Extracto de la entrevista que concedió al quincenario FREEDOM de
Londres para su edición del 30-10-1992, que unos años después
no ha perdido nada de su actualidad.
FREEDOM: ¿La Organización Mundial de Comercio (OMC, antes
GATT) esta hablando, nosotros estamos hablando, acerca de "libre comercio". Hasta
que punto es esto un ejemplo del "newspeak" orwelliano?
N.C.: La OMC, el Tratado de Libre Comercio de Norte América y otros
convenios semejantes no tienen nada de "libre comercio" salvo incidentalmente.
El Poder nunca ha aceptado los principios del liberalismo económico por
si mismos, excepto si puede ganar ventajas temporales con ellos. Naturalmente,
ello significa una observancia endeble de esos principios, que por tanto son totalmente
vulnerables. La disciplina del mercado es para el débil; el Poder regularmente
acude al Estado para protegerse a si mismo de ella. Estos son axiomas de historia
económica, desde los tempranos días del poderío británico
hasta la ofensiva en pro del liberalismo económico de la década
de 1980, cuando se predicaron estas doctrinas al débil con gran fervor.
La OMC no es casi "comercio". Primero, notese que el termino mismo difícilmente
se aplica a un sistema internacional en el que un tercio o mas del así
llamado "comercio" es intrafirma, esto es, transacciones centralizadamente dirigidas
que ayudan a cruzar una frontera, pero que de hecho ocurren por entero dentro
de instituciones totalitarias llamadas "corporaciones", dirigidas por una muy
clara mano visible. Segundo, Occidente (incluyendo aquí a Japón)
fundamentalmente demanda la liberalización de los servicios, para asegurar
que los enormes bancos occidentales y otras instituciones financieras aniquilen
a sus equivalentes domésticos del Tercer Mundo, de modo que los países
mas pobres nunca sean capaces de emprender la dirección y el planeamiento
económico que permitieron a los ricos buscar su lugar bajo el sol. Esto
no es "comercio" en ningún sentido significativo. Tales detalles están
de hecho en el meollo de la OMC, junto con la demanda de mayor protección
para la "propiedad intelectual", esto es, la tecnología del futuro, que
debe ser monopolizada por las corporaciones transnacionales occidentales. El Occidente
también rechaza con desdén el libre movimiento de mano de obra sobre
el cual el Tercer Mundo insiste, siguiendo a Adam Smith, cuyas doctrinas son del
todo despreciadas en este caso por aquellos que le invocan con mas devoción.
Podríamos seguir y seguir. La OMC no es comercio libre ni libre nada. Es
poder y riqueza y como acrecentarlos. Como Adam Smith apuntaba, los patronos siguen
su 'vil máxima': "todo para nosotros, y nada para otra gente". En las negociaciones
de la OMC, cada participante ha propuesto alguna mezcla de liberalismo y protección
reflejando lo que es llamado en la mistificación contemporánea su
"interés nacional", esto es, el interés de los poderes dominantes
dentro de el; otro axioma, subrayado por ese famoso radical extremista Adam Smith.
Yo he escrito en detalle sobre ello en mi libro "El Año 501", en muchos
artículos y en un libro por aparecer.
FREEDOM: ¿Los intereses de quien están en juego en lo que
la OMC plantea? ¿Que piensa Ud. de los efectos que de ello resulten en
el Tercer Mundo?
N.C.: Como es notorio, lo que cada nación participante en la OMC
dice esta reflejando los intereses particulares de sus elementos de dominación
interna. Los países ricos tienen un interés común en proteger
los derechos de las corporaciones transnacionales e instituciones financieras
que dominan la economía mundial hasta un punto verdaderamente extremo,
subrayado por recientes publicaciones del Banco Mundial y la UNCTAD, y reseñado
regularmente en los mas destacados periódicos (como el Financial Times
de Londres). Así, por ejemplo, están unidos en demandar que la OMC
incremente la protección para la tecnología del futuro, la biotecnología
en particular, con la cual se espera generar un vasto flujo de capital desde los
países pobres a los ricos en los próximos años; esto seria
monopolio de enormes instituciones corporativas subsidiadas y protegidas por sus
Estados sedes así como por el sistema internacional de "comercio". Ello
es de suma importancia, por ejemplo, para asegurar que a la India no se le permita
producir medicinas a precios que su pueblo pueda costear, pues debe comprar medicinas
de alto costo a grandes compañias occidentales que logran beneficios escandalosos
y están subsidiadas por el Estado en numerosos modos, como es bien sabido.
Los países ricos, por supuesto, nunca aceptaran estas reglas para ellos
mismos hasta que estén en posición de beneficiarse, del todo y con
hechos inmediatos, pues esta es la norma. El efecto sobre el Tercer Mundo no es
difícil de predecir. Se ha discutido extensamente en muy buenas publicaciones
tercermundistas ... Yo he escrito sobre estos asuntos en otra parte... Pero, ¿necesitamos
preguntar por los efectos en el débil de las reglas diseñadas por
el fuerte? Los axiomas solo están mostrando ser verdad a pesar de que uno
tenga visión cerrada.
FREEDOM: Muchos han expresado su sobresalto porque las atrocidades del
conflicto yugoslavo estén repitiendo de nuevo la experiencia del Holocausto
judío de 1939-45. ¿Comparte Ud. estas apreciaciones?
N.C.: Las atrocidades del conflicto yugoslavo son de veras horripilantes,
y no es sorprendente que preocupen a los europeos, no por que sean peores que
otras atrocidades del pasado y el presente, sino en tanto amenazan el bienestar
de los europeos ricos y acomodados. ¿Esto suena cínico? Si es así,
probemos lo dicho frente a los hechos. Ud. dice, de seguro correctamente, que
los europeos sienten angustia porque tales atrocidades puedan ocurrir después
del Holocausto, una analogía no del todo apropiada, pues por terrible que
sea lo que ocurre, ello no se aproxima a los crímenes nazis. Podemos preguntar,
en tal caso, como los europeos reaccionaron cuando el gobierno actual de Indonesia
sacrifico entre medio millón y un millón de personas, la mayoría
campesinos sin tierra, en unos pocos meses de 1965, en lo que la prensa occidental
describió como un "hirviente baño de sangre"(Time). Yo he reseñado
recientemente la cobertura periodística en Estados Unidos a esta horrenda
atrocidad, la mas grande masacre posterior al Holocausto (ver "El año 501").
Comentaristas "respetables" fueron eufóricos sobre este "fulgor luminoso
en Asia", según la describiese el reputado columnista liberal del New York
Times James Reston, explicando, como un conocedor, que el gobierno de los EE.UU.
estuvo envuelto en estos eventos maravillosos mas de lo que era admisible al publico.
Esta reacción fue standard: The Economist ahora nos asegura que Suharto,
el responsable de la carnicería, es "de bondadoso corazón", pensando,
sin duda, en su actitud para con las corporaciones occidentales. O, podemos preguntar,
como reacciono Occidente cuando pocos años después, Indonesia invadió
Timor Este, asesinando a tal vez 200.000 personas, o como reacciona ante las continuadas
atrocidades que allí siguen. ¿El sobresalto se expresa porque esto
pueda pasar después del Holocausto? No realmente. Antes bien, ha contribuido
masivamente a las atrocidades, esperando obtener beneficio de los ríos
de sangre que están corriendo, mientras que participa con entusiasmo en
el robo del petróleo de Timor. Por algunos años, los EE.UU. fueron
el peor cómplice, ahora Gran Bretaña esta tomando parte. ¿Están
sus intelectuales vociferando desde los tejados acerca de este horror? ¿Lo
están sus similares franceses? ¿O de EE.UU.? ¿O los canadienses?
¿O los suecos? ¿O de algún otro país que pudo lucrar
por colaborar en la matanza? Simplemente investigar, como yo lo he hecho y las
respuestas son brutalmente francas. O podemos preguntar como Occidente respondió
ante sus propias masacres, por ejemplo el asesinato de millones de personas en
Indochina después del ataque de los EE.UU. contra el sur de Vietnam que
se extendió a la región entera, destruyendo 3 países. O el
respaldo occidental a las tropelías de Sudáfrica, que acarrearon
millón y medio de muertes y daños por 60.000 millones de dólares
solo entre los años 1980-1988 a los países afectados (excluyendo
Namibia, y Sudáfrica misma). Continuando hasta hoy, los Balcanes causan
gran pena y angustia, Angola no, aun cuando las atrocidades allí puedan
ser mucho peores. Las razones son bastante obvias. Simplemente pregunte en que
grado los intereses de la Europa rica están amenazados por los eventos
en los Balcanes y en Angola. ?Necesito continuar? La hipocresía de Occidente
no conoce limites. Nada de esto, por lo demás, cambia el hecho de que las
atrocidades en la antigua Yugoslavia son horrendas, si bien están lejos
de ser únicas.
FREEDOM: Ya que nos aproximamos al S. XXI ?cuales deben ser los intereses
y objetivos de acción para los socialistas libertarios? ?Es Ud. optimista
o pesimista acerca del futuro?
N.C.: Entiendo que el Anarquismo es una tendencia del pensamiento humano
que pretende desterrar y combatir la autoridad ilegitima y la dominación.
Toda forma de autoridad tiene algo que comprobar: debe demostrar su legitimidad,
tal vez eventual, tal vez mas general. Algunas veces puede: como cuando impongo
a mi nieta de 3 años que no cruce la calle por el trafico. Mas comúnmente
no puede hacerlo, y una vez expuesta, la autoridad pierde su poder moral y solo
puede mantenerse por la fuerza. Cuando la autoridad ilegitima sea esgrimida -
para asentar en ella bien sea el poder económico, el poder estatal, de
raza, de sexo o el que sea - debe ser confrontada y vencida. Pienso que debemos
presuponer que la búsqueda de una sociedad mas justa y de relaciones humanas
mas decentes es asunto de nunca acabar. Es como trepar montañas; apunto
hacia una cumbre, solo para descubrir si hay otra mas alta que no había
visto antes. En esto no hay falta de cimas para tratar de escalar. Yo tengo mis
prioridades en ello, otros tendrán las suyas. Un intercambio racional debería
guiar a un grado de acuerdo, como a menudo lo fue en el pasado, aunque esto no
sea tan necesario para todo como la armonía en dichas opciones entre gente
con ideales y esperanzas comunes. ...Es difícil pronunciar dichas palabras
en este siglo terrible, pero pienso, no obstante, que uno puede detectar una extensión
del dominio moral al pasar de los años, y un incremento de la promesa de
justicia y libertad. Tal vez esto sea base para un grado de optimismo, pero ahí
no esta en verdad el asunto; no tiene efecto sobre que se ha de hacer. Cualesquiera
que sean las perspectivas de mejorar el mundo, es esa la tarea a la que ha de
dedicarse un ser humano moral por si mismo. El optimista piensa que las perspectivas
son amplias, el pesimista que son muy leves. Eligen la misma senda, cualquiera
que sea su apreciación subjetiva, aun cuando nunca sabemos de cierto lo
que la gente conjetura sobre un asunto al enfrentarlo.
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