Parece un mal momento para escribir de toros, por eso no puede ser más oportuno hacerlo. En España armamos batallas culturales como nadie. Y lo que menos importa de la lucha es la cultura. Cuando intento explicarme la afición propia a la tauromaquia encuentro tantos puntos ciegos que prefiero pensar en algunos momentos formidables dispensados por el toreo de Morante de la Puebla. No sé si soy aficionado a los toros o a algunas tardes de toros, a
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