del nivel de rendimiento para evitar el
sobreentrenamiento). Para periodizar las cargas de trabajo se deben medir las
repeticiones, kilaje, velocidad de ejecución y las pausas. De esta manera se dosificará
el esfuerzo de acuerdo al objetivo. Existen otros factores que deberían ser controlados
como la alimentación, hidratación y el descanso para no dejar nada librado al azar, pero
en este artículo sólo voy a referirme a la medición de repeticiones, intensidades y
pausas del trabajo específico en el gimnasio.
Previo a la explicación de las variables de medición del entrenamiento con sobrecarga
voy a referirme a dos capacidades fundamentales de los músculos del deportista: la
capacidad de sostén y la capacidad de ejecución.
La capacidad de sostén se refiere a la función protectora de la musculatura ante
impactos o tensiones que pueda sufrir. Se desarrolla mediante estímulos de
entrenamiento prolongados o relativamente prolongados (>15”), volumen medio a alto
(>6 reps) a intensidades bajas hasta submáximas (<85%). Esto significa que el
esfuerzo recaerá sobre las fibras tipo I y tipo IIa, cuyos sistemas energéticos son el
66
oxidativo y la glucólisis anaeróbica, respectivamente. Es importante darle una buena
capacidad de sostén a los musculatura de la zona media, core o núcleo, como así
también a todos aquellos músculos que estén más expuestos a recibir impactos o sufrir
tensiones durante la actividad. Cada disciplina deportiva presenta sectores específicos
que sufren mayor desgaste o exposición a lesiones, sobre esos grupos musculares y
articulaciones debemos trabajar en forma preventiva; para ello el trabajo se basará en
series de varias repeticiones a intensidades moderadas con velocidades de ejecución
controladas. Si estos músculos necesitarán actuar con explosividad debemos
proporcionarles también estímulos con dichas características para que no pierdan su
velocidad, esto es la otra capacidad fundamental de los músculos: la capacidad de
ejecución.
La capacidad de ejecución, entonces, se refiere a la función de la musculatura de
actuar con altas velocidades y cortos tiempos de ejecución o aplicación de la fuerza. La
frecuencia de disparo de las motoneuronas deberá alcanzar altísimos valores, la
estimulación neurológica, es decir los impulsos nerviosos enviados por el S.N.C. o
cerebro, deben ser, como mínimo, de 45-50 Hertz o Hertzios (Hz), lo que representan
45-50 estímulos por segundo. En este caso, los esfuerzos serán de máxima intensidad
(90-100%, incluso hasta 140% si se emplean ciertos métodos o tipos de
contracciones), poco volumen (<6 reps) y breve duración (<10”). Lo que significa que el
trabajo apuntará a las fibras tipo IIb o explosivas, cuyo sistema energético es el ATPCP. Trabajar correctamente sobre esta capacidad es fundamental para mejorar la
potencia o velocidad de aquellos deportistas que requieran de estas cualidades para
afrontar con éxito su competencia, de no ser así su desempeño deportivo será pobre.
Gestos como el golpe de puño del boxeador, la patada del Taekwondista, el disparo con
el pie del futbolista, el batazo del beisbolista, el saque en el tenis, el remate del
voleibolista, el lanzamiento del jugador de handbal, por citar algunos, requieren de
altísimos niveles de velocidad y breves tiempos de aplicación de la fuerza. Es un error,
por ejemplo, en el caso del golpe de puño para el boxeo, practicarlo imitando el gesto
en una polea de pared porque la velocidad de ejecución es lenta y el tiempo de
aplicación de la fuerza muy largo si lo comparamos con el gesto real, además de tener
que desacelerar el movimiento en el final del recorrido articular (justamente en el
momento que se le debe imprimir la mayor velocidad) para prevenir lesiones en el
codo. En este punto, quisiera aclarar que los golpes (con manos o pies) que no
impactan contra un objetivo (bolsa de boxeo, escudos o cuerpo) deben ser frenados
por los músculos para evitar problemas en las articulaciones, cosa que podría suceder
si éstas realizan la acción de frenado. Esto no sucede si terminamos el gesto contra un
objetivo, donde este le pone el freno a la acción. Entonces pretender desarrollar gestos
veloces y potentes con la polea no es una buena idea si el objetivo es estimular las
fibras explosivas, en el mejor de los casos se estaría trabajando sobre las fibras
rápidas. Por supuesto que estamos acostumbrando a nuestro cerebro a enviar órdenes
de baja frecuencia, por debajo de 40 Hz. De esta manera la velocidad se verá afectada
67
al no ser requerida en su máxima expresión e, inclusive, podría llegar a disminuir.
Estas dos capacidades mencionadas debemos tenerlas en cuenta al momento de
periodizar las cargas de entrenamiento, porque en determinado momento del proceso,
ya sea en los diferentes estadios o etapas que atraviesa el deportista a lo largo de su
formación (iniciación deportiva, especialización deportiva y alto rendimiento) o en cada
período de la temporada (preparatorio general, preparatorio especial, competitivo y de
transición) una de ellas tendrá que desarrollarse con mayor proporción. Para dejarlo en
claro, en la etapa de iniciación deportiva a la capacidad de sostén se le debe dar una
mayor proporción que la capacidad de ejecución, comparativamente con las etapas
siguientes donde se le irá dando mayor proporción a la de ejecución. Esto no significa
que durante la iniciación no se desarrolle la capacidad de ejecución ni que en la etapa
de especialización y en la de alto rendimiento se deje de lado la capacidad de sostén.
Es más, la capacidad de sostén se trabaja con mayor volumen en las etapas
posteriores al de la iniciación deportiva, pero el ritmo de crecimiento del trabajo de la
capacidad de ejecución aumenta mucho más, de manera que en un momento se
equiparan (especialización deportiva) y, posteriormente, a medida que se alcanza un
nivel de especificidad mayor (alto rendimiento deportivo) la capacidad de ejecución y el
trabajo específico toman un protagonismo mayor a la de sostén y al trabajo general.
Durante el período preparatorio general la capacidad de sostén prevalece sobre la de
ejecución, pero a medida que se avanza en la temporada y se aproxima la competencia
se va invirtiendo la relación, aunque, al igual que lo mencionado en las diferentes
etapas, nunca se trabaja exclusivamente durante todo el período sobre una de las
capacidades.
El entrenamiento de la fuerza, como todo entrenamiento deportivo, se basa en la
capacidad de adaptación del organismo. Cuando el organismo o los músculos se
adaptan a determinado esfuerzo o carga, éste deberá ser mayor en volumen o
intensidad, básicamente, aunque también podría aumentarse la densidad, es decir
disminuir el tiempo de pausa manteniendo invariable el volumen e intensidad. Esto hará
posible que continúen produciéndose procesos adaptativos permitiendo nuevas
mejoras. Las variaciones de las cargas posibilitan que el deportista siga superándose,
condición fundamental para mantener las aspiraciones de competir con éxito. De más
está decir que para esto habrá que medir el trabajo llevado a cabo por el deportista.
El entrenamiento con sobrecarga en el gimnasio es muy medible. Para ello utilizaremos
las siguientes variables:
VOLUMEN
Representa el número total de repeticiones de un ejercicio. También podríamos
expresar el de toda la sesión, microciclo, mesociclo o macrociclo.
Ejemplo: si se realizan 3 series de 12 repeticiones con 80 kilos y micropausas de 2’ en
el ejercicio de Press de banco plano, el volumen correspondiente es 36 reps. (3x12).
La cantidad de repeticiones de cada serie varía según el objetivo. SI se pretende
68
trabajar Fuerza-resistencia, >25-30 reps; hipertrofia sarcoplasmática o no funcional*,
entre 10-15 o 25 repeticiones según rango de movimiento (movimientos cortos como el
curl o flexión de muñecas, extensión de muñecas, flexión plantar o extensión de tobillos
para gemelos y el ejercicio “Qué me importa” para primera porción del trapecio) y
fuerza con hipertrofia miofibrilar o funcional* entre 6-10 reps; y Fuerza máxima y Fuerza
explosiva o Potencia, <5 reps.
La cantidad de repeticiones totales (sumadas todas las series) por ejercicio también
tienen relación con el tipo de fuerza que se pretende desarrollar, para Fuerzaresistencia >50 reps.; para Hipertrofia entre 30-40 reps.; y para Fuerza máxima y
Potencia <20-25 reps.
La cantidad de series por ejercicio dependen del tipo de fuerza a desarrollar, para
Resistencia a la fuerza 1 serie muy larga; (>100 reps); para Fuerza-resistencia 2-4 (2550 reps, a más reps. menos series); para Hipertrofia 3-5 (6 a 12/15 reps, a más reps.
menos series y viceversa); para Fuerza máxima y Potencia 4-8 (<5 reps con cargas
pesadas o hasta 10” con propio peso corporal o cargas livianas a moderadas). En el
caso de resistencia a la Fuerza explosiva o Potencia se pueden mantener las series,
pero agregarle algunas repeticiones o disminuir la pausa entre series (micropausa).
La cantidad de ejercicios por grupo muscular dependerá del tipo de rutina, en caso de
rutina simple o idéntica para sólo 2 o 3 días por semana, en las cuales se deben cubrir
todos los sectores corporales, se realizan 2 ejercicios para los grupos grandes y 1 para
los pequeños; pero si la rutina es dividida, 4-6 días por semana, se aumenta la cantidad
de ejercicios por grupo muscular a 3-5 e, incluso más, dependiendo de la cantidad de
grupos musculares que se trabajen en cada sesión (cuantos menos grupos se trabajen
en una sesión, mayor número de ejercicios se podrán realizar).
TONELAJE
Representa la suma total de los kilogramos vencidos o “levantados”.
Ejemplo: en el caso del ejercicio mencionado en el Volumen, el Tonelaje es 2880 kilos
(36x80).
PESO MEDIO
En el caso de emplear métodos en los cuales varía el peso de las series, se puede
obtener el Peso medio o promedio de kilogramos con el cual se trabajó en cada
*Hipertrofia sarcoplasmática: incremento de la sección transversal del músculo por aumento en el
volumen del sarcoplasma y proteínas no contráctiles, pero no de la cantidad de miofibrillas por unidad
motora, por lo tanto el aumento de fuerza no es grande. Mayor demanda muscular que neural.
*Hipertrofia miofibrilar o sarcomérica: incremento del número y tamaño de sarcómeros, además de las
propias míofibrillas aumentando la cantidad o densidad de los filamentos proteicos contráctiles de actina
y miosina disponibles, acompañado de un aumento importante en la fuerza. Mayor demanda neural y
menor muscular que la sarcoplasmática.
69
ejercicio. Si se utiliza el método de Carga estable, al ser el peso siempre el mismo, no
se debe hacer ningún cálculo para obtenerlo. El Peso medio surge de la división de la
sumatoria de los kilos de cada una de las series (Tonelaje) por las repeticiones
(Volumen), o sea que es el promedio de kilaje por repetición.
Ejemplo: si se realiza un ejercicio con el método Piramidal incompleto de la siguiente
manera, 1 serie de 10 repeticiones (1x10) con 70 kilos, 1 serie de 8 reps (1x8) con 75
kilos, 1 serie de 6 reps (1x6) con 80 kilos y 1 serie de 4 reps (1x4) con 85 kilos, nos da
un Peso medio de 75,710 kgs. (700 kg + 600kg + 480kg + 340kg / 28)
Esta variable puede ser más confiable para medir cantidad y calidad del trabajo, si nos
quedamos solamente con la información de las dos variables anteriores no diferencia la
calidad con la cual se ejecuta el trabajo. Veámoslo con el siguiente ejemplo: si un
deportista alcanza un tonelaje de 10 toneladas por sesión, sería erróneo pensar que
esa cifra nos proporcionará idénticos resultados. Para comprender esto, se puede
exponer lo siguiente, realizar 1 repetición con 100 kilos sería igual a 10 repeticiones
con 10 kilos, pero sólo en el Tonelaje, si tenemos en cuenta el efecto de ambos
esfuerzos, son totalmente diferentes. Algo similar sucede si sólo tenemos en cuenta el
volumen, en el caso de realizar 10 repeticiones con 80 kilos o 10 repeticiones con 30
kilos, el volumen sería idéntico pero no el nivel.
INTENSIDAD
Representa el grado de esfuerzo o calidad con la cual efectuamos el ejercicio. Es decir,
si vencemos cargas muy pesadas, medianas o livianas; o si las vencemos con gran
velocidad de ejecución. Se la puede expresar o medir por el peso movilizado, como así
también expresarlo en porcentaje si se conoce el 100%. Otra forma de expresarla es
bajo la denominación de repeticiones máximas (RM), 1RM equivale a la máxima
intensidad o 100%, es decir el peso que se puede movilizar (contracción concéntrica)
una sola repetición; si se desea expresar intensidades sub-máximas con esta
denominación sería 2RM (95% aprox), 3RM (90% aprox), o el número de repeticiones
que se desee teniendo en cuenta que dicho número es el máximo posible que se
puede movilizar sin permitir una repetición más allá del mismo, o sea al punto de falla.
Ejemplo: si una persona levanta 100 kilos una sola vez y pretende trabajar con el 70%
de intensidad deberá utilizar 70 kilos.
Esta variable nos permite establecer comparaciones entre los pesos con los cuales
trabaja una persona a lo largo del macrociclo y de las etapas. También se puede
comparar el rendimiento entre distintos individuos.
De la misma manera que lo hicimos con el Peso medio, podemos obtener la carga
porcentual en el caso de utilizar métodos que manejen variantes de pesos en cada una
de sus series. En este caso se suman las cantidades de los kilogramos en cada serie
expresados en porcentajes y se lo divide por el número de repeticiones, o sea que se
obtiene el Tonelaje (expresado en porcentaje) y se lo divide por el Volumen. Por
70
ejemplo, si la intensidad máxima (100%) en determinado ejercicio es 90 kilos y
utilizamos un método piramidal incompleto terminado con doble serie final con los
siguientes números, 1x10 /70 kgs, 1x8 /75 kgs, 2x5 /80 kgs, el Tonelaje es 2100 kgs
(70x10=700; 75x8=600; 80x5=400; 80x5=400) y el Volumen 28 reps.; se pasan los kilos
a valores porcentuales y se lo divide por el Volumen para obtener la intensidad
promedio de 83,33% .
Para comprenderlo más fácilmente:
70 kgs x 100% /90 kgs = 77.777% x 10 reps = 777,77%
75 kgs x 100% /90 kgs = 83.333% x 8 reps = 666,664%
80 kgs x 100% /90 kgs = 88,888% x 10 reps = 888,88%
777,77% + 666,664% + 888,88% = 2333,314% / 28 reps = 83,33%
En ciertos casos podríamos trabajar con cargas livianas pero a intensidades muy altas
si la movilizamos a gran velocidad. Entonces la velocidad de ejecución deberíamos
tenerla en cuenta en la medición de la intensidad.
Las intensidades de trabajo para cada tipo de fuerza son las siguientes:
Fuerza-resistencia-<50% de 1RM o máxima concéntrica
Fuerza con hipertrofia-50-90% de 1RM o máxima concéntrica
Fuerza máxima-80-100% de 1RM o máxima concéntrica
Fuerza explosiva o Potencia-90-100% de 1RM o máxima concéntrica (para deportistas
avanzados) o 25-30% (para principiantes) o 45-55% hasta 70% según grupo muscular
(mayor para miembros inferiores) y tipo de ejercicio (mayor en los derivados del
Levantamiento Olímpico).
DURACION
Representa el tiempo de ejecución de cada serie, es decir desde que se inicia el
movimiento en la primera repetición hasta que se interrumpe al finalizar la última.
También se podría medir la duración de la sesión completa (incluye todas las series con
sus respectivas micro y macropausas).
De acuerdo al tipo de fuerza u objetivo, la duración de la serie tendrá una duración
diferente. Para desarrollar la Fuerza-resistencia, serán prolongadas (>60”) posibilitado
por la baja intensidad con la cual se trabaja; para Fuerza hipertrofia deben tener una
duración intermedia, entre 20”-60”, con cargas medianas a mediana-altas para
asegurarse altos niveles de ácido láctico, depleción de los depósitos de glucógeno
musculares y aumento en la concentración de la hormona del crecimiento y
Somatomedinas; y para Fuerza máxima y Fuerza explosiva tienen que ser de muy
corta duración (<10”-12”) para no acumular cantidades importantes de lactato que
perjudiquen la ejecución de contracciones veloces, en el caso de la Fuerza explosiva,
además de ser imposible realizar muchas repeticiones extendiendo la duración de la
serie debido al elevado peso o a la gran velocidad con la cual se ejecutan las
repeticiones.
71
Los tiempos bajo tensión óptimos para cada tipo de contracción son: 2”-5” para la
excéntrica, 1”-2” para la isométrica y 1”-2” para la concéntrica. Estos números pueden
variar de acuerdo al objetivo, aumentando o bajando según donde se desee acentuar el
efecto. Por ejemplo, si se desea obtener hipertrofia sarcoplasmática con un método
concéntrico-excéntrico se aplica un Tempo 412, esto significa un tiempo de ejecución
de 4” para la fase negativa o excéntrica del movimiento, 1” para la isométrica y 2” para
la positiva o concéntrica. De esta manera, una serie de 10 repeticiones duraría 70” (4”
exc., 1” isom., 2” con.). Para la hipertrofia sarcoplasmática nos debemos asegurar
tiempos bajo tensión mayores a 30”-40”, para hipertrofia miofibrilar entre 15”-20” a 30”40”, para fuerza máxima menores a 15”-20” y para Fuerza explosiva menores a 10”12”. Un ejemplo de Tempo para desarrollar explosividad podría ser 10X, es decir un
descenso o tensión excéntrica rápida (pero controlada para no causar lesiones) en 1”,
sin detención (0”) para revertir el movimiento y producir un ciclo de acoplamiento entre
las contracciones excéntricas y concéntricas (CEA) bien pliométrico para aprovechar la
energía elástica acumulada en las fibras, y X significa vencer la carga lo más rápido
posible, “explotar”. En niveles avanzados se pueden minimizar a milisegundos la
tensión excéntrica con ejercicios pliométricos de shock o pliometría de alto impacto.
En el caso de la duración de la sesión, no hay inconvenientes que dure mucho si se
trabaja para Fuerza-resistencia, pero cuando el objetivo sea el aumento de la masa
muscular (hipertrofia) o de la Potencia es importante controlarla. En el caso de
incremento del tamaño de los músculos la sesión no debería extenderse más allá de
los 90’ porque los niveles sanguíneos de testosterona y de los depósitos musculares de
glucógeno caerían demasiado de manera que no se podrá sostener la intensidad del
esfuerzo, por lo menos al mejor nivel para dicho objetivo. Las sesiones destinadas a
fuerza de alta demanda como lo son la Fuerza máxima y la Potencia requieren de
cantidades bajas de acidez y baja fatiga, especialmente neural, para no perturbar la
ejecución de esfuerzos elevados por el peso movilizado, por la velocidad de ejecución
o por ambas, para ello la duración óptima se sitúa entre los 20’-45’.
DENSIDAD
Representa la relación entre el tiempo bajo tensión o que dura el esfuerzo y el tiempo
de descanso.
Los esfuerzos que apuntan a la Fuerza-resistencia requieren de alta densidad, esto
significa que se está más tiempo bajo tensión que descansando, la relación trabajopausa debe ser 1:0,5 a 1:1 aproximadamente. En cambio, la Fuerza máxima y la
explosiva o Potencia todo lo contrario, o sea baja densidad, se estará descansando
más tiempo que trabajando puesto que los esfuerzos no deben durar más de 10”-12” y
sus pausas compensatorias no menos de 2’-3’, es decir una relación cercana a 1:10.
El desarrollo de la hipertrofia exige una densidad intermedia, es decir que será menor
que la de la Fuerza-resistencia pero mayor que la de la Fuerza máxima y Potencia,
siendo la relación trabajo-pausa 1:2 a 1:4 (dependiendo de qué hipertrofia se desee,
72
será más denso para la sarcoplasmática y menos para la miofibrilar), por ejemplo: a 30”
de esfuerzo le corresponde una pausa de 60” a 120”.
FRECUENCIA
Representa la cantidad de estímulos o sesiones que se le dedican a cada grupo
muscular en un período determinado, por lo general, una semana.
Para un principiante la frecuencia de trabajo para cada uno de los grupos musculares
no debería ser inferior a 2 sesiones idénticas por semana (idealmente 3 estímulos
semanales), separadas por un mínimo de 48 horas entre sí. A medida que continúe con
el proceso de entrenamiento podría emplear rutinas divididas, realizar sólo unos grupos
musculares en una o más sesiones y los restantes en otra/s sesiones, aumentando la
frecuencia a 4, 5 o 6 estímulos por semana. Otra posibilidad de aumentar la frecuencia
sería realizar doble o triple turno (2 o 3 sesiones en el mismo día). Por otro lado la
frecuencia también sufre variaciones de acuerdo al período del entrenamiento deportivo
en el cual se encuentre el deportista, será mayor en períodos preparatorios y menor en
el competitivo.
ÍNDICE DE HIPERTROFIA
Se obtiene del resultado de la división del tonelaje por el tiempo de duración del
ejercicio o sesión. Es importante para planificar el trabajo si el objetivo es el incremento
de la masa muscular (hipertrofia). Todas las variables mencionadas anteriormente,
salvo la Densidad, no tienen en cuenta las pausas entre series (micropausas) y entre
ejercicios (macropausas) dentro de la sesión de entrenamiento, cuando el objetivo
apunta al desarrollo de la Fuerza máxima o Potencia se debe asegurar un descanso
completo y no importa tanto si nos tomamos uno o dos minutos de más (siempre y
cuando no nos “enfriemos” demasiado). Pero si el objetivo es el crecimiento muscular
es vital controlar la duración de las pausas al igual que la de toda la sesión. A menor
duración de las pausas para un mismo esfuerzo, en cuanto a intensidad y número de
repeticiones o duración de la serie, mejores resultados para la hipertrofia porque se
estará trabajando en condiciones de acidez más elevadas. La hipertrofia depende en
gran medida de la concentración de ácido láctico.
Ejemplo: si en Sentadillas realizó 1x20 con 100 kgs; 1x15 con 120 kgs; 1x12 con 140
kgs; 1x10 con 150 kgs; 1x8 con 160 kgs en 15’, el Índice de hipertrofia será 550,6
(2000 kgs + 1800 kgs + 1680 kgs + 1500 kgs + 1280 kgs) = 8260 kgs / 15’ = 550,6
Si en próximas sesiones realizamos el mismo trabajo en un tiempo menor, el Índice de
hipertrofia será mayor, por lo tanto se obtendría un crecimiento muscular más
importante. El descenso en la duración del trabajo puede deberse, principalmente, a la
disminución del tiempo de descanso entre las series. Estar capacitado para afrontar el
mismo esfuerzo reduciendo las pausas hará posible que la duración se “achique” y
esto es debido a la mayor reserva de los depósitos de glucógeno localizados en los
músculos propiciados por el incremento del perímetro de las fibras musculares.
73
También podría aumentar este índice si se incrementará la intensidad (más peso) o el
número de repeticiones sin disminuir el peso, manteniendo la duración de la sesión; en
este caso, para poder vencer cargas mayores necesito mayor tamaño muscular.
El Índice de hipertrofia justifica la utilización de los ejercicios básicos como medios más
efectivos para desarrollar un gran volumen muscular porque permiten el empleo de
cargas más pesadas. El método de Series parciales (reducen el rango de movimiento
para vencer cargas de mayor peso) son otro medio muy utilizado por los
fisicoculturistas con este propósito.
Para priorizar el aumento de la cantidad de trabajo por sobre la disminución del tiempo
de duración se utiliza el coeficiente de hipertrofia. Para ejemplificarlo, supongamos que
en el ejemplo anterior se utiliza el método de escalera con dos “escalones” por cada
serie, con lo cual el tonelaje será el doble (16520 kgs) y si somos capaces de mantener
las pausas inalterables al igual que el ritmo de ejecución de las series, nos tomaría el
doble de tiempo (30’), entonces el Índice de hipertrofia va a ser 550,6. Si nos guiamos
por este resultado los dos trabajos son exactamente iguales, sin embargo este último
entrenamiento fue superior. Aclaración: trabajar más tiempo puede ser mejor dentro de
ciertos límites, si el tiempo de la duración de la sesión supera los 90’ aprox., los
depósitos musculares de glucógeno y concentración sérica de testosterona disminuyen
a niveles indeseables perjudicando el crecimiento muscular.
El Coeficiente de hipertrofia se obtiene mediante el siguiente cálculo:
Tonelaje x Tonelaje / Tiempo de duración
8260 kgs x 8260 kgs = 68227600 kgs / 30’ = 2274253.3
MANIPULACION DE LAS VARIABLES
Se deben utilizar todas estas variables mencionadas para comprender exactamente el
trabajo realizado, con ellas podremos planificar cargas de menor a mayor magnitud con
exactitud según el objetivo, etapas evolutivas y períodos del entrenamiento en el cual
se encuentre cada sujeto.
Las más utilizadas son el Volumen y la Intensidad, manejando ambas vamos a entrenar
a cada deportista según sus necesidades, es decir, si necesita elevar sus niveles de
fuerza máxima, potencia, hipertrofia, pérdida de tejido adiposo, entre otras. Por
supuesto que mantener bajo control la duración de las pausas entre series, es decir la
densidad, también debemos contemplarlo, de manera que sean las adecuadas para
cada objetivo.
En cuanto al manejo de la intensidad se puede establecer los siguientes límites según
el objetivo perseguido:
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INTENSIDAD
<25%
25-30%
30-50%
50-85%
85-100%
EFECTO
Resistencia a la fuerza sin hipertrofia. Disminución de grasa
Fuerza rápida o explosiva sin hipertrofia
Fuerza resistencia con poca hipertrofia
Fuerza con gran hipertrofia
Fuerza potencia con poca o sin hipertrofia
Nota: es posible trabajar con intensidades superiores al 100% mediante el empleo de ciertos
métodos (series parciales, forzadas) y tipos de contracciones (isométricas, excéntricas) que
apuntan a diferentes objetivos según la duración o volumen con los cuales se trabaje en la
serie. Por lo general, se utilizan estas intensidades supra-máximas para estimular la fuerza
hipertrofia, fuerza máxima y la potencia. También se puede alcanzar altas intensidades con
porcentajes medios y bajos si se los moviliza a gran velocidad.
Si se necesitan grandes niveles de fuerza y explosividad sin que aumente el peso
corporal se debe trabajar con intensidades muy elevadas (>85%). La característica de
este tipo de trabajo es que el volumen de la serie es bajo (<5 reps) con una duración
del esfuerzo muy breve (<10”) y pausas completas (>3’), de esta manera no hay
posibilidades de que se produzca un aumento grande de la masa muscular porque el
tiempo es insuficiente para vaciar los depósitos musculares de glucógeno ni elevar la
concentración de ácido láctico.
Para alcanzar estos niveles de intensidad se requiere un gran compromiso del S.N.C.,
éste debe lograr una fuerte estimulación neuronal (envío de señales eléctricas hacia los
músculos superiores a los 45-50 Hz). Con 45 Hz (equivalente a 45 impulsos por
segundo) se activan no sólo las fibras explosivas, sino también las rápidas y las lentas.
Esto mejora la coordinación intramuscular (sincronización), es decir que la mayor
cantidad posible de fibras del músculo trabajen al unísono, que en el mejor de los
casos puede alcanzar el 80-90%, ya que no es posible que la totalidad o 100% de las
fibras de un músculo se activen simultáneamente (salvo casos excepcionales, como
estados de locura o desesperación e hipnosis) porque el sistema nervioso reserva un
10-20% por precaución. Es indispensable activar las fibras tipo IIb (explosivas). Para
reclutar de manera sincrónica (simultáneamente) la mayor cantidad de fibras posibles
se debe recurrir a cargas muy pesadas, de manera que deben ser llamadas a actuar
las fibras tipo I (lentas), las IIa (rápidas) y las IIb (explosivas). Al trabajar todas al mismo
tiempo, cuando se agoten no hay posibilidades de que se vayan rotando para continuar
con el trabajo, entonces se interrumpe el ejercicio por la fatiga que impide continuar con
la contracción muscular. Se pueden activar las fibras explosivas directamente con
estímulos de elevadísima velocidad de ejecución, que inhiban, gracias al circuito de
Renshaw (inhibe a las fibras de las unidades motoras que no pueden responder a la
alta frecuencia neurológica) la participación de las fibras lentas porque éstas tienen un
tiempo de contracción-relajación demasiado largo, entonces no llegan a actuar en
gestos muy explosivos. Entonces, tenemos dos maneras de alcanzar intensidades
máximas, mediante cargas muy pesadas, que aumentan la activación neuromuscular o
75
mediante gran velocidad de ejecución, que reducen la inhibición y ponen en acción a
las fibras explosivas. Las cargas muy pesadas están reservadas para deportistas con
experiencia en el trabajo con sobrecarga, entonces los principiantes (ya sean menores
o adultos sin experiencia en este tipo de esfuerzos) tendrán que alcanzar una gran
activación muscular por la ejecución de gestos explosivos con cargas livianas (25-30%)
o con el propio peso corporal (pliometría de bajo impacto) de 10” o menos de duración.
Luego de acumular algunos años de trabajo con cargas livianas, medianas y medianaaltas o sub-máximas, progresivamente, estarán preparados para las cargas con pesos
máximos disminuyendo el riesgo de lesión y aumentando la eficacia de las tareas.
Los ejercicios de Halterofilia y los pliométricos son los que mejores resultados pueden
aportar para mejorar la potencia. Los primeros son ejercicios que combinan el empleo
de cargas importantes movilizadas a gran velocidad con participación de muchos
grupos musculares, mientras que los últimos aprovechan la energía elástica acumulada
en la tensión excéntrica para generar una acción más potente en la inmediata siguiente
tensión concéntrica. Es importante en estos casos ser capaces de reclutar el mayor
número de unidades motoras posibles en tiempos brevísimos (<200 mseg) para
alcanzar mejores niveles de fuerza, las unidades motoras que no puedan sincronizar a
sus fibras en ese corto tiempo no podrán sumar su fuerza en esa acción. Esta forma de
entrenamiento es específica para los deportistas que basan su rendimiento en
disciplinas que exigen altos niveles de potencia pero sin aumentar su peso corporal, ya
sea porque compiten en categorías establecidas por peso (taekwondo, boxeo) o por
cuestiones antieconómicas (saltos atléticos). Pasar a una categoría más pesada
implica competir contra oponentes de mayor talla (altura y tamaño) y potencia en el
golpe. Aunque en ciertos casos un deportista puede necesitar dar el “salto” a la
siguiente categoría porque le cuesta mantener el peso de la categoría inferior. En los
casos de los saltadores (una vez que completaron su crecimiento llegando a la adultez)
si se ponen más pesados, tendrán que realizar un esfuerzo extra para saltar más.
El sistema energético ATP-CP es el encargado en proporcionar la energía en este tipo
de esfuerzos.
Si el objetivo es hipertrofiar la masa muscular, lograr la hipertrofia sarcoplasmática, las
intensidades requeridas son del 50% al 80% (idealmente entre 60-70%). Estas
intensidades van a permitir un mayor volumen de la serie y duración del esfuerzo que
en el caso anterior. El número de repeticiones rondará las 6 a 12 y la duración entre 15”
y 45”. Para cumplir con este objetivo es imperioso controlar las pausas, que deberían
ser de 90”-120”, para mantener una gran acidificación.
El envío de impulsos nerviosos desde el cerebro hacia las terminaciones nerviosas de
los músculos es de una frecuencia menor (30 Hz) que el necesario para las fibras
explosivas, con la cual se activan las unidades motoras correspondientes a las fibras
tipo II o rápidas y, por arrastre a la de las tipo I o lentas. Las unidades motoras de las
fibras explosivas, por ser las de mayor tamaño, no son activadas con esa frecuencia de
disparo. Esto perjudica a la sincronización o coordinación intramuscular ya que las
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fibras que actúan lo hacen por grupos y se van rotando a medida que se cansan,
entonces no tienen que trabajar todas al mismo tiempo como en el caso anterior. Con
este tipo de esfuerzos la sincronización de fibras mejora sólo un poco, 5% a 20% según
la intensidad a la cual se trabaje, cuanto más cercana a intensidades del 80-85%
mayor será el incremento. La frecuencia de 30Hz recluta además de las fibras rápidas,
a las lentas. De todas maneras se estará bastante lejos de los mayores niveles de
sincronismo que alcanzan los deportistas explosivos (80-90%), el entrenamiento
sistemático con esfuerzos típicos de hipertrofia nos pueden llevar a valores de 40-60%
aprox., lo que significa que estamos inhibiendo un 30-50% restante de fibras
(recordemos que el sistema nervioso se “guarda” un 10-20%).
La glucólisis anaeróbica es el sistema energético principal en este tipo de esfuerzos.
Cuando un individuo se somete a un trabajo con estas características, la respuesta
será una depleción de los depósitos musculares de glucógeno, de manera que los
músculos se verán en la obligación de agrandar dichos depósitos para albergar mayor
cantidad de este substrato que les permita afrontar el trabajo. El incremento del tamaño
muscular se produce por el aumento del sarcoplasma principalmente, y un poco por los
cambios en la estructura de las proteínas (entre 5-10% de la hipertrofia total). Entonces
trabajar bajo estas características aumenta la masa muscular, además de la fuerza
resistencia, hasta cierto punto, y un poco la fuerza máxima en mayor o menor medida
de acuerdo a la proximidad o lejanía, respectivamente, a las intensidades más
elevadas. La velocidad y fuerza explosiva no tienen porque mejorar ya que no fueron
reclutadas las fibras explosivas. La hipertrofia es considerada enemiga de la velocidad
y fuerza máxima porque provoca una tensión que los órganos tendinosos de Golgi
(OTG) registran causando una inhibición prematura para desarrollar la máxima fuerza,
además se alcanza un grado de embolia ácida que impide las máximas posibilidades
de ejecución de gestos veloces y coordinados.
Si el objetivo es tonificar y desarrollar resistencia a la fuerza las intensidades deberán
situarse por debajo del 50% con volúmenes mediano-elevados (>15 reps) de duración
prolongada (>40”) y pausas cortas (<60”). En la iniciación deportiva este tipo de
esfuerzos son los indicados para ir ganando fuerza y mejorar la capacidad de sostén de
los músculos para mejorar la estructura osteo-muscular, además de fortalecer
ligamentos y tendones. Si además se quiere reducir el tejido adiposo en mayor
magnitud debería disminuir la intensidad aún más (<30%), de esta manera se podrá
extender la duración del esfuerzo e incluso realizarse el trabajo sin pausas, por lo
general con actividades cíclicas aeróbicas o con series muy prolongadas (>25-30 reps)
o en circuito. Como las unidades motoras de las fibras encargadas de estos esfuerzos
son las de menor talla, con una estimulación neurológica de tan sólo 15 Hz es
suficiente para activar a las fibras tipo I o lentas. Estos trabajos consiguen activaciones
en el orden del 30-50% del total fibrilar. Una persona sedentaria solamente podría
activar el 20-25%.
77
Este tipo de esfuerzos dependen del sistema oxidativo para cubrir sus demandas
energéticas.
OBTENCION DE LA INTENSIDAD
Para obtener la intensidad se toma un test de fuerza máxima que consiste en obtener
como resultado final, el peso más elevado que el individuo pueda movilizar, en forma
concéntrica y sin ayuda, una sola vez en determinado ejercicio. Este test debería
aplicarse con personas que tengan un historial en el trabajo con pesas. De aplicarlo
con un principiante se observará la imposibilidad de efectuar el ejercicio de manera
coordinada porque no está capacitado para sincronizar un número elevado de unidades
motoras. Como resultado de esto la ejecución sufrirá detenciones y movimientos
compulsivos. Con el paso del tiempo si se sigue un proceso de entrenamiento de la
fuerza, al cabo de 3-4 años se estará capacitado para alcanzar la mayor reclutación
sincrónica posible (aprox. 80-90%) de manera que le permitan movilizar cargas muy
elevadas de manera coordinada y sin detenciones en su accionar porque el tiempo de
aplicación de la fuerza es menor y la acción rápida a velocidad constante no permite el
temblequeo. La mayor sincronización de fibras se logra con movimientos explosivos y
esfuerzos de altísima intensidad, por lo tanto de muy bajo volumen y duración, como
los ejercicios de Halterofilia y pliométricos que ya he mencionado.
Con personas no experimentadas se pueden aplicar pruebas o tests de intensidades
sub-máximas (3 repeticiones o más) y obtener la intensidad máxima (100%) mediante
diversas fórmulas de predicción de la fuerza máxima como la Epley, Lander, Brzycki,
Wathen, entre otras. De todas maneras, más allá de conocer el 100% de intensidad,
este es muy susceptible a variaciones que responden a múltiples factores (motivación,
alimentación y descanso de ese día en particular) y, además, un factor a tener en
cuenta que generalmente no se mide, es la velocidad con que se efectúa cada
repetición. Si a medida que se realizan las repeticiones, se disminuye la velocidad de
su ejecución se estaría perdiendo potencia a pesar de que el movimiento pueda
completarse. Para medir la velocidad se utilizan encoders o células fotoeléctricas o, en
última instancia, aunque no muy preciso, se puede cronometrar el tiempo de ejecución
de cada repetición. No obstante, estos tests nos proporcionan datos acerca de la
intensidad bastante confiables.
La intensidad, como ya he mencionado, suele expresarse en repeticiones máximas
(RM), manifestando el número de repeticiones que se pueden ejecutar al punto de falla.
Por ejemplo, 10 RM significa que la serie se realiza con el peso que permite realizar 10
repeticiones y no 11. En general, determinado número de repeticiones nos indica a que
porcentaje de intensidad se está trabajando y, por supuesto, cual es el efecto que se
obtiene. Pero esto sólo será preciso si se conoce las características del deportista que
están marcadas por su disciplina deportiva, porque una determinada intensidad podrá
78
ser vencida diferente número de repeticiones. El 100% para todos los tipos de
deportistas implica una sola repetición, pero las intensidades por debajo de la máxima
van a sufrir variaciones en cuanto a la cantidad de repeticiones según las
características energéticas de cada deporte o puesto dentro del mismo. Podemos
dividir en tres grandes grupos de deportes de acuerdo a la exigencia energética: 1)
grupo de los deportistas más fuertes pero menos resistentes, dependientes del sistema
ATP-CP, que requieren máximo esfuerzo en la unidad de tiempo, o sea de intensidades
máximas y muy bajo volumen, donde se encuentran los velocistas, lanzadores,
saltadores y levantadores olímpicos de pesa; 2) grupo de los deportistas fuerzaresistencia, dependen del sistema de la glucólisis anaeróbica, que requiere de
intensidades y volúmenes intermedios o mediano-altos, donde se ubican los
luchadores, fisicoculturistas, rugbiers, basquetbolistas y otros deportes de situación; 3)
grupo de los deportistas más resistentes pero menos fuertes, predominio del sistema
oxidativo, que requiere de las intensidades más bajas y volúmenes más altos, donde
entrarían los fondistas o todos aquellos deportistas que compiten en actividades de
larga duración.
En la tabla 1 se detallan el número aproximado de repeticiones por intensidad que
corresponde a cada uno de los grupos mencionados. En la misma se podrá observar
que el grupo 3 es capaz de realizar un mayor número de repeticiones en las
intensidades sub-máximas porque son muy resistentes, pero se debe tener en cuenta
que los pesos que movilizan son bastante inferiores a los de los otros grupos porque
son menos fuertes. Los del grupo 1 pueden movilizar pesos muy pesados por su gran
nivel de fuerza, pero como tienen poca resistencia no son tan eficaces para mantener
esfuerzos prolongados. De todas maneras, si aumento la fuerza máxima estaría
capacitado para vencer cargas menores más veces, aunque una persona que alcance
a superar una carga menos pesada que otro sea capaz de movilizarla más veces.
Por esto no es muy acertado, en todos los casos, hablar de número de repeticiones
para alcanzar determinado resultado. Lo más conveniente es referirse al porcentaje de
intensidad. De todas maneras estos números de repeticiones debemos tomarlo como
una guía muy general.
INTENSIDAD
100%
95%
90%
85%
80%
GRUPO 1
1 REP.
2 REPS.
3 REPS.
4 REPS.
5 REPS.
GRUPO 2
1 REP.
3-4 REPS.
5-7 REPS.
8-9 REPS.
10-12REPS.
Tabla 1
79
GRUPO 3
1 REP.
5-8 REPS.
10-12 REPS.
15-18 REPS.
20-25 REPS.
Referencias bibliográficas
-Anselmi, H. (2001). “Fuerza, potencia y acondicionamiento físico”. Buenos. Aires.
-Bosco, C. (2000). “La fuerza muscular”. Editorial Inde, Barcelona.
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-De Hegedüs, J. (2008). “Teoría y práctica del entrenamiento deportivo”. Editorial
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-González Badillo, J.- Ribas Serna, J. (2002). “Bases para la programación del
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-Verkoshansky, Y. Siff, M. (2000). “Super-entrenamiento’. Editorial Paidotribo,
Barcelona,
80
CAPITULO 6
PERIODIZACION DEL
ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
81
En el deporte competitivo no es suficiente con tan sólo planificar el proceso de
entrenamiento, sino que será necesario manejar la dosificación del volumen,
intensidad, duración, densidad y frecuencia de las cargas de trabajo a lo largo de cada
estadio de la vida deportiva del deportista y de los períodos del entrenamiento, para
que éste alcance su mejor performance en el momento justo, o sea en la competencia
de mayor relevancia del año. Esto es posible mediante la PERIODIZACION en la cual
se va mejorando el nivel hasta alcanzar el pico de rendimiento durante el período
competitivo para luego descender. Como la fuerza constituye un punto clave para el
rendimiento deportivo, por lo tanto su entrenamiento debe ser periodizado en fases
para alcanzar el tipo de fuerza específica o útil óptima para la disciplina deportiva en
que se compite. Según el tipo o combinación de fuerza requerida se irán empleando
distintos métodos a lo largo de cada fase.
En el estadio de iniciación deportiva, normalmente estamos hablando de edades
menores a los 10-11 años, el trabajo debe priorizar la multilateralidad ante la
especificidad, por lo tanto no es necesario llevar una periodización para alcanzar el
rendimiento más alto en una fecha determinada del año; si debe periodizarse como
paso previo a posibilitar el logro de un alto rendimiento en próximas etapas
(principalmente en la del alto rendimiento correspondiente a la adultez).
Al periodizar las cargas de trabajo se debe tener en cuenta las demandas energéticas
(sistemas de provisión del ATP) y de las cualidades físicas primordiales de la disciplina
deportiva en la cual se compite. Por lo general, el desarrollo de la fuerza tiene
incidencia positiva sobre la velocidad o sobre la resistencia dependiendo de la forma en
que se la trabaje; se considera que la velocidad y la resistencia son dependientes de la
fuerza. Sólo si el entrenamiento apunta exclusivamente al desarrollo de la fuerza
máxima puede disminuirse la resistencia aeróbica y viceversa; si los trabajos típicos de
fuerza hacia la hipertrofia sarcoplasmática se mantienen a lo largo de períodos
extensos pueden afectar la expresión de la máxima velocidad; si los ejercicios de
fuerza no son ejecutados con rangos articulares completos ni son compensados con
estiramientos musculares, la flexibilidad se verá reducida. Pero el trabajo bien
dosificado, combinando tipos de fuerza y cualidades físicas tendrá un efecto
potenciado. Esto está avalado por múltiples investigaciones (Atha, 1984; Dudley y
Fleck, 1987; Hickson y cols. 1988; Mc Dougall y cols, 1987; Micheli, 1988; Nelson y
cols., 1990; Sale y cols., 1990). Aunque cabe aclarar que el desarrollo de la potencia
aeróbica por períodos prolongados de tiempo puede afectar a la fuerza explosiva y la
velocidad por cuestiones hormonales. La concentración de testosterona circulante en
sangre, que es fundamental para la máxima expresión de la fuerza explosiva y la
velocidad, se ve perjudicada por los esfuerzos de larga duración que aumentan la
liberación de Beta-endorfinas (ésta inhibe a la hormona Luteinizante, que es
estimuladora de la testosterona en las gónadas). El sexo y la genética establecen
diferencias en los niveles de testosterona, pero también el entrenamiento específico de
fuerza explosiva y velocidad que realizan los velocistas aumentan los niveles de
82
testosterona, por esto las mujeres velocistas tienen niveles similares y, hasta,
superiores en el rendimiento de velocidad que deportistas varones no velocistas, a
pesar de que estos tienen 5-6 veces más cantidad de testosterona (Bosco y cols.,
1996). Los deportistas de especialidades que no dependen exclusivamente de la
velocidad, le dedican un tiempo considerable a otras cualidades como la resistencia.
Para mejorar la potencia aeróbica sin desmedro de la fuerza explosiva y velocidad, se
puede utilizar el método de carrera continua con variación de la velocidad (CCVV)
introducido por Carmelo Bosco en 1990, que consiste en alternar tramos de carrera a
baja intensidad (150 pul./min.) durante 110”, 50” y 30” con aceleraciones de 10, 30 y 50
metros. Así mismo, para la resistencia a la fuerza explosiva o rápida es necesario que
se mantenga un nivel elevado de testosterona sérica (circulando en sangre) que puede
potenciar la actividad del calcio y, de esta manera, mejoras en la contracción muscular
(Rolling y cols., 1996).
Antiguamente se atribuía solamente a la velocidad de frecuencia de envío de los
impulsos nerviosos desde el SNC la explicación de la mejora de la fuerza máxima y
explosiva. Con lo que se dijo anteriormente queda claro que también influyen factores
hormonales en la expresión de gestos veloces y potentes, por lo tanto al planificar y
periodizar las cargas de trabajo se deben tener en cuenta las adaptaciones (neurales,
hormonales bioquímicas, musculares, etc.) para permitirle al deportista alcanzar su
mejor rendimiento en el momento preciso.
En la actualidad no se concibe un entrenamiento sin el desarrollo de la Fuerza, ya sea
para la potencia y velocidad como para la resistencia muscular, además de su
importancia para fines preventivos y compensatorios. Combinando las proporciones de
cualidades y tipos de fuerza requeridas en su medida justa para cada especialidad
deportiva y ubicada dentro de la sesión, microciclo y mesociclos dentro del macrociclo,
se potenciará el rendimiento deportivo.
En el deporte competitivo la Fuerza no se busca con un fin en sí mismo, sino con el
objetivo de elevar los niveles de fuerza explosiva o potencia, la fuerza-resistencia o una
combinación de ambas, es decir la resistencia a la fuerza explosiva o rápida. Los
objetivos de periodizar el entrenamiento de la fuerza son:
-desarrollar los tipos de fuerza durante el macrociclo para alcanzar el pico de fuerza
requerida (potencia o resistencia muscular) en el período competitivo;
-aumentar el pico de potencia de un macrociclo al otro.
La primera experiencia de periodización de la fuerza se llevó a cabo en 1964 con el
lanzador de jabalina Mihaela Penes (medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio).
Los resultados fueron presentados por Bompa (1965). Este modelo de periodización,
que estaba diseñado para deportes de fuerza explosiva, luego fue adaptado para los
deportes de largo aliento que requieren de resistencia muscular (Bompa, 1977).
Al trabajo de Bompa le siguieron otros, demostrando que la periodización del
entrenamiento de la fuerza era requisito indispensable para obtener los más altos
logros en el rendimiento deportivo (Fleck y Kraemer, 1996).
83
Bompa propone las siguientes fases para la periodización de la fuerza en el siguiente
orden:
1) Adaptación anatómica
2) Hipertrofia
3) Fuerza máxima
4) Conversión a potencia o a resistencia muscular
5) Mantenimiento
6) Transición
Normalmente, las tres primeras fases tienen lugar en el período preparatorio general, la
cuarta en el preparatorio especial, la quinta durante el período competitivo, y la sexta,
justamente, en el período que lleva el mismo nombre: período de transición.
Los principios del entrenamiento Deportivo (Aumento Progresivo, Multilateralidad,
Variación, Sistematización, Entrenamiento elaborado en Períodos y en Estadios,
Especificidad y Proporción General y Especial, etc.) rigen todo este proceso.
1ª FASE-ADAPTACION ANATOMICA
Según investigaciones sobre la adaptación anatómica a los esfuerzos con sobrecargas,
la aplicación de cargas intensas sin una adaptación progresiva previa y durante
períodos prolongados puede disminuir el fortalecimiento óseo (Matsuda y cols., 1986).
Entonces para prevenir lesiones óseas se debe introducir a los menores o personas
que inician un plan de entrenamiento de la fuerza de manera progresiva con cargas
livianas, éstas pueden tener un efecto positivo sobre los huesos estimulando el
crecimiento en longitud y perímetro de los huesos largos de niños/as, y gradualmente
llevarlos a cargas de mayor intensidad. La exposición a cargas de alta intensidad en
forma prematura puede afectar el crecimiento óseo (Matsuda y cols., 1986), el
entrenamiento con pre-púberes debe estar apuntado a largo plazo donde las cargas de
trabajo deben ir produciendo adaptaciones graduales y no lesiones o alteraciones.
Cuidado con la especificidad prematura y el aumento de la intensidad, en esta fase
debe priorizarse el trabajo multilateral con cargas que no causen una sobreexigencia.
Con intensidades elevadas la fuerza de los músculos crece a un ritmo mayor que la de
sus inserciones musculares con el hueso (tendones) y articulares (ligamentos)
pudiendo provocar lesiones tendinosas o ligamentarias.
También debe respetarse la fase de adaptación en deportistas experimentados ante
cada inicio de temporada, para prevenir alteraciones en las propiedades mecánicas de
los huesos que pueden ocasionar trabajos prolongados con cargas intensas, al
aumentar la densidad ósea se van a tolerar las tensiones mecánicas a las cuales es
sometido el hueso en el entrenamiento.
En esta fase se deben fortalecer los tendones y ligamentos. Como los músculos se
insertan a través de los tendones a los huesos, es necesario que esta unidad de tejido
conectivo, el tendón, sea lo suficientemente fuerte para que el músculo pueda
84
traccionar a los huesos sin que se produzcan lesiones (por ejemplo: lesiones por
desprendimiento de cartílago). Los tendones requieren de un tiempo mayor para
fortalecerse que los músculos; después de un proceso a largo plazo van a lograr las
adaptaciones que les permitiría soportar contracciones de gran intensidad. Algo similar
ocurre con los ligamentos, cuyo fortalecimiento se verá reflejado en articulaciones más
estables.
La explicación por la cual en esta fase se debe comenzar con cargas livianas, más allá
de lo mencionado con respecto a los tendones y ligamentos, es que el deportista viene
de sus vacaciones, donde seguramente no realizó mucho trabajo de fuerza, y
deberíamos preparar el aparato locomotor para soportar las futuras elevadas cargas de
trabajo. La fuerza de los músculos aumenta gracias al aprendizaje motor (mejora
coordinativa).
El trabajo debe ser general, por lo tanto se enfoca hacia todos los grupos musculares
(sin priorizar el desarrollo de los músculos de la primera fuerza motriz o motores
agonistas). Debe existir un equilibrio entre flexores y extensores o entre agonistas y
antagonistas, además de los miembros contralaterales. Si bien ciertos músculos son
más fuertes que sus antagonistas (por ejemplo: el cuadriceps o los gemelos son más
fuertes que los isquiotibiales y el tibial anterior, respectivamente), demos conocer la
relación porcentual que debemos mantener entre ellos y no permitir que las diferencias
sean mayores. Los isquiotibiales deben trabajarse con una carga aprox. del 60% a la
correspondiente del cuadriceps; los tibiales con un tercio de la de los gemelos; los
abdominales y espinales en la misma proporción; los rotadores externos con el 60% de
la empleada con los rotadores internos; el bíceps y el tríceps trabajan con la misma
proporción; los flexores y extensores de cadera, misma proporción. En las próximas
fases el deportista estará trabajando de manera específica sobre los músculos
principales que intervienen en los gestos de su disciplina y, en la mayoría de los casos,
con un marcado acento sobre el brazo o pierna de su lateralidad dominante. Por este
motivo debemos trabajar sobre la musculatura y miembros menos empleados en la
actividad específica en las fases más alejadas a la competencia (adaptación anatómica
y transición). No olvidar de trabajar la musculatura estabilizadora, los músculos
fijadores son de vital importancia para que un sector corporal pueda ejecutar una
acción con eficacia al activarse anticipadamente en forma isométrica para permitir que
otro sector se mueva; por ejemplo: los hombros deben estar estabilizados para que los
brazos se flexionen o extiendan con solvencia; los abdominales deben estar estables
para que las piernas puedan patear o para que los brazos puedan rematar o golpear,
así como la transmisión de la potencia desde las piernas hacia los brazos.
Es fundamental la estimulación de la zona media (abdominales y lumbares) ya que son
el enlace en la trasmisión de fuerza hacia los miembros superiores e inferiores, si no
tiene la fortaleza necesaria para mantenerse estable no será posible la ejecución de
gestos potentes por parte de los brazos o las piernas. Además de ser la zona que debe
absorber impactos ante golpes directos o los contactos contra el piso en las carreras o
85
saltos. La musculatura abdominal y lumbar es la primera en que debemos centrar la
atención para la formación de un deportista, luego seguimos con los músculos del torso
para llegar a los miembros superiores e inferiores.
La duración de esta fase depende de la periodicidad (en el caso de que sea simple
tendrá mayor duración), de la experiencia del deportista (los principiantes requieren de
una adaptación más larga), del nivel de implicancia de la fuerza en la disciplina (en
deportes que exigen menor intensidad se puede trabajar durante un período mayor con
cargas livianas y generales) y de la edad o estadio del entrenamiento en que se
encuentre (a menor edad o estadio más alejado del alto rendimiento, mayor duración).
La duración debería ser de 2-3 años en pre-púberes; dentro del macrociclo, en el
período preparatorio, para deportistas noveles debe ocupar un período de tiempo más
largo que en el de los avanzados, siendo de 6-10 semanas para los primeros, y de 3-5
para los últimos.
El método más empleado en esta fase es el circuito. Por supuesto que también
podemos recurrir a otros métodos y, que éste puede ser empleado en las siguientes
fases.
El entrenamiento en Circuito, también llamado Progresión vertical, consiste en un
conjunto de ejercicios (“estaciones”) diferentes en cuanto grupos musculares
implicados que se realizan uno seguido al otro sin descanso entre ellos o con una
pausa pequeña pasiva o activa.
Este método o forma de organización fue difundido en la Universidad de Leeds
(Inglaterra) por Morgan y Adamson en 1959, pero más para el desarrollo del
acondicionamiento físico general que para el de la fuerza específicamente. A medida
que se fue utilizando con el correr de los años, este método fue creciendo y
adaptándose hacia objetivos más deportivos (Scholich, 1992).
Un circuito debe constar de 6 a 12 (hasta 15 se puede tomar como válido) ejercicios o
estaciones; hasta 9 estaciones se considera circuito corto y de 10 a 15, largo. Las
series (estaciones o ejercicios) que componen el circuito, siguen las pautas del método
de repeticiones 3 o 4 en cuanto a repeticiones, intensidad y velocidad de ejecución.
Según el contenido, los circuitos pueden ser generales (ejercicios para todos los
sectores corporales que sirvan de base) o específicos (ejercicios que apuntan a gestos,
grupos musculares, cualidad o tipo de fuerza específica del deporte competitivo). Por
último, podemos hablar de un circuito liviano (intensidades livianas hasta medianas,
30%-50%) o pesados (intensidades sub-máximas hasta máximas, 60%-100%), en la
fase de Adaptación anatómica corresponde utilizar solamente los circuitos livianos. La
cantidad de veces que se repite el circuito en una sesión dependerá de la cantidad de
ejercicios que lo compongan, del momento de la preparación y del nivel del ejecutante.
Para dosificar el trabajo en cada estación debemos conocer el nivel de aptitud física de
la persona o necesidades del deporte en el cual nos preparamos. Se puede establecer
por un número determinado de repeticiones o por tiempo, personalmente, me inclino
por cantidad de repeticiones porque mantener la ejecución con calidad técnica de cada
86
sector corporal a lo largo de un tiempo, normalmente, no es igual; por ejemplo,
ejercicios para miembros superiores durante un tiempo determinado suele ser más
exigente que ese mismo tiempo para zona media o miembros inferiores. Las
micropausas (pausa entre ejercicios) dependerán de la intensidad y volumen del
ejercicio, pudiendo ser de los pocos segundos que me tome cambiar de posición o
aparato hasta un par de minutos (esto en caso de objetivos de mayor intensidad, que
no es lo que buscamos en esta fase). Las macropausas (pausa entre las vueltas al
circuito) pueden durar 1-3 minutos.
Para llevar a cabo un circuito se puede emplear desde el propio peso corporal, bandas
de goma, medicine-balls, pesas hasta máquinas. Una progresión puede ser que
comience con el propio peso corporal (en ciertos sectores se deberán realizar
adaptaciones si el nivel es muy bajo; por ej.: extensiones de brazos con apoyo de
manos en una superficie más alta que los pies o en plano pero apoyando rodillas en
lugar de los pies, flexiones de brazos con ayuda o en una barra baja que permita el
apoyo de los pies en el piso) para luego emplear cargas ligeras con diversos elementos
o máquinas, si se dispone de ellas, hasta pesos libres en última instancia. Pero esta
progresión es sólo una sugerencia. Lo importante en esta fase es que el circuito sea de
una intensidad baja y el trabajo armónico para todo el cuerpo, vaya progresando en
volumen (más estaciones o más repeticiones por estación o más vueltas al circuito) o
intensidad (siempre dentro de márgenes bajos) de semana a semana.
Las características de un circuito en fase de Adaptación anatómica se pueden observar
en la tabla 1.
Semanas
Cantidad de estaciones
Cantidad de repeticiones
Cantidad de vueltas
Intensidad
Duración (sólo el circuito)
Micropausa
Macropausa
Frecuencia semanal
Principiante
6-10
6 hasta 12-15
12-15
1-3
30%-50%
15’-30’
<30”
<3’
2-3
Avanzado
3-5
6-10
10-12
3-5
50%-60%
20’-40’
<60”
<3’
3-4
Tabla 1- características del circuito en fase de Adaptación anatómica
Un principiante necesita de un período de adaptación más prolongado que un
avanzado (éste ya pasó por varios años, por lo menos tres o cuatro, de trabajo continuo
y sistemático, por lo tanto posee un sistema muy desarrollado que le permite adaptarse
con mayor rapidez a las cargas). Recordemos que los menores (<13-15 años de edad)
deben mantener esta característica de trabajo durante 2-3 años, es decir que no se
periodiza con ellos, sino más bien es un proceso elaborado a largo plazo.
87
En las tablas 2 y 3 se muestra una progresión de intensidad gradual a lo largo de los
microciclos (semanas) para principiantes y avanzados.
Principiantes
25%
30%
Semanas
1y2
Semanas
3y4
35%
40%
45%
Semanas 5 y Semanas 7 y Semanas 9 y
6
8
10
50%
Semanas 11
y 12
Tabla 2-Progresión de intensidad para principiantes
Avanzados
45%
50%
55%
50%
55%
60%
Semana
1
Semana
2
Semana
3
Semana
4
Semana
5
Semana
6
Tabla 3-Progresión de intensidad para avanzados
2ª FASE-HIPERTROFIA
Esta fase no siempre es necesaria, sólo se debe introducir cuando se necesite
aumentar el tamaño corporal porque el deporte lo exige o porque el deportista requiere
de una corpulencia mayor para afrontar con ventaja las disputas o luchas cuerpo a
cuerpo, al mismo tiempo de disminuir el riesgo de lesión por choques con el adversario.
Tengamos en cuenta que si bien músculos más voluminosos pueden ser más fuertes,
esto es una verdad a medias, ya que se puede alcanzar mayores niveles de fuerza sin
desarrollar tanto tamaño muscular. Esto es importante tenerlo en cuenta con
deportistas que compiten en disciplinas por categorías de peso corporal o aquellos que
tienen que elevar la altura de su centro de gravedad (saltadores) o transportar su
propio peso (corredores, nadadores, ciclistas, esquiadores, patinadores). Los
deportistas que necesitan obtener grandes masas musculares son los fisicoculturistas;
otros deportes que requieren cierta corpulencia son los lanzamientos atléticos
(especialmente bala), rugby, fútbol americano, boxeo, lucha libre y grecorromana,
halterofilia. Todas estas disciplinas, a excepción del fisicoculturismo, también necesitan
potencia y, además en aquellas en que se compite por peso corporal (boxeo,
halterofilia, lucha libre y grecorromana) sólo es aconsejable para la categoría más
pesada o para los que quieran pasar a la categoría siguiente superior, porque la
88
hipertrofia induce al aumento del peso corporal.
El trabajo exclusivo de hipertrofia, especialmente la sarcoplasmática, no conduce a un
aumento de fuerza proporcional al tamaño muscular y la demanda neural es bastante
baja, por lo tanto no mejora la coordinación intramuscular y la activación sincrónica de
fibras musculares. La hipertrofia miofibrilar se acerca un poco más a una estimulación
nerviosa más cercana a la requerida por la potencia, pero de todas maneras, si bien el
reclutamiento de unidades motoras es mayor, dista bastante de la que exigen los
esfuerzos explosivos o de intensidades máximas. Esto acostumbra a las fibras a
trabajar rotándose, es decir que cuando unas se fatigan otras las reemplazan para
proseguir con la tarea, y de esta manera nunca son activadas sincrónicamente
(simultáneamente). Además de ser desarrollada a velocidades lentas o moderadas.
La hipertrofia a nivel deportivo puede ser útil, además de los casos ya mencionados, si
se la aplica hacia la musculatura agonística específica. Entonces la hipertrofia con
deportistas requiere de menos ejercicios pero con la ventaja de poder realizar más
series para cada uno de los grupos musculares prioritarios para su disciplina
específica, en comparación con los fisicoculturistas. Las pausas no deberían ser muy
largas, no sobrepasar los 3’, para mantener una acidez que favorezca el crecimiento
muscular. Otra diferencia con los fisicoculturistas, es que a los deportistas,
especialmente para aquellos que requieren de gestos explosivos, se les debe exigir
una velocidad de ejecución más elevada. Esto es así para evitar que el sistema
neuromuscular se acostumbre a estímulos lentos que perjudiquen el reclutamiento de
fibras tipo IIb.
Los métodos empleados para la hipertrofia son los típicos del fisicoculturismo, que son
muy eficaces para lograr ese objetivo, pero tienen una gran desventaja para la mayoría
de los deportes: no exponer a los músculos a cargas y velocidades máximas ni
entrenar movimientos con la consiguiente baja estimulación neural. Las repeticiones
oscilan desde las 6 (hipertrofia miofibrilar o sarcomérica) hasta las 12 (hipertrofia
sarcoplasmática) con una intensidad del 60% al 85%. A mayor intensidad menor
repeticiones y viceversa; por ejemplo, 6 repeticiones al 85% y 10 al 70%. Las primeras
repeticiones (hasta la mitad de la serie aproximadamente) son ejecutadas con facilidad,
a medida que se va llegando al final de la serie aparece la fatiga. Para obtener una
mayor hipertrofia es imprescindible ejecutar todas las series al punto de falla.
Uno de los métodos que se ajusta a este objetivo es el de Carga Estable o método de
esfuerzos repetidos de Zatsiorsky, con intensidades de 60%-85% y un rango de
repeticiones de 6 a 12 (o 20 en el caso de ejercicios con rangos de recorrido corto),
estos números de repeticiones nos aseguran una duración de la serie de 15”-45”,
tiempo suficiente para que se acumule altas concentraciones de lactato. Otros métodos
muy empleados para la hipertrofia es el Piramidal incompleto (en el cual la intensidad
se aumenta serie tras serie hasta la serie final al 85% con 6 repeticiones), Series
forzadas (extender la serie en 2-3 repeticiones más con la ayuda de un asistente),
Concéntrico-Excéntrico acentuado (realizar la fase negativa en el doble de tiempo que
89
la concéntrica), Series en bloque o con descanso (también llamada Variación, consiste
en realizar una determinada cantidad de repeticiones, descansar unos segundos y
realizar algunas repeticiones más, esto se repite 3-4 veces). Con deportistas
experimentados en el trabajo de la fuerza se puede recurrir a los siguientes métodos
avanzados: Superseries (2-4 ejercicios seguidos sin pausas), Series contra resistencia
(se realiza la fase concéntrica normal y en la excéntrica un asistente empuja del peso
para agregarle mayor resistencia), Repeticiones con trampa (realizar algunas
repeticiones adicionales cuando se está fatigado ayudándose con impulso del cuerpo),
Pre-fatiga (realizar una serie que fatigue a un determinado músculo antes de realizar
otro ejercicio que involucre al mismo músculo para que los otros músculos implicados
tengan que actuar con mayor acento, puede ser con un ejercicio más analítico
precediendo a uno más global o al revés).
Las sesiones que tienen por objetivo la fuerza hipertrofia, debido a la relativa alta
intensidad mantenida durante un tiempo relativamente prolongado, producen una
depleción de los depósitos musculares y hepáticos de glucógeno, como así también
las fuentes de fosfágeno (ATP/CP) y producen una gran rotura tisular con el desgaste
de las proteínas contráctiles de miosina. El adenosín-trifosfato (ATP) y la fosfocreatina
(CP) se restauran rápidamente, pero el glucógeno demora 48 horas (aunque se puede
acelerar la reposición mediante ciertas estrategias alimenticias). Si bien la aplicación de
rutinas divididas (se entrena en días sucesivos pero alternando los distintos grupos
musculares, de manera que no se trabaje un mismo músculo en días consecutivos)
puede permitir la recuperación del glucógeno muscular, pero quizás no la de los
depósitos del hígado que deberán aportar glucosa; si se solicita a diario el glucógeno
de los depósitos hepáticos, con 24 horas no se alcanzará la recuperación y se expone
al sobreentrenamiento. Si el catabolismo de las proteínas contráctiles supera el
anabolismo de las mismas, la síntesis proteica se verá afectada y el músculo no
aumentará de tamaño.
Esta fase puede abarcar unas 4 a 6 semanas, su duración dependerá del nivel de
hipertrofia que sea necesario para el deporte en cuestión, de la necesidad de cada
deportista en particular y de la duración del período preparatorio. Obviamente, será
más prolongado si la disciplina deportiva requiere de mayor tamaño muscular para
conseguir el éxito, si el deportista necesita mayor corpulencia para enfrentar al
oponente y no salir lastimado en confrontaciones directas, y en macrociclos de
periodicidad simple donde el período preparatorio es más prolongado. De todas
maneras, en los casos que sean necesarios, se deberá mantener algún estímulo de
hipertrofia durante la siguiente fase (Fuerza Máxima), normalmente en menor
proporción que los esfuerzos destinados al desarrollo de la fuerza máxima, aunque en
ciertos casos particulares la proporción puede ser igual. En la mayoría de los deportes
no se realiza más trabajo de hipertrofia durante la fase de Mantenimiento, salvo
excepciones como los rugbiers, lanzadores de bala, entre otros deportistas con gran
requerimiento de cuerpos voluminosos. Pero cuando se aproxime la competencia
90
principal, se dejan de lado los métodos para hipertrofia para dar prioridad, según el
requerimiento de fuerza del deporte en que se compite, a los de potencia o resistencia
muscular, además de seguir con los de fuerza máxima que ya se venían trabajando.
Las características de la fase de hipertrofia se pueden observar en la tabla 4.
Duración (semanas)
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Duración de la serie
Micropausa
Macropausa
Frecuencia semanal
4-6
6-9
3-5
6-12
60%-85%
15”-45”
90”-3’
4’-5’
2-4
Tabla 4- Características de la fase de Hipertrofia
3ª FASE-FUERZA MAXIMA (FM)
En esta fase se busca alcanzar el más alto nivel posible de Fuerza máxima.
La potencia (P), la resistencia muscular (R-M) o la combinación de estas dos dependen
del nivel de Fuerza máxima alcanzado. Todo deporte requiere de alguna de estas
manifestaciones de fuerza, por lo tanto la FM constituye la base de la fuerza deportiva
específica.
La duración de esta fase abarca de 1 a 3 meses* dependiendo de la disciplina
deportiva, de cada deportista y de la periodicidad. Así será de mayor duración para los
deportes en que la FM sea más determinante (por ejemplo: lanzamiento de bala o
levantamiento de pesas), para los deportistas que requieran de niveles más altos de
fuerza en determinadas funciones dentro de su deporte (por ejemplo: los forwards en
rugby) y cuando la periodicidad es simple teniendo un período preparatorio más
extenso.
La FM depende del tamaño muscular (área de sección transversal del músculo) y,
fundamentalmente, del diámetro de los filamentos proteicos de miosina y cantidad de
puentes cruzados, mayor reclutamiento de unidades motoras y sincronización fibrilar.
*Según Häkkinen (1991) en la fase de FM se eleva el nivel de testosterona hasta la 8ª semana, para
luego disminuir, por lo tanto sería conveniente no extender esta fase más allá de este tiempo.
Aparentemente la concentración sérica de testosterona también depende de la frecuencia diaria y
semanal empleada para el método de cargas máximas; aumenta si la frecuencia semanal es baja y
disminuye cuando se utiliza este método dos veces al día.
91
Lo primero se consigue con el trabajo para hipertrofia de la fase anterior, mientras lo
último necesita de esfuerzos con cargas máximas y potencia o explosividad, que se
había iniciado en menor proporción en la fase anterior, pero que se convierte en
prioridad en esta fase. Para que la FM se desarrolle al más alto nivel es imprescindible
activar a las fibras tipo IIb (explosivas). Los métodos de cargas máximas (>90%) y los
movimientos balísticos son los indicados para reclutar el mayor número posible de
unidades motoras tipo IIb y activación sincrónica de las fibras musculares. Estos
métodos exigen grandes demandas por parte del sistema nervioso central (SNC),
como éste se fatiga antes que los músculos, para mantener la concentración,
motivación y la frecuencia de disparo o velocidad de transmisión de impulsos
nerviosos en su máxima expresión, es necesario que los esfuerzos no excedan los 10”
y que sean compensados con pausas completas entre las series de trabajo para
permitir una recuperación total (la relación de densidad debe ser 1:10 aprox.). Debido a
esto, no se produce una hipertrofia significativa ni incremento del peso corporal, ya que
la corta duración de los esfuerzos y las pausas prolongadas no producen la depleción
(vaciamiento) de los depósitos de glucógeno; pero los niveles de fuerza aumentan
considerablemente. Puede llegar a observarse aumento del tamaño muscular en
individuos cuando empiezan a utilizar el método de cargas máximas, pero después de
un tiempo, ese aumento es menor. La activación a gran escala del SNC mejora tanto la
coordinación intramuscular (sincronización: activación simultánea del mayor número de
fibras*) como la intermuscular (inhibición de los músculos antagonistas de manera que
no se contraen oponiéndose al trabajo de los agonistas y colaboración de sinergistas y
estabilizadores). Queda claro que la FM y P o fuerza explosiva entrenan al SNC
(Schmidtbleicher, 1984).
El entrenamiento con métodos de cargas máximas, balísticos y pliométricos de alto
impacto pueden ayudar a reducir la inhibición del total fibrilar por parte del SNC, de
manera de estar en condiciones de elevar a los más altos niveles el potencial de fuerza
al activarse un mayor número de fibras musculares.
Los métodos utilizados en esta fase pueden emplear contracciones concéntricas,
excéntricas, isométricas, pliométricas y, hasta, isocinéticas, además de métodos
complejos (contraste o Búlgaro) que combinen algunas de las diferentes contracciones
mencionadas. La más utilizada es la concéntrica, debido a que la gran mayoría de los
gestos deportivos implican este tipo de contracción predominantemente. Pero no
descartar la excéntrica y la isométrica ya que pueden alcanzar valores de fuerza hasta
un 20%-40% y un 10%-20%, respectivamente, superior a la concéntrica. La pliométrica
permite un gran desarrollo de la explosividad y potencia, fundamental para los saltos y
lanzamientos, como así también para los deportes que requieren de acciones
*El SNC inhibe la activación de un 20% aprox. de unidades motoras como medida preventiva. Sólo en
condiciones especiales (estado de locura, desesperación o hipnosis) se podría activar el 100% (Fox y
col., 1989).
92
explosivas (golpes, remates, aceleraciones, cambios de dirección). La isocinética es la
menos importante para este objetivo ya que no permite acelerar las cargas, no obstante
puede desarrollar FM si se programan intensidades elevadas y que el ejecutante pueda
movilizarla a mayor velocidad.
El método de cargas máximas es el más utilizado en esta fase, consiste en trabajar con
pesos muy elevados (>85%) con un número bajo de repeticiones (<5) y pausas
prolongadas (>2’-3’); el ejecutante debe concentrarse en movilizar la carga a la mayor
velocidad, aun cuando, debido al gran peso con el cual está trabajando el movimiento
no se verá rápido visto desde afuera. Para reclutar las fibras explosivas con rapidez se
debe estar concentrado y motivado para aplicar la máxima fuerza desde el inicio del
esfuerzo.
Las ventajas de este método son: mayor activación de unidades motoras con
reclutamiento de fibras tipo IIb y sincronización favoreciéndose el desarrollo de la FM y
la P; propicia el aumento de la R-M de corta y mediana duración, más de la primera
que la segunda, y un poco de la R-M de larga duración; aumenta el diámetro de los
filamentos de miosina de las fibras explosivas (IIb); eleva la concentración de
testosterona (en mayor proporción durante las primeras semanas hasta los 2 meses,
luego de este lapso disminuye pero se mantiene en un nivel mayor al inicial según
Häkkinen, 1991), lo que favorece a la FM y, principalmente, a la P; desarrolla la fuerza
relativa, de manera que no se aumenta el peso corporal pero si el nivel de fuerza por
kilo de peso corporal (fundamental en deportistas que compiten por categoría de peso
o en aquellos que transportan su peso corporal); triplica el incremento de FM al que
proporciona la hipertrofia, ésta no alcanza reclutamientos elevados ni, mucho menos, la
máxima sincronización posible (que puede alcanzar un 80%-90%).
La tensión desarrollada en los miofilamentos (filamentos de actina y miosina) estimulan
la síntesis proteica (Goldberg y cols., 1975), entonces el entrenamiento de la FM sólo
debería llevarse a cabo con cargas máximas.
El método de cargas máximas no debe aplicarse con individuos que no tengan una
experiencia de 2-3 años en el trabajo de sobrecarga con intensidades menores y
general para todo el cuerpo, típico del desarrollado en la fase de Adaptación
Anatómica. Luego de esto, se pueden lograr activaciones del 80%-90% de fibras IIb
transcurridos 3-4 años de entrenamiento sistemático con el empleo del método de
cargas máximas. El 10%-20% se mantienen como reserva mediante la inhibición del
SNC (Hartmann y Tünnemann, 1988).
Para optimizar el desarrollo de la FM se deben planificar sesiones con pocos ejercicios
(<5) para no exceder las 12 series apuntando a la musculatura agonista primaria. En
estos debe recaer la mayor carga de la sesión, deben ubicarse primero los más
importantes para minimizar los efectos de la fatiga. Hay dos maneras de organizar la
sesión: en progresión vertical (circuito: realizar una serie de cada uno de los ejercicios
para luego repetir) u horizontal (realizar todas las series del mismo ejercicio antes de
pasar al siguiente). Para este objetivo se ajusta mejor la progresión vertical o circuito
93
con pausas prolongadas porque permite una buena recuperación. De todas maneras,
la progresión horizontal, si respeta pausas completas, puede ser utilizada. Recordemos
que el trabajo de los músculos en condiciones de fatiga propicia más hipertrofia que
FM. La más alta excitabilidad del SNC se dará en ausencia de agotamiento, en cuanto
aparezcan los primeros síntomas de cansancio se deja de estimular el SNC para
beneficiarse la masa muscular.
La sumatoria de repeticiones por ejercicio en la sesión estará en estrecha relación con
el número de ejercicios y momento de la temporada. También tiene influencia en esto,
el nivel del deportista. Hartmann y Tünnemann (1988) sugieren entre 15 y 85
repeticiones/ejercicio/sesión en el caso de deportistas de alto nivel:
-con intensidades del 85%-90%: 35 a 85 reps
-con intensidades del 90%-95%: 20 a 40 reps
-con intensidades del 95%-100%: 15 a 25 reps
Cuantos más ejercicios se realicen en la sesión, menos series de cada uno de ellos se
podrán llevar a cabo. Por el contrario, si se realizan uno o dos ejercicios, se estará en
condiciones de llevar a cabo más series. En cuanto al número de series también
dependerá de las repeticiones que compongan cada serie, si la serie consta de 5 reps,
corresponde realizar menos que con series de 2 reps.
Las pausas deben asegurar la recuperación del SNC, además de los fosfágenos, por lo
tanto deben ser completas para poder manifestar un trabajo de calidad que no se vea
afectado por la falta de concentración, motivación y disminución de la frecuencia de
disparo de las motoneuronas o pérdida de velocidad del envío de los impulsos
nerviosos desde el cerebro o SNC.
La frecuencia semanal durante el período preparatorio para el método de cargas
máximas no debe ser mayor de 2-3 sesiones (pueden ser 4 pero sólo con deportistas
avanzados que necesiten grandes requerimientos de FM) debido al gran estrés al que
se somete al sistema neuromuscular. Durante períodos competitivos se debe disminuir
la aplicación de este método a 1-2 sesiones en la semana y combinarlo con métodos
de potencia.
Con este método se siguen tres semanas con un aumento progresivo de las cargas y
en la cuarta semana se baja la intensidad o el volumen o ambos (microciclo de
descarga) para permitir una recuperación y sobrecompensar para afrontar el siguiente
ciclo, donde se continúa con el incremento gradual de la intensidad. La intensidad de
inicio será del 70% para ir trepando hasta el 100% en la tercera semana del segundo o
tercer ciclo; entre cada ciclo se introduce el microciclo de descarga con intensidades
del 70% y más repeticiones o intensidades más elevadas pero reduciendo el volumen
(reps o series). Este procedimiento se repite 2-3 veces, de manera que abarcaría 2 a 3
meses.
Si se observa un estancamiento en el desarrollo de la FM con el método de cargas
máximas, se puede recurrir a las series con repeticiones parciales (método de
extensión parcial) que consiste en acortar el rango de movimiento del ejercicio, de esta
94
manera se facilita la ejecución del ejercicio permitiendo vencer una carga elevada más
repeticiones o cargas por encima del 100%. Se trabaja en el último ¼ del recorrido
articular del ejercicio. En la mayoría de los ejercicios (por ejemplo: sentadillas, press de
banco, press de hombros y remo con barra) al realizar en forma completa la amplitud
del movimiento, la parte que más cuesta vencer se encuentra en el extremo inferior. En
la Sentadillas esto sucede cuando los muslos se encuentran paralelos al piso o en el
descenso profundo, mientras en el Press de banco cuando la barra desciende cerca o
roza el pecho. En dicha posición, los músculos pierden fuerza porque se encuentran
muy acortados al ser mayor la superposición entre los filamentos de actina y miosina
perdiéndose puentes cruzados. En el otro extremo, cuando se inicia la superposición
de los miofilamentos se produce la mayor fuerza de tracción entre la actina y la
miosina, favoreciendo una máxima formación de puentes cruzados que permite la
manifestación de altos gradientes de fuerza. Esto explica y justifica el empleo de las
series parciales para desarrollar máximo nivel de fuerza, aunque queda reservado sólo
para deportistas experimentados en el trabajo de sobrecarga, pero sin abusar de él ni
tampoco como uso exclusivo porque a la larga, si es utilizado como único método,
puede causar acortamientos musculares que perjudiquen a los gestos explosivos y
aumenten la probabilidad de lesiones.
Las características del método de cargas máximas se pueden observar en la tabla 5.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Duración de la serie
Pausa
Frecuencia semanal
3-5
6-10 (12)
1-5
85%-100%
<10”
3’-6’
2-3 (4)
Tabla 5- Características del método de cargas máximas
Como ya se había mencionado pueden utilizarse métodos con otros tipos de tensiones
para desarrollar FM. Uno de ellos es el método Isométrico, que consiste en esfuerzos
sin desplazamiento de la resistencia, es decir que se mantiene una contracción
estática. Hettinger y Müler (1953) probaron en forma científica los beneficios de este
método para mejorar la FM. La forma de realizar este método puede ser de dos
maneras diferentes:
-levantar una carga mayor del 100% concéntrico hasta un ángulo articular determinado
y mantenerlo durante unos segundos (método isométrico funcional);
-empujar o traccionar contra un objeto inmóvil como la barra en una jaula de potencia
(método isométrico puro).
Como la ganancia de fuerza se produce en el ángulo específico (con una transferencia
95
de 10º-20º hacia arriba y hacia debajo de la posición estimulada), habría que utilizarlo
en varios ángulos diferentes para cubrir todo el recorrido de movimiento del músculo. Si
bien puede ser ventajoso por permitir entrenar la fuerza de manera sencilla e incluso
permitir trabajar con alguna lesión al no haber desplazamiento articular, no es tan
transferible a gestos técnicos deportivos, puede perjudicar a la elasticidad muscular y
movilidad articular y presenta una limitación importante en el desarrollo de la velocidad
de contracción al no desplazar la curva fuerza-velocidad en beneficio de la velocidad
porque la velocidad es cero (no hay movimiento, es estática).
Para el desarrollo de la FM se debe mantener la máxima tensión posible durante un
lapso de tiempo no mayor a los 10”-15” (si se supera este tiempo no se podrá sostener
la tensión máxima y se estaría entrenando más para la resistencia muscular).
Como este tipo de esfuerzos se ejecutan en estado de apnea, lo que aumenta la
presión intratoraxica pudiendo producir el fenómeno de Valsalva con sus consiguientes
mareos y cefaleas (dolor de cabeza), se debería realizar ejercicios respiratorios y de
relajación durante las pausas para normalizar la circulación y el aporte de oxígeno que
fue restringido durante el esfuerzo.
Por algunas de las características que se mencionaron, sería conveniente no realizar
esta forma de trabajo en forma exclusiva, es decir que se lo debería combinar o
alternar con métodos dinámicos, en especial con deportistas de fuerza-velocidad. Esto
se puede llevar a cabo, también, mediante el uso del método conocido como isoconcéntrico (estato-dinámico) que consiste en trabajar el ejercicio completo en forma
tradicional pero introduciendo una o dos detenciones isométricas de algunos segundos
en determinado ángulo articular.
Un bloque o ciclo de trabajo con isométricos a intensidades supramáximos produce un
efecto retardado que se verá reflejado en el rendimiento entre 4 a 6 semanas después
de su aplicación.
Las características del método isométrico se pueden observar en la tabla 6.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de series/sesión
Tiempo bajo tensión/serie
Tiempo bajo tensión/sesión/GM
Intensidad
Pausa
Frecuencia semanal
4-6
1-2
6-9
5”-15”
60”-90”
80%-100% (110% concéntrico)
60”-90”
2-3
Tabla 6- Características del método isométrico
Otra forma de mejorar la FM es mediante el método excéntrico. En éstas los puntos de
inserción se van alejando bajo tensión y resulta más fácil que la parte concéntrica. Por
96
lo tanto se estaría en condiciones de trabajar con cargas más pesadas y de esta
manera poner a la musculatura bajo mayor tensión. A mayor tensión muscular mayor
desarrollo de la FM (Goldberg y cols., 1975). Dudley y Fleck (1987) demostraron que el
aumento de la FM se debe más a factores neuronales que a la hipertrofia. El SNC
regula la contracción excéntrica de una manera diferente, el grado de activación y
cantidad de fibras musculares son proporcionales a la carga empleada (Enoka, 1996).
La orden emitida por el SNC para producir una contracción excéntrica es diferente
porque determina: cuales son las unidades motoras que deben activarse, con que
magnitud y cuando deben hacerlo, y la forma en que se debe distribuir la carga dentro
del grupo de músculos (Abruzzese y cols, 1994).
El tiempo bajo tensión en la contracción excéntrica es más prolongado que en la
concéntrica, esto puede deberse al alteramiento en el orden de reclutamiento de las
unidades motoras (Tesch y cols., 1978).
Los métodos excéntricos permiten trabajar con cargas superiores al 100% concéntrico,
el negativo o excéntrico puro (el ejecutante sólo se dedica a realizar la parte “negativa”
del ejercicio mientras uno o dos asistentes realizan por él la parte “positiva” o
concéntrica) permite trabajar con hasta un 40% más de intensidad o peso, algunos
opinan que es posible hasta un 60% más, con estas intensidades sólo se podrá realizar
una repetición, mientras que con el máximo peso concéntrico se podrían hacer 4-5
reps. El método 120-80 es otro método muy empleado, el mismo consiste en realizar la
parte excéntrica con una carga equivalente al 120% y seguidamente la concéntrica con
el 80% solamente una repetición; para este método es necesario utilizar unos ganchos
o las llamadas “cadenas liberadoras de peso” que permiten añadir el 40% de peso
extra a la barra y liberarlo al contactar el piso dejando el peso equivalente al 80% para
efectuar la parte concéntrica. Estos dos métodos excéntricos sólo deben aplicarse con
deportistas que tengan una vasta experiencia en el entrenamiento con pesas porque
producen una gran rotura tisular que demanda varios días (hasta 10 días) para reparar.
Debería introducirse gradualmente al deportista a este tipo de esfuerzos, primero
trabajar con series normales con el 70% de 1RM donde se solicita una ejecución un
poco más lenta de la parte excéntrica (3”-4”), luego ir aumentando la intensidad
gradualmente hasta alcanzar el 100% y, por último, llegar a los métodos más exigentes.
Incluso con deportistas experimentados no se debe utilizar en exceso (una vez por
semana y por grupo muscular idealmente, aunque en ciertos casos pueda efectuarse
dos veces por semana) porque exige una concentración mental muy agotadora a nivel
psicológico y siempre debe acompañarse con el método de cargas máximas. En el
macrociclo se lo sitúa después de los métodos concéntricos tradicionales, si se quiere
seguir una progresión combinada entre ambas tensiones durante seis semanas se
puede seguir la siguiente: 1ª semana) concéntrico 3 sesiones/ semana; 2ª semana)
concéntrico 4 sesiones/ semana; 3ª semana) concéntrico 3 sesiones/ semana,
excéntrico 1 sesión/semana; 4ª semana) concéntrico 1 sesión/ semana, excéntrico 2
97
sesiones/semana; 5ª y 6ª semanas) concéntrico 2 sesiones/ semana, excéntrico 2
sesiones/semana.
Siempre que sea posible se debe trabajar con el método de cargas máximas, pero
cuando se produce el estancamiento se puede recurrir al excéntrico.
Debido al gran desgaste que produce, habría que recurrir a actividades durante las
pausas de manera que sean activas para eliminar las molestias y acelerar la
recuperación.
Tener en cuenta que los métodos que se aplican a un grupo muscular también deben
ser aplicados a su antagonista.
Un bloque o ciclo de trabajo con excéntricos puros supramáximos produce un efecto
retardado que se verá reflejado en el rendimiento entre 6 a 10 semanas después de su
aplicación, a este bloque le puede seguir el isométrico que, como vimos antes, tiene un
efecto retardado menor (4-6 semanas) porque produce un menor daño muscular.
Las características del método excéntrico se pueden observar en la tabla 7.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de series/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
3-5
4-6 (8)
20-36
1-5
110%-140% (160%) (concéntrico)
Muy lenta (4”-10”)
60”-90”
1 (2)
Tabla 7- Características del método excéntrico
Otro método para desarrollar FM y también P es el de saltos con caída previa desde un
cajón de altura (para miembros inferiores) o extensiones de brazos con rechazos al
caer de steps. Al contactar el piso se lo debe hacer sobre metatarsos y para maximizar
el esfuerzo sobre la FM mantener el ángulo 2”-3” (si se busca fuerza explosiva se debe
minimizar el tiempo de contacto). Variando los ángulos articulares de partida y
aterrizaje el esfuerzo puede ser más estresante, el ángulo menos estresante es de
170º aprox., a medida que se va achicando exige un poco más. Estos ejercicios
demandan una gran exigencia no sólo al tejido muscular, sino también al tejido
conectivo (tendones y ligamentos), por lo tanto no deben aplicarse a sujetos con un
mínimo de 4-5 años de experiencia en el campo del entrenamiento de la fuerza con
cargas elevadas. En el macrociclo debe ser precedido por una base de FM, ya que la P
depende de la FM, entonces se deben situar sobre el final del período preparatorio,
luego se continúan realizando durante el resto de la temporada. Una vez que todo el
aparato locomotor está lo suficientemente fortalecido para tolerar los impactos de este
98
método se puede iniciar su aplicación mediante la siguiente progresión:
-Salto con caída previa desde una altura de 45 cm o menos sin carga adicional.
-Idem desde una altura de caída mayor (ir incrementándola gradualmente desde 45 a
90 cm).
-Añadir una carga liviana (mancuernas, chalecos lastrados, barra) y disminuir la altura
de caída a 45 cm o menos.
-Idem pero elevando la altura de caída a 60 cm o más gradualmente.
-Idem pero elevando la carga añadida hasta un 20-30% de 1RM.
En esta progresión se deben tener en cuenta os aspectos mencionados en cuanto a las
variaciones de los ángulos articulares y la posibilidad de ser aplicado para los
miembros superiores.
En los deportes donde la velocidad de contracción y la potencia son determinantes
para el éxito deportivo, todos los métodos explicados hasta aquí deben combinarse.
Los métodos de tensiones máximas (concéntrico de cargas máximas, isométrico y
excéntrico) con ejercicios explosivos como los pliométricos, recién esplicados. A esta
combinación de ejercicios de tensiones máximas con ejercicios explosivos se los
denomina método complejo, de contraste, Búlgaro o Maxex. Entonces este método de
trabajo para desarrollar la FM y P se compone de dos o más de los métodos vistos,
donde los esfuerzos con cargas pesadas que no permiten velocidades explosivas, pero
que si reclutan las fibras explosivos (tipo IIb), precedan a esfuerzos con cargas
menores que van a permitir a las fibras reclutadas actuar con gran explosividad.
Aclaración: inclusive se puede incluir dentro de las combinaciones otros métodos como
el de tensiones isocinéticas, que veremos más adelante, y la electroestimulación.
Se pueden realizar múltiples variantes de combinaciones de ejercicios, por ejemplo:
excéntrico lento + concéntrico rápido (con intensidad del 60%-80% realizar 1-3 series
de 6-8 reps con un tempo 40X, es decir la parte excéntrica lenta en 4, rebotar sin
permitir ninguna detención isométrica y “explotar” para vencer la carga a la mayor
velocidad posible en la parte concéntrica. Pausa completa, >2’-3’), excéntrico lento +
balístico (similar al anterior pero a continuación del descenso lento se sigue con media
sentadilla con salto. Intensidad del 50% aprox., 1-4 series de 4-6 reps. Pausa completa,
>2’-3’. Asegurar la barra sobre los trapecios para que no se separe y golpee ante cada
salto, conviene colocar una toalla u objeto mullido entre la barra y el cuello para evitar
molestias. Amortiguar el aterrizaje con metatarsos para luego apoyar el resto de la
planta del pie), pliométrico con peso (salto con caída previa-DJ) + concéntrico rápido +
pliométricos sin peso (intensidad desde 40% hasta 80%, 3-6 series de 6-8 reps. Pausa
completa, >2’-3’). Estas combinaciones se pueden realizar con saltos unipodales o
zancadas, además de extender las posibilidades de combinación como: pliométricos
con peso + concéntricos rápidos + excéntricos lento + pliométricos sin peso;
concéntrico a una pierna (prensa 45º, subida al banco, estocadas, sentadilla o
“pistolas”) + saltos unipodales sobre objetos (vallas, aros, bancos), etc.
Se pueden realizar similares combinaciones para los miembros superiores
99
reemplazando las sentadillas por press de banco y rechazos de brazos en “plancha” o
pases de pecho con medicine-ball para el empuje, o dominadas, remo o pullover y
lanzamientos de medicine-ball por sobre la cabeza tipo saque de banda o traccionar un
peso atado a una soga tipo “cinchada” para la tracción.
Los ejercicios pliométricos se sitúan dentro del macrociclo después de las otras
contracciones ya mencionadas, los ejercicios de pliometría de alto impacto
(entrenamiento de shock) tienen un efecto retardado de 2-3 semanas, es decir que se
debe interrumpir su aplicación unos 20 días previos a la competencia principal. No hay
ningún inconveniente que se sigan realizando pliométricos de medio o bajo impacto (sin
carga añadida, sin ángulos articulares acortados en el aterrizaje, con alturas de caídas
moderadas).
Dejé para el final el método isocinético por ser los que requieren de una aparatología
que no es fácil de encontrar y, quizás, los que menos transferencia tengan hacia la FM
y, principalmente, hacia la fuerza explosiva y potencia. En este tipo de tensión la
velocidad se mantiene constante a lo largo de toda la amplitud del movimiento o
recorrido articular, por lo tanto no hay aceleración. Las máquinas isocinéticas se
programan con un mecanismo computarizado para que la tensión desarrollada o la
velocidad con la cual el ejecutante es capaz de movilizar la carga no varíen. Si se
moviliza la carga a velocidades bajas las ganancias serían mayores para la hipertrofia,
mientras que si se puede vencer la carga a mayor velocidad se podría ganar más FM y,
quizás, algo de potencia. Entrenar a velocidades elevadas puede beneficiar el aumento
de fuerza a dicha velocidad de contracción como así también a la fuerza de las
velocidades de contracción menores. Mientras que entrenar a velocidades de
contracción bajas sólo mejorará la fuerza a esa velocidad de contracción y no a
velocidades mayores.
Las ventajas de este método residen en la seguridad, punto clave en el entrenamiento
con principiantes y para rehabilitación de lesiones. Puede ser utilizado en la fase de
Adaptación Anatómica para desarrollar la fuerza general y el fortalecimiento de
tendones y ligamentos; en la fase de hipertrofia puede ser un medio eficaz
dependiendo del nivel de la carga y cantidad de repeticiones. Sólo podrá producir algún
beneficio en el aumento de la FM, si el sujeto es capaz de trabajar a velocidades más
altas que ofrezcan una mayor resistencia.
Sus desventajas son importantes, una de ellas es su alto costo, pero la más importante
cuando se trata del entrenamiento de la fuerza para el deporte tiene que ver con la
velocidad constante que permite, justamente lo opuesto que sucede en la mayoría de
las acciones deportivas. En los gestos de tipo balísticos, la aplicación de la fuerza se va
incrementando hasta culminar con la aceleración al final del movimiento.
Al igual que lo manifestado con las tensiones isométricas, la curva fuerza-velocidad no
sufre desplazamiento en favor de la velocidad porque la resistencia es constante y la
carencia de explosividad o velocidad.
Si pretendemos desarrollar la FM con ejercicios isocinéticos, se debe programar la
100
máquina con la máxima tensión que la misma permita. De esta manera el ejecutante
movilizará esa carga a la mayor velocidad posible, que si bien no será explosiva,
deberá aplicar la fuerza lo más rápido que pueda para alcanzar el mayor reclutamiento
de fibras explosivas. Este esfuerzo sólo podrá sostenerlo hasta 5 repeticiones.
El método isocinético (como casi todos los métodos) no debe realizarse en forma
exclusiva, sino junto con de cargas máximas, especialmente, ya que éste proporcionará
mayores beneficios para la FM.
Las características del método isocinético se pueden observar en la tabla 8.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de series/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
3-5
1
3-5
1-5
Máxima
Máxima posible
3’-6’
1-2
Tabla 8- Características del método isocinético
4ª FASE-CONVERSION (en potencia)
En la actualidad la gran mayoría de las disciplinas deportivas (sino todas) entrenan la
fuerza porque es determinante para el rendimiento deportivo. Pero no en todos los
casos se la transforma en fuerza útil para su deporte, la fase de conversión se
introduce para que esto se cumpla.
Esta fase tiene como objetivo principal aprovechar las mejoras obtenidas en la FM de la
fase anterior para convertirlas en fuerza específica competitiva. En las disciplinas
donde prime la velocidad y explosividad la conversión será hacia la potencia (P), en las
que se requiera resistencia hacia resistencia muscular (R-M) de corta, mediana o larga
duración según sea el caso, y en algunas puede ser hacia una combinación de estas
dos. La conversión de FM hacia P o R-M se irá produciendo progresivamente mediante
el empleo de métodos específicos del deporte y adecuados al tipo de fuerza
pretendida. De todas maneras, se debe mantener una cierta proporción de FM. Pero se
debe utilizar en mayor proporción los métodos que apunten al tipo de fuerza que sea
predominante en la disciplina y establecer las medidas justas para la P y R-M; en
algunos casos se prioriza la P, en otros la R-M y, en los que se requiera de ambas, se
desarrollan ambas por igual.
Esta fase tendrá una duración menor o mayor dependiendo del tipo de fuerza a la haya
que convertirla. Si es para P, puede durar 4-5 semanas, mientras que para R-M será de
6-8 semanas de acuerdo a la duración de R-M necesaria (corta, mediana o larga)
101
porque se necesita de un período de adaptación anatómico y fisiológico más
prolongado.
Por lo dicho hasta aquí se entiende que existen métodos para potencia o fuerza
explosiva y otros para fuerza-resistencia.
La P es el resultado de la fuerza (F) multiplicada por la velocidad (V), entonces se la
puede mejorar mediante el aumento de la F o de la V, o de ambas a la vez. Se puede
ser muy fuerte y con una masa muscular voluminosa, pero no potente. Si no se está
acostumbrado a aplicar esa gran fuerza de forma rápida o explosiva, por no entrenar
con los métodos para ello, será imposible mejorar la potencia por la incapacidad de los
músculos para contraerse en cortos tiempos. Los métodos de P preparan a los
músculos para alcanzar el nivel más alto de fuerza posible en el menor tiempo posible,
para esto es necesario adaptar al sistema nervioso a reclutar la máxima cantidad
posible de unidades motoras (especialmente las correspondientes a las fibras IIb) en el
mínimo tiempo y en forma sincronizada, además de preparar a las motoneuronas para
trabajar con altísimas frecuencia de impulsos nerviosos enviados por el SNC hacia los
músculos (Häkkinen, 1986; Häkkinen y Komi, 1983). Esto va mejorando
paulatinamente, donde la activación sincrónica alcanzará el 80%-90% después de 4-5
años de entrenamiento específico para la potencia.
Tanto la coordinación intermuscular e intramuscular mejoran como respuesta
adaptativa neuromuscular al entrenamiento de la potencia. La primera tiene que ver
con la cooperación entre los diferentes músculos para ejecutar una acción precisa y
económica, posibilitada por la contracción de los agonistas, la relajación de los
antagonistas y la co-contracción de los sinergistas; al darse estas condiciones, los
músculos motores primarios o agonistas aumentan su velocidad de contracción. La
coordinación intramuscular significa la actuación sincronizada del mayor número de
fibras posible dentro de un mismo músculo, potenciando los impulsos excitatorios y
reduciendo los inhibitorios; como resultado de esto, el SNC determina cuando tiene que
enviar un impulso nervioso y cuando no hacia el músculo para que éste se contraiga.
Como el ser humano se adapta a los estímulos a los cuales es sometido, se deben
reducir al mínimo posible los esfuerzos típicos de hipertrofia o las largas series y
sesiones que desplazan la curva Fuerza-tiempo hacia la derecha (tiempos más largos
de aplicación de la fuerza, mayores a 300-400 mseg) para no perjudicar la potencia.
Buscar trabajos de potencia lo más específicamente posible a los gestos propios del
deporte en el cual se compite. Durante la fase de conversión estamos próximos a la
competencia, por lo tanto debemos emplear el mayor tiempo posible en aspectos
técnico-tácticos y no malgastar energía. Entonces se deben diseñar planes de
entrenamiento con reducido número de ejercicios que sean capaces de llevarse a cabo
en poco tiempo y ejecutados con explosividad, pero fundamentalmente que permitan
sacar el máximo beneficio para competir con éxito en nuestra disciplina. La curva
Fuerza-Tiempo, que en la fase anterior se empezó a desplazar hacia la izquierda, en
esta fase se desplaza aún más hacia la izquierda, bajando los 200 mseg. Cuanto más
102
hacia la izquierda se desplaza significa que se reducen las milésimas de segundo
(mseg) en que se contrae el músculo. Si en la curva se llega a una altura mayor
significa que en ese corto tiempo se es capaz de alcanzar niveles de fuerza superiores.
Los métodos para el desarrollo de la P son el Isotónico, el Balístico, el Pliométrico, el
de la Potencia resistida y, aunque en menor medida, el de Contrastes. Recordemos
que en ciertos casos (períodos competitivos largos, deporte que requiera de FM
importante, poco tiempo dedicado a la FM) sería conveniente mantener el de Cargas
Máximas para que no decaiga demasiado el nivel de FM; con tan sólo una sesión por
semana o cada dos semanas sería suficiente.
El método Isotónico consiste en movilizar una carga relativamente importante con la
máxima rapidez posible a lo largo del recorrido completo. La carga, que representa la
oposición externa, pueden ser los pesos libres (barras, mancuernas, discos) o ciertos
aparatos como las máquinas neumáticas Keiser (que permiten movimientos veloces y
seguir mediante su sistema computarizado el pico de potencia y el porcentaje del
mismo en vatios (W)).
La fuerza aplicada por el sujeto para superar la inercia de la carga representa la fuerza
interna. Cuanto más supere el nivel de esta fuerza al peso de la oposición externa, esta
carga podrá ser más rápidamente acelerada. Por esto es necesario desarrollar altos
valores de FM en el proceso previo al trabajo de la P; cuanto más fuerte sea un
individuo menos le costará vencer una carga, de manera que le podrá imprimir mayor
velocidad. Alcanzar los niveles más altos de FM requiere de 1-2 años de trabajo. En el
macrociclo, como hemos visto, la fase de FM preceda a la de Conversión en potencia,
porque no sería posible alcanzar los más altos índices de P sin el desarrollo de la FM.
La FM también es importante para mejorar la fuerza inicial o fuerza de inicio. Esta es la
fuerza que se debe desarrollar para romper la inercia del peso a movilizar, y es la parte
que requiere de mayor tensión. A mayor nivel de FM, vencer la inercia será más fácil
por lo cual el inicio del levantamiento o movimiento se ejecutará más veloz o
explosivamente. Mientras se siga aplicando fuerza interna contra la oposición externa,
aumenta la aceleración del movimiento. A mayor aceleración, menor fuerza necesita
ser aplicada.
Pero solamente con FM no alcanza, es necesario entrenar con métodos de P en la fase
de Conversión (aunque se los puede introducir gradualmente en fases anteriores con
deportistas que dependan de esta cualidad), para que los brazos y piernas se
contraigan a las altas velocidades necesarias para golpear más fuerte, lanzar más
lejos, saltar más alto o correr más rápido. Se debe ser capaz de aplicar valores de
fuerza lo más aproximados posibles a la FM en el tiempo más corto posible para que
las acciones citadas alcancen el máximo rendimiento. De esto se encargarán los
métodos para entrenar la potencia aplicada sobre la base edificada por los métodos
para la FM.
La cantidad de ejercicios que componen la sesión debe ser reducida para crear las
condiciones de realización del mayor número de series de calidad, es decir con
103
velocidad y precisión. Normalmente es suficiente de dos a cuatro o cinco ejercicios que
cumplan los requisitos de especificidad y que reproduzcan lo más fielmente posible los
gestos técnicos propios del deporte. Por ejemplo, el Envión o sus variantes pueden ser
más específicas para los lanzadores de bala, pero no tanto para un saltador o
futbolista. Para estos últimos, un cuarto sentadilla con salto sosteniendo mancuernas o
con barra en los trapecios puede ser más específico, más específico aún puede
resultar este mismo ejercicio en las plataformas con sistemas de poleas elásticas
enganchadas en pies, cintura y muñecas (Vertimax o Belco Jump), que permiten el
movimiento de impulso de los brazos, contra la resistencia proporcionada por los
cables, para ayudar en la elevación del centro de gravedad en el salto. El Arranque es
un buen ejercicio para el arquero de fútbol o de handbal y para los bloqueos en el
voleibol, ya que simula la acción explosiva de alzar los brazos para atajar o desviar la
pelota en un disparo o lanzamiento y para bloquear el remate, respectivamente. De
todas maneras, todos estos ejemplos no son cien por ciento específicos, pero
colaboran muy eficazmente en mejorar los gestos deportivos. No hay nada más
específico que el propio gesto.
La cantidad de series por ejercicio será de tres a seis dependiendo de la cantidad de
ejercicios que se elijan, del nivel del deportista, de la combinación u otros componentes
que se vayan a desarrollar en la misma sesión. Obviamente, a mayor cantidad de
ejercicios menor serán las series; a mayor nivel del deportista mayor número de series;
y si la sesión es compartida, generalmente por aspectos técnico-tácticos, se debe
reducir el trabajo específico o más analítico de potencia.
El número de repeticiones también debe ser bajo (todos los parámetros de cantidad
para la potencia tienen que poseer poco volumen). Todas las repeticiones que sean
posible pero sin exceder los 10”, normalmente 1 a cinco reps, aunque en determinados
ejercicios (por ejemplo: 1/4 sentadilla con salto) pueden llegar a ser 10-12. Lo
importante es que todas las repeticiones, de la primera hasta la última, sean ejecutadas
a la mayor velocidad posible, de manera que no se pierda potencia. En los deportes
que se debe mantener una alta frecuencia de velocidad en forma cíclica (sprints) todas
las repeticiones que componen la serie se deben realizar sin detenciones, manteniendo
el ritmo de ejecución más alto posible. Mientras que en deportes con gestos acíclicos
(lanzamientos, saltos, patadas, golpes de puño, por nombrar algunos) pueden
ejecutarse con pequeñas interrupciones entre cada una de las repeticiones o
agrupadas en mini bloques dentro de la serie. Lo fundamental es que cada una de las
repeticiones manifieste el más alto grado de potencia necesario para el mejor
rendimiento deportivo. Cuando se observe una merma en la explosividad se debe
detener inmediatamente la ejecución de la serie. Recordemos que la P se mejora con
el reclutamiento del mayor número de unidades motoras (alcanzando a las tipo IIb) y
sincronización fibrilar del 80%, para lo que se necesitan contracciones musculares
explosivas.
La intensidad a manejar en el método isotónico depende de la magnitud de la oposición
104
externa. Cuanto mayor sea ésta, el deportista necesitará un nivel mayor de FM.
Entonces trabajarán con intensidades del 50% al 80%, es el caso de los lanzadores,
halterófilos, jugadores de fútbol americano, rugbiers, etc. Para los deportistas con
menos requerimientos de FM (futbolistas, voleibolistas, taekwondistas, etc.) es
suficiente con cargas de 30% al 50-60%. Según el ejercicio, la máxima potencia se
alcanza con intensidades entre 45% y 55% (Lanzamiento de press de banco) o entre el
60-70% (Sentadillas). Los ejercicios dinámicos del Levantamiento olímpico requieren
intensidades un poco más altas para expresar la mejor potencia, alrededor del 70-80%.
La intensidad debe ser la más alta posible, siempre y cuando permita la ejecución
veloz.
Por supuesto, que no haría falta aclarar, que la velocidad de ejecución en el método
isotónico debe ser altísima. De todas maneras, cabe aclarar que debido al peso con el
cual se trabaja y la característica que ofrece el movimiento con los pesos libres (en la
parte final se debe desacelerar el movimiento para preservar la salud de las
articulaciones; esto es justamente lo contrario que sucede en muchas acciones
deportivas donde la carga se suelta o el freno lo pone un objeto o cuerpo del oponente)
hace que la velocidad no sea realmente todo lo explosiva que podría ser, pero si
observa que es mayor a la vista en los métodos anteriores. Se debe aplicar la fuerza
interna contra la oposición externa pensando en hacerlo lo más explosivamente
posible desde el inicio mismo del movimiento y continuar acelerándolo, pero teniendo el
suficiente cuidado de frenar la acción con los músculos y no con las articulaciones para
evitar daños articulares. Todo esto demanda una alta concentración mental.
La duración de la pausa debe ser completa para permitir que sea posible el
cumplimiento de todas las características manifestadas de este método. Por lo general
se requiere de 2’ a 6’. Si se descansa un tiempo mayor se “cierran” los capilares y
habría que volver a entrar en calor, si se prolonga el tiempo de descanso sería
conveniente que la pausa sea activa para evitar “enfriarse”.
Las características del método isotónico se pueden observar en la tabla 9
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
2-4 (5)
3-6
<10 (12)
30-60% / 60-80%
Rápida
2’-6’
2-3
Tabla 9- Características del método isotónico
El método balístico consiste en aplicar la máxima fuerza interna contra cargas bastante
livianas desde principio a fin del movimiento, es decir que nunca se desacelera (como
105
lo que ocurre en el método isotónico) porque se suelta el implemento proyectándolo tan
alto o lejos proporcionalmente a la fuerza interna aplicada sobre él. Si la magnitud de la
fuerza interna supera ampliamente a la oposición externa, se estará en condiciones de
acelerar mucho más rápidamente esa carga.
Las cargas utilizadas en este método son las medicine-balls, elásticos o cualquier peso
libre ligero. Se pueden considerar cargas hasta un 20-30% de 1RM, en algunos casos
podría equivaler una carga añadida (sumada al propio peso corporal) hasta un 50% del
peso corporal como máximo. En acciones como los saltos la carga es el propio peso
corporal, las personas con mucho peso corporal tendrán desventaja para correr, saltar
o para todas aquellas acciones que exijan desplazar o trasladar su cuerpo, en relación
a personas más livianas. Pero los más “pesados” aventajarán a los “chiquitos” cuando
se trate de lanzar objetos o personas. Cuanto menos peso tenga la carga (hasta ciertos
límites) más se la podrá proyectar.
Para aplicar la fuerza en forma balística es necesario el reclutamiento rápido de fibras
tipo IIb y la acción coordinada entre los músculos agonistas, antagonistas y sinergistas.
Un músculo agonista podrá potenciar su fuerza si su antagonista se relaja lo suficiente
y en el momento preciso, y si los sinergistas colaboran adecuadamente en la acción.
Esta coordinación entre los músculos se alcanza tras un proceso de años de
entrenamiento. De acuerdo al objetivo primordial de la sesión, los ejercicios balísticos
pueden llevarse a cabo inmediatamente después de la entrada en calor o como parte
final de la parte principal. Si la sesión es compartida con aspectos técnico-tácticos,
estos deben ubicarse primero ya que el entrenamiento de la potencia pasa a ser un
objetivo secundario. En cambio, cuando el objetivo es la velocidad y potencia, debe ir a
continuación de la entrada en calor porque los balísticos mejoran estas capacidades.
Como regla general, la cualidad que demanda mayor frescura del SNC, de los
músculos y del organismo debe preceder a aquellas que tienen menor intensidad y
mayor volumen. Si el SNC está fatigado (Fatiga central), no estará en condiciones de
enviar impulsos nerviosos con alta frecuencia, de manera que no se activarán las fibras
tipo IIb y la velocidad de contracción será lenta. Si se agotan las fuentes musculares de
fosfágenos, ATP-CP, (Fatiga periférica) por realizar un trabajo que agote los depósitos
de ATP-CP previamente a esfuerzos balísticos, las acciones carecerán de explosividad
máxima debido a la falta de energía.
La velocidad de ejecución es crucial para el método balístico, a mayor velocidad de
ejecución mayor reclutamiento sincrónico de fibras dando como resultado una acción
más potente. Las fibras tipo IIb son las que propician la más alta velocidad de
contracción, cuando se fatigan (y lo hacen rápidamente) la velocidad disminuye. Por
esto el esfuerzo debe ser de corta duración (<10”) para asegurarse la activación de una
elevada cantidad de fibras explosivas (IIb). Una vez agotada la capacidad de trabajo de
dichas fibras, el esfuerzo será sostenido por las fibras de contracción lenta (tipo I), lo
que no es un buen negocio para quienes pretendan mejorar la potencia.
La cantidad de ejercicios en la sesión, como todo método que exija alta intensidad
106
como lo es el caso de la potencia, debe ser reducida al mínimo. De 2 a 5 ejercicios,
pudiéndose realizar más series cuantos menos ejercicios seleccione para la sesión. Lo
mismo que comenté para el método isotónico, se debe respetar para el balístico, en
cuanto a la especificidad que sería conveniente guardar con los gestos técnicos del
deporte, de manera que tengan una transferencia más directa hacia la disciplina
practicada. Al menos se debería asegurar que los ejercicios balísticos impliquen a la
musculatura de la primera fuerza motriz (agonistas principales o motores primarios).
La cantidad de series por ejercicio será de 3 a 5, de acuerdo al número de ejercicios
propuestos para la sesión. Siempre debemos recordar que estos trabajos requieren
calidad más que cantidad. Por lo tanto se deben llevar a cabo todas las series posibles
siempre y cuando no decaiga la velocidad de ejecución. La cantidad de repeticiones
dependen del peso del elemento elegido y del gesto en sí. En el caso del peso, cuanto
mayor sea éste menor serán las repeticiones; con respecto al gesto, se podrán ejecutar
más repeticiones si el recorrido del movimiento es más corto o si la longitud o peso del
segmento a movilizar es menor (por ejemplo: golpes de puño como el jab o el cross
permiten más repeticiones que una patada, y dentro de éstas, una patada frontal será
más rápida que una circular y con giro). En definitiva se deben ejecutar la mayor
cantidad de repeticiones posibles en un lapso no mayor a los 8”-10”, si se excede estos
márgenes se pierde velocidad. Según la acción es posible realizar entre 10-20 reps
(inclusive hasta 30-40 en el caso de golpes de puño combinados en boxeadores de
nivel capaces de lanzar 3-4 golpes por segundo).
La duración de las pausas debe ser completa para permitir que la serie siguiente sea
desplegada con la máxima velocidad de ejecución que sólo será posible si la
recuperación fue la apropiada. Entonces la relación de densidad esfuerzo-descanso
debe ser como mínimo 1:10. Por lo general, será de 2’-6’.
La intensidad es máxima pero por la velocidad de ejecución, es decir que el máximo
reclutamiento y sincronismo posible de fibras no se debe al peso de las cargas. El peso
de las medicine-balls puede alcanzar los 2-3 kg para las más livianas hasta 5-6 kg las
más pesadas; los pesos libres pueden añadir un peso extra al peso corporal para las
sentadillas con salto (éste puede ser considerado como un método isotónico o balístico
según el peso agregado) otro tipo de saltos pero con sobrecargas ligeras; las bandas o
elásticos varían su tensión según el color (cuanto más claras menos resistencia) o la
longitud a la que se les estire (a mayor estiramiento mayor tensión).
La velocidad de ejecución, ya se mencionó, es explosiva.
Las características del método balístico se pueden observar en la tabla 10.
107
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
2-5
3-5
>Nº/unidad de tiempo (hasta 10”)
Máxima (por velocidad) con cargas ligeras o
propio peso corporal
Explosiva
2’-6’
2-3
Tabla 10- Características del método balístico
El método de la potencia resistida consiste en combinar los métodos isotónico
concéntrico, isométrico y balístico en cada repetición siguiendo dicho orden. Se puede
realizar con la máquina Berenice programando en su sistema computarizado una
tensión del 30-60% o hasta el 80% (dependiendo del deportista y del ejercicio) para
que inicie el movimiento aplicando la mayor fuerza inicial contra esa resistencia,
aumentar la tensión a la máxima isométrica en la mitad del recorrido o en un punto
determinado del movimiento concéntrico durante 3”-5” (tiempo necesario para alcanzar
la máxima fuerza isométrica), en este punto el ejecutando tendrá que reclutar el mayor
número de unidades motoras, y tras esos segundos disminuir la tensión a cero para
finalizar el movimiento en su faz positiva de manera balística. Este método también se
puede realizar iniciando el movimiento con una contracción isotónica controlada hasta
el punto en que el ayudante opone una resistencia insalvable a la fuerza del ejecutante
para que éste haga la máxima tensión isométrica, donde se produce una pre-tensión
cargando de fuerza a los músculos implicados, y luego de unos segundos, al ser
liberado, se termina con el movimiento balístico. Una vez terminada la repetición con el
movimiento balístico, se descansa unos segundos (hasta 30” como máximo) y se repite
de 4 a 8 veces.
Una variante para estimular la potencia de manera isotónica es alternar una carga
pesada (85-90%), que logre una estimulación neuromuscular para aprovechar en la
inmediatamente sub-siguiente continuación de la serie con cargas mediana-bajas (3050%) donde se moviliza el peso en forma explosiva; se realizan entre 2-4 repeticiones
con cada carga.
En general, todos los métodos convendrían emplearse combinados para potenciar el
desarrollo de la fuerza explosiva o potencia.
Como todo método que pretende desarrollar la P, se deben seleccionar pocos ejercicios
en la sesión, entre 2 y 4 ejercicios. La cantidad de series va desde 3 a 5, de acuerdo al
108
número de ejercicios elegidos, compuestas por 4-8 repeticiones.
Las pausas entre series deben ser de 2’-4’.
La velocidad de ejecución pasa de lenta o controlada a un período estático para
terminar explosivamente. Esto estará en dependencia con la magnitud del peso o
resistencia a vencer desde el inicio del movimiento hasta su finalización.
Las características del método de la potencia resistida se pueden observar en la tabla
11.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
2-4
3-5
4-8 (con una pequeña micropausa entre cada
rep.)
85-90%/100% isom./30-50%
Controlada/Estática/Explosiva
2’-4’
1-2
Tabla 11- Características del método de la potencia resistida
El método pliométrico es, quizás, el que mejor resultado proporcione para la mejora de
la potencia, es el método emblemático de la potencia. Consiste en acoplar las
contracciones excéntricas y la concéntrica posterior inmediatamente, en el menor
tiempo posible, para aprovechar la energía elástica potencial acumulada en las fibras
musculares durante la contracción excéntrica (fase de estiramiento) y que se utilice en
la concéntrica (fase de acortamiento) traducida en un gesto (salto, lanzamiento, golpe,
etc.) más potente.
Este tipo de ejercicios permite la respuesta más rápida, se vale del reflejo miotático,
también conocido como de Sherrington o de estiramiento, que consiste en una
contracción muscular refleja precedida por el estiramiento del mismo, producto de la
estimulación de los husos musculares (receptores propioceptivos presentes en el
músculo). Varios estudios científicos demostraron que cuando el estiramiento del
músculo precede a la contracción concéntrica, el movimiento se verá potenciado, como
resultado la contracción será más fuerte y veloz, es decir, más potente.
Este método puede utilizarse con personas de diferentes niveles siempre y cuando
sean de menor intensidad o “Pliometría de bajo impacto”. Ejemplos de ésta son los
rebotes en el lugar o saltos horizontales, skipping, taloneos, saltos sobre obstáculos
bajos, lanzamientos de medicine-balls u otros elementos livianos, bandas elásticas de
resistencia que no requieran exigencias demasiado elevadas. En cambio la “Pliometría
de alto impacto” conocida como entrenamiento de shock (choque), implica saltos de
máxima exigencia que requieren una preparación de varios años para poder utilizarlo
de manera segura y aprovechar su beneficio para la fuerza explosiva o potencia. Como
109
ejemplo emblemático podemos citar el salto con caída previa o DJ (Drop Jump) desde
alturas elevadas (>60-75 cm). Ahora bien, el estrés que causa este impacto en
músculos, articulaciones y tendones es demasiado elevado, por lo tanto se debe
dosificar su empleo. Si el estiramiento producido en la parte excéntrica rápida (al
momento del contacto con el piso durante el aterrizaje de la caída desde del cajón) es
demasiado elevado para las posibilidades de los tejidos blandos, se puede producir
alguna lesión como un desgarro. Ante esta situación, los receptores del estiramiento
muscular (husos musculares) y tendinosos (órganos tendinosos de Golgi) envían
impulsos nerviosos por vía aferente hacia la médula espinal, y desde aquí vuelven a los
receptores del estiramiento, provocando una acción de frenado excéntrico que no
permite un estiramiento mayor de las fibras.
Si el sistema propioceptivo*, compuesto por los receptores (husos musculares y
órganos tendinosos de Golgi, entre otros), funciona adecuadamente se obtendrá como
resultado de este tipo de ejercicios una contracción mucho más fuerte que la posible
con cualquier otro tipo de método. Estos esfuerzos son más rápidos que ningún otro
porque son contracciones reflejas, dependen de la médula espinal, una respuesta
“pensada” que provenga desde el sistema nervioso llegaría demasiado tarde.
Los tendones son los constituyentes principales de los componentes elásticos en serie,
pero también los puentes cruzados actino-miosínicos son importantes. En estos
componentes se acumulará la energía elástica potencial cuando se produzca en los
músculos y, también en los componentes elásticos en serie, el estiramiento violento (en
la fase excéntrica). La contracción concéntrica que le sigue a ese rápido estiramiento
aprovechará la energía acumulada en los componentes elásticos en serie si se efectúa
inmediatamente y, como resultado se verá potenciada. Cuanto menos tiempo dure la
fase de acoplamiento entre las contracciones excéntrica y concéntrica, más potente
será la acción concéntrica (Bosco y Komi, 1980). La fuerza necesaria para desacelerar
con rapidez y lograr una fase de amortiguación y acople lo más breve posible debe ser
muy elevada.
Existen algunas controversias en la forma de aplicación de los esfuerzos pliométricos.
Uno de ellos es la superficie donde se realizan, muchos sostienen que sería
conveniente que el piso en el cual se producen los rechazos debe ser blando para
disminuir el impacto en las articulaciones; el inconveniente de esto radica en que si es
demasiado blanda se pierde reactividad. Por esta razón, no son pocos los que opinan
que la superficie de caída debe ser dura, especialmente con deportistas
experimentados. Otro de los puntos de debate es la conveniencia o no de utilizar
sobrecargas (elásticos, chalecos lastrados, mancuernas o barra), por un lado,
perjudican la velocidad de reacción y la manifestación de saltos o rechazos de mayor
*Sistema por el cual, el cerebro recibe información acerca de la posición de los segmentos corporales,
grado de tensión en los músculos, el movimiento de las articulaciones en el espacio y en relación a su
base de apoyo.
110
altura o distancia; pero por el otro, puede ser beneficioso para elevar los niveles de
fuerza, especialmente en sujetos avanzados.
Los ejercicios pliométricos son importantes para mejorar la potencia de salto,
lanzamiento, aceleración, desaceleración y toda acción potente específica a cada
disciplina deportiva como los cambios de dirección y sentido, además del aterrizaje y su
sub-siguiente acción.
La potencia de aterrizaje puede, y debe, ser entrenada. Los deportes de situación
contienen muchas acciones de saltos seguidos de otro salto o una carrera o
movimiento veloz, para que estas dos acciones sean ejecutadas con éxito se requiere
de una potencia capaz de amortiguar el aterrizaje primero y, luego, reaccionar
velozmente para efectuar la acción siguiente. A mayor altura alcanzada en el salto, se
necesita más fuerza para absorber el impacto en el aterrizaje. Para esto se debe
entrenar con contracciones excéntricas y pliometría. Las alturas de caída desde
cajones de 80 cm o más, exigen a las articulaciones un impacto de seis a ocho veces el
peso corporal; estos valores son similares a muchas acciones deportivas como los
aterrizajes de los patinadores artísticos. Si no se está preparado para absorber ese
impacto se corre el riesgo de lesiones musculares, tendinosas y ligamentarias. Los
saltos con caída previa reducen los efectos inhibitorios y potencian los efectos
facilitadores. El efecto inhibitorio actúa como mecanismo de defensa de protección de
lesiones, al darse cuenta que la tensión es excesiva los receptores actúan para reducir
la tensión de manera refleja. Con el entrenamiento se eleva, además de la fuerza, el
umbral de excitación de los receptores propioceptivos permitiendo que se puedan
tolerar tensiones y estiramientos más elevados. Se debe reproducir la posición de
aterrizaje propia del deporte (ángulos articulares, sobre uno o ambos pies, etc.)
dejándose caer desde el cajón, empezando desde alturas más bajas hasta llegar
progresivamente a las más altas. Para absorber el impacto se debe aterrizar sobre
metatarsos y con rodillas levemente flexionadas. Este ejercicio puede intensificarse si
sobrecargamos al sujeto con un chaleco lastrado, mancuernas o barra. Con esto sólo
trabajamos la potencia de aterrizaje, es decir que no se realiza un salto o rechazo de
brazos luego de contactar con el piso. Si realizamos otra acción seguida, se aprovecha
la energía elástica acumulada en la fase excéntrica del aterrizaje y, mediante el reflejo
de estiramiento, se reclutan más unidades motoras tipo IIb con sus fibras explosivas, lo
que permite la ejecución inmediata de otra acción explosiva. Entonces para entrenar la
potencia reactiva sólo basta con agregar a los ejercicios de aterrizaje, un salto, rechazo
o carrera. La intensidad se incrementa a medida que se eleva la altura de caída, o se
realiza de manera unipodal o se agrega una sobrecarga. Por supuesto que los cambios
son graduales, si se pasa a trabajo unipodal se debe bajar la altura de caída,
comparada con la utilizada con ambos pies; lo mismo si se añade sobrecarga. Otra
progresión es ir aumentando el número de series y repeticiones. La potencia de salto
es fundamental para muchas disciplinas deportivas. En muchas ocasiones se producen
a continuación de una carrera veloz, en la cual los músculos acumulan energía en cada
111
pre-estiramiento. Previo al salto, las rodillas deben flexionarse lo suficiente para que la
acción sea lo más explosiva posible en busca de la mayor altura o longitud del salto; si
es demasiado profunda, el salto será de menor rendimiento porque la extensión de
rodillas (fase concéntrica) es lenta. Algo similar sucede si la flexión de rodillas es muy
leve porque no se acumularía demasiada energía elástica en la fase excéntrica. En
principio puede ayudar el entrenamiento con pesas, como las sentadillas, pero como la
velocidad de ejecución no es rápida, habría que combinarlo con saltos y rebotes que
proporcionen la velocidad requerida para despegarse del piso violentamente, que sólo
será posible si el tiempo de aplicación de la fuerza es corto. Según el deporte se deben
elegir saltos o combinaciones de ellos que sean más específicos. Para los saltadores
de atletismo es conveniente una mayor proporción de saltos unipodales, pero para los
voleibolistas o gimnastas se debe optar por los saltos con dos pies. La progresión es
empezar con alturas de caída bajas y, luego de un proceso de dos años aprox.,
elevarlas por encima de los 45-60 cm. Tal cual se mencionó anteriormente, se
evoluciona desde saltos bipodales a unipodales, desde peso corporal a agregar
sobrecarga, desde menor a mayor volumen. En este último aspecto no debemos
exagerar con la cantidad de ejercicios, series y repeticiones, teniendo en cuenta de
disminuirlas 10-20 días previos a la competencia principal para no acumular fatiga y
permitir el efecto retardado que propicia este tipo de esfuerzos. Como máximo realizar
6 series de 6-8 reps. separadas por pausas de 3’-4’.
La potencia de lanzamiento, como toda acción de potencia, requiere de la activación
sincrónica de las fibras tipo IIb, será mayor cuanto más diámetro tengan este tipo de
fibras. Si la fuerza interna supera por mucho a la oposición externa, la aceleración será
tanto mayor que el elemento volará a mayor distancia y con mayor velocidad. Los
lanzadores del atletismo, beisbol o handbal deben ser capaces de aplicar una fuerza
inicial sobre el objeto a lanzar y acelerarlo desde el inicio a fin. Se debe tener un buen
control de movimiento de los segmentos corporales en el momento de soltar el
elemento para no provocar lesiones articulares. La progresión respeta las mismas
consignas marcadas anteriormente: aumentar gradualmente el peso a lanzar y
disminuirlo 10-20 días previos a la competencia principal para potenciar la velocidad y
explosividad de las contracciones; lo mismo se lleva a cabo con las series y
repeticiones, las cuales se fueron incrementando, para luego volver a disminuirlas
evitando la acumulación de fatiga. Como máximo realizar 6 series de 6-10 reps.
separadas por pausas de 2’ aprox. Tengamos en cuenta que los miembros superiores
producen un desgaste algo menor que los miembros inferiores por una cuestión de
tamaño y peso. La potencia inicial es importante para el inicio de un gesto explosivo en
patadas de taekwondo, golpe de puño en boxeo, salidas desde los tacos en carreras de
velocidad, zambullida al agua desde los bloques de natación, entre otros. Se debe
entrenar la potencia para reclutar la mayor cantidad posible de unidades motoras y las
respectivas fibras que ellas inervan, desde el momento inicial de manera explosiva para
alcanzar una gran aceleración. En la salida desde los tacos de partida, los músculos
112
implicados están pre-estirados, de manera que se acumula la energía elástica en los
componentes en serie y se posibilita un inicio de la carrera más explosivo. Como
demostración del gran nivel de FM que hace falta para elevar la P, podemos medir la
presión de la musculatura de los miembros inferiores contra los tacos supera
ampliamente los 100 kg. Se puede entrenar con métodos complejos, de contrastes o
Maxex, en series de pocas repeticiones sucesivas o aisladas. El primer ejercicio
(isotónico, balístico o pliométrico) se encarga de pre-activar o reclutar un gran número
de fibras tipo IIb para seguir con una repetición o algunas más alivianadas que
permiten contracciones de mayor velocidad de ejecución. La progresión también sigue
la fórmula desde saltos bipodales a unipodales, dese sin carga añadida hasta el
empleo de sobrecargas y desde menos a más volumen (recordando de reducirlo
cercano a la competencia). Se realizan hasta 6 series de 8-12 reps (hasta 15 puede
aceptarse) con pausas de 3’-4’. En ésta se juega un poco más con la fuerza que la
explosividad, pero esto no significa que descuidamos la velocidad.
La potencia de aceleración es necesaria para los corredores, nadadores, ciclistas y
todos aquellos que necesiten alcanzar velocidades máximas, como los tenistas,
futbolistas, entre otros, aunque es menos importante que para los que nombre en
primer término. Para poder empujar contra el piso en cada paso, vencer la resistencia
del agua en cada brazada, empujar contra los pedales, etc. hace falta una gran
potencia, si es que deseamos avanzar rápido. El peso que soporta el cuerpo en cada
paso de la carrera de velocidad se triplica, la presión que exige cada palada contra el
agua en el remo es de 60 kg para acelerar el bote. Para poder aplicar tales magnitudes
de fuerza que aseguren una gran aceleración es imprescindible el desarrolla previo de
la FM. Este tipo de fuerza hipertrofia selectivamente a los filamentos de miosina de
manera que estos alcancen un diámetro relativamente grande, esta adaptación
fisiológica mejora la potencia. Sólo los métodos de entrenamiento encargados de
desarrollar la FM son capaces de hipertrofiar los puentes cruzados de miosina. Para
convertir esa gran fuerza en potencia se aplican posteriormente a los de FM, los
métodos isotónicos, balísticos, pliométricos y de la potencia resistida; estos
aprovecharán el gran reclutamiento de unidades motoras de mayor envergadura y sus
fibras, que propicia el desarrollo de la FM. Se entrena con poco volumen para permitir
la máxima intensidad o velocidad acelerativa. Pocas series, 4 aprox, con reducido
número de repeticiones, 6 aprox. Estas repeticiones se pueden realizar sin descanso
desarrollando la máxima frecuencia de movimiento cuando se pretende acciones
sucesivas repetidas potentes, o solamente una repetición a la vez cuando se busca la
máxima manifestación de potencia en un intento. En general, se deben entrenar de
ambas formas.
La potencia de desaceleración es vital para reducir la velocidad de traslación de
manera imprevista, repentina con gran rapidez. Es fundamental para los deportes de
situación, tanto como la aceleración. Tener buena potencia para desacelerar facilita
cambiar de dirección o sentido para desmarcarse u obtener la pelota, además de
113
frenarse repentinamente para no cometer una infracción o salirse de una posición.
También enlazar una carrera con un salto exige una desaceleración para que el salto
sea efectivo. Al desacelerar se requiere de una gran potencia en la musculatura de los
miembros inferiores porque la tensión puede duplicar el peso corporal. Para dominar el
cuerpo de manera eficaz cuando se desacelera, se debe reducir la velocidad
adelantando un pie, el centro de gravedad debe descender, mantener el tronco
perpendicular al piso y una separación de pies similar al ancho de caderas y no en la
misma línea; caso contrario se puede perder el equilibrio o demorar en reequilibrarse
perjudicando la ejecución de la siguiente acción. Como la desaceleración se realiza
mediante una acción excéntrica de los músculos de los miembros inferiores se deben
recurrir a los métodos excéntricos para el desarrollo de la FM y a los pliométricos; los
ejercicios para la potencia de aterrizaje ya vistos, son válidos para trabajar la
desaceleración, ya que la mecánica y grado de flexión articular son similares. La
progresión, una vez más, va desde caídas de alturas bajas a altas, desde ejercicios de
bajo a alto impacto, de ejercicios sin sobrecarga hasta sobrecargado, Con los métodos
excéntricos, se debe utilizar primero el método concéntrico- excéntrico con cargas
mediana-altas para evolucionar hacia al método excéntrico puro con intensidades
supra-máximas. Los ejercicios para su entrenamiento combinan sentadillas con salto,
salto con caída previa, saltos bipodales y unipodales, aceleraciones, frenadas, cambio
de dirección, prestando especial atención a los aterrizajes y frenados.
Los ejercicios pliométricos deben aplicarse en forma sistemática, avanzando
progresivamente de lo más fácil a lo más difícil, de lo menos intenso a lo más intenso,
de lo general a lo específico. Antes de exponer a un individuo a los ejercicios de alto
impacto, deberíamos controlar que no hayan asimetrías en piernas y muslos (midiendo
distancias de los tobillos a las rodillas y de éstas a las crestas ilíacas) y el estado de su
arco plantar. Paralelamente al entrenamiento pliométrico, se debe entrenar la fuerza, la
flexibilidad y la técnica de salto.
Los niños pueden llevar a cabo sesiones pliométricas de bajo impacto (baja intensidad)
y, a medida que vayan creciendo y aumentando sus niveles de fuerza, algún día y si su
actividad lo requiere, estarán preparados para realizar pliometría de alto impacto (alta
intensidad). En el entrenamiento con adolescentes (que ya pasaron por el
fortalecimiento general) y deportistas experimentados se debe, previo a los ejercicios
pliométricos, desarrollar la fuerza máxima. Principalmente, se tienen que fortalecer los
músculos que rodean la articulación de las rodillas (cuadriceps, isquiotibiales, gemelos
y tibiales) para disminuir el riesgo de lesiones y la aparición de molestias. Se pueden
manifestar dolores en la zona de la tibia debido a esfuerzos de intensidad o volumen
excesivo, superficies de caída muy dura y músculos de los miembros inferiores y de la
columna vertebral debilitados. En cuanto a la técnica, prestar atención a que se realice
correctamente.
La cantidad de saltos por sesión, o sea, el volumen, dependen del período de la
temporada en que se encuentre, del nivel del deportista y de la intensidad con la cual
114
se esté trabajando. Se comienza el proceso con saltos generales, de menor intensidad
y elevada cantidad de repeticiones, para ir disminuyendo el volumen y la densidad, a
medida que se incrementa la intensidad y se da lugar a esfuerzos más específicos a la
disciplina competitiva, al aproximarse al período de competencias.
Los deportistas experimentados que necesiten de altos niveles de potencia, se pueden
beneficiar del uso de saltos con caída previa de alto impacto (entrenamiento de shock)
agrupándolos en bloques de 3-4 semanas, con una interrupción de este tipo de
esfuerzos durante 20-30 días. A lo largo del macrociclo se pueden realizar tres de estos
bloques, cuidando que guarden una separación, previa a la competencia, de 20 días.
Por el efecto retardado que tiene este tipo de esfuerzos, obtendremos los beneficios de
dicho entrenamiento justo en el momento de la competencia, es decir que el punto de
exaltación del nivel de rendimiento lo alcanzaremos en el momento en que lo
necesitamos.
Los ejercicios pliométricos, como ya he mencionado en los anteriores métodos, pueden
utilizarse en forma aislada a combinado con otros. Por ejemplo, como transferencia tal
cual se emplea en lo ya explicado en el método Maxex (Complejos o de Contrastes),
donde un ejercicio de rechazo de brazos dejándose caer desde steps fue precedido por
el ejercicio de press de banco o después de sentadillas se realiza un salto con caída
previa.
Varios autores (Anselmi, H.; Bompa, T.; Chu, D.; Mazzeo, E.) establecieron diferentes
clasificaciones de los ejercicios pliométricos por nivel de intensidad.
A continuación detallo una de ellas de menor a mayor intensidad:
Nivel 1- Saltos (en el lugar, sin desplazamiento) y Lanzamientos (con elementos
livianos) de bajo impacto. Intensidad baja. 10-15 series de 10-30 reps. 100-300
reps/sesión. Pausas 2’-3’
Nivel 2-Drop Jump (DJ) desde <45 cm. Intensidad media. 10-15 series de 10-25 reps.
100-250 reps/sesión. Pausas 3’-5’
Nivel 3-Rebotes bipodales y unipodales. Intensidad sub-máxima. 5-15 series de 3-25
reps. 50-250 reps/sesión. Pausas 3’-5’
Nivel 4-Drop Jump (DJ) desde >60 cm. Intensidad muy alta. 5-15 series de 5-15 reps.
75-150 reps/sesión. Pausas 5’-7’
Nivel 5-Drop Jump (DJ) desde >100 cm. Intensidad máxima. 5-15 series de 5-10 reps.
50-150 reps/sesión. Pausas 8’-10’*
*Con pausas de esta duración, sería conveniente que sean activas.
NOTA: los márgenes en la cantidad de series y repeticiones señalados tan amplios, se debe a
las diferencias que pueden existir entre distintos deportes, nivel de deportistas y fases del
macrociclo.
Las características del método pliométrico de alta intensidad se pueden observar en la
tabla 12.
115
Cantidad de series/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Cantidad de repeticiones/sesión
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
4-5
6-10
30-50
Muy alta a máxima
Explosiva
Completa (>3’)
1-2 (principiantes) 2-3 (avanzados)
Tabla 12- Características del método pliométrico de alta intensidad
CONVERSION (en resistencia muscular)
Para que el entrenamiento de la fuerza pueda cubrir las necesidades de los deportes
en que la resistencia sea dominante, se deben aplicar esfuerzos que desarrollen el
sistema energético predominante (oxidativo), el funcionamiento orgánico y
neuromuscular y recuperaciones correspondientes a esfuerzos prolongados. Si se
trabaja con volúmenes insuficientes se estaría disminuyendo el potencial aeróbico;
trabajar con series de 25 repeticiones o menos estimularían más a la fuerza que a la
resistencia. Dicho volumen de trabajo no cubriría específicamente las demandas de las
pruebas de medio y largo aliento.
En definitiva, debemos exponer al deportista a intensidades y volúmenes semejantes a
los que se enfrentará en su disciplina competitiva; en estos casos, cargas livianas y
repetidas durante tiempos parecidos a los de la competencia. Si bien se puede (y se
DEBE) en ciertos períodos del macrociclo recurrir a esfuerzos de mayor intensidad y
menor volumen que estimulen al organismo y sistema muscular de manera anaeróbica,
los estímulos de fuerza-resistencia específicos son los que preparan al deportista para
tolerar y superar la fatiga propia de su actividad.
Ahora bien, existen gran cantidad de disciplinas deportivas con diferentes duraciones
durante las cuales se deberá aplicar la fuerza, pero por suerte el sistema
neuromuscular tiene la capacidad de adaptarse a cualquier estímulo al que se lo
someta. La necesidad de mayor FM será inversamente proporcional a la distancia o
duración de la competencia; por ejemplo, el corredor de 800 mts necesita valores más
elevados de FM y P que el de 5000 mts. A su vez, éste requiere de mayor FM y P que
el maratonista. Lo mismo ocurre en otras especialidades (natación, ciclismo, esquí,
etc.). Para correr (nadar, pedalear o cubrir la distancia en la disciplina que fuera) más
rápido y bajar el tiempo de la prueba es necesario elevar el nivel de FM. Esto
posibilitaría ejercer mayor presión contra el piso en cada paso, contra el agua en cada
brazada o contra los pedales en el pedaleo; un nivel superior de fuerza permite una
traslación más rápida, pero es fundamental que se pueda mantener ese nivel más alto
durante todo el recorrido de la prueba. De no ser así, no se estaría en condiciones de
116
finalizarla y, si no se finaliza, no se llega en primer lugar. Veámoslo con un ejemplo muy
práctico: si realizo 3 series de 25 repeticiones, cuya duración de cada serie es de 70” y
la pausa entre ellas es de 60”, como preparación para un esfuerzo que me exige más
de 300 zancadas, brazadas o ciclos de pedaleo sin parar durante un tiempo
aproximado de 5’, es obvio que no serviría demasiado para mejorar específicamente mi
prueba.
En los deportes con predominio aeróbico se trabajan tanto la resistencia como la
fuerza. Puede ser en días diferentes para cada una de ellas o ambas dentro de la
misma sesión. Si se opta por esto último, se ubica primero en la sesión lo más
primordial, que es el componente técnico dentro del trabajo específico de resistencia y
se deja para el final el trabajo de fuerza-resistencia o resistencia muscular (R-M). No en
todos los deportes tiene que ser así, en aquellos que sea más parejo los
requerimientos de ambas cualidades y que la técnica del ejercicio de resistencia no sea
de un grado de dificultad importante, la fuerza precede a la resistencia dentro de la
misma sesión. Como los entrenamientos concurrentes o combinados entre ambas
cualidades pueden acumular mayor nivel de fatiga, si se debe reducir la cantidad de
trabajo diario, se hace a expensas de la R-M. Por esto siempre que sea posible, se
recomienda llevar a cabo los entrenamientos de ambas cualidades en días distintos o
sesiones separadas. Las investigaciones llevadas a cabo acerca de los efectos del
entrenamiento concurrente de fuerza resistencia son contradictorios, mientras algunos
encontraron que se produce un efecto inhibitorio sobre el desarrollo de la fuerza o de la
resistencia (Nelson y cols., 1990), otros no observaron que fueran afectadas ninguna
de las dos (Wisloff y cols., 2010). Por esto resulta una tarea bastante complicada llegar
a una conclusión acerca de cómo entrenar ambas cualidades simultáneamente, tanto
en lo concerniente a cuál de las dos debe ubicarse primero dentro de la sesión, como si
conviene introducir los esfuerzos de resistencia aeróbica entre las series de fuerza
(Davis y col., 2008).
Aunque pareciera que en un entrenamiento concurrente, de las dos cualidades, la
fuerza es la más perjudicada, si se planifican los métodos de trabajo con las
proporciones adecuadas se podrán obtener mejoras en el rendimiento según las
necesidades específicas de cada disciplina. Es importante considerar que en la
mayoría de los deportes nos encontramos con una mezcla de cualidades dentro de la
competencia misma, entonces deberíamos desarrollar cada una de ellas hasta niveles
óptimos para alcanzar un mejor rendimiento.
Lo que si puede estar más esclarecido sea que:
-se pueden mejorar tanto VO2máx, hipertrofia, fuerza como potencia, pero menos
comparativamente que si se entrenaran por separado. Las mejoras sobre la hipertrofia,
fuerza y potencia en la musculatura del tren inferior son menores que sobre las del tren
superior, principalmente porque en la mayoría de las investigaciones el trabajo de
resistencia se aplica al tren inferior.
-si se requiere de valores más altos de FM y P, la intensidad con la cual se ejecutan los
117
esfuerzos de resistencia debe ser elevada, de esta manera no se afectaría tanto a la
fuerza; mientras que si el deporte requiere mayor nivel de resistencia habría que
disminuir la intensidad del trabajo de fuerza.
Dentro de los distintos tipos de fuerza combinados con resistencia (se trata de
esfuerzos donde se debe mantener contracciones musculares por un tiempo
prolongado o relativamente prolongado) tenemos: Potencia-Resistencia (P-R),
Resistencia Muscular de corta duración, Resistencia Muscular de mediana duración y
Resistencia Muscular de larga duración. Personalmente prefiero llamar fuerzaresistencia a los esfuerzos de potencia-resistencia y a los de resistencia muscular de
corta duración, es decir a aquellos que predomina la fuerza sobre la resistencia o que
la fuerza es algo mayor y la resistencia, por lo tanto, debe reducirse; mientras que la
resistencia a la fuerza sería la resistencia muscular de mediana duración y la
resistencia muscular de larga duración, en las cuales predomina la resistencia sobre la
fuerza. Es decir, que antepongo el nombre de la cualidad que tiene algo más de
influencia en el nombre del tipo de clasificación de fuerza. Cada una de las distintas
clasificaciones de fuerza-resistencia o resistencia muscular tienen sus métodos con
características propias.
El entrenamiento de la potencia resistencia es necesario para los deportes que
necesitan prolongar esfuerzos de potencia casi máximos. Los velocistas de 100 metros
llanos de atletismo cubren dicha distancia con algo más de 40 pasos, los varones (41
pasos en el caso de Usain Bolt) hasta 50 en el caso de las mujeres. La fuerza que
deben aplicar contra el piso en cada paso equivale a una tensión del doble al triple de
su peso corporal, o sea que se debe preparar para esa presión que deben soportar las
piernas al contactar en cada apoyo de cada uno de los pies entre 20 y 25 veces. Para
que el velocista reduzca lo menos posible su frecuencia de paso y fuerza de presión
contra el piso en los últimos metros de su carrera, es fundamental entrenar la potencia
y su capacidad para mantenerla lo más cercana al máximo durante el tiempo que dure
su prueba. Siempre hay una pequeña pérdida de velocidad (aunque imperceptible para
la vista humana) en los últimos 20-30 mts, inclusive en los velocistas de elite.
Así mismo, otros deportistas requieren de acciones de verdadera potencia a lo largo de
una prueba o partido con detenciones cortas o pocos segundos de pausa entre ellas.
Para ser capaz de reproducir gestos potentes con los niveles más cercanos a la
máxima potencia hacia el final de la prueba o partido, se debe entrenar con esfuerzos
potentes repetidos muchas veces.
La resistencia a la fuerza explosiva o P-R se puede entrenar pasando progresivamente
de 6-12 repeticiones hasta alcanzar las 20-30, a medida que transcurren los 6
microciclos que pueden componer la fase de conversión en resistencia (en este caso,
conversión en P-R). Al principio se entrenó a las fibras tipo IIb para que expresen su
máximo potencial, para luego entrenarlas a que resistan la mayor cantidad de
repeticiones posible con la menor pérdida, es decir que sean capaces de reproducir
118
gestos de calidad casi a su máxima intensidad. Esto exige al área socio-afectiva por el
gran compromiso de sacrifico, fuerza de voluntad y concentración mental para no
dejarse vencer por la fatiga.
La cantidad de ejercicios no puede ser elevada por el gran número de repeticiones,
especialmente, y series. Suelen realizarse 2-3 ejercicios diferentes por sesión.
La cantidad de series por ejercicio es de 2 a 4 dependiendo del número de repeticiones
que conformen cada serie.
La cantidad de repeticiones por serie alcanzan las 20-30, siempre y cuando no se
reduzca la velocidad de ejecución, caso contrario se debe detener la serie. Alcanzar
dichas repeticiones ejecutadas con explosión y sin detenciones puede tomar algunas
semanas.
La intensidad es de aprox. el 50-70% de 1RM, pero movilizada en forma explosiva.
La pausa necesaria para compensar estos esfuerzos debe ser prolongada, lo suficiente
para eliminar por lo menos el 50% de los productos de desecho metabólicos como el
ácido láctico y recuperar los elementos energéticos (ATP-CP y glucógeno). Como la
eliminación del ácido láctico toma bastante tiempo (>20’), sería aconsejable realizar los
ejercicios alternando los sectores musculares con una progresión vertical o en circuito,
de manera que cuando se repita el ejercicio para un mismo músculo haya pasado un
tiempo prudencial. Si no se estaría incidiendo más en la hipertrofia que en la P-R (la
hipertrofia se beneficia en condiciones de acidosis elevada). La duración del descanso
entre esfuerzos es de 5’-7’.
La frecuencia semanal con que se aplican este tipo de esfuerzos es de 2-3.
Las características del método de potencia-resistencia se pueden observar en la tabla
13.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/ejercicio
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
2-3
2-4
20-30
50%-70%
Explosiva
Prolongada (5’-7’)
2-3
Tabla 13- Características del método de potencia-resistencia.
El entrenamiento de la resistencia muscular de corta duración (R-M corta) es específico
para las disciplinas cuya duración abarca desde los 30” hasta los 2’. Por ejemplo, los
400 metros del atletismo, los 200 metros de cualquier estilo en natación y varias
carreras de ciclismo, remo, patinaje o esquí. Pero también es necesaria para las
actividades acíclicas como los deportes de situación, en estos se presentan momentos
de intensidades elevadas dentro de estos márgenes que se reiteran a lo largo del juego
119
constantemente y, a veces, con poca pausa entre sí, lo que produce elevada
acumulación de ácido láctico. En caso de no estar entrenado para tolerar la gran
acidosis muscular, se experimentará una merma en el rendimiento; para que esto no
suceda será necesario poseer una potencia anaeróbica elevada como así también gran
resistencia aeróbica.
Los ejercicios destinados a la fuerza deben apuntar a que el deportista mejore su
capacidad para tolerar elevados niveles de ácido láctico. Cuanto más eficaz sea su
sistema glucolítico, más rápidamente “lavará” el lactato y podrá utilizarlo como
carburante para proseguir con la actividad sin que se vea mermado su rendimiento.
Alcanza con que mantenga su nivel hasta el último segundo que dure su prueba, ni un
segundo más, para no “regalar” nada se debe ser bien específico y ajustar la máxima
intensidad acorde al volumen o duración que tenga su competencia.
La frecuencia cardíaca que se puede alcanzar con este tipo de esfuerzos es de 170180 latidos por minuto para aquellos especialistas en este tipo de actividad, aunque no
es nada raro llegar a los 200 puls/min. La acumulación de ácido láctico crece
paralelamente con el aumento de las pulsaciones, alcanzándose niveles de superiores
a los 12 Mmol/L (milimoles de ácido láctico por litro de sangre) e, incluso, cercanos a
los 20 Mmol/L.
La energía es obtenida de la glucosa circulante en sangre y del glucógeno almacenado
en los depósitos musculares y hepáticos. El entrenamiento de la R-M corta puede
organizarse con progresión vertical (circuito), horizontal (en series) o intervalado
intensivo. La progresión que debe llevarse a lo largo de los 6-8 microciclos que puede
durar esta fase para conversión en R-M corta, sería ir aumentando progresivamente el
número de circuitos o series, de repeticiones o duración de la serie y la velocidad de
ejecución de menos a más, teniendo en cuenta de introducir un microciclo de descarga
(semana en que se disminuye el volumen de trabajo para retomar con más fuerza a
siguiente semana de entrenamiento) en la tercera o cuarta semana de la fase.
La cantidad de ejercicios por sesión es de 3 a 6 por grupo muscular, un ejercicio
seguido al otro hasta terminar la vuelta al circuito o todas las series del mismo ejercicio
para luego pasar a otro. De todas maneras, la cantidad de ejercicios o circuitos
depende de la duración o número de series y repeticiones.
La cantidad de series por ejercicio es 1-2 según el número de repeticiones o la
duración de cada una de ellas. En la sesión, por lo tanto, se realizan 3-6 series.
La cantidad de repeticiones puede establecerse por un número determinado o por
tiempo, siendo 20 a 40 reps o 30”-60” respectivamente.
La intensidad es mediana, 50-60%, pero ejecutada con una velocidad rápida o
relativamente rápida.
Las pausas deben ser incompletas para entrenar la tolerancia al ácido láctico, para esto
la duración de las mismas no deben superar los 60”-90”.
La frecuencia debe ser de 2-3/semana.
120
Las características del método de resistencia muscular de corta duración se pueden
observar en la tabla 14.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de series/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa
Frecuencia semanal
3-6
3-6
20-40 / 30”-60”
50%-60%
Mediana a rápida
Incompleta (60”-90”)
2-3
Tabla 14- Características del método de resistencia muscular de corta duración
El entrenamiento de la resistencia muscular de mediana duración (R-M media) es el
que necesitan las disciplinas cuya duración se encuentra entre los 2’ y 10’. Por ejemplo,
los 1500 mts del atletismo o los 400 mts en natación, entre otros, dentro de las
actividades cíclicas, y el boxeo, rugby, hockey, tenis, fútbol, dentro de las acíclicas. Si
bien tiene un predominio aeróbico, es importante el aporte anaeróbico, aunque en
menor medida que en el caso de la R-M corta, pero mayor que en la R-M larga.
Este tipo de fuerza se la entrena con esfuerzos intervalados extensivos, porque
requieren volumen elevado o larga duración, con el objetivo de mejorar la capacidad
para soportar la fatiga. Los esfuerzos constan de muchas repeticiones, a veces más de
100, mejorándose la resistencia anaeróbica en la primera parte de la serie después de
muchas repeticiones seguidas y al continuar superando el cansancio se mejora
también la resistencia aeróbica. También se puede emplear el circuito, en estos
deberíamos tener preparados los elementos antes de iniciarlo para que no se extienda
la duración de la pausa.
Las adaptaciones fisiológicas que proporcionan la R-M media (y la larga) mejoran el
metabolismo aeróbico o sistema oxidativo, aumentan las reservas musculares y
hepáticas de glucógeno y aceleran la eliminación o el “lavado” de los productos de
desecho metabólicos.
A nivel neuro muscular, estos esfuerzos no mejoran la activación sincrónica de fibras
musculares, es decir que durante el esfuerzo se irán rotando, las primeras en activarse
(las tipo I o lentas) cuando se fatiguen, serán reemplazadas por las otras que estaban
descansando. Este reclutamiento asincrónico de unidades motoras activa pocas fibras
musculares, porque la intensidad es sólo de 40-50%, entonces se puede mantener la
contracción muscular por un período prolongado, durante el cual se activarán primero
las fibras más pequeñas (las tipo I), luego las intermedias (las tipo IIa) y, por último, las
de mayor tamaño (las tipo IIb) si la duración del esfuerzo agotó por completo a las de
menor poder de contracción y no se pudieron recuperar a pesar de la rotación.
Es importante poseer un mayor nivel de FM, incluso en los deportes de resistencia,
121
porque si una fibra muscular tiene mayor diámetro producto de la FM, se van a
necesitar menos unidades motoras activadas para un esfuerzo de resistencia muscular.
Los músculos funcionarán de manera más eficaz porque con menos fibras podrán
superar una resistencia, por lo tanto la tarea resulta más económica gracias que se
produce un menor desgaste y el esfuerzo se puede prolongar de ser necesario. El
entrenamiento para los deportes de R-M media debería incluir el desarrollo de FM,
aunque dentro de ciertos límites.
Como ya se indicó, el entrenamiento para R-M media puede seguir una progresión
vertical (circuito) o desarrollarla mediante un intervalado extensivo. El circuito puede ser
más beneficioso cuando se necesita desarrollar tanto tren superior como inferior; el
intervalado puede ser ventajoso para el desarrollo de un solo sector, normalmente, del
tren inferior (pero en ciertos deportistas puede ser del tren superior, como el kayakista).
La progresión a lo largo de la fase de conversión de la R-M media, que puede tener
una duración de 8-12 semanas, va desde unas 30-40 hasta alcanzar 50-60 repeticiones
por ejercicio gradualmente. Cada aumento de repeticiones puede tomar una adaptación
de 2-3 semanas para conseguirlo. Como se dijo, se puede organizar en circuito y según
el nivel del deportista y las demandas de cada disciplina se eligen 4-8 ejercicios
separados por un descanso de 30”-60”; incluso se puede repetir alguno de ellos si se lo
considera fundamental para la disciplina, también se puede reducir el número de
repeticiones para aquellos que tengan menor incidencia para la competencia o
disminuir la intensidad si el ejercicio requiere tener mayor cautela. Se deben tener en
cuenta las fortalezas y debilidades de cada sujeto para determinar la cantidad de
ejercicios destinados para los distintos sectores corporales; si es necesario se pueden
realizar más ejercicios para un sector determinado. Otra manera de realizar una
progresión es aplicar un circuito en bloques agrupando de a dos ejercicios seguidos sin
ninguna pausa entre ambos y con 60”-90” entre cada par de ejercicios, durante 2-4
semanas, después de haber realizado un circuito simple durante un período similar;
luego, agrupar de a cuatro ejercicios sin pausas entre ellos y con 120” de descanso con
los otros cuatro ejercicios, durante otro bloque de 2-4 semanas; y, por último, los 8
ejercicios seguidos sin ninguna pausa. Es decir, que se irán realizando paulatinamente
mayor cantidad de repeticiones sin parar mejorando la fuerza-resistencia muscular
mediana; si bien se alternan sectores corporales o grupos musculares, se mantiene
una importante actividad cardio-vascular-respiratoria porque este sistema no deja de
actuar y se obtiene un claro beneficio de la resistencia aeróbica. Tomar el tiempo
cronometrado que le toma a un deportista realizar el circuito, puede servir para medir
progresos. Pero no para compararlos con otro deportista, ya que factores
antropométricos como la longitud de extremidades pueden hacer que las
comparaciones no sean justas.
Se debe dosificar el circuito de acuerdo al nivel y experiencia en el entrenamiento de la
fuerza que posea cada deportista: empezar con menos ejercicios, menos intensidad o
menos repeticiones (pero dentro del campo de la resistencia) y organizado en circuito
122
simple (un ejercicio por vez).
Las características del método de resistencia muscular de media duración se pueden
observar en la tabla 15.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de circuitos/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa entre series/entre bloque
Pausa entre circuitos
Frecuencia semanal
4*-8
2-4
>30-60 (100) / >120”
40%-50%
Mediana
Incompleta (30”/120”)
3’-5’
2-3
Tabla 15- Características del método de resistencia muscular de media duración
* Un circuito debe constar de 6 ejercicios mínimo. Si se opta por realizar solamente 4, sería el
método conocido como Serie Gigante.
El entrenamiento de la resistencia muscular de larga duración (R-M larga) es el que
necesitan las disciplinas cuya duración supera los 10’. Por ejemplo, los 5.000-10.000 y
maratón del atletismo, el esquí cross country, las pruebas de natación de aguas
abiertas, ciclismo de ruta y todas las competencias de fondo de tipo cíclicas. Ésta es
decididamente aeróbica.
El entrenamiento de R-M larga no se beneficia con el desarrollo de FM más allá de lo
mínimo indispensable (Hartmann y Tünnemann, 1988). Los deportistas de estas
disciplinas deben ejercer la fuerza o presión contra la superficie en que se desempeñan
para trasladar su peso corporal y, en algunos casos, el del equipamiento (bicicleta,
embarcación, esquíes, etc.). Se debe desarrollar la fuerza en servicio de la mejora de la
potencia aeróbica. Entonces, para obtener mejoras de la R-M larga, se debe planificar
esfuerzos con una cantidad muy elevada de repeticiones sin parar de manera
específica. Como se organiza en circuito, las pausas entre los distintos ejercicios es
prácticamente inexistente (<10”), apenas el necesario para cambiar de estación; en
estos casos es más importante aún, tener preparados todos los elementos a utilizar en
cada estación, para no demorarnos en los pocos segundos que debe durar la pausa.
La duración de esta fase de conversión es un poco más larga (a medida que la R-M es
de mayor duración se va extendiendo la fase a más semanas). La fase de R-M corta
puede durar de 6-8 semanas; la de R-M media, 8-12; y la de R-M larga, 10-14.
Se pueden utilizar pesos libres y máquinas tradicionales, el propio peso corporal y las
bandas elásticas de resistencia, que tienen la gran ventaja de permitir reproducir más
fielmente gestos específicos (por ejemplo, brazadas de las técnicas de nado o
tracciones y extensiones con los brazos para remo).
La progresión a lo largo de esta fase de 10-14 semanas se da a través del incremento
en los minutos sin parar de cada ejercicio; como se indicó en la progresión de la R-M
123
media, acá también se puede emplear un circuito en bloques de a dos o tres ejercicios
hasta realizar los seis, ocho o la cantidad de ejercicios que compongan el circuito.
Cada aumento en la progresión, como en la R-M media, puede llevar dos o tres
semanas para adaptarse.
Las series se miden más por tiempo que por repeticiones porque tienen una duración
bastante prolongada (hasta una hora), contar repetición por repetición durante varios
minutos puede resultar tedioso, además de perder la cuenta fácilmente; de todas
maneras, puede ser importante contabilizarlas para poder medir progresos. Según el
ejercicio, a un ritmo medio normal mantenido se realizarían una repetición por segundo,
entonces una serie cuya duración sea de 4’ representarían 240 repeticiones aprox.
(tengamos en cuenta que no tienen la misma duración el ejercicio de abdominales
“cortos” que el de abdominales despegando toda la espalda, o gemelos y sentadillas, o
el curl de muñecas y press de banco, por citar sólo algunos).
Las características del método de resistencia muscular de larga duración se pueden
observar en la tabla 16.
Cantidad de ejercicios/sesión
Cantidad de circuitos/sesión
Cantidad de repeticiones/serie
Intensidad
Velocidad de ejecución
Pausa entre series/entre bloque
Pausa entre circuitos
Frecuencia semanal
6-8
2-4
>200/ 4’-60’
30%-40%
Mediana
Incompleta (<10”/120”)
3’-5’
2-3
Tabla 16- Características del método de resistencia muscular de larga duración
5ª FASE-MANTENIMIENTO
En esta fase se debe mantener durante el período de competitivo el nivel óptimo del
tipo de fuerza correspondiente al deporte en cuestión. En aquellos que requieren de
explosividad, será necesario un nivel más alto de FM y P, mientras que en los
dependientes de la resistencia será más importante la R-M (de la duración que
corresponda). Para cualquiera de los casos, es imprescindible el desarrollo de la fuerza
para estar en condiciones de afrontar las exigencias de la competencia con mayores
posibilidades de éxito. Recordemos que la fuerza es, hoy en día, la cualidad básica por
excelencia; la resistencia y la velocidad son cualidades dependientes de ella y la
flexibilidad es una cualidad facilitadora.
El entrenamiento de la fuerza produce ciertas adaptaciones celulares a nivel del
sistema neuromuscular que serán aprovechadas para el rendimiento deportivo. Si esta
estimulación cesa, los músculos disminuyen su potencial de contracción y la falta de
124
entrenamiento de fuerza ocasiona la disminución del aporte de ésta para el rendimiento
deportivo. Con tan solo dos semanas de desentrenamiento de una cualidad se
empiezan a notar las pérdidas de nivel. Por esta razón, es necesario seguir
desarrollando la fuerza durante el período competitivo, que es una fase de
mantenimiento.
La base fisiológica adquirida durante las fases anteriores permiten afrontar el comienzo
de la temporada de competencias con el mejor nivel de P o R-M, pero si a medida que
transcurre el período competitivo, especialmente si éste es prolongado, se deja de
trabajar la fuerza, dicha base fisiológica se pierde, de manera que la potencia de
contracción de los músculos decaerá. Entonces a mayor duración del período
competitivo más importancia cobra la estimulación de la FM, por ser una base para la P
y la R-M. La FM afecta tanto a la P como a la R-M, aunque bastante más a la primera,
por lo tanto su desentrenamiento afectará a ambas. Se debe emplear el método de
cargas máximas utilizado en el período preparatorio (en la fase de FM) durante esta
fase de mantenimiento. El nivel de este tipo de fuerza decae más aceleradamente sino
se la entrenó lo suficiente porque la capacidad del S.N.C. para reclutar unidades
motoras disminuye (Hartmann y Tünnemann, 1988). Las mejoras obtenidas a partir de
una prematura especificidad con trabajos de P en desmedro de una mayor base de FM,
no serán perdurables, perdiéndose en la mitad del período competitivo.
Es importante conocer que necesidades de fuerza o cualidad requiere el deporte para
distribuir las proporciones adecuadas para cada una de ellas. Cada deporte tiene
mayores necesidades de uno o más tipos de fuerza. Las disciplinas que son explosivas
(saltos, lanzamientos, pruebas de velocidad pura) necesitan mantener la FM y P por
igual en niveles altos; los deportes de situación exigen el mantenimiento en niveles
elevados de P, P-R y R-M, en menor o mayor medida de la función de cada jugador; los
deportes de potencia resistida requieren un alto nivel de FM, P y, especialmente, P-R; y
los deportes de mediano y largo aliento dependen de un nivel óptimo de FM, P y,
principalmente, de R-M, en mayor proporción cuanto más prolongada sea la duración
de su competencia. Es obvio que en deportes de resistencia el tipo de fuerza
determinante es la R-M.
Los métodos a emplear durante esta fase son algunos de los ya vistos en las fases
anteriores, con la diferencia que se reduce su volumen, es decir menos ejercicios (2 a 4
como mucho) y apuntando estrictamente a la musculatura de la primera fuerza motriz.
Esto posibilita el mantenimiento de fuerza necesario con el mínimo de desgaste de
energía para dedicarle más tiempo a otros aspectos prioritarios de este período:
técnico-tácticos y condicionales específicos del deporte.
Según la incidencia de la fuerza para el deporte en cuestión y el cronograma de
competencias, la frecuencia semanal varía de 1 a 3 sesiones; aumentando si la fuerza
tiene mayor influencia o si la frecuencia competitiva es menor.
La duración de estas sesiones no debe extenderse más allá de los 40’, suele ser
suficiente 20’ a 30’ de trabajo específico de fuerza.
125
La cantidad de series debe ser baja (1 a 4 por ejercicio) dependiendo del tipo de fuerza
a entrenar. Para FM y P, como las series constan de pocas repeticiones, se realizan el
número mayor de series (4), mientras que para la R-M sólo 1 o 2 series, porque el
número de repeticiones es elevado. Se debe considerar que las series para la R-M
media y larga no superen las 30 repeticiones para no acumular fatiga excesiva, debido
al gran componente de volumen, que también estimulan la R-M, con los ejercicios
técnico-tácticos específicos que tienen lugar en este período.
La duración de las pausas se amplian, disminuyendo la densidad de la sesión, con
respecto a fases anteriores. Debemos tener presente en todo momento, que el objetivo
de este período es competir al mayor nivel conseguido y no generar niveles de fatiga
más elevados.
La intensidad es el único componente de la carga que no disminuye, se la debe
mantener en su punto más alto.
Para mantener la potencia se puede recurrir a cargas supramáximas (un poco más
elevadas del 100%) o inframáximas (un poco por debajo del 100%). Las primeras
mejoran la FM y la P específica, especialmente cuanto más se parezcan los ejercicios a
los gestos del deporte practicado, y conviene ubicarlos en el inicio de la fase como
transición de la FM a la P. Las cargas más livianas permiten una mejora de la velocidad
y explosividad de las contracciones musculares y se introducen en los microciclos
próximos a las competencias de mayor relevancia. Tanto las cargas por encima o por
debajo del máximo mejoran el reclutamiento de fibras tipo IIb y la sincronización.
Si el período de competencias tiene una duración prolongada o relativamente
prolongada (>4-5 meses), normalmente en deportes de resistencia, se debe mantener
una proporción cercana al 25% del entrenamiento destinado a la FM para mantener el
nivel óptimo de R-M.
Se debe combinar el empleo de métodos con contracciones concéntricas y excéntricas
para alcanzar un mayor grado de eficacia en el mantenimiento de la FM. Para esto,
aparentemente, la proporción ideal sería un 75% de trabajo concéntrico, un 15% de
excéntrico y un 10% de potencia (balístico, pliométrico u otros).
La planificación de los sesiones dentro de los microciclos del período competitivo sigue
determinados lineamientos de acuerdo a la separación de las competencias o partidos
entre sí. En todos los casos, no se realizan entrenamientos de fuerza (salvo que tengan
un carácter regenerativo) durante los 2 o 3 días posteriores a la competencia. En el
caso de competir cada 3 semanas, se llevan a cabo 2 sesiones en la primer semana (la
primera 3 días después de la competencia y la restante sobre el final del microciclo)
donde la primer sesión tendrá una carga liviana y la segunda será de carga media; en
la segunda semana se realizan 3 sesiones separadas por 48 horas entre cada una de
ellas y la primera sesión es de carga media mientras la segunda y la tercera son las de
alta intensidad; y en la tercer semana, como se aproxima la competencia sobre el final
de la misma, se reduce la frecuencia a 2 sesiones de fuerza, siendo la primera (en el
primer día del microciclo) de mediana magnitud de esfuerzo mientras que en la restante
126
se disminuye el esfuerzo para sobrecompensar ante la inminencia de la competencia
que se encuentra a 3 días. Para disminuir la exigencia de las distintas sesiones de
fuerza se reduce la cantidad de ejercicios, series o repeticiones (menos volumen) y se
aumentan los tiempos de duración de las pausas (menos densidad), pero la intensidad
de la carga se mantiene. Esto asegura que la fatiga residual no afecte el rendimiento en
la competencia.
Si la frecuencia competitiva aumenta, se siguen patrones similares al recién
mencionado. Cuando se compite cada 2 semanas se llevan a cabo 2 sesiones
semanales, en la primera de ellas la magnitud del esfuerzo en la primer sesión (se
ubica 2-3 días después de la competencia) será baja y, en la segunda, alta; mientras
que en la segunda semana, ante la proximidad de la competencia, se reduce la
magnitud del esfuerzo tal como se indicó en el caso de competir cada 3 semanas, es
decir, la primer sesión es de carga media el primer día del microciclo y la segunda tiene
una magnitud baja, por tener lugar 3 días antes de la competencia.
Si la frecuencia competitiva es semanal, queda poco tiempo para llevar a cabo
sesiones de fuerza (recordemos que en este período hay aspectos que tienen mayor
prioridad que la fuerza, más allá de la importancia que ésta tiene). De todas maneras,
deberíamos planificar 2 sesiones de fuerza, la primera (como en todos los casos, 2 días
después de la competencia) con una magnitud algo más elevada (media) y la segunda,
48 horas previas a la competencia, liviana. Por razones de fatiga, se puede reducir a
una sola sesión en la mitad del microciclo o disminuir la magnitud de la primera sesión
de mediana a baja. Si se eliminara por completo los estímulos de fuerza, se corre el
riesgo de perder velocidad y explosividad en las contracciones musculares.
En los deportes de conjunto, muchas veces se afrontan 2 partidos e, incluso, hasta 3-4
(en la NBA o MLB de los Estados Unidos). Recordemos que en estos deportes es
fundamental mantener altos niveles de P y R-P durante toda la temporada competitiva.
A mayor duración del período competitivo, más importancia tendrá la mantención del
nivel de la P a través de su entrenamiento. En el caso de competir dos veces en la
semana, se puede planificar una sesión con 3 ejercicios, 1-2 series para cada uno de
ellos de 10 repeticiones o menos al 70% de 1RM y cuya duración de la sesión no se
extienda más de 20’. Se debe tener en cuenta que el entrenamiento de fuerza estará
sujeto al trabajo técnico-táctico, velocidad y resistencia específica, por lo tanto no se
cuenta con mucho tiempo ni energía para perder; las sesiones de fuerza deben
planificarse con ejercicios para la musculatura de la primera fuerza motriz específica.
Las sesiones de fuerza de alta exigencia tienen por objetivo el trabajo de FM, P o una
combinación de las dos; están compuestas por 4-5 ejercicios específicos, para los
cuales se realizan 2-4 series por ejercicio de 5-8 repeticiones ejecutadas a la mayor
velocidad posible con intensidades del 70-80% separadas por pausas de 2’-4’ entre
series. Estas sesiones tienen una duración aproximada de 30’. Si la magnitud de la
sesión destinada a la fuerza es media, se trabaja la FM o la P. Se reduce a 3-4
ejercicios específicos, para los cuales se realizan 2-3 series por ejercicio de 5-8
127
repeticiones ejecutadas en forma explosiva posible con una intensidad del 70%
separadas por pausas de 2’-3’ entre series. Estas sesiones tienen una duración
aproximada de 20’-30’.
Para deportes (lanzamiento de bala o martillo, boxeo y lucha en categorías de pesos
altos) que requieran mayores niveles de fuerza, las sesiones se extienden a 60’ o un
poco más y están compuestas por 4-6 ejercicios específicos, para los cuales se
realizan 3-6 series por ejercicio de 5-8 repeticiones ejecutadas con la mayor
explosividad posible con intensidades del 70-90% separadas por pausas de 3’-4’ entre
series.
En los deportes (voleibol, especialmente los rematadores) que se producen mucha
cantidad de saltos por partido, debemos reducir los ejercicios pliométricos, en especial
los de alto impacto, con respecto a los realizados en el final del período preparatorio.
De esta manera se evita el cansancio y tensión excesivos y se permite obtener el
beneficio del efecto retardado propiciado por el entrenamiento de shock.
Existen ciertos deportes que por características especiales (calendario competitivo,
constantes viajes, cambios de horario, etc.) se complique el entrenamiento, no sólo de
la fuerza, sino también el del resto de los componentes. En estos casos como el de los
tenistas que compiten durante gran parte del año casi todos los días, sumados los
viajes prolongados y constantes cambios de horarios, se debe desarrollar muy bien la
fuerza fuera de temporada. Algo similar ocurre con los deportes en Estados Unidos,
donde los equipos de las ligas de basquetbol, fútbol americano, hockey sobre hielo,
beisbol o soccer juegan dos, tres o cuatro partidos en una misma semana; pero a
diferencia con el tenis, estos tienen 3-4 meses sin competencia.
Una semana previa a la competencia más importante se debería interrumpir el
mantenimiento de la fuerza, de manera que se pueda expresar el máximo potencial
posible al momento de competir.
6ª FASE-TRANSICION
Esta fase es de vital importancia para que el deportista se recupere físicamente y,
fundamentalmente, psicológicamente. Recuperar a los músculos puede demandar unos
días, pero al SNC demanda más tiempo.
Cuanto más prolongada y dura haya sido la temporada, mayor cansancio habrá
acumulado el deportista. Si no se introduce un período que separe un período
competitivo de otro, se corre el riesgo de desgano, sobreentrenamiento y lesiones.
Para iniciar un nuevo macrociclo, es fundamental que el deportista esté plenamente
recuperado tanto física como psicológicamente. Para darnos cuenta si el período de
transición fue eficaz, debemos constatar que el deportista se encuentra con ganas de
volver a entrenar.
Esta es una fase de descanso activo, es decir que el deportista continuará entrenando,
aunque con menor frecuencia, duración, densidad, volumen e intensidad según cada
128
caso. Pero lo más importante, es realizar actividades diferentes a las que se realizaron
durante toda la parte anterior de la temporada. Este cambio de actividad propicia un
“despeje” a nivel psicológico y permite mantener al deportista en un nivel aceptable de
condición física general.
La duración de esta fase es, como máximo, de un mes. En este lapso de tiempo si el
deportista no llevará a cabo ningún entrenamiento, volvería con un nivel de
acondicionamiento físico demasiado bajo para afrontar las exigencias del nuevo
período preparatorio general. Con tan sólo dos semanas sin entrenar se empiezan a
sentir los síntomas del desentrenamiento. Por esto esta fase tiene como objetivo evitar
el sobreentrenamiento, al reducir las cargas y presiones del entrenamiento y la
competencia, pero sin que se produzca un descenso abrupto en la condición física.
El trabajo consiste en juegos o deportes diferentes a los cuales el deportista compite,
actividades generales sin ninguna presión y ejercicios para la musculatura
estabilizadora y antagonista que no haya recibido demasiada atención durante el resto
de la temporada. No hay una duración, series o cantidad de repeticiones
prestablecidas, este es el momento para que cada deportista trabaje al ritmo que tenga
ganas.
La frecuencia es de 2 a 3 sesiones semanales, pensemos que es más fácil al retomar
la frecuencia diaria del próximo macrociclo, iniciar con una merma del 50% que tener
que empezar de cero.
TRANSICIONES ENTRE FASES
Las transiciones de una fase a la siguiente no son violentas, es decir que los métodos
que aquí se han mencionado para cada fase se superponen en las fases contiguas.
Cada fase tiene su/s método/s primordial/es, pero alguno de los que se venían
empleando en la fase anterior se pueden seguir utilizando, aunque disminuyendo su
frecuencia e importancia de acuerdo a sus necesidades e incidencia para el
rendimiento específico. De la misma manera, que un método que se utilizará en una
fase, se va introduciendo de a poco en la parte final de la fase anterior. Por ejemplo, en
la transición de la fase de FM a la de conversión en P, se realizan 3 sesiones para FM
en el un microciclo, 2 para FM y 1 para P en el siguiente, 1 para FM y 2 para P en el
siguiente, para llegar a 3 para P en el siguiente. Si es dentro de una misma sesión,
podemos realizar la siguiente transición: 1ª sesión-10 series para FM; 2ª sesión-8
series para FM y 2 para P; 3ª sesión-6 series para FM y 4 para P; 4ª sesión-4 series
para FM y 6 para P; 5ª sesión-2 series para FM y 8 para P; 6ª sesión-10 para P.
129
Para concluir se ejemplifica la ubicación de los métodos dentro de la periodización de
un macrociclo para un deporte en el cual la potencia es dominante:
Dentro de un período preparatorio con una duración de 6 meses, tenemos la fase de
Adaptación anatómica (AA) de 8 semanas, la fase de FM de 13 semanas (3 bloques de
3 semanas para FM alternados con 2 bloques de 2 semanas para P) y la primera mitad
de la fase de Conversión a P de 3 semanas. En la fase de AA el método dominante es
el circuito con esfuerzos repetidos. En la fase de FM, los métodos dominantes son el de
cargas máximas, el concéntrico y el excéntrico (sólo en el 2º y 3º microciclo del primer
bloque de FM), este último pasa a ser segunda prioridad en los siguientes bloques de
FM, mientras que el pliométrico es tercera prioridad dentro de los tres bloques de FM,
pero primera prioridad junto al entrenamiento de P (Isotónico, Potencia resistida,
Contraste) y a los nombrados, cargas máximas y concéntrico, en los dos bloques de P,
además en estos bloques se utiliza como última prioridad el balístico.
Dentro del período pre-competitivo con una duración de 3 semanas, tenemos la
segunda mitad de la fase de Conversión a P de 3 semanas. En fase de Conversión a P,
los métodos dominantes son el concéntrico, el pliométrico y el balístico, quedando
como segunda prioridad el entrenamiento de potencia. Dentro del período competitivo
con una duración de 4 meses y medio, tenemos la fase de mantenimiento (P=70% /
FM=30%). En la fase de mantenimiento, el método dominante es el concéntrico, en
segundo lugar es el entrenamiento de potencia y, por último, el pliométrico, pero sólo
en las primeras 6 semanas. Dentro del período de transición con una duración de 1
mes, no hay un método dominante específicamente, se trabaja en forma libre sobre la
musculatura estabilizadora y antagonista.
Este ejemplo de periodización de métodos puede ser modificado de acuerdo a las
necesidades y particularidades de cada deporte y deportista.
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