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Memorias de mi Plaza AUTORIDADES MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA AUTORIDADES UNC INTENDENTE DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA Dr. Ramón J. MESTRE RECTOR Dr. Francisco TAMARIT VICEINTENDENTE DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA Dr. Marcelo A. COSSAR VICERRECTORA Dra. Silvia BAREI SECRETARIA DE AMBIENTE Ing. Gabriela T. FAUSTINELLI DECANO FFyH Dr. Diego TATIÁN SUBSECRETARIO DE AMBIENTE Ing. J. Sebastián ROCA VICEDECANA FFyH Dra. Beatriz BIXIO DIRECTOR DE ESPACIOS VERDES Ing. Miguel A. MONGIANO SECRETARIA DE EXTENSIÓN FFyH Mgter. Liliana V. PEREYRA SUBDIRECTORA DE ESPACIOS VERDES Arq. Alicia I. VANOLI SUBSECRETARIA DE EXTENSIÓN FFyH Lic. Karina TOMATIS Los paseos de la Cañada Paseo Sobremonte Plaza Italia Plaza de la Intendencia Secretaría de Ambiente de la Municipalidad de Córdoba Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades UNC Editoras Colección Memorias de mi Plaza Los paseos de la Cañada | Paseo Sobremonte| Plaza Italia | Plaza de la Intendencia Autoras: María Cristina Boixadós Ana Sofía Maizón Mariana A. Eguía Fotografía: Leandro Ruiz Diseño General: Estudio Tiklin Tiklin Cubierta: Manuel Coll | Interiores: Virginia Bloj Coordinación del equipo de trabajo: Liliana V. Pereyra Colaboradoras: Verónica Martínez | Georgina Ricardi | Ivana Velardez Corrector: Raúl Allende | María Inés Pardiñas Boixadós, María Cristina Los paseos de La Cañada, Paseo Sobremonte, Plaza Italia y Plaza de la Intendencia / María Cristina Boixadós ; Ana Sofía Maizón ; Mariana A. Eguía. - 1a ed. - Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2014. 95 p. ; 17x35 cm. - (Memorias de mi plaza; 1) ISBN 978-950-33-1121-9 1. Historia de Regional. I. Maizón, Ana Sofía II. Eguía, Mariana A. III. Título CDD 982.54 Fecha de catalogación: 07/04/2014 Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución – Sin Obra Derivada (bynd) 2.5 Hecho el depósito que dispone la ley 11.723 Córdoba | Argentina | Diciembre de 2014 ÍNDICE Agradecimientos 9 Prólogo 11 Ficha del Paseo Sobremonte 13 Ficha de la Plaza Italia 15 Ficha de la Plaza de la Intendencia 17 Agua y verde para una ciudad 23 Estanque y lago de la ciudad colonial 25 Entre la nostalgia y el desprecio, el paseo recordado 33 El paseo del olvido 45 El espacio siempre intervenido y en riesgo de desaparecer 47 Dos compañías para Sobremonte: Plaza Italia y Plaza de la Intendencia 62 Sorteando obstáculos: la Cañada 63 La llegada del Palacio 6 de julio 68 Las intervenciones de los ochenta 74 Al este de la Cañada…la Italia 75 La Cañada nos separa…la plaza de la Intendencia 80 Bibliografía 93 AGRADECIMIENTOS Las autoras y editoras agradecen por su colaboración a Ángel Alberto Díaz, Beatriz Agostinelli, Marta (Paty) Palacios, Mercedes Boixadós, Elisa Juliá, Celina Barabraham, Jorge Bettolli, Lorenza Moreno, Silvia Fois y María Luz Chaves de la Sección Americanista (Biblioteca FFyH-UNC) y muy especialmente a la Sra. Cristina Ramallo por su poesía y aportes a la construcción de este ejemplar. Córdoba, febrero de 2014 9 PRÓLOGO Caminando por nuestra Ciudad, se nos van presentando las plazas, rincones y paseos verdes, que nos permiten detener la mirada en obras arquitectónicas de diferentes épocas dejándonos descubrir imágenes que reflejan los años de vida de nuestra Córdoba Así, en nuestro entorno urbano confluyen las memorias y las experiencias de sus ciudadanos. El arte presente en las calles ofrece cierta magia introduciendo una agradable forma de disfrutar la ciudad. Los espacios urbanos han cambiado su concepción. Antiguamente abarcaba fundamentalmente obras de arte, hoy forman parte de nuestro quehacer cotidiano, incorporando elementos contemporáneos y funcionales a las necesidades de los ciudadanos. De una u otra forma, la aparición de la mayoría de las plazas surgen del deseo de crear una ciudad más amigable con el entorno, donde los parques y las avenidas sean símbolo de modernidad y exponente de la nueva concepción metropolitana. A través de la colección: “Memorias de mi plaza” describimos los orígenes de nuestros espacios verdes más emblemáticos, que son parte de nuestro patrimonio histórico, social y cultural, y son muestra de ello para los visitantes que circulan por ellas, y que serán nuestro legado para las futuras generaciones. Esta edición deja de manifiesto el compromiso del municipio en rendirle homenaje a los cordobeses que nos entregaron como herencia y trabajaron incansablemente para ello en cada uno de estos espacios. Nos encontraremos con la historia del Paseo Sobremonte que originariamente incluía el cauce de un pequeño lago, donde se paseaba en botes partiendo de una dársena; la Plaza de la Intendencia donde se erige el monumento en memoria de los caídos en Malvinas; y la Plaza Italia, con su homenaje a la colectividad italiana y sus tres glorietas que simbolizan los ríos más distinguidos atravesando las ciudades. En la actualidad estos ámbitos han incorporado a su concepción original la impresión de la ciudad moderna, y se han convertido en lugares de circulación que dan marco al Palacio 6 de Julio y Palacio de Justicia. Nuestro deseo es hacer llegar esta edición a cada uno de ustedes, para que los ciudadanos disfruten de su contenido, compartiéndolo en familia. Dr. Ramón Javier Mestre 11 Ficha técnica e histórica del Paseo Sobremonte Nombre actual: “PASEO MARQUÉS DE SOBREMONTE” Toponimia: Personaje histórico. Superficie: 15291,56 metros cuadrados. Ubicación: Se encuentra en la manzana formada por las calles Caseros, Marcelo T. de Alvear, Duarte Quirós y Bolívar, en el centro de la ciudad de Córdoba. Está rodeada por el Palacio de Justicia al oeste, el Palacio Municipal 6 de Julio al norte y el arroyo La Cañada al este. Breve Reseña Histórica: Proyecto original encargado en el año 1785 por el entonces Virrey de Sobremonte, a quien debe su nombre actual; originalmente llamado “Paseo de las Alamedas”. Fue el primer reservorio de agua de la ciudad, en 1791 se realizó desde allí la primer conexión de agua corriente con circuito y ramal independiente (cañerías talladas en piedra sapo). En el año 1792 se lo declara “Paseo Público”, contando con un espejo de agua, abastecido desde la Toma de Alberdi, con un circuito que recorría la actual calle Duarte Quirós. En el año 1806 se encarga la creación de un “Cenador” en el centro del lago, (restaurado en 1886) destacándose los paseos en bote por el espejo de agua. La traza actual se debe al proyecto del arquitecto Carlos David, realizada en 1957; en la cual se utilizó el lecho del lago para realizar un solado central con una gran fuente rodeada de jardines y cuatro ingresos por escaleras. Escala de uso: Urbano. Usos destacados: Conmemorativo, recreación y esparcimiento, punto de reunión de eventos sociales, políticos y culturales. Infraestructura y equipamiento: - 20 cestos de residuos metálicos pintados color verde. - 36 farolas de estilo. - 30 bancos de hierro forjado con asiento y respaldo de tablas - Rejas de hierro forjado que bordean la supericie alta de estilo, de 70 cm de altura. - Un kiosco de chapa en desuso. - Iluminación: 15 columnas de alumbrado público de vereda 6 columnas con relectores internos en la plaza - Un teléfono público doble. - 4 bebederos. - Un sótano para placeros. - 15 bicicleteros. - 4 carteles indicativos con el nombre del Paseo y su historia. - 4 escalinatas internas que bajan hacia la fuente con baranda. - 5 escalinatas internas que suben de vereda hacia el paseo. - Un contenedor de residuos electrónicos de chapa. - Muretes de piedra bola y otros de hormigón. - Dársena de estacionamiento sobre calle caseros. -Fuente de 5 niveles circulares con lorón central con 60 chorros de agua distribuidos en tres pisos. Obras de arte: La planta superior cuenta con un jardín central junto a los ingresos del “Palacio Municipal” y cuatro jardines en sus esquinas, ornamentados con la representación de las cuatro estaciones del año, expuestas en cuatro esculturas de diosas griegas, las cuales reposan sobre pedestales de mármol blanco. El jardín central cuenta con un monolito histórico con cuatro placas talladas en mármol, una por cada lado. Este monolito sirve de pedestal a una escultura: “Cupido en reposo”. Sobre la línea de tierra encontramos un Escudo Municipal de hormigón lavado. En la década del setenta desapareció la representación del “Otoño”, pieza en tamaño natural vaciada en fundición de hierro, en su lugar fue colocado a posteriori, un busto del Marqués de Sobremonte (vaciado en cemento). 13 Vegetación: La vegetación existente consta en general de árboles de mediano y gran porte en su mayoría de varios años de existencia. Las especies presentes son: seis Moras péndula (Morus alba pendulum), cincuenta y seis Plátano (Platanus x acerifolia), once Cipres (Cupressus sp.), dos Magnolia (Magnolia grandiflora), un Fresno (Fraxinus sp.), seis Mora híbrida (Morus x hibrida), un Roble Sedoso (Grevillea robusta), seis Laurel de Adorno (Nerium oleander), un Cafeto (Manihot grahamii), cuatro Crespón (Lagerstroemia), dos Ligustro (Ligustrum lucidum), un Parasol de la China (Firmiana simplex), tres Azarero (Pittosporum tobira), catorce Corona de novia (Spiraea cantoniensis), un Plumerillo (Calliandra tweedii), siete Azarero variegado (Pittosporum tobira variegatta), veintisiete Abelia (Abelia grandiflora). Observaciones: Plaza Municipal creada por Ordenanza Nº 1448 del 27 de diciembre 1909 14 Ficha técnica e histórica de la Plaza Italia Nombre Actual: “PLAZA ITALIA” Toponimia: Nombre de un País Europeo, ubicado sobre el Mar Mediterráneo, hoy República de Italia. Superficie original/actual: 4.174 metros cuadrados. Ubicación: Bº Centro. Entre calles 27 de Abril (500-400), Marcelo T. de Alvear (La Cañada), Ayacucho (100-200).Breve Reseña Histórica: A la vera de la Cañada y cercada por la Avenida Marcelo T. de Alvear y las calles 27 de Abril y Ayacucho se encuentra la plaza Italia, diseñada por el arquitecto cordobés Miguel Ángel Roca e inaugurada en 1982. Fue construida como homenaje a la colectividad italiana residente en Córdoba. Se la denomina también “Plaza de los Inmigrantes” o “Plaza de las Aguas de Italia”. Tres glorietas celebran el agua de los ríos que atraviesan ciudades entrañables. Esta voluntad simbólica signiicativa, inédita en la provincia, trata de inscribir a esta, culturalmente en el marco de las ciudades contemporáneas memorables, jalonadas con hitos y relevantes conjuntos pero nunca apartándose de una atmósfera histórica local. De perímetro triangular, cuenta con 3 elevaciones de las que parten acequias para converger en un estanque ubicado al centro. Este simula un lago al que llega el agua de los ríos que atraviesan ciudades entrañables. En la fuente sur se aprecia un bajorrelieve realizado por Marcelo Hepp que representa a Rómulo y Remo. Escala de uso: Barrial/ sectorial/ ciudad Usos destacados: Divertimento, recreativo, contemplativo, sitio de reunión con sectores de permanencia, reuniones cívicas, sociales y artísticas. Infraestructura y equipamiento: -Iluminación: 12 farolas con base de adoquines, 7 Columnas de alumbrado público de vereda, 2 torres de alumbrado público con 3 relectores cada uno en el interior de la plaza, 22 relectores ubicados en puntos estratégicos de las fuentes. – 1 puesto de venta de lores hexagonal de chapa pintado color verde de 1,50 mts. de diámetro aproximadamente. - 1 bebedero de hormigón cilíndrico. – 2 exhibidores estilo antiguo metálicos de publicidad. – 2 carteles metálicos con nombre de la Plaza. – 13 cestos de residuos metálicos pintados color verde. - 4 bancos metálicos con base de piedra, sin respaldar. – 1 depósito para herramientas placero. – 1 reloj digital estructura de chapan dimensiones aproximadas de 1,00 x 0,80, elevado a 3 mts. de altura. – 2 mástiles con 3 placas de bronce aplicadas sobre pirca de piedra negra: la primera en conmemoración de la fundación de Roma (25/04/1992), otra en conmemoración del 50° aniversario de la “Liberación Italiana” (Abril 45-95), y por último en conmemoración del 42° aniversario de la Instauración de la República Italiana (1946 – 2 junio 1988) – 14 canteros circulares en adoquines que albergan cada uno un jacarandá y están ubicados sobre calle peatonal (Ayacucho) y vereda de la plaza – Peatonal calle Ayacucho: esta se integra a la plaza a través de los solados (adoquinado, piedra laja lavada y laja negra) que sin marcar desniveles enmarcan los distintos destinos: vereda y calle vehicular restringida.- Topografía del Espacio verde formado por terrazas escalonadas materializada con pircas de piedra negra, vinculada entre sí por 2 pérgolas de hormigón armado formadas por: 1 paralela a peatonal Ayacucho con 10 columnas cilíndricas con vigas que sostienen enredaderas Santa Rita color fucsia, otra paralela a 27 de Abril con 8 columnas y vigas ídem anterior, que sostienen enredaderas de glicinas, - 3 fuentes que se encuentran en el coronamiento de los espacios verdes ubicados en los vértices de la plaza, 1) en Ayacucho y 27 de Abril, fuente cúbica en 2 niveles en hormigón armado color cemento que vuelcan las aguas a través de gárgolas hacia base circular que encauzan hacia cascada que desagua a la fuente central.- 2) en 27 de Abril esquina M.T. de Alvear, formada por dos estructuras cúbicas superpuestas en forma transversal con arcos de medio punto, en la fuente baja central hay una lor de agua que escurre hacia la base circular y de ésta desaguan a la fuente central por dos canales en forma de cascada.- 3) Fuente ubicada en M.T. de Alvear y Ayacucho, es la más alta, formada por dos estructuras 15 cúbicas de hormigón armado apoyadas en 4 columnas importantes del mismo material, que a través de gárgolas vuelcan las aguas hacia una base circular con dos canales en forma de cascadas que desaguan a la fuente central.- 1 Fuente Central formada por rayos irregulares donde conluyen las aguas de las fuentes antes descriptas, el solado que la rodea es de laja negra cortada en forma regular y mármol blanco formando 3 círculos concéntricos y rayos que conluyen hacia la misma. Obras de Arte: a) En Fuente (3) se encuentra un mural realizado en placas de hormigón bajo relieve, que representan a Rómulo y Remo bajo la loba, obra de Marcelo Hepp.b) Escultura plana rectangular en posición vertical, materializada en cemento bajo relieve patinada en colores ocre en homenaje de “América a Italia”, obre de Carlos del Corro. Ubicada sobre pirca de piedra negra en espacio circular adyacente a peatonal Ayacucho. c) Escultura tamaño 1:1 realizada en hormigón patinado color bronce que representa a Jerónimo Luis de Cabrera leyendo “La Voz del Interior”, erigida en homenaje a los 100 años de éste periódico, se encuentra sobre base de piedra con reja metálica de 1 mts de altura que la circunda, destacando la esquina de Ayacucho con Caseros y enmarcando la escultura, encontramos una pirca baja que copia en materiales y forma la balaustrada de la Cañada, con dos farolas apoyadas en columnas de hormigón similares a las de la Cañada. Vegetación: Forestación existente perimetral en veredas e interior Las especies de árboles presentes son: dos Crespón (Lagestroemia indica), ocho Fresnos (Fraxinus sp.), dieciséis Jacarandá (Jacarandá mimosifolia), dos Lapacho (Tabebuia), tres Tipa (Tipuana Tipu). Las especies de Arbustos y Trepadoras existentes son: cinco Hiedras (Hedera sp.), dos Glisinas (Wisteria sp.), cinco Santa Rita (Boungainvillea), seis Jazmin Amarillo (Jasminun mensyi). Observaciones: Denominación: 16 Plaza Italia, creada por Ordenanza 7133 del año 1980 Paseo de Los Inmigrantes, creado por Ordenanza 6613 del año 1976 Ficha técnica e histórica de la Plaza de la Intendencia Nombre Actual: “PLAZA DE LA INTENDENCIA” Toponimia: Nombre de Plaza con representación política de un municipio. La Plaza de la Intendencia de la ciudad de Córdoba, conocida como Plaza de la Intendencia a secas, es un espacio verde de dicha ciudad argentina. Superficie original/actual: 16.960 metros cuadrados Ubicación: Se encuentra en la manzana formada por las calles Caseros, Marcelo T. de Alvear, Duarte Quirós y Bolívar, en el centro de la ciudad de Córdoba. Está rodeada por el Palacio de Justicia al oeste, el Palacio Municipal 6 de Julio al norte y el arroyo La Cañada al este. Breve Reseña Histórica: A mediados del siglo XX, la manzana que hoy conforma la plaza estaba ocupada por antiguas casonas, hasta que la Municipalidad de Córdoba decidió la demolición de algunas de ellas para constituir lo que se daría en llamar Plaza Gobernador Dr. Pedro J. Frías. En 1983, el crecimiento del tránsito en la zona llevó al entonces comisionado municipal, Eduardo P. Caferata, a extender el proyecto a la manzana completa, construyéndose una playa de estacionamiento subterránea. Caferata impuso el nombre de Frías a una plaza de barrio San Francisco, nombrando como Plaza de la Intendencia de la ciudad de Córdoba a la ubicada frente al Palacio Municipal, mediante la ordenanza N° 7806 del 29 de agosto de 1983. Fue inaugurada el 23 de septiembre de aquél año. Poco después, el 5 de octubre, por disposición del interventor federal Rubén J. Pellanda, se inauguró en la esquina de Duarte Quirós y Marcelo T. de Alvear un monumento que conmemora a los caídos en la guerra de Malvinas. En 1996 el intendente Rubén A. Martí hizo retirar la fuente de agua que se hallaba en el centro de la plaza, erigiéndose en su lugar una construcción de vidrio que alberga la Central de Semáforos Inteligentes y Control de Tránsito de la ciudad. Escala de Uso: Barrial / sectorial / ciudad Usos destacados: Conmemorativo, recreación y esparcimiento, punto de reunión de eventos sociales, políticos y culturales. Infraestructura y equipamiento: • Cocheras vehiculares subterráneas de 2 niveles, constan de: - Dos ingresos vehiculares (un ingreso, un egreso), con cartelería de prevención vial y semaforización, con barandas metálicas de protección. Perimetralmente a las calzadas de la plaza en cuestión se exhibe cartelería sobre prevención vial. - Sobre vereda de calzada M.T. de Alvear 2 carteles metálicos de publicidad con diseño antiguo. - 2 Carteles metálicos verticales con lecturas sobre historias expuestas en Libro Callejero del Pueblo Nuevo y el Abrojal – Programa de recuperación de la memoria (La Cañada). - 2 carteles metálicos en altura con designación nombre: Plaza de la Intendencia. - 2 escaleras de acceso peatonal con barandas metálicas de protección. • Supericie ocupacional de cocheras subterráneas igual a supericie exterior del espacio verde. • Solados formados con granito gris, piedras lavadas en tonos rosas y blancos, losetas de grancilla y adoquines que forman diferentes texturas y deinen el trazado de un diseño geométrico representados estos con iguras cuadradas de diferentes dimensiones que se vinculan entre sí por diagonales (sendas peatonales) orientadas hacia un centro y fuente de agua circular que alberga pirámide vidriada en color negro, la cual funciona como un centro administrativo. • Hacia el sur por calle Caseros se observa materializada en hormigón una plataforma deportiva con dos arcos metálicos sin red. • Diferentes recintos (espacios verdes) se materializan a través de pircas con piedras negras. • Fuente “Soldados de Malvinas” se exhibe con escultura en representación de 17 combatientes sobre topografía rocosa. • Conducto ventilación de subsuelo cocheras se mimetizan con sobre elevación del suelo (carpetas verdes y arbustos). • Parte de la trama del trazado de “la cañada” se incorpora naturalmente a la plaza de referencia. • 3 Mástiles en 2 bases de pedestal en hormigón vinculadas entre sí. • 45 cestos de residuos metálicos pintados color verde. • Pircas de piedra negra, próxima a fuente monumento a Héroes de Malvinas, exhiben placas: - “Los Clubes Argentinos de Servicio y A.M.E.I.A.S.C. a Los Héroes de Malvinas” fecha 1982/1999. - “Homenaje del Consejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba a los ciudadanos argentinos fallecidos durante la guerra de Malvinas” (1982/2001). - “Municipalidad de Córdoba – Pueblo y Municipalidad de Córdoba En Homenaje a Quienes Ofrendaron su Vida por la Patria XVI aniversario” (1982 – 10 de Junio – 1998). • Iluminación: - 40 Farolas de globo (columna metálica color verde) en el interior de la plaza. - Farolas de doble globo (columna metálica color verde) en el interior de la plaza. - 3 columnas metálicas de alumbrado público. - 2 torres metálicas de alumbrado público con 4 relectores cada uno. - 2 relectores que iluminan la pirámide desde la fuente que rodea a la misma. • Lugar Lúdico: -10 mesas – 40 bancos de hormigón pintadas en color cemento • 69 bancos de hormigón pintados en color cemento embutidos/suspendidos sobre pirca en piedra negra • 20 bancos de hormigón con patas pintados en color cemento • Veredas perimetrales con rampas para discapacitados en todas las esquinas. 18 Obras de Arte: • Fuente Soldados de Malvinas (escultura de Marcelo Hepp) se exhibe con escultura en tamaño natural de 7 soldados, portando una bandera sobre topografía rocosa. La misma se encuentra rodeada de una fuente circular con depósito de agua permanente la cual se vincula entre las esculturas y la vereda exterior a través de 4 puentes de hormigón independientes entre si en cuyos extremos próximos a los soldados se encuentran depositadas 4 ánforas de bronce (de las cuales falta una). • Próxima a la fuente se observan 2 carteles metálicos verticales donde se lee “Monumento Héroes de Malvinas” – Distancia línea recta a Puerto Argentino 2259 Km. • Sobre pirca de piedra negra próxima a la fuente, se observan 3 placas de piedra embutidas en la misma con los siguientes escudos: - Escudo de la Fuerza Aérea Argentina - Escudo del Ejercito Argentino - Escudo de la Armada Argentina •Escultura embutida en pirca de Piedra negra en hormigón que representa 2 manos, una recibiendo y otra dando (escultor Marcelo Hepp) Vegetación: La vegetación existente consta en general de árboles de mediano y gran porte de varios años. Las especies presentes son: dos Palmera fénix (Phoenix canariensis), catorce Palmera Washingtonia (Washingtonia filifera), un Ibirapuitá (Peltophorum dubium), once Plátano (Platanus x acerifolia), cuatro Árbol de Judea (Cersis siliquastrum), once Fresno (Fraxinus sp.), tres Tipa (Tipuana tipu), diez Jacarandá (Jacaranda mimosifolia), un Ciprés (Cupressus sp.), un Mora (Morus sp.), un Cinacina (Parkinsonia cunningamiana), un Eucalipto (Eucaliptus sp.), diecinueve Laurel de adorno (Nerium oleander). Observaciones: Plaza Municipal creada por Ordenanza Nº 7806 del año 1983 FICHA PERSONAL de las PLAZAS para consignar recuerdos, anécdotas, fotografías, dibujos, recortes… Agua y verde para una ciudad Nació como estanque, creció como paseo y aún hoy se caracteriza por su arboleda que esconde, escalones abajo, una peatonal de cemento que resguarda una fuente. El Paseo Sobremonte tiene movimiento propio entre sus aguas cantarinas, ladridos de mascotas, encuentros amorosos y adivinaciones de gitanas y cada fin de año se llena de vida cuando los estudiantes la “toman por asalto” para chapotear en su reducido estanque. No podemos imaginarnos la ciudad sin este paseo, así como tampoco podemos imaginarnos qué hubo allí antes que el virrey Sobremonte eligiera esas tierras para emplazar el estanque en 1791. Seguramente tierras baldías de los ejidos al oeste o un abrevadero de bueyes, dicen algunos. Tampoco quedan ya relatos presenciales del antiguo paseo antes que sus aguas fueran doblegadas a un piletón de cemento. Empero la impronta de sus aguas y de su sombra lo caracterizaron, a pesar de las continuas remodelaciones, catástrofes y proyectos de hacerlo desaparecer. Hoy constituye un hito en la ciudad del siglo XXI. 23 01| Fotografía del Paseo Sobremonte. Foto: Leandro Ruiz, 2013. 24 02| Fotografía del Paseo Sobremonte en los años ochenta. Foto: Eduardo Abel Fernández. Estanque y lago de la ciudad colonial Para hablar del Paseo debemos situarnos en la ciudad colonial del siglo XVIII, cuando las autoridades borbónicas impusieron el sistema más centralizado de gobernaciones intendencias. Sobremonte es el mayor exponente de este período en Córdoba, no sólo por su hacer, sino también por su capacidad de ejercer y plasmar ese control, vigilancia, seguridad en la sociedad y en su ejido comarcal.1 En respuesta, los habitantes debieron acatar nuevas órdenes y solventar nuevos impuestos para servicios que se distribuían en los seis cuarteles en que se dividió la ciudad. Cada uno de ellos estaba sujeto a un alcalde o comisario: “en la misma forma que con conocida utilidad se hallan establecidos en todas las ciudades principales de España, en la capital de Buenos Aires y en otras de estos dominios”.2 Por medio del dictado de un Reglamento de Policía, los alcaldes debían vigilar el orden, limpieza, seguridad y control. Se prohibía el uso de armas, de arrojar basura a las calles, la circulación de carretas y carretillas en forma controlada, y por el artículo dos se especificaba: “que después de las once, en invierno, y a las doce en el verano, no ande persona alguna por las calles, sin precisión y sin luz; que no se galope á caballo, ni de noche vayan montados, á no 1 Ver: Edgardo Dainotto, Política y poder en Córdoba borbónica, instituciones, espacios y prácticas (17831797), Programa de Historia Regional Andina, Córdoba, CIFFyH, Editor Ferreyra, 2012 y Ana Inés Punta, Córdoba Borbónica, Persistencias coloniales en tiempo de reformas (1750-1800), Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 1997. 2 ser que en aquellas horas entren ó salgan los viajantes”. El artículo seis contemplaba normativas de edificación y se remarcaba, Que se maten los perros dañinos, se levanten las tapias, se cerquen las rancherías, corrales y solares, como está mandado, se igualen los bordos y calzadas, en lo posible, se arranquen las malezas que se crían en los Calles públicas, y en ninguna de ellas se haga muladar: dando aviso á los jueces de la infracción para la exacción de la multa impuesta, y mandándolo executar desde luego á los vecinos”.3 Los alcaldes o comisarios no sólo debían realizar tareas de policía sino también las de llevar un registro de los vecinos, informar sobre el estado y las necesidades de cada barrio a la administración central, etc. así lo citan Alejandro Moyano Aliaga y Federico Sartori.4 El servicio de serenos ponía en práctica esta vigilancia al merodear y encender los escasos faroles de cebo recorriendo las calles principales de la pequeña ciudad colonial. Seguridad e higiene se instrumentaron mediante obras de infraestructura 3 Ignacio Garzón, Crónica de Córdoba, Tomo primero, Córdoba, Alfonso Aveta Editor, 1898, pp. 341-342. 4 Alejandro Moyano Aliaga y Federico Sartori Moyano, “Los doce cuarteles de la ciudad de Córdoba en el padrón de 1813” en Sonia Colantonio (Ed.) Población y Sociedad en tiempos de luchas por la emancipación. Córdoba, Argentina, 1813. Córdoba, CIECS- CONICET -UNC, 2013, pp. 69- 81. Raúl A. Orgaz, Cuestiones y Notas de Historia, Córdoba, Bautista Cubas, 1922, p. 21. 25 significativas y costosas para el erario. En 1785, Sobremonte ordenó el establecimiento de las aguas corrientes, para lo cual contrató a Juan Manuel López, luego calificado ingeniero. De una toma del río, se obtenía el líquido elemento que, por medio de una acequia de 28 cuadras, atravesaba las quintas del oeste y era almacenado en un estanque o depósito. Doble función: los ejidos del oeste –conocidos posteriormente como Las Quintas–, obtenían riego y la ciudad se proveía de agua por medio de cañerías que alimentaban dos fuentes céntricas, una en la plaza principal y otra, en la calle Ancha (hoy, Av. Vélez Sarsfield) y Caseros. El contrato con López, de trece artículos, se explayaba en la forma de realizar las obras; trascribimos el cuarto porque es el que da origen a nuestro paseo, […] que á lo menos dos cuadras antes de la Cañada ha de venir el agua por cañería, conduciéndola por debajo del arenal hasta la primera arca ó depósito ya expresado, que se hará en el lugar que más acomode, pasado el calicanto; poniendo en la primera entrada de la cañería una criba de bronce ó fierro que abrace la boca de la cañería, á fin de que cuele el agua con limpieza. 5 5 26 Ignacio Garzón, Op. cit. p. 10. En su Memoria, Sobremonte dejaba sentado las tareas que se emprendieron para hacer el estanque, las dificultades del costoso trabajo y cómo fue aprovechado para levantar un paseo público. Dice así: A la otra parte de la cañada elegí una cuadra de á ciento cincuenta varas frente de la quinta de don Pedro Lucas de Allende, y la hice escavar de forma que por el nivel de su origen en dicho desagüe tuviese cerca de vara y media de agua: fue el objeto distribuirla metódicamente á las quintas por medio de un estanque repartidor con su llave, hacer un hermoso paseo, que lo proporcionase sobre sus bordes, y humedecer el ambiente en un clima tan seco. Para hermosearle dispuse un obelisco de cal y ladrillo, en la forma que fué posible atendidos los pocos medios para decorarle más; y conociendo que los bordes de tierra sacada de la escavación de este estanque público, no eran capaces de resistir el impulso de las aguas impelidas de los vientos, especialmente los del Norte y Sud más frecuentes y violentos, entré en la idea de formar paredes de material en sus cuatro frentes, […] y en estos términos, se empezó á trabajar con los presos de cadena, hallándose la obra en la pared, siendo la idea terraplenar á su igual las cuatro calles de sus frentes para el cómodo tránsito de los coches y paseo público; debiendo limpiarse cada dos años el suelo de este estanque, por el mes de mayo […] 6 Es también dentro de las nuevas concepciones urbanísticas de los Borbones que se originaron diferentes usos sociales de los espacios públicos, con la conformación de paseos. Espacios de entretenimiento y representación, en donde la sociedad estamental se reflejaba, unos mostrándose y otros al servicio de aquellos. Córdoba con 7.292 habitantes según el empadronamiento de 17787 también tuvo su paseo, al igual que otras ciudades virreinales. Para fines de ese siglo, en México, capital con 6.000.000 de habitantes8 se erigían el Paseo de Buccarelli, –una avenida arbolada, con tres glorietas y sus respectivas fuentes– y el Paseo de la Viga, vereda también arbolada que corría paralela a un canal de la ciudad. Ambos se sumaban al Paseo de la Alameda de 1593.9 la otra, construida por Sobremonte, se extendía en la calle Ancha desde la actual calle Colón hasta la Caseros. Ambas dibujadas en el plano de Jacinto Díaz de la Fuente de 1790, como remarca Page.10 Todo da a entender que durante la gobernación de José González, sucesor de Sobremonte, el paseo fue adornado con un cenador y rodeado de una alameda, por lo que también se conoció como Paseo de la Alameda o Paseo Nuevo. Para facilitar su uso social la autoridad cordobesa hizo tender un puente que atravesara el arroyo de la Cañada a la altura de la calle 27 de Abril, denominado Puente del Paseo, según Julio S. Maldonado y para otros de la Alameda, porque daba paso al estanque. Se terminó de construir en 1805 y fue renovado en 1850. También Córdoba desde sus primeros años tuvo sus Alamedas: una, acompañaba la corriente del arroyo de la Cañada y 6 Memoria del Marqués de Sobre Monte, escrita para su sucesor el coronel de ingenieros, Don José González. Ignacio Garzón, Op, cit. pp. 356- 357. 9 7 Aníbal Arcondo, La población de Córdoba según el empadronamiento de 1778, Serie de estudios Nº 27. Instituto de Economía y Finanzas. Facultad Cs. Económicas. UNC, febrero 1998. 10 Carlos Page, El espacio público de las ciudades hispanoamericanas. El caso de Córdoba (Argentina) Siglos XVI a XVIII, Córdoba, Báez Ediciones, 2008, p. 118. 8 Ramona I. Pérez Bertruy, “La modernización de paseos y jardines públicos en la ciudad de México durante el Porfiriato”, en Latin American Studies Association, XXII International Congress, Miami, Florida, 2000. José Luis Romero, Latinoamérica: las ciudades y las ideas, Buenos Aires, Siglo XXI, 1976, p. 123. 27 03| Detalle del plano topográfico de la ciudad de Córdoba del año 1802, autoría desconocida. En este plano ya se encuentra marcado bajo la referencia 23 el estanque de agua para riego de las quintas, hoy Paseo Sobremonte. Bajo el número 22 se señala “el puente” haciendo referencia al de la calle 27 de Abril que permitía sortear la Cañada y unir la ciudad con ese sector oeste. Se observa también el recorrido que hace el agua desde la acequia (en la base de la barranca sur) pasando por el Paseo Sobremonte hasta la plaza San Martín. 28 La acequia que surtía al estanque surcaba la actual calle Duarte Quirós, dejó huellas en la topografía urbana, delineando pasajes y cortadas. Azor Grimaut periodista de pluma costumbrista, quien en sus artículos de La Voz del Interior firmaba con el seudónimo de Loica, recuerda los paisajes que iban desapareciendo a mediados del siglo XX. Y cuenta de esta acequia conocida como “La Toma”: “Era como un brazo natural del río, que se apartaba en el ‘El Pueblito’, o ‘La Toma’, o ‘Los Indios’, en el ‘Alto Alberdi’ de hoy y se venia hacia la ciudad persiguiendo el nivel, sepeando (sic) por el canal o acequia, en lo que más tarde se llamó la calle San Luis, ahora Duarte Quirós. Le nacieron berro, yerba-mota, menta, yerba-buena y quimpe en las riberas, que le dieron perfume junto con las esencias del palo amarillo, los poleos y el suico. Tuvo la generosa sombra de membrillares, chañares, nogales, cinas-cinas, duraznos y guindos desde la misma ‘La Toma’ hasta el almacén ‘La Fuente’ de don Miguel Agostinelli, en la esquina Bolívar, donde más tarde se dividió en dos”. 11 En la guía de 1901, este comercio es la confitería de Miguel Agostinelli, ubicado en la esquina de la actual Duarte Quirós y Bolívar. 11 La Voz del Interior, 30 de mayo de 1956. Gentileza de Beatriz Agostinelli. Vale acotar que el cambio de nombre de la calle se realizó en diciembre del año 1903 cuando por ordenanza se propone y aprueba que la calle San Luis pase a llamarse Duarte y Quiroz. Ya en la propuesta de nomenclatura de 1896 se proponía este mismo cambio de nomenclatura en tanto sobre esa calle daba uno de los frentes del Colegio de Monserrat, fundado por el educacionista Ignacio Duarte y Quiróz. Archivo Histórico Municipal (en adelante AHMC), Serie Actas, A 1-31, f. 296. 29 04| La alameda de México tomada en globo, 1855. Reproducida en América exótica, panorámicas, tipos y costumbres del siglo XIX. Bogotá, Banco de la República, 2004, p. 53. 30 05| Fotografía del puente sobre calle 27 de Abril. Foto: Jorge B. Pilcher, ca. 1880. 31 06 | Dibujo del puente de la calle 27 de Abril realizado por el ingeniero geólogo Ángel Alberto Díaz, material inédito. 32 Entra la nostalgia y el desprecio, el paseo recordado Más allá de las innumerables vivencias que los cordobeses atesoraron en el Paseo: aventuras de adolescencias, incipientes amoríos, noches trasgresoras, etc. este espacio público trascendió las fronteras del territorio nacional y fue objeto de descripción de los que visitaron la ciudad. Viajeros, literatos y presidentes dedicaron sus plumas y palabras a un paseo que deslumbraba por la combinación de aguas, bancos, senderos arenados, hileras de sauces y álamos, y la glorieta en su centro. No podemos dedicarnos aquí a tantas palabras que se escribieron, pero vale la pena mencionar a quienes lo vieron o conocieron, muchos con elogios, con desaprobación los menos. Es Luis Alberto Altamira quien hace un relevamiento en un artículo de La Voz del Interior cuando una vez más se hablaba de hacerlo desaparecer, en este caso, al proyectarse el Palacio Municipal, en 1955. Allí trascribe las palabras del comandante inglés José Andrews, del comerciante Samuel Haigh, del coronel norteamericano J. Antonio King, del mercader William Mac Cann, del deán Gregorio Funes, de Juan de la Cruz Varela, del pintor francés León Pallière, del escritor chileno Carlos Walter Martínez, y las de los presidentes Domingo Sarmiento y Nicolás Avellaneda. Es este último quien lo estigmatiza con los amores juveniles al decir: “Mas aquí todos dejamos prendido el corazón con un recuerdo. Mecida la cabellera blonda por la brisa, a la sombra de los sauces de tu poética Alameda, allí meditamos dulcemente las primeras frases de amor […]”. Similares recuerdos son los de Vicente Quesada: “[…] Mil cuitas y mil amores nacen y mueren bajo aquellos árboles que han escuchado lágrimas y alegrías como testigos mudos e impasibles, cuya indiscreción no se teme... [...] ¡Oh, Córdoba! El que haya pasado una de esas noches sentado en estos sitios, te recordará siempre”.12 Es Julio S. Maldonado, habitante de “la ciudad chica”, como Jorge Orgaz clasificó a Córdoba, quien reviste de movimiento y vida a este espacio público: El paseo Sobremonte, antes solitario, veíase en los domingos por la tarde, repleto de concurrencia de las principales familias que imprimían una hermosa nota de alegría y buen tono en aquel lugar de recreo y meditación. Se hacían también allí hermosas fiestas nocturnas. Profusa iluminación de farolitos venecianos en toda la arboleda que 12 Citado en Azor Grimaut, como relato de Ernesto Quesada en Lo que quedó en el tintero, Córdoba, Buena Vista Editores, 2012. p. 149. 33 rodeaba el lago y las calles laterales. Alegres músicas en que alternaba la banda oficial de la provincia, con otras pequeñas orquestas de instrumentos de cuerda que surcaban las aguas del lago en góndolas adornadas, tocando y cantando el “Carnaval de Venecia” y algunas otras lindas barcarolas. ¡Era todo aquello muy sencillo y hermoso! Este Paseo, encerraba un conjunto de armonía y belleza que fueron cantadas por inspirados poetas y escritores. Un estanque cuadrado de ciento veinte varas por costado, lleno de aguas cristalinas y tranquilas, que se renovaban constantemente, en las que se reflejaban los árboles, el cielo y sus nubes como en un límpido espejo, surcadas a veces por pequeñas góndolas. Rodeaban el estanque, calles de piso enarenado, con asientos de mampostería colocados con equidistancia y doble hilera de hermosos y seculares álamos, una artística verja de hierro pintada de amarillo con sus correspondientes portadas de mampostería en forma de arco de medio punto y puertas giratorias de hierro. En la parte superior del arco, había colocadas placas con inscripciones… alusivas y recordatorias de hechos históricos y gloriosos. [...] Desgraciadamente, a fines del siglo pasado, el 19 de diciembre de 1876, fue totalmente destruido este paseo por una formidable tempestad, que arrancó toda la arboleda, destruyendo la verja y las portadas […]13 Vicente Quesada describe sus puertas, asombrado por lo difícil de su acceso: “en el centro de cada costado hay una alta puerta de sencilla arquitectura y en las esquinas, puertas pequeñas que dan entrada al paseo, siendo indispensable pasar de a uno porque su adorno, de forma elíptica y giratoria, impide el paso de una pareja”14. Rejas, cenador, estatuas, farolas y diferentes entradas fueron agregándose, supliéndose y cambiando la fisonomía del Paseo entre 1870 y 1900. Las manos artísticas de José Allio en trabajos de marmolería, de Domingo Alberti en albañilería, José Tondo en herrería y la fundición de Val d’Osne en las cuatro estatuas representativas de las estaciones y en las farolas que todavía se conservan son vestigios de ornamentaciones y retoques diversos.15 Las estatuas han quedado huérfanas de otoño, ¿acaso ésta se fue a pasear con el virrey, cuyo busto estaba emplazado en el ángulo suroeste del Paseo hasta 2012? 13 Julio S. Maldonado. La Córdoba de mi infancia, Buenos Aires, Librería y Editorial El Ateneo, 1939, p. 146147. 34 14 Trascripto en Azor Grimaut. Op. cit. p. 149. 15 Carlos Page, El paseo que nació de un lago, La Voz del Interior, 27 de febrero 1994. 07| Efectos del huracán sobre el Paseo Sobremonte. Foto: J. B. Pilcher, 1877. 35 08| Fotografía del busto de Sobremonte hoy ausente. Foto: M. Cristina Boixadós, año 2012. 36 09| Fotografía de una de las estatuas representativas de las estaciones. Foto: Leandro Ruiz, 2013. 10| Fotografía de una de las estatuas representativa de las estaciones junto al árbol de la memoria. Foto: Leandro Ruiz, 2013. El fino trabajo de herrería de su reja periférica sobrevivió hasta los 50, y también desapareció entre gallos y medianoche. Un angelito escondido vigila y anota las remodelaciones en las cuatro caras de su pedestal con sus fechas precisas. Son muchas las imágenes del Paseo fotografiadas en los años 1870, cuando se lo preparaba para acompañar la Exposición Nacional: las de Witcomb y las de Cesare Rocca, provenientes de Buenos Aires; las del inglés Jorge B. Pilcher y el catalán Félix T. Tey, fotógrafos ya radicados en Córdoba. Todas dieron visibilidad a un lugar permeado por cánones visuales y representaciones propias de un ideario y de una época. Esos recuadros fotográficos condensaban un imaginario y una técnica al servicio de la voluntad pública. El Paseo Sobremonte era la forma material y simbólica de una ciudad y una sociedad a punto de perder su protagonismo nacional.16 Unas fotografías trasmiten paisajes de romanticismo bucólico, otras perpetúan el aire solemne de la sociedad cordobesa, mientras que las imágenes de los fotógrafos radicados en Córdoba, trasmiten orden, seguridad, a través de la presencia de un vigilante, al mismo tiempo que sus aguas tienen el movimiento propio que le imprime un bote. Para la década de 1890 sus aguas “estancadas” cruzaban los mares para ilustrar la revista La Ilustración artística. Conventos, paseo, espacios de la Universidad se confundieron en un sinnúmero de imágenes mentales e iconográficas para connotar la ciudad de Córdoba. Juntamente a estos recuerdos y visibilidades, otros comentarios sagaces se apropian del paseo colonial, provenientes de miradas foráneas a “la ciudad chica”. El escritor Miguel Cané despliega su pluma irónica para remarcar la diferencia entre la Córdoba inmóvil y la Buenos Aires cosmopolita, turbulenta, Para mi, Córdoba presenta todas las alhajas de un museo, no de primer orden, pero al fin, museo. Silenciosa, con más iglesias que Moscú antes del incendio, con sus torres negras, sus balcones que nacen como excrecencias parásitas en las paredes, sus innumerables frailes, su atmósfera argotista que arrancada de su tradición histórica, parece modular hasta la fisonomía de sus habitantes, su lago inmóvil y desierto, cubierto de verdín opaco del abandono, con tres o cuatro góndolas destruidas y tiradas por la orilla, su senador morisco 16 Esta idea es fundamental en la tesis de Ana Clarisa Agüero, Local/nacional, Córdoba: cultura urbana, contacto con Buenos Aires y lugares relativos en el mapa cultural argentino (1880/1918), Tesis de doctorado en Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC, marzo 2010. 37 en el centro del estanque, cuyas paredes parecen condenadas a llevar ab eterno la pesada carga de la inspiración cordobesa, reflejada, en versos cojos y escritos con una ortografía digna del Dr. Vélez o de una mujer de mundo, todo aquello forma un conjunto insólito para el que está habituado a la vida activa y febriciente de Buenos Aires […].17 Imágenes que Sarmiento ya había usado a mediados del siglo XIX en su obra Facundo cuando denostaba al Paseo Sobremonte, Hacia el oriente tiene un bellísimo paseo de formas caprichosas, de un golpe de vista mágico. Consiste en un estanque de agua encuadrado en una vereda espaciosa, que sombrean sauces añosos y colosales. Cada costado es una cuadra de largo, encerrado bajo una reja de hierro de cuatro varas de alto, con enormes puertas a los cuatro costados, de manera que el paseo es una prisión encantada en que se da vuelta siempre en torno de un vistoso cenador de arquitectura griega, que está inmóvil en el centro del fingido lago.18 38 17 El Eco de Córdoba, 28 de noviembre de 1876. 18 Domingo Faustino Sarmiento, Facundo. Civilización y barbarie. Buenos Aires Ed. Sopena, 1945, pp. 75-76. Es también el Paseo Sobremonte el que permite a Sarmiento reforzar la imagen literaria de una Córdoba como claustro: “… un lago artificial de agua sin movimiento, sin vida, en cuyo centro está un cenador de formas majestuosas, pero inmóvil, estacionario (…) La ciudad es un claustro encerrado entre barrancas, el paseo es un claustro con verjas de hierro (…).” Sin embargo la fuerza del paseo de aguas quietas, al igual que la de una ciudad encerrada entre barrancas, fueron los artefactos elegidos por el presidente Sarmiento para implementar los pasos a una sociedad nueva, y es Córdoba, para él, la ciudad que reúne las condiciones necesarias para encarar el proceso de consolidación del Estado argentino.19 Por eso a metros de estas aguas sin movimiento, se levantó la Feria de las Artes y las Industrias, la más grande que se hubiera realizado en Argentina hasta la fecha. Y no es casualidad que el presidente Sarmiento desoyera una serie de ofrecimientos para erigir la muestra proyectada desde 1869 e inaugurada recién el 15 de octubre de 1871. El difamado Paseo reunía el agua y el verde, elementos esenciales del progreso en la concepción sarmientista y, situado al margen de la ciudad conventual, constituía el hito 19 Ver Ana Clarisa Agüero, Op. cit. urbano justo y necesario para tal demostración espectacular y efímera de la civilización. Porque entre los objetivos sarmientistas, las quintas agrícolas, las artes y las industrias, las ciencias y la educación eran los dispositivos para la creación de nuevas ciudades y sociedades alejando los fantasmas de la barbarie.20 ¿Porqué no utilizar este parque público, vestigio del oscurantismo hispano, dándole otra resignificación?. 21 Nazario Sánchez en su larga descripción sobre la muestra conjuga este no casual complemento: “Todo el local de la exposición y paseo Sobremonte está profusamente adornado con arcos, banderas y escudos.”22 Empero con trabas, repudios, luchas políticas e inconvenientes reales como una epidemia, el éxito de la Exposición no fue el esperado, ni en cantidad de visitantes ni en ingresos económicos. Sus expectativas fueron doblegadas al calor de las tantas postergaciones de fecha, en donde comercios, oficios y servicios bajaban y subían. Como toda exposición fue efímera, pero inmediatamente el gobierno nacional quiso borrar todo rastro y sacar a remate hasta las piedras que habían sido colocadas con el más caro esfuerzo paisajístico. El diario El Progreso del 9 20 Ver Gorelik Adrián, La grilla y el parque. Espacio público y cultura urbana en Buenos Aires, 1887-1936. Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes.1998. marzo de ese año se refería irónicamente: “Nada queda de ella, toda se ha deshecho y rematado fuera del palacio. Se han vendido hasta las piedras que se habían puesto en el lago, se han rematado tres por cuatro reales para el tesoro nacional... Pobres piedras las de Córdoba”. 23 Los registros fotográficos encargados a Cesare Rocca no correspondieron a los días de la fiesta inaugural de octubre de 1871. Un contrato controvertido designó a un fotógrafo italiano poco conocido en Capital Federal para perpetuar la fiesta del progreso. Pero su estadía en Córdoba debió sujetarse a un compromiso que estipulaba una fecha anterior a la que fue realmente. Eso explica que sus registros denotan escenas estudiadas, sin espontaneidad: obreros y funcionarios posando, jardines en preparativos, pabellones lustrados, productos “agiornados” sin ser vistos.24 Solo quedó, al finalizar la Exposición, el Paseo Sobremonte, fiel testigo de los faraónicos trabajos que se hicieron para embellecer espectacularmente la quinta de Peñaloza, lugar escogido para este evento, cuyo propietario había cobrado rigurosamente el alquiler. 22 Nazario Sánchez. Hombres y episodios de Córdoba. Córdoba, Casa Editora Imprenta “Pereyra”, 1928, p. 64. 23 M. Cristina Boixadós, Una ciudad en exposición, Op. cit. p. 169. 21 M. Cristina Boixadós, “Una ciudad en exposición, Córdoba 1871”, en Silvia Di Liscia y Andrea Lluch (eds.), Argentina en exposición. Ferias y exhibiciones durante los siglos XIX y XX. Sevilla, CSIC, Colección Universos Americanos, 2009, p. 147. 24 M. Cristina Boixadós, “Lo efímero de la Exposición de 1871. El fotógrafo Cesare Rocca en Córdoba”, 10° Congreso de Historia de la Fotografía en la Argentina (1839-1939), 4 y 5 de septiembre de 2009, Chascomús, (en prensa). 39 11| Estatua del ángel que recuerda las fechas de remodelaciones del Paseo. Foto: Leandro Ruiz, 2013. 40 12| Paseo Sobremonte con una de las estatuas de las estaciones. Autoría desconocida, ca. 1910. Gentileza de Titi Juliá. 13| El Paseo Sobremonte en tiempos de la Exposición Nacional de 1871. Foto: Witcomb, Fondo de Estudios Americanistas, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. 14| Paseo Sobremonte en tiempos de la Exposición Nacional de 1871. Foto: Cesare Rocca, Fondo de Estudios Americanistas, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. 41 15| Una de las imágenes más conocida del Paseo Sobremonte. Foto: J.B. Pilcher, ca. 1875. En: “Álbum, Córdoba, recuerdos de viaje, 1877”. 42 16| El lago de Córdoba. Foto: J.B. Pilcher, ca. 1874. En: “Álbum, Córdoba, recuerdos de viaje, 1877.” 17 | Fotografía del Paseo Sobremonte a fines del siglo XIX. Foto: Félix Tey. En: La Ilustración artística: periódico semanal de literatura, artes y ciencias. Barcelona, Tomo XVII, año XVII, n.º 841, 1898, p. 5. 43 18| Plano de la Exposición Nacional celebrada en Córdoba en 1871. Reproducido en Telasco García Castellanos, Sarmiento, su influencia en Córdoba, Córdoba, Academia Nacional de Ciencias, 1988, p. 309311. 44 El paseo del olvido Hasta 1900 el Paseo fue objeto de visibilidad, posteriormente las representaciones iconográficas y literarias no recortaron este espacio. Otros cánones de visualidad llevaban a remarcar las imágenes de intervenciones y obras públicas que acompañaron la modernización de fines del siglo XIX. En los tantos álbumes que se publicaron con motivo del primer aniversario de la Revolución de Mayo, sólo una vista perpetúa su presencia. Además, a fines del siglo XIX, el Paseo debió competir con otros espacios verdes que se diseñaron con la incorporación de nuevas concepciones higienistas y urbanistas. El Parque Elisa, que cambió de nombre por Las Heras, apenas inaugurado, al calor de los acontecimientos políticos, ocupó un amplio predio en litigio de títulos al norte de la ciudad. En las primeras décadas del siglo XX otro parque y de mayor envergadura se materializó, el que hoy conocemos como Sarmiento, que en sus más de 80 hectáreas de parque fue adornado con estatuas, templetes, paseos y cascadas. Sus divertimentos no tardaron en llegar cuando en 1912, el Sr. Juan Baldissone, solicitaba la concesión por dos años para colocar embarcaciones y construir una pequeña casilla con el objeto de guardar los remos.25 25 Archivo de Gobierno. Ministerio de Obras Públicas. Tomo 2, 1913 F. 96 Los respectivos lagos de los nuevos parques compitieron con las aguas vapuleadas del estanque colonial, mientras que las retretas tampoco eran ya ocasión de reunión entre la añosa arboleda. La crónica del 2 de octubre de 1918 de Los Principios así lo manifestaba al referir que los propios vecinos del sector solicitaban al Poder Ejecutivo provincial, El envío de la banda de la provincia al paseo Sobremonte. Esta costumbre ya existió en años anteriores, de modo que hace tanto más justificable el pedido, si no existiera el derecho que tienen el numeroso público que noche tras noche se reúne en el gran paseo, atraído por sus bellezas a estos conciertos. La solución es fácil de encontrar. Basta con suspender un día de ejecución en Plaza San Martín, el sábado por ejemplo, y trasladar la audición en parque expresado, y es por esto que esperamos el ejecutivo resuelva favorablemente el petitorio.26 Lejos habían quedado los años de ser el único paseo donde se miraban las autoridades cordobesas y se deleitaban sus habitantes. Eso explica en parte que un escritor fiel a la tradición 26 Los Principios, 2 de octubre de 1918. Material facilitado por Natalia Bermúdez y Graciela Tedesco. 45 de la “ciudad chica”, Manuel Gálvez, lo hiciera protagonista de los desvaríos amorosos de su personaje. En su novela La sombra del convento, ambientada en 1906 y publicada en 1917, el Paseo Sobremonte es un paseo oscuro y tenebroso.27 Una verja de hierro, pintada de verde y ahora desteñida, alindaba las cuatro avenidas laterales donde José Alberto jugara en su niñez. Por una ancha escalinata de amarillenta piedra, frente a la ventana de José Alberto, se entraba en el paseo. Con el agua de la lluvia, la piedra brillaba. Álamos y plátanos señoriales orillaban los lados de la avenida; y de las hojas, agobiadas de agua y de angustia, caían con pesadez las gotas. En el centro semejándose a una flor de ocho pétalos, cortos, separados y de bordes geométricos se ahondaba, ocupando la mayor parte de la hectárea, un lago de aguas bajas y quietas, de las que parecía surgir, inacabablemente, una melancolía de romanza sin palabras. Ni un ser humano cruzaba las avenidas; las casas de la calle opuesta, que se veían al través de la arboleda, aparecían muy vagas; los bancos, mojados y vacíos, adquirían una tristeza lúgubre; en el suelo sin pavimento del paseo los charcos de agua se agrandaban.28 27 Ana Sofía Maizón, “Recorridos de la tradición: espacios de Córdoba visibles, en La Sombra del Convento”, II Jornadas Nacionales de Historia de Córdoba, CIFFyH, mayo de 2011. 28 46 Manuel Gálvez, La sombra del convento, Ed. Tor, Buenos Aires, s.f., pp. 6-7. El espacio siempre intervenido y en riesgo de desaparecer El Paseo Sobremonte hacia mediados del siglo XIX fue quedando atrapado entre las manzanas urbanizadas y densificadas de Las Quintas, como se llamó este sector al oeste del arroyo de la Cañada hasta 1910, cuando de un día para otro se lo llamó barrio Alberdi. El tejido urbano espontáneamente se fue extendiendo hacia el oeste a fuerza del crecimiento demográfico y las antiguas parcelas se fraccionaban en lotes menores. Las cifras de población testimonian este crecimiento ya que el sector en 1869 tenía 3.571 habitantes y en 1895 alcanzaba a 6.216 personas, en una ciudad que había aumentado de 34.458 a 54.763 habitantes.29 Simultáneamente a la demarcación y el ordenamiento urbano, sus calles recibían sus primeras designaciones y según plano de Claudio Braly datado en 1875, ya se nombraban las de norte a sur: Exposición, Fragueiro, General Urquiza, Observatorio, Artes, Porvenir, Santa Ana, Florida y Orden. Algunas designaciones que aludían a la presencia del Observatorio y al efímero emplazamiento de la Exposición de Artes e Industrias.30 Otros nombres quedaron sin apropiarse por el momento de la memoria, ya que se proponía en 1896 llamar calle Ingeniero López a la Bolívar –era el límite este del Paseo Sobremonte, antes 29 M. Cristina Boixadós, Las tramas de una ciudad, Córdoba entre 1870-1895. Ed. Ferreyra, Córdoba, 2000. p. 236. de la construcción del Palacio Municipal– en homenaje a su obra constructiva del Paseo y del primer acueducto “[…] habiendo arruinado su fortuna en trabajos de carácter público”, se explayaba el documento municipal.31 Para facilitar la circulación entre la ciudad y el sector oeste se levantaron nuevos puentes sobre el fluctuante arroyo de la Cañada, que alcanzaron a ser nueve en 1900; todos derrumbados cuando se iniciaron las obras de sistematización de sus aguas, en 1944. Los datos censales, las planchas catastrales y las guías comerciales e industriales muestran el grado de movimiento de Las Quintas. Por su proximidad, vale citar la presencia desde 1870 de los baños públicos en la acera oeste de la Cañada a una cuadra del Paseo, que alimentados con el agua de la acequia, no es noticia que los mismos desagotaran en el arroyo. Ofrecían servicios de higiene y brindaban también un espacio de recreación ya que tenían “dos salas, una para mujeres y la otra para hombres, con bastante numero de baños, todo con el mayor aseo y el servicio esmerado, y existe un jardín de recreo, confitería, etc.”.32 31 Archivo Histórico Municipal, Serie Documentos, año 1896, f. 129. 32 Almanaque del año 1878, del Jaspe, Primer Tomo, p. 46. 30 M. Cristina Boixadós y Ana Sofía Maizón, “Entre el decir cotidiano y el decir ordenado: los proyectos de nomenclatura para la ciudad de Córdoba entre 1894 y 1910” en Jornadas Internacionales de Patrimonio y Cultura Urbana, Rosario, septiembre 2012. 47 19| Puente de la Cañada, calle Santa Rosa. Foto: J. B. Pilcher, ca. 1880. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930. Imágenes urbanas. Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 2008, p. 67. 48 20| Puente de la Cañada sobre calle San Juan. Foto: autor desconocido, Fondo de Estudios Americanistas, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930, p. 136. 21| Puente de la Cañada, calle 27 de Abril. Foto: Tristán Paz Casas, 1944. Reproducido en Boixadós, M. Cristina y Barbieri, Sergio. El cauce viejo de La Cañada, fotografías 1885-1945. Córdoba, el autor, 2005, p. 52. Se puede observar en la fotografía una de las entradas al Paseo ubicada sobre calle Bolívar, la vivienda que se destaca en la esquina de la anterior calle y 27 de Abril posiblemente pertenecía a la familia López Sivilat según la guía de 1918. 49 22| Plancha del catastro Machado correspondiente al Paseo Sobremonte y a la manzana siguiente hacia el norte ocupada en parte por los baños públicos, año 1888. Archivo Histórico Municipal. 50 23| Foto de los exteriores de los baños públicos ubicados sobre Bolívar. Foto: J. B. Pilcher, ca. 1880. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930, p. 139. Según la Guía de 1889 se había instalado un dentista, Dr. Chevallier, frente al Paseo en la calle 27 de Abril, y sobre Bolívar funcionaba una escuela municipal; posiblemente donde luego se instaló la Escuela de Artes y Oficios.33 En otro frente, sobre Arturo M. Bas (anteriormente Exposición) y 27 de Abril, la casa de dos pisos de la esquina suroeste, estaba ocupada por la Cámara y el Juzgado Federal en 1905. Indudablemente el edificio que más impactó por su arquitectura monumentalista fue el Palacio de Tribunales, que proyectado en 1925, se inauguró más de diez años después. Podemos inferir que su emplazamiento debió relacionarse con la presencia del emblemático paseo y con haber sido asiento de la gran Exposición 55 años atrás. Su construcción trazada por los arquitectos José Hortal y Salvador Godoy, sufrió los vaivenes de la vida política y económica del país y demandó la demolición de innumerables viviendas como lo atestigua la foto aérea de 1927, cuando todavía no se había iniciado la obra. El paseo elogiado y denostado, conservó su nombre, pero su fisonomía y dimensiones fueron objeto de continuas y controvertidas intervenciones públicas. Ya la obra sobre la 33 Los Principios, 13 de mayo de 1920. La noticia titulada “El local del instituto Nacional” se refería a este espacio: “Se gestiona su instalación en Alta Córdoba. Numerosos obreros, vecinos y propietarios del pueblo de Alta Córdoba quieren gestionar que la escuela Nacional de Artes y oficios que funciona frente al Paseo Sobremonte sea trasladado a aquel pueblo, por considerarlo como un lugar más adecuado, dado su carácter eminentemente obrero”. Geografía de Córdoba de Río y Achával de 1905 alude a los cambios: “el Paseo Sobremonte, con su lago artificial, cuyo origen se remonta a fines del siglo XVIII y que hoy, destruido por tempestades y continuas modificaciones, no recuerda ya, con su disposición y adornos modernos, al paseo tradicional famoso en todo el país.” 34 Por lo que vemos hubo más remodelaciones sobre el histórico espacio y muchas hablaron de su total desaparición. Por ejemplo, en 1919 se presentaban al Concejo Deliberante dos proyectos. Uno proponía remodelar el lago mientras que el otro pretendía convertirlo en un jardín a bajo nivel. La comisión de Obras Públicas a raíz de estas propuestas aconsejaba transformarlo en una plaza de ejercicios físicos para los niños de las escuelas, hasta tanto el municipio consiguiera los fondos para proveer de agua por medio de cañerías. El concejal Palacio explicaba que se trataba de una transformación espiritual más que física ya que era: “[…] sustituir su ambiente actual, mudo y silencioso, por otro poblado de gritos, de risas y de cantos infantiles. Para ello, sin necesidad de destruir nada, se agregarían aparatos gimnásticos simplemente que utilizarían los niños de las escuelas próximas o adyacentes, ya que la ubicación del Paseo Sobremonte, 34 Manuel E. Río y Luis Achával, Geografía de la Provincia de Córdoba, Buenos Aires, Publicación Oficial, Compañía Sud Americana de Billetes de Banco, 1905, p. 457. 51 resulta seguramente estratégica para ese objeto”.35 Dos años después el riesgo seguía latente, cuando se hablaba de edificar sobre el Paseo el Palacio de Justicia idea que no prosperó. Quince años después ya levantada esta monumental obra la prensa se hacía eco del riesgo que nuevamente corría el paseo. En varias notas publicadas en ejemplares de abril y mayo del año 1935 da a conocer las opiniones controvertidas de hombres públicos, unos que hablan a favor de su desaparición, como Feliz T. Garzón y Raúl Orgaz, y la del concejal socialista Pérez Marcén que disiente, aunque remarca su estado de abandono y la necesidad de reducir su tamaño, ante la proximidad del palacio de Justicia. Feliz T. Garzón argumenta su posición diciendo que es tanto lo que se ha remozado y tocado en el Paseo que ya nada queda por hacer, siendo la única reliquia el mirador. Con similares argumentos objeta Raúl Orgaz la presencia de tan derruido Paseo, abriendo el debate sobre lo que debe considerarse histórico y por lo tanto, a ser conservado. Días después la batalla fue ganada por el Virrey y La Voz del Interior festejaba el 5 de mayo de 1935 entre signos de admiración: “¡Loado sea Dios, No desaparecerá el Paseo Sobremonte!”. 35 A.H.M.C, Serie Documentos, año 1920, f. 483. En la discusión de los mismos el concejal Baulina describe que este paseo de la vieja Córdoba ya había sido estudiado en 1916 por la Intendencia para proveerlo de agua por medio de un pozo en la primera napa, sin embargo fracasó. La propuesta presentada en 1919 de convertir el paseo en un jardín de bajo nivel era una propuesta barata pero no acorde a la tradición mientras que aquellos proyectos que dejaban con agua el paseo hacían necesarias grandes sumas de dinero, según Baulina. A.H.M.C. Serie Actas, año 1920, fs. 223-225. A.H.M.C. Serie Actas, año 1920, fs. 477r. 52 El mismo periódico los días 13, 31 de julio y el 1 de agosto de 1935 se encarga de resaltar las opiniones vertidas por el ingeniero Carlos M. Della Paolera, el que en distintos ámbitos institucionales, había disertado remarcando la importancia de construir ciudades en conjunción con la naturaleza. 24| 25| 24|25 Algunas de las publicidades de comercios y profesionales ubicados frente al Paseo. Reproducidos en Guía almanaque de la ciudad y de la provincia de Córdoba del año 1889. 53 26| Cámara y Juzgado Federal de la Nación, ca. 1905, tarjeta postal edit. Aquilino Fernández. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930, p. 139 54 27| Una de las viviendas demolidas por motivo de la sistematización de la Cañada en el año 1944, perteneciente a la familia de M. H. Garzón y ubicada en 27 de Abril 510. Foto: DIPAS. Reproducido en Boixadós, M. Cristina y Barbieri, Sergio. El cauce viejo de La Cañada, fotografías 1885-1945, p. 84. 28| Construcción del Palacio de Justicia en 1928. Fotografía aportada por Elfa Gastón al Taller de Historia Oral Barrial de Barrio Güemes. 29| Paseo Sobremonte, foto aérea, año 1927. Col. Part. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930, p. 144. 55 30| Opinión del concejal socialista Pérez Marcén publicada en La Voz del Interior, 26 de abril de 1935. 56 31| Opinión de R. Orgaz publicada en La Voz del Interior. 32| La Voz del Interior, 5 de mayo de 1935. En 1938, salvado el espacio como paseo, aunque arruinado y olvidado, se le acotan sus aguas y se derrumba su cenador conocido como el “casco de bombero”. Ya bajo la intendencia de Manuel Martín Federico en los primeros años de la década de 1950 se proyectó el Palacio Municipal en su costado este. Nuevamente la prensa se hace eco de opiniones disidentes y en este caso es Luis Alberto Altamira, como investigador del Instituto de Estudios Americanistas, quien sale en su defensa ya que se hablaba de utilizar el espacio público para playa de estacionamiento del nuevo edificio municipal. Junto con él, otras sociedades salieron en su apoyo: la del Centro de Ingenieros, la Sociedad Central de Arquitectos, el Centro de Constructores, el Circulo de la Prensa, la Bolsa de Comercio y otras. Días después, el 6 de agosto de 1955, la Sociedad Central de Arquitectos y el Colegio de Arquitectos se oponen en un largo artículo de Los Principios a la realización de una diagonal, que saliera desde la esquina de General Paz y 9 de Julio hasta 27 de Abril y Ayacucho, justificada por las autoridades municipales con la necesidad de vincular el centro con el palacio, como un medio de reactivación económica y dar perspectiva al edificio. Con tres días de diferencia renunciaba como miembro honorario de la Comisión Asesora Técnica Edilicia, el Arq. Ernesto La Padula. Lejos habían quedado las noches del paseo, los torneos infantiles de pesca y las repetidas limpiezas del estanque cuando se trasladaban los pejerreyes al lago del Parque Las Heras. Ya levantado el edificio municipal, era necesario retocar y mejorar los alrededores. La intervención del arquitecto Carlos David, en 1957, resguardó su arboleda, sus rejas y le imprimió la fisonomía paisajística que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo, en julio de 1960 se intenta revalorizar el espacio con la construcción de un teatro en sus riberas, según muestra la foto de la prensa, cuyo epígrafe ya delata el proyecto frustrado. Empero según relatos orales, se llegó a usar como teatro, y alguien disfrutó de la obra Mercader de Venecia, en donde las aguas de su fuente fueron el escenario perfecto para sus protagonistas.36 36 Entrevista a Lorenza Moreno, 10 de julio 2013. 57 32BIS| Paseo Sobremonte aún con su “casco de bombero”. S.f., autoría desconocida. Colección Jorge Bettolli. 58 33| La Voz del Interior, 4 de julio de 1960. En abril de 1961, la prensa comenta que se estaba trabajando para terminar la fuente de 40 metros de diámetro, que se adornaría con un chorro de 40 metros iluminado, manteniendo sus formas y también la vieja arboleda, salvo cuatro plátanos.37 Dicha obra sería inaugurada el 6 de julio juntamente con el Palacio Municipal. Finalmente en 1976 el Paseo, o mejor dicho lo que queda de él, es aceptado sin reparos y se lo hermosea con la instalación de reflectores, farolas, sistema de presión del chorro e iluminación de sus aguas para darle vida también de noche.38 En el año 2000 fue nuevamente remozado y además se lo dotó de un placero con su respectivo refugio. A pesar de tantas remodelaciones, todavía quedan, según el ingeniero geólogo Ángel Alberto Díaz, árboles de 150 años, de 110 años, de 80 años, identificados en los distintos laterales de la manzana. Otros más nuevos cumplen 80 a 35 años. Hoy es preocupación de las autoridades municipales el cuidado de sus árboles, que a pesar de sus años cobijan a los paseantes de perros, a gitanas, a practicantes de skate y a enamorados que se entremezclan entre manifestaciones de remiseros y taxistas, judiciales y empleados municipales. 37 La Voz del Interior, 18 de abril de 1961. 38 La Voz del Interior, 25 de abril de 1976. Donde respira la sangre Nombrar el Paseo Sobremonte es poner a mayor ritmo los latidos. Ese solar fue mi patio, el espacio donde mis ojos crecían en el asombro de ver la vida desde arriba. Mi madre, tejía sus rutinas al sol del invierno; nosotros jugábamos la infancia con la libertad del aire. A diario y sin horario era nuestro y nos poseían las bellotas de los álamos carolinos, mientras esperábamos la llegada de los “jazmines gigantes” que nunca alcanzaríamos. No hablo de tiempos lineales, no sé cuando se plantaron las especies, ni en qué mes se sucedían los milagros. Aprendí a caminar en sus senderos y desde ese meridiano, mis pupilas se hacían agua entre sus aguas. Me prendía de la reja que protegía el “lago” y entre los arabescos de hierro quedaba ensimismada. En el muelle, un señor se afanaba en acomodar esos cascarones de nuez suspendidos en el espejo. Subían de a dos, o de a cuatro, eran pocos. Las mujeres llevaba parasoles y la alegría poblaba la circunferencia celeste. Iban y venían acercándose al escenario que se alzaba en el centro o giraban en el cristal sin segundero de la risa. 59 Esa pérgola, lejana para mi talla, por las noches amparaba una orquesta majestuosa. El entorno era festejo, celebración, aniversario donde banderines multicolores y luminosos unían ese ojo circular con la balaustrada concebida a maza e ingenio. Las farolas, al caer la tarde, nos dejaba retozar con nuestras sombras. Al desperezar la primavera abrían las magnolias para morir a la semana y empetalar de ocres la cintura de su origen. Cuando vaciaban la inmensa cazuela, se despertaba una hondonada que ahora, nos permitía ver el mundo desde abajo. Desde siempre el Paseo Sobremonte vive en mi sangre, es el tatuaje de la pequeñez, hasta un hoy que nos huele al sortilegio del destiempo. Vuelvo sobre mis pasos para avivar el fuego de esa inocencia de calendarios duraderos. No quiero relegar la intensidad en esas cuadras circundantes. Puerta a puerta voceaban los abastecedores. El lechero que comenzó con su vaca, siguió con los tachos y su medida, hasta que llegó la botella verde que descansaba en la puerta esperando el trueque mañanero. El aguatero, que venía desde Saldán con su carro tonelero y el sodero. El carbonero y su tizón bolita; el panadero, hombre riguroso 60 con su látigo, el barquillero que dos veces a la semana, a plena siesta, nos llamaba con el dócil sonido de su triángulo y el infaltable verdulero con puntillosas mercancías. Las ruedas ronroneaban en las calles adoquinadas. En el mientras tanto, el tranvía se levantó desde sus rieles como un pájaro. Paraban a mitad de cuadra, si era necesario y el trato de los motorman era afable. Los recorridos… verdaderas travesía para nuestros escasos años. Después de los 60 cambiaron luminarias y quizá las espesuras. Algo nos dejó ver un poco más el cielo y los verdes se transformaron en rigurosos veredones. La laguna empequeñeció hasta tragarse la glorieta y engendró en su médula torrentes melodiosos. En las esquinas, los sábados, ponían reflectores. Sus rayos traspasaban la bóveda celeste, intentaban corretear con las estrellas. Ese era el día del rito, pasar por la heladería Fatauro, Arturo M. Bas y Deán Funes, elegir el manjar para saborearlo en la plazoleta. Yo seguía mirando desde la estatura de mis años. Cristina Ramallo Enhebradora de palabras Poeta placentaria 34| 35| 34|35 Dibujos del ingeniero geólogo Ángel Díaz donde se muestran los cambios sufridos por el Paseo Sobremonte. Material inédito. 61 Dos compañías para Sobremonte: Plaza Italia y Plaza de la Intendencia Con el tiempo, dos nuevos espacios públicos intervinieron el costado oeste de la ciudad: la plaza Italia y la plaza de la Intendencia. Ambas, con más o menos agua, con más o menos verde acompañan al Paseo Sobremonte, la Cañada y dos palacios, el de Justicia y el 6 de Julio. La plaza Italia fue inaugurada en el año 1980 mientras que la plaza de la Intendencia en 1983 pero podemos preguntarnos, ¿qué había en esos terrenos antes de ser espacios públicos? Así es como la cartografía y la fotografía pueden ayudarnos a entender visualmente cómo eran estos terrenos hacia fines del siglo XIX. 62 Sorteando obstáculos: La Cañada La cuadrícula colonial española daba formas regulares a aquellos lugares que serían asentamiento de población y autoridades. De esta manera, el diseño en damero aseguraba un espacio ordenado y garantizaba, de acuerdo a esa concepción, una sociedad organizada racional y jerárquicamente. La ciudad podía nacer sólo después que la presencia española quedara afirmada en los planos y en el discurso de la lengua. Así, la cartografía representaba más las aspiraciones que la realidad misma de la ciudad.39 En este sector oeste de la ciudad las manzanas regulares quedaron como escenario por el cual transitaban las aguas de un arroyo que poco a poco fue siendo todo un hito del paisaje cordobés: la Cañada. Esa cuadrícula, por lo menos en los planos, no perdió la línea recta pero tampoco pudo invisibilizar las curvas de aquel arroyo proveniente de La Lagunilla. Justamente este trayecto entre Bv. San Juan y Deán Funes es el que presentaba zigzagueos y curvas, cuyas aguas quedaron acorraladas por los muros. Actualmente vemos esta parte más rectilínea, resultado del trabajo de sistematización iniciado hacia la década del cuarenta para el cual fue necesario demoler una gran parte de algunas viviendas de los alrededores. Hacia fines del siglo XIX estas manzanas ya tienen usos residenciales algo que se observa en el Catastro Machado realizado entre 1885 y 1888. Este fue uno de los primeros trabajos catastrales encargados por la municipalidad de la ciudad de Córdoba siendo su responsable el agrimensor Ángel Machado. Recordemos que los catastros son prácticamente inventarios visuales de las propiedades ya que su principal fin es fijar antecedentes para la recaudación de impuestos, control censal y gestión de la estructura urbana. Este relevamiento catastral dibuja para estos espacios cercanos al Paseo Sobremonte una gran cantidad de viviendas de distintos tipos y estilos. En el caso de la superficie triangular comprendida entre 27 de Abril, Ayacucho y la Cañada –lo que hoy es plaza Italia– hay relevadas veintidós propiedades, algunas con una gran superficie. El otro fragmento que completaría la cuadrícula y que quedó fragmentado por las aguas de la Cañada habría tenido tres propiedades destacándose por su tamaño la ubicada en la esquina de Bolívar y 27 de Abril. Ese espacio luego será demolido para construir el Palacio 6 de Julio. 39 Ángel Rama, “La ciudad letrada”, en R. Morse y Jorge Enrique Hardoy (comp.), Cultura urbana latinoamericana. Bs. As., CLACSO, 1985. 63 Por otro lado, la manzana comprendida entre las calles Bolívar, Caseros, Duarte Quirós –en ese momento llamada San Luis– y la Cañada es dibujada con 16 viviendas quedando una propiedad del otro lado de la calle Ayacucho. Ese último y pequeño espacio triangular luego se unirá al resto de la manzana para formar la plaza de la Intendencia borrándose esa pequeña cuadra de Ayacucho. Para complementar estas imágenes cartográficas y poder tener un universo más acabado de los habitantes de estas cuadras podemos observar las descripciones de la Guía almanaque de la ciudad y de la provincia de Córdoba del año 1889. Por ejemplo, informa que en la quinta cuadra de la calle 27 de Abril, entre Ayacucho y Bolívar, estaban como profesionales el ingeniero G. Fontaine y el abogado Dr. Ramón Silva, mientras que también se encontraban la peluquería de Ramón Burgos y la carpintería americana de Pedro Deanquin. Para la segunda cuadra de Ayacucho, entre 27 de Abril y Caseros, ubica al Dr. A. Carlos Molina y a los almacenes de José Ross y el de Bosqui Hnos. En la quinta cuadra de Caseros estaban la confitería del Paseo de Isidoro Bettini y el abogado Temístocles 64 Castellanos. La Guía General de Córdoba del año 1901 ubica a las escuelas elementales de varones y niñas de la 1ra. Sección en la calle Bolívar entre 27 de Abril y Caseros, es decir, al frente del Paseo; lugar hoy ocupado por el Palacio 6 de Julio. En esa misma cuadra hoy desdibujada estaba el consulado de Italia ya que la guía lo ubica en Bolívar y Paseo Sobremonte La Guía descriptiva y comercial de la Provincia de Córdoba del año 1918 sigue ubicando sobre la calle Bolívar las escuelas municipales; la de niñas llamada Sarmiento al 143 y al 161 la escuela municipal de varones. También se rescatan de esta guía la ubicación de Caseros 437 en tanto allí vivía el escribano Roberto Von der Wall y su familia, al 477 el abogado Carlos Castellanos y al 481 Temístocles Castellanos. Todas esas viviendas estarían en lo que hoy es la plaza de la Intendencia. Las fotografías aéreas del año 1927 también permiten observar el nivel de densificación habitacional. Puede observarse cómo ya se ha despejado la manzana que luego ocupará el edificio del Palacio de Justicia, estando en pie las casonas que luego se demolerán para el palacio municipal y la plaza de la Intendencia. 36| Plano de la ciudad de Córdoba del Tucumán. Levantado y delimitado por Jacinto Díaz de la Fuente. Año 1790. Archivo General de la Nación. Puede observarse cómo la cuadrícula llena y organiza visualmente un espacio que presentaba más irregularidades que homogeneidades: las barrancas, las curvas del arroyo de la Cañada, etc. 37| Detalle del plano de la ciudad de Córdoba del Tucumán. Levantado y delimitado por Jacinto Díaz de la Fuente. Año 1790. Archivo General de la Nación. El recorte sobre el sector oeste de la ciudad permite observar que en torno al espacio designado como Paseo Nuevo (referencia marcada con la letra Q) se estaba construyendo el Paseo Sobremonte. Las manzanas que hoy ocupan la plaza de la Intendencia y la plaza Italia no podían mantener la línea recta como el resto en tanto son recortadas abruptamente por las curvas de la Cañada, a pesar de ello la cuadrícula no pierde su corte en ángulo recto. Bajo las referencias A y B se representan la Iglesia Catedral y el Cabildo respectivamente. 65 38| Plancha del catastro Machado correspondiente a las manzanas del oeste de la ciudad entre calles 27 de Abril y Caseros, año 1888. Archivo Histórico Municipal. Para una mejor ubicación se ha localizado la manzana que correspondería a la actual Plaza Italia y el Palacio municipal 6 de Julio. 66 39| Plancha del catastro Machado correspondiente a las manzanas del oeste de la ciudad entre calles Caseros y Duarte Quirós (ex San Luis), año 1888. En rojo puede observarse la manzana que ocupa hoy la plaza de la Intendencia y que se unificó con aquella ubicada hacia el este, del otro lado de Ayacucho. 40| Fotografía aérea del año 1927 donde se observan las manzanas que corresponden a la plaza Italia y de la Intendencia todavía en pie. Colección particular. 67 La llegada del palacio 6 de Julio Además de la construcción del palacio de Justicia entre los años 1925 y 1936 y la sistematización de la Cañada en la década del cuarenta, este sector oeste sufrió distintas intervenciones para dar lugar a edificios y espacios públicos. La municipalidad de la ciudad de Córdoba, creada en 1856, por largo tiempo no había tenido un inmueble propio y había sorteado su suerte entre diferentes viviendas: el convento de Santa Catalina y los solares de Cayetano Lozada, José C. Noriega, Benjamín Griera, Rafael Soria y Alejo Carmen Guzmán.40 También existieron distintos y frustrados concursos de planos para la construcción del edificio. Uno de ellos fue el realizado en 1882 y que tuvo como jurado a los ingenieros Miguel Tedín, Carlos Cassaffousth y Rafael Aranda. Se presentaron seis propuestas quedando el primer premio desierto y como ganador el proyecto del arquitecto José Cometa. La construcción fue otorgada por licitación a Mariano Güell mientras que el escudo de la municipalidad en el ingreso iba a ser responsabilidad del renombrado artista José Allio. Pero el edificio construido en la esquina formada por las calles Rivera Indarte y Deán Funes, entre decisiones provinciales y municipales, fue vendido a la provincia 40 68 Carlos A. Page, “La municipalidad y sus edificios”, La Voz del Interior, 2 de marzo de 1989. y es lo que hoy conocemos como la Legislatura. Tampoco se concretó el proyecto del nuevo concurso abierto en 1907 en el cual resultaron premiadas las ideas de Bernardo Auser y Francisco Marchetti. Otra iniciativa llegó en 1910 cuando resultó ganador el arquitecto Carlos Curet, pero con el paso del tiempo las arcas municipales no pudieron afrontar el gasto previsto para la construcción En 1937 y bajo la intendencia del Dr. Latella Frías un jurado formado por los arquitectos Pedro N. Gordillo, Juan S. Kronfuss, Héctor J. Aguirre, Miguel Arrambide, Santiago Allende Posse, Carlos A. Bequer y Alfredo Villalonga tuvo la responsabilidad de elegir el mejor diseño para el postergado palacio municipal. El ganador fue el arquitecto Francisco Squirru de la Capital Federal quien ya había obtenido el primer premio del concurso de planos para construir el Palacio de Justicia de la ciudad de Tucumán y además era asesor para el gran edificio de la Facultad de Ciencias Médicas de la Capital Federal. Esa iniciativa también quedó frustrada pero el tiempo quiso que los arquitectos que habían quedado en tercer lugar en ese concurso de 1937 –Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini– hayan sido los que finalmente pudieron concretar un palacio para la municipalidad a través de un nuevo concurso abierto en 1953. Ellos habían conformado el estudio arquitectónico SEPRA en 1936 y el diseño del edificio propuesto tenía posturas vanguardistas, de expresión racional y moderna a la manera de Le Corbusier. El concurso de planos y la licitación para la construcción sucedieron bajo la Intendencia de Manuel Martín Federico entre los años 1953 y 1954 con un gobierno nacional justicialista. También se había decidido que el palacio fuera vecino del colonial Paseo Sobremonte para lo cual se procedió a anular una cuadra de la calle Bolívar. La construcción fue responsabilidad de la empresa Ravazzola y Campissi involucrando un presupuesto inicialmente que rondaba los veinte millones de pesos. Hasta ese momento las oficinas de la municipalidad habían viajado por distintos inmuebles: el Hotel Europa (hoy Facultad de Derecho), el Hotel San Martín en las esquinas de San Jerónimo y Buenos Aires, el Hotel de La Paz de Av. Vélez Sarsfield y 27 de Abril, edificio hoy inexistente. La última morada municipal itinerante fue sobre la Av. Gral. Paz, la antigua casa de Félix T. Garzón, donde actualmente funciona el Museo Genaro Pérez.41 La inauguración del palacio municipal recién se realizó mucho tiempo después del concurso, el 6 de julio de 1961 con el peronismo proscripto a nivel nacional y con una Córdoba bajo intervención federal encabezada por el comisionado municipal Calixto Maldonado. El diario La Voz del Interior remarcaba que en el edificio se habían usado más de tres mil vidrios calculándose que se emplearon 950 toneladas de hierro, cuatro mil metros cuadrados de mármol y nueve mil metros cuadrados de parquets, todo ello en una superficie de veinte mil metros cubiertos. Eso permitió al diario hacer hincapié no en la llegada del tan esperado edificio municipal sino en su costo que ya rondaba los doscientos millones de pesos estando la obra aún no concluida.42 Para la ceremonia de inauguración llegaría el intendente de Rosario, Luis Cándido Carvallo, quien no pudo asistir según, la noticia del diario, por condiciones atmosféricas adversas para el viaje. 41 Carlos A. Page, “La municipalidad y sus edificios”, Op. cit. 42 La Voz del Interior, 1-7-1961. 69 Luego del izamiento de la bandera y el canto del himno el edificio fue bendecido por monseñor Castellano. El discurso del comisionado Maldonado destacó que, Córdoba cuenta ya con un edificio municipal acorde con su jerarquía de gran urbe moderna; centralización, comodidad y distribución funcional de oficinas, deberán traducirse ineludiblemente en economía y eficacia. Esta prodigiosa estructura de cemento y vidrio alarde de avance arquitectónico, será el recinto propicio para la labor fecunda y en su ámbito monumental habrá de señorearse –no lo dudo– la voluntad de superación de todos los funcionarios y empleados.43 Por otro lado, Maldonado justificó la ubicación de la residencia del Poder Ejecutivo Municipal, Y hemos querido que un secular escenario de añeja y gloriosa tradición, que desde hace tiempo se encontraba en estado de abandono, se vinculara con un trazado remozado y plástico, 43 70 La Voz del Interior, 7-7-1961. pero conservando al propio tiempo su atracción evocativa, con este exponente de la época moderna que constituye el Palacio Municipal. El antiguo Paseo Sobremonte, con una nueva fisonomía de embaldosados, fuentes y jardines, retiene el encanto de tiempos idos y abre la perspectiva de una Córdoba que se empina hacia el futuro. A este edificio que hoy inauguramos, en su confluencia con el Paseo, grávido de linaje y prosapia, y en su proximidad con el Palacio de Justicia –sobrio y majestuoso– advierte a las claras continuidad histórica en una sola y misma línea de creación, de adelanto y florecimiento, tesitura orgullosa de esta capital mediterránea.44 Un párrafo aparte en el discurso fueron los agradecimientos a la empresa constructora, en especial a Francisco Campissi recordado como el alma mater de la misma. Tras el discurso del comisionado Maldonado las autoridades se dirigieron al Paseo Sobremonte para inaugurar otras remodelaciones de su fuente, liberando también decenas de palomas que “[…] en gallardo vuelo surcaron el cielo”. 44 Ibíd. 41| Palacio Municipal vendido luego al gobierno de la Provincia, hoy Legislatura. Foto Pilcher, año 1888. Reproducido en M. Cristina Boixadós, Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930. Imágenes urbanas. Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 2008, p. 49. 42| Proyecto ganador del concurso de planos del año 1937 perteneciente al arquitecto Francisco Squirru. La Voz del Interior, 25 de marzo de 1937. 71 43| 44| 43|44 Fotografías previas a la construcción del Palacio Municipal 6 de Julio, el cartel recuerda los planes quinquenales del gobierno peronista. A la derecha la entrada al Paseo Sobremonte. Foto: Tristán Paz Casas, 1955. 72 45| En el diario La Voz del Interior se informaba en el año 1954 cómo iba ser el futuro palacio municipal ubicado entre las calles Bolívar, Caseros y Av. Eva Perón (hoy Marcelo T. de Alvear). 14 de agosto de 1954. 46| Fotografías del día de la inauguración del palacio. A la izquierda, público asistente y a la derecha, el comisionado Calixto Maldonado. La Voz del Interior, 7 de julio de 1961. 73 Las intervenciones de los ochenta Fue durante la intendencia en comisión del Tte. Cnel. Alejandro Gavier Olmedo y el encabezamiento de la Secretaría de Obras Públicas por parte del Arq. Miguel Ángel Roca que se propusieron nuevos impulsos al sector oeste de la ciudad con la creación de la plaza Italia y de la Intendencia. Como objetivos principales se habían planteado: “…reforzar, recuperar, crear y ejecutar nuevos espacios verdes, considerando al río y la Cañada como ejes estructurantes de la ciudad y su paisaje […]”45 Entre los proyectos de gestión municipal se contempló especialmente el desarrollo de un nodo central conformado por el existente Paseo Sobremonte y las dos novedosas plazas contiguas a las que nos referimos ahora. Los nuevos espacios de las “plazas secas”, una de ellas con playa de estacionamiento subterránea, demandaban la expropiación de tres manzanas de tejido decimonónico y periférico al área central, que aparentemente carecían de valor.46 Efectivamente, el crecimiento acentuado del parque automotor en la década del ochenta justificó la ocupación a nivel subsuelo en la ciudad, y, una de las tentativas del gobierno fue, precisamente, entubar el arroyo de la Cañada, buscando su 45 46 Miguel Ángel Roca, Lugares urbanos y estrategias, 2ª Ed. Córdoba, Talleres Gráficos La Moneda, 1984. En 1970, la arquitecta Marina Waisman mostraba un claro signo de oposición a dichas demoliciones al renunciar a la asesoría municipal, donde se decide demoler –pese a su firme oposición– la casona del artista plástico Emiliano Gómez Clara, ubicada donde hoy se encuentra la Plaza de la Intendencia. 74 transformación como vía rápida, favoreciendo la incorporación de amplias cocheras. Un artículo periodístico que publicitaba el proyecto inmobiliario “Torre Ángela” de los arquitectos Hugo Taboada y Rafael Mansilla daba testimonio de este horizonte hacia abril de 1980, Dentro de muy pocos años y a contar de la actual Plaza de los Inmigrantes [nombre original de la plaza Italia], un espacio verde ininterrumpido habrá de contornear los palacios Municipal y de Tribunales. Los viejos carolinos del Paseo Sobremonte perderán su soledad y un nuevo pulmón verde se ensanchará trayendo un verdadero desahogo estético y urbano. Debajo, en el subsuelo, amplias playas de estacionamiento solucionarán un problema que es característico de la zona. Y también es posible que esta área parquizada sea, en el futuro, atravesada por una gran vía urbana. En efecto, en el caso de entubarse la Cañada surgirá una avenida de más de sesenta metros de ancho que se transformará en la más rápida de la ciudad. Este amplio panorama estará dominado, desde su ángulo noreste, por la Torre Ángela, soberbio acantilado de cemento y cristal de cien metros de altura.47 47 Miguel Barrozo, “Un espejo de cien metros de altura”, El Inversor & la Construcción, Córdoba, Comercio y Justicia Editores, 2 de abril de 1980, p. 1. Y hacia el este de la Cañada… la Italia Como dijimos una de las intervenciones en este sector oeste de la ciudad fue el espacio comprendido entre las calles Ayacucho, 27 de Abril, Caseros y la Cañada: la plaza Italia. de fuentes de la ciudad”.48 En el medio de su planificación y su definitiva construcción algunos la recuerdan como una precaria playa de estacionamiento. En 1980 se inició la ejecución de esta plaza que originariamente había homenajeado a las “aguas de Córdoba” y cuyo nombre trocaría por “Plaza de los Inmigrantes”, y luego “Plaza Italia”, en distinción a la inminente ubicación del Consulado General de Italia sobre calle Ayacucho, aunque por la Guía General de Córdoba de 1901 posiblemente haya estado ubicado primeramente frente al Paseo Sobremonte y sobre calle Bolívar. A treinta y tres años de esta creación, es indiscutible la singularidad de la propuesta, y resulta comprensible el devenir de la polémica ciudadana. Sus componentes fueron tratados como objetos aislados y el verde resultó ser periférico. El espacio generado en esta sumatoria de elementos, resulta ser introvertido teniendo en cuenta el alto nivel de tráfico que se genera hoy sobre la Cañada. A la plaza Italia, se entra y se sale. Uno percibe el límite entre el interior y el exterior. Allí, tres glorietas –cual ciudades– celebraban al agua de los ríos que las atravesaban, en una voluntad simbólica por consumar una atmósfera histórica y significativa para este sector de la ciudad. Un nexo imaginativo entre presente y pasado. La plaza, con identidad cordobesa e italiana, a pesar de ser muy joven en la ciudad tiene sus historias para contar. Por ejemplo, cuando el color y el arte llegaron en el año 2008 a través de dos grandes contenedores rojos, diseñados por Santiago Pérez, y que exhibieron los trabajos de Hilda Zagaglia. La iniciativa artística que duró seis meses fue del Instituto Italiano de Cultura a raíz de los 150 años de la unidad italiana. La forma triangular de la plaza y su disposición en relación a la Cañada: “generan el trazado y diálogo de tres colinas coronadas por fuentes de agua desde las cuales, corren hacia el centro ríos-acequias, donde un estanque-lago configura una alegoría del sistema hidrográfico de la provincia y el sistema Por otro lado, el tramo de Ayacucho comprendido entre 27 de Abril y Caseros, peatonalizado en enero de 1995 durante 48 Miguel Ángel Roca, Lugares Urbanos y estrategias, 2ª Ed. Córdoba, Talleres Gráficos La Moneda, 1984. 75 la intendencia del Dr. Rubén A. Martí, resguarda los murales de Carlos del Corro y la cómica imagen de Jerónimo Luis de Cabrera -leyendo un diario colocada en la gestión de Juez- que parece acompañar a la ciudad desde su fundación. Hoy la loba desde lo alto recuerda cuando los artesanos daban color al paisaje de la plaza, llegando a ser en el pasado casi setenta puestos y quedando hoy alguno que otro. Por las noches, mira las parejas que se sientan en sus terrazas para las cuales “las aguas de Córdoba” tal vez les hace imaginar estar en Venecia. La plaza también es escenario de otros encuentros: en sus pocos espacios verdes los estudiantes del secundario y sobre Ayacucho las mesas de bares son motivo de alguna que otra cerveza o café de amigos. Los domingos congrega mates, malabares, charlas de vecinos y ferias como la organizada por la Fundación Inclusión Social. 76 47| Proyecto original de la plaza homenaje a las aguas de Córdoba. Arriba planimetría del proyecto y abajo vistas del proyecto. Nótese la senda de entrada y salida de los vehículos a la playa de estacionamiento. [En línea] http://www.miguelangelroca.com/ [Consulta: agosto de 2013] 77 48| Perspectiva aérea de plaza Italia. Nótese que ya no existen los ingresos vehiculares. Reproducido en Miguel Ángel Roca, Lugares Urbanos y estrategias. 2ª Ed. Córdoba, Talleres Gráficos La Moneda, 1984, p. 127. 78 49| Croquis de estudio de la plaza Italia (Homenaje a las aguas de Córdoba). Reproducido en Miguel Ángel Roca, Obras, proyectos y escritos 1965-1990, Buenos Aires, Ed. GG., 1992, p. 77. 50| 51| 52| 50|51|52 Distintos momentos en la plaza Italia. Fotografía: Leandro Ruiz, año 2013. 79 La Cañada nos separa… la plaza de la Intendencia Este espacio comprendido entre las calles Caseros, Duarte Quirós (ex San Luis), Marcelo T. de Alvear y Bolívar, ocupado hoy por la Plaza de la Intendencia, se destacaba en el sector oeste de la ciudad por estar allí ubicadas importantes casonas y casas quintas. Una de las más conocidas era la ubicada sobre Caseros al 437 la cual tenía sesenta metros de frente y que la Guía descriptiva y comercial de la Provincia de Córdoba del año 1918 ubicaba al escribano Roberto Von der Wall y su familia. Para 1969 esta casona es noticia en el diario ya que posiblemente iba a ser demolida para espacio verde, siendo ya su hija, María, la que marcaba como orígenes de la casa el año 1860, posiblemente mandada a construir por José María Aldao.49 Esta vivienda, con frente sobre Caseros y Marcelo T. de Alvear, había sido comprada por Roberto Von der Wall al Banco Provincial de Córdoba el 27 de diciembre de 1898. El diario también menciona que esa casona había sido motivo de un informe de los alumnos de la cátedra de Historia de la Arquitectura II de la Universidad Nacional de Córdoba por ser la única con esa riqueza edilicia y todavía en pie hacia 1969. Valuada 49 “Una vieja casona que fue una de las primeras que se levantaron en la ribera oeste de la Cañada”, La Voz del Interior, 15 de junio de 1969. 80 en más de cincuenta millones de pesos tenía una arquitectura manierista con “[…] balcones que no guardan relación con el frontispicio netamente corintio, con reminiscencias jónicas en la galería superior interna.” 50 A esa casa también habían llegado las primeras magnolias y crespones provenientes de la India y que hacían compañía a otras especies del patio. El historiador ya fallecido, Efraín U. Bischoff la recuerda como residencia del pintor cordobés Emiliano Gómez Clara. Esa y otras viviendas fueron demolidas para dar lugar a la plaza de la Intendencia. Sabemos de la existencia de otra importante casa quinta sobre calle Caseros perteneciente a la familia Castellanos. Hoy un cartel recuerda el “chorro de los Castellanos” como aquel excedente de agua proveniente de la acequia y de esta importante casa quinta.51 Si bien su primer nombre iba a ser Gobernador Pedro J. Frías quiso el intendente municipal Eduardo P. Cafferata llamarla por ordenanza 7806 del 29 de agosto de 1983 “Plaza de la Intendencia de la Ciudad de Córdoba”. Su origen, como el de la plaza Italia, se ubica hacia 1979 50 51 Ibíd. La guía del año 1918 ubicaba en la numeración 477 al abogado Carlos Castellanos y a Temístocles Castellanos en el 481. Azor Grimaut, Op. cit. p. 99. cuando el arquitecto Miguel Ángel Roca asumía la Secretaría de Obras Públicas, contando en su haber con una serie de proyectos que buscaban concretar una estrategia integral para la ciudad. La Plaza Cívica de Roca, frente a la Municipalidad, no se llegó a concretar de forma completa, salvo la propuesta de playa subterránea. El tipo de plaza seca fue creada aquí con la intención de proponer un lugar urbano como palco, desde el que pudieran percibirse y valorarse los edificios institucionales. El diario La Voz del Interior informaba en diciembre de 1980 y bajo el título “Adjudicaron la obra de la plaza cívica comunal y la playa subterránea” que la Municipalidad a través de la Secretaría de Obras Públicas había adjudicado la construcción de esas obras a la empresa Giacomo Fazio. La financiación era mixta, una parte provenía de la comuna y la otra por el régimen de concesión de obra y servicio público. La explotación de la playa era concedida al adjudicatario. Se abonaba por ambas la única suma de cinco mil millones de pesos siendo el período de concesión treinta y cinco años.52 Esa original plaza cívica que no logró materializarse tenía un edificio perimetral de columnas sin techumbre en 52 dos caras enfrentadas con el Palacio de Justicia y columnas bajas tronchadas sobre el costado contiguo. Las otras dos caras perpendiculares se caracterizaban por un pergolado abovedado, un edificio recova comercial y un anfiteatro. Los árboles, con antigüedad superior a los treinta años, debían conservarse. El diseño así propuesto exaltaba las dos instituciones vecinas: el Palacio de Justicia y la Municipalidad. Más allá de estas intenciones sabemos que luego un equipo de la oficina de Planeamiento de la Municipalidad de Córdoba concreta en esa misma década del ochenta un resultado parcial respecto a los objetivos esgrimidos. La inauguración de la plaza de la Intendencia se produjo el 23 de septiembre de 1983. Estuvieron presentes numerosas autoridades tales como el gobernador Rubén Juan Pellanda y el intendente Eduardo P. Cafferata, quien remarcó la importancia de la playa de estacionamiento ya que su capacidad de mil autos permitía alivianar los problemas de tránsito derivados del crecimiento del parque automotor. La bendición de las instalaciones estuvo a cargo del sacerdote Carlos Roberto Varas. La Voz del Interior, 16 de diciembre de 1980. 81 53| Frente de la casa quinta de Roberto Von der Wall sobre calle Caseros y vista al primer piso desde la planta baja. La Voz del Interior, 15 de junio de 1969. 82 54| Frente sobre la calle Caseros, Bischoff recuerda esta casona como la residencia que alguna vez albergó al pintor Emiliano Gómez Clara. Reproducido en E.U. Bischoff, Historia de los barrios de Córdoba. Córdoba, B. Editores, 1986, p. 203. 55| Postal del Paseo Sobremonte con vistas al Palacio 6 de Julio y el Palacio de Justicia. Puede observarse que aún estaban en pie las casonas ubicadas sobre calle Caseros y Bolívar, luego demolidas para construir la Plaza de la Intendencia. Tarjeta postal, Córdoba, Edicolor, ca. 1970, autor desconocido. 83 56| Axonométrica de la plaza Cívica diseñada por Miguel Ángel Roca no construida. Nótese que se incorporan ingresos y egresos vehiculares a la playa subterránea. Reproducido en Miguel Ángel Roca, Lugares Urbanos y estrategias. 2ª Ed. Córdoba, Talleres Gráficos La Moneda, 1984, pp. 124-125. 84 Al mes siguiente y por iniciativa del gobierno de la provincia se levantó el grupo escultórico en piedra y bronce, “Homenaje a los Caídos en las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur” del artista Marcelo Hepp también autor del monumento a Sarmiento de la avenida Pueyrredón. Como parte de la inauguración, dos escolares colocaron un tubo metálico con tierra traída desde la isla en uno de los costados del peñón que es base del monumento. Los aviones de la Fuerza Aérea acompañaron con su sobrevuelo sobre la zona. Ofrendas florales y dos placas terminaron de concretar el homenaje. Una de ellas tiene la siguiente inscripción “El pueblo y el gobierno de la provincia de Córdoba a los combatientes argentinos caídos por la Patria en la gesta de las Islas Malvinas y del Atlántico Sur. No seréis olvidados. Volveremos a Malvinas”. La segunda placa lleva la siguiente leyenda, “El gobierno de la provincia a la civilidad cordobesa que entregó sus hijos y sus bienes a la Patria en guerra.” En 1996 y bajo la Intendencia de Rubén Américo Martí se incorpora a la plaza la Central de Semáforos Inteligentes, integrada por la Dirección de Arquitectura de la Municipalidad de Córdoba. Hoy la plaza de la Intendencia es testigo de ferias, como la de artesanías de pueblos originarios o de venta de ropa, del encuentro de amigos en torno al mate, de la práctica de algún deporte en el playón ubicado sobre la calle Duarte Quirós, de los ritmos musicales que suenan de algún cajón peruano o de alguna pareja que baila salsa. Los que caminan por sus veredas pueden imaginar a los fantasmas del Abrojal como la Pelada de la Cañada o a aquella luz misteriosa que llamaban el Farol. Las paredes del Palacio de Justicia y el 6 de Julio sirvieron de acústica especial para las voces de distintos artistas como Liliana Herrero en dúo con Rally Barrionuevo, Paola Bernal y la mágica guitarra de Titi Rivarola. También fue escenario para la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia organizada en el año 2009, como también de apoyo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en el año 2010 tras la muerte de su esposo. Es lugar de la memoria, la verdad y la justicia con un pequeño árbol de la vida que recuerda a uno de los 30.000 desaparecidos. Ese pequeño árbol admira a algunos de sus pocos compañeros de plaza que quedaron de las antiguas casas quintas y que hoy observan el tránsito de una Córdoba que es mucho más dinámica, extensa y ruidosa. 85 57| Fotografía publicada en el diario La Voz del Interior con motivo de la inauguración de la playa de estacionamiento y plaza de la Intendencia. 25 de septiembre de 1983. 86 58| El gobernador de la provincia, Rubén J. Pellanda, pronunciando el discurso en la inauguración del monumento a los caídos en Malvinas. La Voz del Interior, 6 de octubre de 1983. 59| Foto: Leandro Ruiz, año 2013. 87 60| 61| 60|61 Los domingos en la Plaza de la Intendencia. Foto: Leandro Ruiz, año 2013. 88 62| 63| 62|63 Paseo Sobremonte. Foto: Leandro Ruiz, año 2013. 89 64| 65| 64|65 Plaza Italia. Foto: Leandro Ruiz, año 2013. 90 66| 67| 66|67 Plaza de la Intendencia. Foto: Leandro Ruiz, año 2013. 91 Bibliografía AGÜERO, Ana Clarisa. Local/nacional, Córdoba: cultura urbana, contacto con Buenos Aires y lugares relativos en el mapa cultural argentino (1880/1918,) Tesis de doctorado en Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC, marzo 2010. DAINOTTO, Edgardo, Política y poder en Córdoba borbónica, instituciones, espacios y prácticas (1783- 1797), Programa de Historia Regional Andina, Córdoba, CIFFyH, Editor Ferreyra, 2012. ALIATA, Fernando. La ciudad regular. 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