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Cheyenne, uno de los superordenadores del mundo de hace una década, acaba de ser vendido a precio de derribo

El supercomputador llegó a ser el vigesimoprimer ordenador más potente en 2016 y fabricarlo costó más de 25 millones de dólares. Alguien lo ha comprado en una subasta por menos de medio millón.

Cheyenne, uno de los superordenadores del mundo de hace una década, acaba de ser vendido a precio de derribo
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La mayoría de PCs y móviles pierden rápidamente su valor. A los pocos años de ponerse a la venta, es fácil encontrarlos en el mercado de segunda mano a una fracción de su precio original. Es lógico, la potencia de los procesadores, la velocidad de las memorias y otras prestaciones aumentan casi cada año.

La misma ley se aplica a los grandes superordenadores, máquinas que pueden llegar a costar decenas de millones de dólares y que se usan en investigación, y la subasta, esta semana, del que hace no mucho era uno de los equipos más potentes del mundo ha servido como prueba.

El gobierno de los EEUU buscaba deshacerse de Cheyenne, un superordenador que entró en servicio en el año 2016 y cuyo precio de fabricación podría haber rozado los 25 millones de dólares en la época. Ocho años después, un comprador acaba de hacerse con él por apenas 480.085 dólares, unos 445.000 euros al cambio.

Cheyenne llegó a figurar en 2016 en el vigesimoprimer puesto de la lista Top500, la clasificación de los mayores superordenadores del planeta. Hoy ocupa el puesto 160 en la lista.

Tiene una capacidad de cálculo de 5.34 petaFLOPs (un petaFLOP equivale a mil billones de operaciones de coma flotante por segundo, que es la medida habitual para designar la potencia de un procesador). Durante los últimos siete años se ha utilizado principalmente para estudiar modelos climáticos y la evolución del calentamiento global.

Aunque está ya muy lejos de la capacidad de un superordenador moderno (Frontier, el superordenador más avanzado del mundo, tiene una capacidad de cálculo de 1.194 petaFLOPS), todavía es una máquina potente a la que el comprador podría sacar beneficio.

En su interior tiene 8.064 procesadores Intel Xeon E5-2967v4, 313 TB de RAM y un avanzado sistema de refrigeración líquida. Vendido a piezas, es probable que alcance un valor mayor del que se ha pagado por él.

El equipo, en cualquier caso, no está en perfectas condiciones. Según la Administración General de Servicios de EEUU (GSA), la agencia que se ha encargado de la subasta, un fallo en el sistema de refrigeración hace que el ordenador se apague con frecuencia y el 1% de los núcleos de proceso presenta fallos.

Estos problemas son suficientes para que compense arreglar el equipo, sobre todo ahora que está cerca del final de su vida programada. El comprador, que no ha sido identificado, tendrá que moverlo a un nuevo emplazamiento y, si decide usarlo, hacer frente a una factura eléctrica que no será pequeña. Según los anteriores dueños, mantener el sistema en funcionamiento costaba miles de dólares al día.