Rosario Ibarra de Piedra: la historia de la primera candidata presidencial en la historia de México (y cómo ha inspirado a Claudia Sheinbaum)

Rosario Ibarra de Piedra

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Pie de foto, Rosario Ibarra de Piedra murió en 2022 sin conocer el paradero de su hijo Jesús, quien fue arrestado y desaparecido en 1975.
  • Author, Fernanda Paúl
  • Role, BBC News Mundo

84 mujeres y 4 hombres se reunieron con sigilo en la Catedral de México. Luego de colgar una manta roja con letras negras que decía "Los encontraremos", el grupo inició una huelga de hambre de 4 días para exigir la libertad de presos y desaparecidos políticos. Era agosto de 1978.

Entre quienes lideraban la protesta estaba Rosario Ibarra de Piedra, una mujer que más tarde sería recordada como la pionera en la defensa de los derechos humanos en su país.

Pasaron pocas horas antes de que las autoridades mexicanas se enteraran de lo que fue calificado como un escándalo. Sacerdotes y agentes de seguridad intentaron frustrar la huelga, sin éxito.

Mientras tanto, personas que apoyaban la causa los iban a acompañar, a llevarles mantas, agua, miel, azúcar y limones.

Claudia Sheinbaum, la presidenta recién elegida en México, fue una de ellas.

Siendo estudiante de educación superior en el colegio de ciencias y humanidades (CCH Sur) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), decidió unirse a la protesta. Tenía sólo 15 años.

Décadas después, en un homenaje a Ibarra de Piedra en octubre de 2022, Sheinbaum recordó que ese día – el 28 de agosto de 1978- fue la primera vez que ella durmió fuera de su casa.

Desde entonces, fue una fiel admiradora de la activista que cuatro años después de esa huelga se convertiría en la primera candidata a la presidencia de México y que, sin duda, marcó un ejemplo para Sheinbaum y la inspiró.

Policías mexicanos en la reja de la catedral durante la huelga de hambre de 1978.

Fuente de la imagen, Marco Antonio Cruz / CNDH

Pie de foto, Policías mexicanos en la reja de la catedral durante la huelga de hambre de 1978.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, junto a Rosario Piedra Ibarra, hija mayor de Rosario Ibarra de Piedra.

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Pie de foto, La ganadora de las elecciones, Claudia Sheinbaum, junto a Rosario Piedra Ibarra, hija mayor de Rosario Ibarra de Piedra, en un acto en octubre de 2022.

Dos días antes de inscribir su propia candidatura, de hecho, la recordó así:

“Nuestro movimiento es heredero de la lucha de mujeres valientes e incansables, como Rosario Ibarra de Piedra, a quien acompañé en su lucha y que en 1982 fue la primera mujer en registrarse como candidata a la presidencia de nuestro país”, dijo a través de su cuenta de X (Twitter).

“42 años después, en un momento histórico que vive nuestro país, este domingo formalizaremos nuestra candidatura a la presidencia de la República”, agregó.

Pero quién fue Rosario Ibarra de Piedra, cuál es su historia personal y política, y qué hizo por los derechos humanos en México. BBC Mundo te lo cuenta.

La desaparición de Jesús

María del Rosario Ibarra de la Garza, mejor conocida como Rosario Ibarra de Piedra, nació en Saltillo, en el estado mexicano de Coahuila, en 1927.

En distintas entrevistas que dio a lo largo de su vida contó que tuvo una infancia feliz junto a sus padres, Baldemar Ibarra, un agrónomo que se dedicaba al reparto de tierras entre los campesinos, y Concepción de la Garza, ama de casa.

Cuando tenía apenas 18 años, conoció a Jesús Piedra Rosales, un médico cercano al partido comunista mexicano y que participaba en los movimientos sociales de la época. Era 14 años mayor que ella y era su maestro de escuela. Tres años después de conocerse, se casaron.

Tuvieron cuatro hijos: Rosario, Jesús, Claudia y Carlos.

La relativa tranquilidad de la familia Piedra Ibarra se rompió repentinamente el 18 de abril del año 1975.

“Fui niña feliz, joven feliz, casada feliz hasta que me llegó el zarpazo de la represión cuando me quitaron un hijo y empecé a ser la madre de un desaparecido”, le dijo Rosario Ibarra de Piedra a la cineasta Shula Erenberg para su documental “Rosario”.

Ese hijo era Jesús, el mayor, quien fue detenido por miembros de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), una agencia de inteligencia que tenía como fin recabar información de actividades subversivas.

Jesús Piedra de Ibarra era estudiante de medicina e integrante de la Liga Comunista 23 de septiembre (LC23S), un movimiento guerrillero que tenía como fin luchar por la “liberación del proletariado” e instaurar un gobierno socialista.

militares resguardan un lugar donde en 1968 hubo un enfrentamiento entre policías y estudiantes.

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Pie de foto, A fines de los años 1960 y en la década de 1970 hubo fuertes protestas en México. En la foto, militares resguardan un lugar donde en 1968 hubo un enfrentamiento entre policías y estudiantes.

Eran tiempos convulsos en México, en medio de la llamada “guerra sucia”, donde, según investigaciones posteriores, se cometieron crímenes y graves violaciones a los derechos humanos en contra de miembros de movimientos sociales y disidentes de los gobiernos entre los años 1962 y 1982.

De acuerdo con la prensa de la época, el joven Jesús estaba caminando ese 18 de abril de 1975 por la calle Arteaga, en Monterrey, cuando lo detuvieron.

A partir de entonces, Rosario Ibarra de Piedra inició su actividad política y su larga historia como defensora de los derechos humanos en México.

En conversación con BBC Mundo, Rosario Piedra Ibarra -la hija mayor de la familia Piedra y actualmente presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH)- recuerda que la desaparición de Jesús “impactó profundamente a mi madre”.

“Pero lejos de quedarse llorando o recluida en el hogar, lo que decidió fue salir a buscarlo”, agrega.

Búsqueda incansable

Y fue así como comenzó su eterna búsqueda.

Acudió a todos los lugares donde podía estar una persona detenida -instituciones militares, cuarteles de policías y hospitales- e intentó hablar con cada una de las autoridades pertinentes.

Incluso, interceptó en 39 ocasiones al entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, quien décadas más tarde fue acusado de reprimir a los disidentes de su gobierno.

"Andaba detrás de él, me le aparecía donde quiera junto con mis hijas. Pero no sirvió de nada", le dijo Rosario Ibarra de Piedra a BBC Mundo en una conversación realizada en 2013.

Se sabe por documentos oficiales que Jesús fue torturado y durante nueve años permaneció en instalaciones militares y cárceles clandestinas. Su último rastro fue en 1984.

En esta búsqueda personal, la activista fue conociendo a otros familiares de detenidos desaparecidos, con quienes comenzó a reunirse y organizarse. Poco a poco se convirtió en la voz de este grupo.

Decidió, entonces, fundar el Comité Pro Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México (conocido ahora como ¡Eureka!), en 1977, hoy considerado como una de las primeras organizaciones civiles para la defensa de los derechos humanos en México.

Luego vinieron las protestas, plantones, huelgas, repartición de volantes y otras manifestaciones públicas donde mayoritariamente mujeres -a quienes llamaban las “Doñas”- exigían respuestas sobre los presos y desaparecidos políticos, con fotografías de sus familiares y pancartas.

“Vivos los llevaron, vivos los queremos”, era una de sus consignas.

Protesta de Eureka

Fuente de la imagen, Marco Antonio Cruz / CNDH

Pie de foto, Rosario Ibarra de Piedra fundó Eureka, una de las primeras organizaciones para la defensa de los derechos humanos en México.
Rosario Ibarra de Piedra

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Pie de foto, Detrás de Rosario Ibarra de Piedra se puede ver una de las pancartas "Se buscan" con que las "Doñas" protestaban.

Una de las huelgas más emblemáticas fue, justamente, la de la Catedral Metropolitana el 28 de agosto de 1978, esa a la que Claudia Sheinbaum, siendo una joven de 15 años, asistió.

Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), en aquella ocasión consiguieron que el gobierno de José López Portillo (presidente entre 1976 y 1982) impulsara la primera ley de amnistía con la cual lograron liberar “a más de 1.500 presos políticos”.

La CNDH dice que también 57 exiliados pudieron regresar al país y que la autoridad “desistió de 2 mil órdenes de aprensión por motivos políticos”.

En los años siguientes, Rosario Ibarra de Piedra se trasladó a Ciudad de México y participó en diversos movimientos de resistencia, logrando cada vez más notoriedad.

También acudió a instancias internacionales. Puso denuncias en organizaciones globales de derechos humanos como Amnistía Internacional y en la Organización de Nacional Unidas (ONU).

Pero muchas de las desapariciones -incluida la de Jesús Piedra- continuaron sin aclarase.

Candidata a la presidencia de México

Después de su activa participación en movimientos sociales, Rosario Ibarra de Piedra comenzó oficialmente su carrera en política.

Y fue en grande: en 1982, marcó un hito al convertirse en la primera candidata a la presidencia de México.

Lo hizo de la mano del Partido Revolucionario de los Trabajadores -que ya no existe- y, aunque no ganó, logró visibilizar su lucha.

“Sabíamos que no iba a ganar, obviamente, pero cuando analizamos qué tan conveniente era que se postulara, decidimos que sí lo hiciera porque creímos que era una forma de dar a conocer mucho más nuestra lucha a nivel internacional”, explica Rosario Piedra Ibarra, quien siempre acompañó a su madre en la búsqueda de Jesús y otros detenidos desaparecidos.

“Mi mamá decía: ‘la gente se va a preguntar por qué una ama de casas es postulada a la presidencia. Y la respuesta no será otra que es porque es madre de un desaparecido’”, agrega.

En los comicios se enfrentó a Miguel de la Madrid, representante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien ganó con más de 16 millones de votos (70% del apoyo) y gobernó desde 1982 a 1988.

Rosario Ibarra de Piedra obtuvo alrededor de 410.000 votos (1,77%). Tras la derrota, se convirtió en diputada federal.

Luego se postuló nuevamente a la presidencia (en 1988), fue diputada por un segundo período y finalmente senadora (entre 2006 y 2012).

“Siempre utilizó esa tribuna política para dar a conocer lo que estaba pasando, para visibilizar… porque en México teníamos un régimen que, a pesar de asilar a chilenos, argentinos, uruguayos, españoles y otros ciudadanos de países que padecían dictaduras, se simulaba una democracia pero en realidad tenía prácticas aún peores”, señala Rosario Piedra Ibarra.

Cercanía con AMLO y Sheinbaum

En su camino por las esferas políticas mexicanas, la activista estrechó lazos con el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Se conocieron en 1991 cuando AMLO lideró la marcha ‘Éxodo por la democracia’ que a través de una caminata desde el estado de Tabasco a CDMX pretendía protestar por las supuestas irregularidades en las elecciones municipales de ese año.

“Mi madre fue a recibirlo (a CDMX) porque apoyaba esta causa… a ellos los hermanaron las luchas”, dice Rosario Piedra Ibarra.

La presidenta del CNDH recuerda que, cuando López Obrador fue proclamado “presidente legítimo” en 2006 por sus seguidores -que denunciaron un fraude electoral-, fue justamente su mamá quien le puso la banda presidencial.

Rosario Ibarra de Piedra le puso la banda presidencial a AMLO cuando fue proclamado "presidente legítimo" en 2006.

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Rosario Ibarra de Piedra le puso la banda presidencial a AMLO cuando fue proclamado "presidente legítimo" en 2006.

A ese acto también asistió Claudia Sheinbaum, quien estuvo junto a AMLO cuando fue proclamado.

Sheinbaum ha dicho que en su oficina atesora una imagen de ese momento.

Según Rosario Piedra Ibarra, su madre tenía una “amistad” con la vencedora de los comicios del 2 de junio que también se basaba en su afinidad política y el apoyo de ambas a la defensa de los derechos humanos.

Sheinbaum le ha rendido homenaje en diversos actos públicos y cuando murió -en abril del 2022-, dijo que le dolía su partida y la calificó de “tenaz luchadora social”.

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Gracias a su lucha por los presos y desaparecidos políticos, la exlegisladora fue nominada al premio Nobel de la Paz cuatro veces: en 1986, 1987, 1989 y 2006.

En 2019, cuando ya estaba delicada de salud, fue galardonada con el más alto reconocimiento que otorga el Senado de México: la medalla Belisario Domínguez, que fue entregada a su familia por AMLO.

La familia, sin embargo, no la recibió y le solicitó al presidente resguardarla hasta que el paradero de todos los desaparecidos fuera conocido “y la justicia alcanzada”.

La activista murió en abril de 2022, teniendo 95 años, en la ciudad de Monterrey, Nueva León.

Según su hija, Rosario Ibarra de Piedra mantuvo la esperanza de encontrar a su hijo hasta el último minuto.

“Su convicción de seguir luchando nunca murió”, dice.

“Ella decía: ‘hijo mío, te voy a buscar hasta después de mi muerte’”.

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